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Mirar hacia atrás por VikJoestar

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Notas del capitulo:

AAAAAA Lo siento mucho!!! La universidad me comió viva y no pude terminar de escribir el capítulo antes de septiembre. La historia igualmente esta terminada, simplemente la tengo que escribir y lleva tiempo. Sin más, espero que disfruten el cap!

La pelea en Raftel se estaba haciendo cada vez mas larga y pesada. Aunque todos se habían hecho mas fuertes, no podían negar que la tripulación de Barbanegra era difícil de derrotar. Mas se podría decir cuando Burgess le había atinado un golpe de lleno a Usopp. A pesar de que Luffy gritó el nombre de Usopp, confiaba en su francotirador, habia soportado peores cosas y estaban a pocos pasos del One Piece. El capitán de la tripulación del sombrero de paja dio lo todo que podía, teniendo su fruta despertada y una nueva forma para pelear contra Teach. No es que fuese creído ni nada, pero estaba seguro que iba a ganar.


El sollozo desgarrador de Nami le heló la sangre. Dandole un golpe certero a Teach y mandándolo lejos, giró la cabeza a ver la escena que había a sus espaldas. Notó el charco de sangre que se había formado en el piso alrededor de Usopp, ahora sostenido por Sanji. No, no podía ser verdad. Intentó convencerse mientras miraba el inerte cuerpo de su mejor amigo.


- USOPP!!! - Quiso correr hasta el moreno, pero el mismo Burgess se lo impidió. Esquivó con facilidad su cuchillo, cegado por la adrenalina. Le metió un puñetazo en medio de la cara, sacándolo del camino. Solo quería llegar al lado de Usopp.


No contó con que el espadachín que estaba encerrado en Impel Down se metiera en el medio. Este, con una sonrisa macabra en la cara tiró algo al piso y examinándolo mejor, era un brazo. El aire se le fue de los pulmones a Luffy, siendo totalmente capaz de reconocer de quien era el brazo. En su descuido, no notó a Shilliew acercándose a él listo para cortarlo a la mitad. Una espada lo paró, mostrando a Zoro intentando proteger a Luffy.


El gritó de Luffy no se hizo esperar, llamando a su primero al mando. Este le afirmó que podía pelear aun sin un brazo. El azabache sentía a su cuerpo entrar en pánico, pero no podía dejarse llevar. No podía, debía pelear por sus nakamas, por Usopp. Giró su vista hacia Barbanegra, quien estaba riéndose de él en forma de burla. Sin dudarlo, Luffy saltó nuevamente a la batalla. Se dejó cegar por la ira, no podía pensar con claridad. No estaba cuidando la cantidad de haki que usaba ni como usar de manera precavida su fruta. No importaba ya, quería terminar con eso, Usopp estaba muerto, a Zoro le faltaba un brazo. No necesitaba mas sacrificios, no quería mas.


Tan descuidado y concentrado en Teach, en una esquina Shilliew había dejado a Zoro en el piso por estar débil de sus heridas. Nami saltó a ayudarlo, Robin también, pero el espadachín de la tripulación del Yonkou fue mas rápido que ellas. Esquivó con facilidad los rayos de Zeus y las manos de la arqueóloga, para ir por su siguiente presa. El capitán de los Sombrero de paja parecía el primer candidato para eso. Zoro aun en el piso, notó que Shilliew iba tras Luffy y viendo lo descuidado que estaba este, recibiría el golpe de la espada recubierta de Haki. No podía dejar que eso pasara 


Con la adrenalina a tope, Zoro se levantó como pudo y corrió hacia su capitán. Luffy estaba muy ocupado dejándole la cara hecha papilla a Teach como para darse cuenta y cuando el grito de Robin lo alcanzó era muy tarde. Se dio vuelta y vió a Shilliew prácticamente encima de él. Cerró los ojos esperando el impacto, pero este nunca llegó. 


Lo que si sintió fueron gotas en la cara. Gotas. Luffy abrió los ojos asustado, viendo como la espada del excarcelero había recorrido todo el torso de Zoro, justo como lo había hecho Mihawk hacia tanto tiempo atrás. Y para estar seguros si eso no lo había matado, clavó la espada en el pecho del peliverde. El mundo se volvió sordo para el capitán.


