Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tiempo al límite por Kuzuryuu-chan

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

¿Crees en el salto del tiempo?

 

Mis ojos se mantenían apretados y mi boca cerrada, estaba esperando pacientemente el momento donde todo acabaría y pudiera al fin ver a Kouta nuevamente, sin embargo, para mi sorpresa el momento nunca llegaba. Estaba curioso, ¿qué tanta era la distancia entre el parque y el mar como para que se demorara tanto? Mi mente lo analizo durante un rato en un mar de murmullos mientras esperaba mi momento.  

«Espera un segundo, esto no puede ser normal. Calculando la diferencia de distancias como mínimo ya debería haber chocado contra el mar, aparte de que la corriente aire se ha detenido, esto es casi como si-»  

— Como si el tiempo se parara, ¿cierto? Midoriya Izuku. —Una voz graciosa resonó captando por completo mi atención. Mis ojos rápidamente se guiaron hacia el origen de la voz encontrándose con un hombre de expresión graciosa, cabellos negros que vestía un traje de pulcro negro.

La sorpresa se debía ver reflejada en mi rostro porque el chico se río al ver mi expresión de desconcierto. Intente decir algo, pero la sorpresa no me lo permitió, se había detenido. Era cierto, todo a mí alrededor se había congelado por completo. Las avecillas que volaban por los cielos, la poca gente que paseaba en el parque y el revoloteo de los árboles. ¿Es que acaso algo como esto era siquiera posible?

«Quizás este es uno más de los delirios que suelo tener desde que Kouta no está a mi lado. Entonces, ¿tal vez estoy soñando en algún lugar del departamento?»

— No, no lo soy y definitivamente esto no es un sueño. —Negó la voz del misterioso hombre con sequedad, como si hubiera leído mis pensamientos y eso solo logro aterrarme un poco más. Quise escapar, pero me era imposible. Mi cuerpo también estaba detenido en un postura incomoda donde literalmente yo estaba boca abajo. Quise intentar gritar, pero era lo mismo. Mis labios no se movían. Eran como dos piedras selladas. «¿Qué está pasando? Tengo que hallar la forma de huir de aquí…»

— Lo tengo. —Dijo el señor y mis ojos volvieron a prestarle atención. De su bolsillo saco un teléfono, creo que estaba llamando a alguien. Se dio la vuelta quizás para que no viera de qué hablaba.

«¡Es mi oportunidad! Muévete, vamos cuerpo, reacciona. ¡Vamos!» Intente sacudirme o al menos lo intentaba. Nada, era increíble como mi propio ser no era capaz de responderme. Frustrado estuve alrededor de lo que creí cinco minutos haciendo esfuerzos en vano hasta que finalmente, el hombre al teléfono termino su llamada y volvió a dirigir su mirada a mí.

— ¿Te divertiste? Olvide decirte que no importa cuanto lo intentes una vez detengo el tiempo nada cede, los bucles son delicados, así que lo mejor es solo un cuerpo moviéndose que dos. Tendrás que aprender esto para cuando empieces tus misiones. 

«¿Mis misiones?» Lo fulmine con la mirada, ¿a qué diablos se estaba refiriendo? Esa frase no me había gustado para nada y aquel hombre lo entendió muy bien porque apenas noto mi expresión, dijo:

— Créeme, lo sabrás muy pronto, pero por el momento será mejor que vayas a dormir. —Sus manos fueron hacia su bolsillo trasero extrayendo una pistola eléctrica. Sentí como mi piel se ponía de gallina y empezaba a sudar frio. Luchar no era nada, mis ojos solo pudieron ver como eso iba directamente hasta mi cuello con terror. — Nos veremos en el laboratorio. —Finalizo antes de que sintiera un dolor agudo y mi mundo se tornara oscuro.

 

 

Una cálida sensación me lleno, sentí como los brazos de un ser desconocido abrazaba mi cuerpo. Una voz grave a su vez me susurraba al oído, no podía definir sus palabras, pero sabía muy bien que me estaba hablando. Su aliento chocaba contra mi oreja y me hacia cosquillas.

Una risita salió de mi boca junto a un resoplido. Decidí elevar mi vista para ver a la persona que yo creía era dueña de esos brazos, no fallaba, era él. Kouta.

Le sonreí y él me devolvió el gesto. Deslizo sus manos sobre mi cabello, acariciándolos con cuidado para luego deslizar sus dedos por mi rostro, acaricio mis labios como comprobando su suavidad y después de satisfacerse con ello, me besó. Fue uno breve, pero cándido, como todo lo que él me ofrecía.

