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La pareja del lobo Alfa (Koisuru Boukun) por Yaoimyloveforever

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Notas del capitulo:

Capítulo actualizado

_ ¿Qué? _ cuestionó asombrado Morinaga levantando su mirada petrificado de la petición de su progenitora.

_ Dije, que quiero el terreno de la casa de campo, ¡AHORA! _ con una voz potente que logró estremecer a los presentes, exigió su pedido con gran molestia y mirada despectiva dirigida al bastardo de su hijo.

_ ¿P-Para qué? _ con palabras asustadas, Morinaga deseaba saber el motivo por el cual su madre exigía una pertenencia muy apreciada para él, esa casa era su mayor tesoro de la niñez donde guardaba preciosos deseos al lado de su padre y de personas que llegó a querer mucho, y ahora, ahora su madre estaba a punto de arrebatárselo de las manos.

_ para que más, ¡IDIOTA!, necesito más dinero y lo quiero ahora, por eso, no te entrometas en donde no te llaman, gusano, ¡RÁPIDO!, ¡ENTREGAMELOS! _ volvió a exigir molesta batiendo entre sus manos un abanico, desesperándose ante la impaciencia de que su estúpido hijo no parecía doblegarse a sus manos.

_ ¡SI DESEAS DINERO!, ¡YO TE LA DOY!, es lo que más quieres, ¿No? _ cuestionó Morinaga completamente desesperado por mantener aún el preciado recuerdo de su niñez, queriendo que ese hogar sea intocable para las sucias manos de su progenitora y de otras personas, los recuerdos con la única persona que apreciaba se irían y mientras que él podría hacer algo, trataría de evitarlo, aunque no estuviese completamente seguro si lo lograría.

Su lobo en su interior gruñó molesto con su progenitora, muy en el fondo de Morinaga, sus instintos lobunos deseaban atacar, morder, destruir a quienes lo estaban dañando, sin embargo, su parte humana, noble y persuasiva esquivaba aquellos instintos.

_ Jajaja, que ingenuo_ se burló de él, riéndose con gran diversión mientras ella se volvía a abanicar un poco de aire en su rostro, al parar se inclinó un poco acercándose a su hijo con una sonrisa amable y fingida, tocando suavemente la mejilla de Morinaga al cual sintió una mínima esperanza de que su exigencia sobre su hogar terminara, hasta que lentamente retiró uno de los guantes de su mano descubriendo sus uñas largas pintadas glamorosamente de un morado degradado.

Su progenitora con una expresión sombría y terriblemente extasiada, levantó rápidamente su mano y cacheteó su mejilla izquierda con un fuerte golpe, resonando el sonido del impacto en toda la estancia de la casa.

El rostro de Morinaga debido al fuerte golpe se volteó ligeramente a un lado mientras sentía un ardor espantoso que empezaba desde la oreja hasta alcanzar su nariz, su lobo interior seguía gruñendo con tremendas ganas de salir a lastimar a la madre de Morinaga, pero éste lo hizo retroceder.

Conocía las leyes de la manada, se consideraba una terrible amenaza ese acto de violencia dirigido a una Omega, al cual terminaba, gracias al Consejo de ancianos, con una pena de muerte agresiva enfrente de todos los que formaban parte de la manada.

Morinaga hizo gran esfuerzo para volver a retroceder a su lobo.

_ ¿Crees que me importa tus sentimentalismos?, Si quisiera venderlo a alguien que me pagará menos te lo vendería, pero este es un muy buen comprador_ susurró acomodándose nuevamente en el sofá sonriendo satisfecha de su herida_ bueno...seré algo...gentil contigo... este es el precio, si lo puedes pagar ahora, entonces cerramos trato, sino_ sonrió nuevamente despreocupada alcanzando un papel en las manos de Morinaga, quién al verlo se sintió al principio muy preocupado por lo que ella podría exigirle, sin embargo, abrió los ojos sorprendidos, esa cantidad era demasiado elevada para él, jamás podría ser recaudada_ firma o déjamelo a mí_ con su mirada fría fijada en su hijo, sonreía en sus adentros sabiendo lo que había hecho.