- Parece ser que no eras tan fuerte. Mira que morir por una estupidez así… - Se burló Shilliew.


- Proteger a mi capitán no es una estupidez. - Respondió Zoro con dificultad. Tosió un poco de sangre, asustando aun mas a Luffy. Shilliew estaba preparado para sacar su espada del torso ajeno, no esperando que Zoro realmente intentara algo más.


-Tu capitán es débil y tu también. No puedo creer que hayas derrotado al Shogun de Wano y a Ojos de Halcon... - Zoro esbozó una sonrisa sádica y en una milésima de segundo, la cabeza de Shilliew se encontraba en el piso. Todo pasó en un segundo y rápidamente el cuerpo de Zoro cayó al piso también.


- Z-zoro..?? ZORO!!!


_____________________________________________________


 - ¿Luffy? ¡¡Luffy!! - el zarandeo despertó al azabache de golpe. Lo primero que notó es que estaba pegajoso, sudado. Al enfocar la vista, vio los ojos azules de Sabo mirándolo fijamente con un gesto de preocupación en la cara. También notó que estaba respirando agitado.


- ¿S-sabo…?


- Por dios Lu, al fin te despiertas. Estabas moviéndote como loco y estabas gritando. - El menor se incorporó en su cama, todavía desorientado.


- ¿Perdón, te desperte? - Preguntó sin aire.


- No, ya es hora de levantarse. - La sonrisa de Sabo lo calmaba. Se abrazó instintivamente a los hombros de su hermano mayor. - Una pesadilla supongo?


- Si… Siento haberte despertado. - El mayor rió suavemente y le acarició la espalda, logrando calmarlo.


- No te preocupes Lu. Ahora ve a ducharte que estas todo sudado. - El azabache le hizo caso y fue a buscar una toalla y su uniforme. Sabo salió de la habitación de su hermano menor y fue al piso de abajo a preparar el desayuno.


La verdad era que Sabo estaba despierto desde las 4 AM. El sueño que había tenido había sido tan vivido y tan real que le había dejado una sensación horrible en el cuerpo. Se había despertado gritando el nombre de Ace, pero claro, el moreno mayor tenia un sueño tan pesado que no se había dado cuenta. Intentó volver a dormirse pero los recuerdos de ese sueño lo atormentaban.


Sabo comenzaba a sospechar que eso no era normal, que soñar un hilo tan tramado y con tanto detalle era realmente raro. Podía tener sueños con trama y todo, pero era muy extraño. Ni su cerebro podría llegar a maquinar algo tan real. Comenzó a cuestionarse si esos sueños eran solo eso o algo más. Pero ahora mismo no podía comerse la cabeza con eso, debía preparar el desayuno. Rápidamente sacó jugo y unos huevos de la nevera para hacer un omelette. Escuchó la ducha prendida, mostrando que Luffy se estaba bañando. Se dispuso a romper la cáscara de los huevos y vertirlos en un recipiente. Mientras cortaba un poco de jamón escuchó un bostezo detrás de él.


- Buenos días Sabo.. - la voz de Ace se hizo presente en el comedor. Un sentimiento de angustia se ubicó en el estomago de Sabo. Eso no estaba bien, no podía sentirse así. Su hermano estaba ahí con él, ciertamente no salía en un maldito periódico diciendo que estaba muerto, claro que no. Pero aun así, la incomodidad no se fue.


- Bueno días Ace, veo que dormiste bien. - Se burló Sabo. Cualquier cosa para sentirse mejor.


- ¿Sabes que si? La verdad dormí bastante bien. - La contestación del moreno le causó gracia.


- Luffy ha tenido pesadillas y estaba gritando. Me sorprende que no te haya despertado. Pero a la vez ni tanto, tienes el sueño tan pesado que te podría pasar un avión por al lado y tu ni enterado. - la cara del azabache se contorneó a una de preocupación.