«— Un sueño, nuevamente estoy soñando.» Pensé al separarnos, pero no me atreví a decirlo, no quería romper este mágico hechizo. Incluso si era un sueño o una ilusión con tal de estar con él era suficiente. Mis ensoñaciones se vieron repentinamente interrumpidas cuando gotas empezaron a resbalar por mi rostro. Un resoplido y luego un pequeño quejido.

Kouta estaba llorando. Eso me preocupo, ¿por qué estaba triste? Quise preguntarle el motivo, pero no me lo permitió. Un único dedo volvió a tocar mis labios como señal de silencio y empezó a hablar.

No podía escucharlo.

«¿Qué estás diciendo?» No pude hablar porque me acallaba, pero notaba la desesperación en sus gestos en comunicarme esas palabras. Como último intento decidí seguir el ritmo de sus labios, intentando descifrar el mensaje oculto. Lo único que pude rescatar fue:

— Retroceder – cinco – trescientos años.

Y luego, todo desapareció ante mis ojos.

 

 

 

Mi cabeza estaba adolorida.  Una posible migraña acompaño al sentir primero, probablemente todo debido a la mala postura en la que había estado mi cabeza en ese momento. El mundo aún estaba un poco borroso ante mis ojos y tuve que parpadear unas quinces veces para poder ver con claridad.

— ¿Qué paso? —Mi voz por fin fue liberada, una inesperada sorpresa me hizo sonreír y dejar de hacerlo al instante. Fije mi vista a mis alrededores. «¿Dónde estoy?» Un frío viento recorrió mi espalda y dudaba que fuera lo que pensaba. Estaba en cuarto cerrado, cuatro paredes exactas de completo blanco a no ser por una que tenía una especie de ventada agigantada en el centro, pero ni siquiera se notaba abierta como para dejar el viento correr.

Estaba solo, la habitación blanca como papel solo me alarmaba y estar amarrado de brazos y piernas a una silla no me estaba ayudando. Me sacudí con fuerza haciendo que la silla donde estaba chirriara con cada movimiento mío.

— ¡¿Hay alguien allí?! ¡¿Qué demonios está pasando?! ¡Sáquenme de aquí! —Empecé a demandar a gritos. — ¡Esto es un clara violación contra la ley de la libertad! ¡Exijo me suelten!

Nada. Nadie me respondió de vuelta.

— ¡Suéltenme! ¡No hay derecho! —Continúe con mi forcejeo un poco más insistente que antes. Aunque eso solo provoco que perdiera el equilibrio y mi silla cayera de frente. Mi cara dio de lleno contra el frio suelo de losetas blancas provocando que parara por un rato.

«¡Duele!» Chille con los ojos cerrados. Sacudí mis manos ligeramente comprobando si había logrado mi objetivo, pero al parecer todo fue en vano.

«Debo pensar en una manera de salir de aquí, por la forma en que me llevaron dudo que me quieran soltar. Sin embargo, ¿por qué yo? ¿Cuál es su propósito de capturarme? No tengo dinero, ni contactos, menos estatus. Nada de esto tiene sentido.» Confundido hasta la médula estaba verificando mis opciones cuando escuche el sonido particular que produce un televisor al encenderse.

Atrayendo mi atención, me fije en lo que estaba sucediendo al frente. Lo que antes me había parecido un ventanal gigante había resultado ser nada más ni menos que una pantalla, puesto que ahora de ese mismo lugar un suceso de imágenes y voces estaba saliendo. Pero no era nada que hubiera visto antes.

— ¿Qué es eso?

— Bienvenido a la corporación RRA, joven Midoriya Izuku. —La voz de una señorita salió del televisor dirigido a mí, provocándome un sobresalto involuntario. —Estábamos esperando su llegada.

En la pantalla al fin salió el reflejo de quien era dueña de esa voz. Una chica de cabellos rosados, ojos un poco raros verdosos y una sonrisa brillante. Parecía bastante emocionada de verme.

— ¡No puedo creerlo, mi bebé funciona! ¡Está funcionando! Hey, ¿te sientes bien, Midoriya Izuku? —O quizás no. No la comprendí en absoluto. — ¿Te sientes cómodo en el cuarto cerrado?

— Pues…

— ¿Hm? —Ni siquiera termine de hablar cuando vi a un chico acercarse a ella y susurrarle algo. Apunto hacia un lado y ella lo siguió con la mirada. — ¡No puede ser! ¡¿Cómo es que terminaste así?! Déjame que lo arreglo con… ¡esto! —Inesperadamente lejos de la imagen de una joven completamente “pudiente” sacó de entre sus pechos lo que parecía un control remoto.