Morinaga observó el piso por un momento pensando en que es lo que iba a hacer, sintió una mirada sobre él que no pertenecía a su progenitora llamando sumamente su atención, dirigió su mirada al umbral de la puerta encontrándose sorpresivamente con un mirada incrédula y enfurecida en las expresiones de Souichi, parada a un lado del rubio se encontraba su nana Mogui, quién estaba observándole con lástima y dolor, soltándose en un llanto silencioso.

Sonrió amablemente tratando de calmarlos por un momento, se perdió en la mirada de Souichi quien lentamente negaba con su cabeza imaginando lo que pensaba que iba a hacer, volvió su mirada a su nana asintiendo en respuesta, ella soltó lagrimas incontrolables, detrás de su nada y Souichi, se encontraba Joshua, observaba con una expresión dura apretando sus grandes tijeras que utilizaba en el jardín, devolvió la mirada a Morinaga y desapareció un momento para posteriormente traer un maletín negro.

Caminó hasta posarse a su lado arrodillándose junto a él, frente a su madre, palmoteó su adolorida espalda en consuelo entregando el maletín, después de ello, se levantó en silencio saliendo de la sala con una ira retenida, Morinaga abrió el maletín y observó por varios minutos los papeles que describían a quien pertenecía aquella propiedad, los firmo con mano temblorosa y se les entregó con gran resistencia en su interior a uno de los hombres, sintiendo la tristeza abrazar su corazón.

_ Madre, te llevas unos de los mejores recuerdos de padre, por favor, piénselo bien_ rogó Morinaga poniendo sus manos al piso inclinado ante su madre, estaba tan adolorido que apenas podía mantener el equilibrio.

_ no hay nada que pensar _sin importarle nada más que su propia avaricia ignorando el ruego de su hijo, se levantó asegurándose que uno de sus zapatos de fino taco pisara cruelmente las manos de Morinaga hasta que estos sangraran, si éste soltó un gruñido de dolor no lo escuchó, después de observar complacida a Morinaga, se fue con sus hombres detrás de ella dejando a un Morinaga destrozado pegado al suelo.

Minutos de tensión en la que se recuperaba, Morinaga se levantó arreglándose la ropa tratando de no quejarse de dolor y observó a los que quedaban como presentes en la habitación, sus miradas lo hicieron sentir realmente mal, no porque ellos lo despreciaran, sino por sus expresiones de lástima y dolor.

_ b-bien, jajajaja, ¡VAMOS A DESAYUNAR! _ con una fingida euforia acompañado de una sonrisa trató de apaciguar sus preocupaciones ignorando su propio dolor_ pero voy a lavarme las manos, jajajaja, están sucias, vengo en un momento, ¡Nana!, tranquila, estoy deseando probar tu comida, por favor, ¿Puedes servirnos? _ cuestionó sonriendo.

Mogui asintió efusivamente desapareciendo a la cocina, Joshua salió azotando la puerta con una expresión muy molesta, impotente por lo que había visto.

Souichi y él compartieron por varios minutos miradas significativas, al final Morinaga no soportó más, realmente, necesitaba quebrarse, rápidamente huyó al baño que estaba situado en uno de los pasadizos de la casa, Souichi lo siguió molesto llamándolo cada vez más desesperado.

Logró hallar el baño y Morinaga se metió estrepitosamente jadeando al lavadero, tratando de respirar profundo notando a través del espejo encima del lavador su rostro, sencillamente, sus expresiones se habían caído finalmente, las lágrimas escurrían, su rostro estaba sucio y un horrible hematoma se había presentado en su mejilla, aquel lugar que su progenitora había golpeado, Souichi entró después respirando con dificultad cerrando la puerta con seguro para estar los dos en privacidad.