- ¿En serio? ¿Te dijo de que era? - Sabo le negó con la cabeza. El también había quedado algo perplejo. Luffy no solía tener pesadillas. Y si las tenía no reaccionaba de esa manera. Posiblemente seria algo un poco traumático para su hermano, como alguno de sus amigos o incluso alguno de sus hermanos. Pensar en ello le recordó un poco su propio sueño y otra ola de angustia le recorrió el cuerpo.


- C-cuando bajé le puedes preguntar, tranquilo. - El rubio maldijo su temblorosa voz. Su hermano lo miró extrañado pero mucha atención no le prestó. Sabo agradeció eso, no necesitaba a Ace hostigándolo a ver por que estaba con los ojos llorosos. Si le decía la verdad solo se burlaría de él.


Tiró el jamón y el queso en la cacerola junto con el huevo y se puso a cocinar. Escuchó el “buenos días” de Luffy, sin ganas de vivir prácticamente. Escuchó a Ace preguntarle que le pasaba, que había soñado. El menor le restó importancia, diciendo que había sido un sueño feo y ya. Tanto que lo molestó Ace, que finalmente terminó relatando un poco del sueño. Había soñado la muerte de su mejor amigo, Zoro. A Sabo no se le hacia raro ahora que Luffy se despertara llorando. El peliverde era su amigo mas cercano desde mas o menos los 5 años, claro que le dolería algo así. Luffy no quiso soltar mas por lo que el mayor de los 3 dejó de pincharlo para que le dijera. Sabo terminó el omelette y puso los vasos junto a la jarra de jugo en la mesa. Sus hermanos saltaron al omelette sin pensarlo, mientras él se preparaba unas tostadas con queso y mermelada. Se sentó a comer con sus hermanos en silencio. Fue uno de esos pocos desayunos donde estaba todo en paz, no hubo demasiada charla, cada uno se fue para su lado y ya.


Como todas las mañanas, el mejor amigo del menor estaba esperándolo en la puerta, listo para irse con él. Luffy musitó un pequeño “Buen día” a sus hermanos mayores y se fue. Sabo lo miró por la ventana de la casa, viendo que tenia una expresión de angustia al encontrarse con Zoro. El rubio suspiró, luego se encargaría de ver como subirle el animo a su hermanito. Ahora tenía que prepararse para su clase de las 9.


_______________________________


 


- Ya Luffy, dime que te sucede. - El azabache se sorprendió cuando Zoro se paró en frente de él, impidiéndole el paso en medio de la calle.


- De que hablas Zoro, no me sucede nada. - Luffy desvió la mirada, haciéndose el tonto. Zoro lo miró mal, dándose cuenta de que el moreno no podía mentirle. Ni a nadie mas porque lo hacia pésimo.


- Luffy, se que estas mintiendo. No me trates de idiota. - El peliverde lo siguió viendo mal. El azabache empezó a mirar para todos lados, evitando la mirada del contrario.


- Te dije que no me pasa nada… - Inevitablemente, la boca de Luffy se corrió a un costado, formando su cara típica de “estoy mintiendo”. Zoro suspiró cansado y lo tomó del brazo, llevándolo hacia un callejón en medio de dos casa.


- ¿¡Zoro, que haces?! - Luffy le forcejeó un poco, pero a veces olvidaba que Zoro tenia mas fuerza bruta que el por el entrenamiento con la espada. Lo arrastró hasta una pared y lo arrinconó contra ella. Luffy se quedó mudo, pero todavía tenia el ceño fruncido.


- ¿Ahora me dirás que mierda te pasa? - Una de las manos de Zoro se estampó contra la pared, impidiendo que Luffy se escapara.


- Te he dicho que no es nada y ya.


- Luffy… - Zoro lo tomó del cuello de la camisa, acercándolo mas a él. Estaba enojado, por que el azabache se negaba tanto a decirle que le pasaba? Normalmente era una persona bastante abierta con él, solía decirse como se sentía. Y le molestaba de sobremanera que el menor estuviera ignorándolo y restandole importancia a si mismo. Odiaba que hiciera eso.


- ¡¡Ya Zoro, no puedo decirte!! - Confesó.


- Por qué? Que hiciste esta vez? - El azabache miró hacia abajo, huyendo de la mirada dorada del peliverde. Este le tomó del rostro, obligándolo a mirarlo a los ojos.