— ¡Wah! —Aleje mi vista de ella, estaba avergonzado y rojo como un tomate. No creí que haría eso. Mis ojos viajaron de lado a lado hasta que escuche un sonido desconocido proveniente de un lado de la sala. Me fije y vi dos brazos metálicos salir de un pequeño cuadrilátero que antes no estaba. Se acercaron a mí y para mi sorpresa me tomaron de ambos lados.

— Quédate quieto, Midoriya, todavía no tengo total control de esto y nada me asegura no aplastarte. —Dijo ella con una sonrisa de alguien que estaba pasándola bien. ¡Pero yo no! ¡Ya estoy de los nervios!

Cerré los ojos con fuerza sintiendo como era movido, sin embargo, para mi suerte todo acabo rápido. Los brazos enderezaron mi silla y pude estar en una posición más cómoda.

— Bien, así está mejor. —Asintió, la joven orgullosa. —Bueno, en que estábamos, a ver… ¡Ah, la presentación!

— Podrían, por favor, parar… 

— Jajaja, es que a veces me pierdo, tehe.

— Ya basta.

— Es que cuando mis bebés se muestran yo solo-

— ¡Deténganse!

«¿Cómo todo acabo así? Yo no quería nada de esto, yo solo… »

Mi paciencia tomo un límite, esa gente parecía reírse, divertirse de lo que pasaba, pero yo no me estaba riendo. Esta mañana me había despertado con la mentalidad de reunirme con Kouta. De una vez irme de este maldito mundo sin sentido que no hacía más que romperme en pedazos, quitarme lo que amaba, ¿entonces porque? ¿Por qué me retienen de mi único deseo? ¿Por qué? ¡¿Por qué?!

— ¡¿Por qué me hacen esto?! ¡¿Les parece divertido?! —La gente en la pantalla pareció callar ante mis gritos. Lágrimas de coraje salieron de mis ojos y resbalaron por mis mejillas. Me imagine de nuevo en el parque, admirando los anillos de boda que tenía, recordando la sonrisa del hombre que amaba sintiendo una punzada en lo más profundo de mí. — ¡Hoy estaba feliz, estaba alegre de que por fin podría reunirme con Kouta! ¡¿Por qué me detuvieron?! ¡¿Qué demonios es esto?! ¡¿Una clase de reality inútil de TV?! —El coraje me ganaba, sentía mi cuerpo cansado y mi corazón dolía. — ¡Ya suéltenme! ¡No puedo vivir un minuto más! ¡Sin Kouta, sin Kouta… yo…! —Mi voz se ahogó con mis lágrimas. Mordí mi labio porque me sentía patético mientras mi mirada cada vez se volvía más borrosa.

Lo amaba, lo amaba tanto y lo seguía haciendo.

Empecé a hipar de tanto llorar, lo peor es que no podía usar mis manos para limpiarme las lágrimas. Solo escuchaba el silencio de la habitación que se encontraba ocupada reproduciendo el eco de mi llanto.

— ¿Y si podemos devolvértelo? —La señorita de la televisión rompió el silencio después de unos minutos. La fulmine con la mirada.

— N-No caeré en trucos baratos de magia negra, solo por si desea saberlo. —Esnife fuerte e intente relajarme. Probablemente mi rostro se vuelva a hinchar.

— No para nada, nosotros no somos estafadores ni mucho menos “brujos”, Midoriya Izuku. —La peli rosa puso ambas manos sobre lo que al parecer era su escritorio y sonrió amablemente. —  Déjame presentarme, mi nombre es Hatsume Mei y soy la científica principal del proyecto Time skip  que está en marcha. El cual trata de una sola cosa, viajes en el tiempo. ¿Alguna vez oyó de ellos?

— E-Eso, ¿eso no es cosa de películas? —Estaba un poco incrédulo a lo que decía, pero al decirle eso su mirada se tornó más seria y dura.

— ¿Me creerías si te dijera que es real y puede hacerse? —«No.» Pensaba decirlo, pero no le respondí. Solo espere que continuara hablando. — Te propongo un trato que nos satisfará a ambos, ¿te parece?

La verdad seguía sin tenerle confianza. Me quede callado por unos minutos antes de responder:

— ¿A qué te refieres?

— Vuélvete mi viajero. —Hablo firmemente. — Dime todo lo veas cuando viajes, mientras hagas lo que diga y sigas mis pasos sin rechistar te podre dar lo que más deseas.

«No me dirás.»

— Te traeré a tu querido Kouta de vuelta.

 

By: Jassiel


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).