_ ¿CÓMO PUEDES SONREIR EN ESTOS MOMENTOS?, ¡IDIOTA! _ expulso su aliento completamente enfurecido, Souichi sorprendió a Morinaga quien se sobresaltó en su sitio.

_pen-pensé_ tartamudeo Morinaga sorprendido de encontrarlo en el baño, había pensado con inocencia que volvería a estar solo en su sufrimiento, no esperaba que Souichi fuese terco y lo siguiera pisando sobre sus pasos.

_ ¡NO IMPORTA!, ¿CÓMO NO PUEDES NEGARTE?, ESA MUJER NO ES TU MADRE, ¡ES UNA VÍBORA CON VENENO EN SUS VENAS! _ Souichi estaba tan molesto que pisaba el suelo repetidamente sacando su frustración, los fuertes deseos de apretar el cuello de esa mujer no lo dejaban tranquilo.

Morinaga trataba de sonreír, pero solo sintió hacer una mueca temblorosa, lágrimas comenzaron a caer aún más que antes, las fuerzas se le fueron y cayó estrepitosamente sentado en el suelo, en las baldosas blancas y limpias del baño, derrotado, escondió su cara entre sus brazos ignorando el dolor en sus manos.

Souichi estaba molesto, pero también sentía algo extraño al ver a Morinaga derrotado en el suelo sentado escondiendo sus expresiones como un niño pequeño, de alguna manera, algo en su pecho comenzaba a dolerle mucho.

_ y-yo, antes de que mi padre se fuera a una misión de la manada debido a un posible peligro para todos, me pidió con un ruego profundo que protegiera a madre, no puedo hacer nada, Souichi, no me pude negar antes y no ahora, ¿Cómo podría decir que no?, ¡cuando estoy bajo amenaza de algo que jamás comprenderás!, ¡Ella no es solo la Omega de mi padre!, ¡ELLA NOS MINTIÓ A TODOS! _ explotó entre lágrimas y dolor, Morinaga era el Alfa de la manada, eso no había dudas, pero, aun así, también tenía contras en su camino, muchas de ellas llegaban con peligros serios que no podría evitar.

_ ¿Cómo quieres que comprenda si no me dices nada? _ susurró Souichi molesto acercándose lentamente a Morinaga, intentando saber los enigmas de aquella persona.

_ para comprenderlo, para saberlo, tendrás que callar y jamás irte de mi lado, porque también estarías involucrado en esto, además, si tienes familia también serían arrastrados con esta amenaza _ explicó Morinaga llorando con impotencia, admitía, que se sentía muy solo en esto.

_ eso no me asusta, sé que mi familia estará bien, ellos están bien protegidos, pero, ¿Qué es lo tan importante como para dejar que te humillen de esa forma? _ Souichi cuestionó con tono molesto arrodillándose junto a Morinaga quién lo miró con sus atrayentes ojos tintados en pequeños matices rojos, manchados con lágrimas, con dolor.

_ la vida de muchas personas, niños, mujeres, ancianos, ¡TODOS! _ gritó volviéndose a acurrucar en sus propios brazos ocultando su llanto, Souichi sintiéndose confundido y asustado, en un impulso desconocido lo abrazó sintiendo el cuerpo de aquel hombre temblar, estaba nervioso, algo profundo le ordenaba que se quedará a su lado, pero se cuestionó si debería hacerlo, aún estaban los muchachos de su actual trato con el profesor universitario, había prometido cuidarlos, pero, el hombre entre sus brazos, era el que más necesitaba de él.

Las lágrimas de Morinaga cayeron en sus hombros mojando su ropa, la sangre en su mejilla también, lo abrazó aún más fuerte.

Y escondió su rostro en el hombro de Morinaga, sintiéndose extrañadamente aliviado y en calma.

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Continuará

 

Notas finales:

Gracias por leer, nos vemos pronto.

 


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