- No hice nada.. Yo soñé algo horrible. - Zoro lo miró mal.


- ¿Te pusiste así por un sueño? Sabes que no es verdad lo que sueñas, Luffy.


- ¡¡Lo se!! Pero… te vi morir Zoro y no fue algo lindo de ver. ¡Ya te dije que es, si te parece idiota déjame tranquilo! - La voz del moreno se quebró, dejando a flote lo afectado que estaba. Zoro se sorprendió, no pensaba que Luffy estaría afectado de esa manera por un sueño. Entendía que lo había visto morir pero el moreno jamas dejaba que esas estupideces lo afectaran, bien sabia que Zoro siempre estaría a su lado. A menos de que fuese otra cosa.


- Sabes que estaré contigo siempre Luffy, sin importar que. - El peliverde dudó por un segundo, pero finalmente se abrazó al menor, intentando darle algo de seguridad. Este de manera dudosa le devolvió el abrazo. Se quedaron un minuto así, para luego separarse.


- Perdón Zoro, eso no fue nada genial… - El azabache se rascó el cabello, algo avergonzado por su actitud. Zoro negó con la cabeza y le revolvió los pelos al mas bajo. Este lo miró algo desconcertado, con un color leve en las mejillas.


- Ni te preocupes por algo así. Vamos que estamos tarde para llegar a la escuela. - Salieron del callejón y simplemente siguieron su curso hacia el instituto. Ninguno de los dos habló demasiado en el trayecto, sumidos en sus propios pensamientos.


Zoro se estaba preguntando si Luffy había soñado con su muerte o si simplemente había sido un sueño sin sentido. Bueno, tampoco podía obligarlo a que le dijera, pero tenia confianza en él para poder recordar.


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- Saaaaaaboooooo. - La chica se acostó contra la espalda de rubio, empujándolo con algo de fuerza, intentado que le prestara atención. Ese día Sabo estaba muy raro. Veía a un punto fijo en medio de horizonte, estaba distraído en clase (Sabo nunca se distraía!) y primero que nada, no le prestaba atención a Koala. La chica sabia bien lo caballeroso que era el rubio, no podía simplemente ignorar a una chica, se sentía mal luego. Pero el día de hoy Sabo estaba en alguna dimensión paralela de la cual Koala no podía sacarlo.


- ¿Qué sucede, Koala? - El chico le contestó sin mucha gana. La rubia infló las mejillas, algo fastidiada.


- ¿¡Puede decirme que te pasa?! Hace mas de 20 minutos que intento entablar conversación contigo pero no me prestas atención! - Finalmente, Sabo se giró a verla a la cara. Por unos segundos simplemente se quedó haciendo eso, mirándola en silencio. La chica empezó a sentirse algo incómoda bajo la mirada tan penetrante.


- ¿Alguna vez has sentido como que ya nos conocíamos? - Le preguntó el rubio. La chica quedó desconcertada. Se paró un segundo a pensar, meditando realmente la pregunta del mas alto.


- Pues creo que si, cuando estábamos en secundaria me salió como un sentimiento de que debía hablarte, fui y lo hice. Pero nunca me pregunté el porque, supongo que me caíste bien desde siempre y nos llevamos tan bien desde el inicio que nunca me lo cuestioné. Tu sientes que nos conocemos de antes? - Sabo bajó la mirada, pensando en todo lo que su cabeza le había tirado en esa misma madrugada.


- Yo si siento que nos conocemos de antes. Pero tampoco estoy seguro. - Se rascó la nuca riendo un poco. Realmente no tenía que darle tantas vueltas al asunto, aunque había valido la pena no prestarle atención a Koala por que la chica lo había abrazado y estuvo encima de él un buen rato. A la clase entró su profesor, llamando la atención de los dos, haciendo que se sentaran debidamente en sus asientos. Cuando el profesor comenzó a pasar lista, una pregunta salió de los labios de Koala.


- Quizás en alguna vida pasada nos conocíamos. - Riendo un poco, Koala miró hacia el frente y esperó que el profesor dijera su nombre. En cuanto a Sabo, algo hizo click en su mente.


Vida pasada… sonaba demasiado poético para ser verdad. Nada de lo que había soñado parecía concordar con la actualidad, mas allá del nombre de las islas y de los climas del mundo que había soñado. Podría ser que era muy bueno imaginando cosas, pero algo no terminaba de cerrar. La angustia que sentía no concordaba, no podía sentirse así de mal por su simple sueño tonto. Había soñado mas de una vez que sus hermanos morían o que él mismo moría, siempre con el caso de su casa incendiándose. Pero ninguno de esos sueños le había dejado tan devastado como el de esa mañana. El profesor lo llamó y respondió un “presente” algo atropellado. Debía concentrarse en su clase, luego podría torturarse con sus pensamientos.


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- ¿Luffy? - Usopp estaba confundido, no entendía por que desde que había empezado el receso, Luffy estaba pegado a el como garrapata. Estaba acostumbrado a la muestra de afecto del moreno mas bajo, pero eso ya era demasiado. Luffy había estado raro desde su llegada a clase y por alguna razón que Usopp no podía terminar de entender, en el momento que cruzó la puerta, Luffy se abalanzó a abrazarlo. No es que se quejara realmente, le encantaban los abrazos del chico.


- Dime Usopp. - Respondió sin ganas el mas bajo.


- ¿Te ocurre algo? - Preguntó el de pelo rizado.


- Claro que no.


- ¿Entonces porque me estas abrazando? - Luffy se separó de él de manera brusca, como si al tocarlo se estuviera quemando.


- ¿Qué ya no puedo abrazar a mi mejor amigo? - Bufó por la nariz el mas bajo.


- ¿Qué tu mejor amigo no es Zoro? - Usopp rió suavemente.


- No, Zoro es como su marido, o bueno, su niñera mas bien. - Contestó Nami, riéndose de la cara de indignación de Luffy. Usopp se le unió en las carcajadas. El moreno los golpeó suavemente en el brazo.


- ¡Eso duele idiota! - Nami le devolvió el golpe en la cabeza, bastante mas fuerte.


- ¡¡Auch!! ¡¡Por que me golpeas así!! - Comenzaron a pelear entre ellos, mientras Usopp intentaba contener la risa. A un lado de ellos Zoro los miraba con pena. No entendía por que Luffy se enojaba ante las idioteces que decía Nami, pero bueno, tampoco era nada nuevo.


Estaban terminando su almuerzo, o mejor dicho, intentando terminarlo sin que Luffy les robara comida. El ánimo del azabache había mejorado a lo largo del día, pero todos notaban que estaba raro. Nami había propuesto juntarse a la tarde en una de sus casas, incluida Vivi. Luffy aceptó y dijo que irían a su casa, ya que siempre estaba libre para que fueran. Tenía algo de bueno vivir solo con tus hermanos mayores. La pelirroja había hecho la propuesta para mejorarle el animo a Luffy, en realidad. Sabía que podría hacerle sentir mejor estando con los demás haciendo boberías. Tampoco Nami se sentía muy bien, tenian unas ganas tremendas de abrazar a Usopp pero podía esconder mejor sus emociones que Luffy.


La clase final transcurrió sin mucho problema, una clase de Biología demasiado aburrida, por lo menos para Luffy y Usopp. En cuanto se hicieron las 3 de la tarde y el profesor dio por terminada la clase, el grupo saltó de sus asientos listos para irse corriendo. El profesor les llamó la atención antes de irse.


- Chicos, ¿saben que pasa con Vinsmoke? Ha estado faltando a las clases. No quiero que se retrase. - El grupo bajó la mirada sin saber que decir. Sanji siempre había sido un chico estudioso, pero desde que había entrado en esa etapa de pubertad y de buscar cuanta mujer pudiera, había comenzado a faltar a la escuela y a escaparse en horario de clase.


- Esta enfermo, no se preocupe profesor, yo le pasare todos los apuntes de la clase. - Dijo rápidamente Usopp.


- Me alegra saber que lo estas ayudando. Pueden irse, buena semana. - El grupo le deseó buena semana al profesor y salieron de la clase. Todos tenían una expresión de molestia en la cara.


- ¿Sanji sigue saliendo con esa tal Pudding? - Pregunto Nami molesta.


- Asi es, Nami. La chica es hija de una mujer que lleva una gran empresa de comida y dulces. Le enseñan desde su casa así que el resto del tiempo lo tiene para ella y arrastra a Sanji a que la lleve a cualquier hora para todos lado. - Explicó Usopp.


- Suena como si lo estuviera usando. - Comentó Zoro.


- Es que lo esta haciendo! Hace que le pague las cosas que ella quiera y Sanji como buen idiota lo hace! Ella es rica! Lo hace faltar a clase y tener problemas con Zeff. - Ante la declaración de Usopp, Luffy frunció el ceño.


- ¿Y porque no nos has dicho esto, Usopp? - Comentó Luffy molesto.


- Porque pensé que seria como las otras, un par de salidas y ya fin del asunto. Pero creo que realmente esta pegado a esta chica. - Usopp era un buen amigo, no quería que lastimaran al rubio. Luffy decidió que hablaría con Sanji sobre su relación con esta chica Pudding. Mientras Luffy pensaba, el teléfono de Usopp sonó. El chico de pelo rizado tomó su celular para ver quien le había mandado un mensaje.


- Parece ser que no tendras que esperar para hablar con Sanji, Luffy. Me acaba de avisar que irá a tu casa, dentro de aproximadamente 2 horas. - El humor de Usopp cambió levemente, se lo veía un poco mas alegre, pero no podía esconder lo enojado que estaba con la situación con Sanji.


- Bien, lo esperaremos allá entonces, vamos chicos. - Dicho esto, los 4 se dirigieron a la salida de la escuela, uniéndoseles Vivi en el pasillo. Luffy vivía a pocas calles de la escuela por lo que el trayecto se les hizo corto entre charla y charla.


Siendo sinceros Luffy todavia no se encontraba del todo bien, había podido mantenerse tranquilo y distraído con la escuela, pero ahora que volvía a tierra, tenia unas ganas inmensas de llorar y de golpear a Zoro. No entendía muy bien por que, simplemente le salía el sentimiento desde adentro. Quería abrazarlo y decirle que no volviera a sacrificarse por él nunca más. El azabache paró en seco su caminata luego de revisar lo que había pensado. Volver a sacrificarse? Zoro nunca había llegado al punto donde tenia que “sacrificarse” por él. Habían causado algún que otro desastre cuando tenían 14 años pero nada muy alarmante o serio como para que los dos terminaran heridos. No entendía muy bien a que se había referido su propia cabeza. Notó que todos lo estaban esperando para seguir caminando, mirándolo de manera extraña. Se había quedado en medio del camino mirando la nada. Se avergonzó un poco pero le restó importancia, diciéndole cualquier excusa a sus amigos.


El trayecto no se atrasó mucho mas. Luffy algo distraído abrió la reja de su casa y luego la puerta, dejando pasar al grupo a su casa. El día de hoy tanto Ace como Sabo estarían afuera hasta las 8 de la noche, así que simplemente le mandó mensaje a Sabo diciendo que no se preocupara por la comida y que solo hiciera para él y Ace. El grupo se estableció en la sala, frente al televisor dispersados en los sillones del lugar. Había dos sillones individuales y un sofá grande, para aproximadamente 4 personas. Sobre la misma mesa del televisor había una consola de video juegos y unos cajones que guardaban juegos de mesa y tal. Tenían cosas para jugar y hacer pasar el tiempo, mientras esperaban a Sanji.


 Nami sacó el Mario Kart para jugar y todos se emocionaron, sacando a Luffy. Este dedicó una sonrisa que no llegaba a sus ojos y simplemente vio el lio que armaban sus amigos. Rió un poco ante el desorden, cuando notó la mirada de Zoro en él. Lo miró fijamente, para luego intentar sonreírle pero fallar irremediablemente. No se sentía capaz de sonreírle. El peliverde notó esto y lo miró con preocupación. No es que no confiara en Luffy para estar bien, pero le molestaba no poder ayudarlo. Si tan solo pudiera decirle..


- ¡¡AH!! ¡¡MALDITA SEA!! - El tren de pensamiento del peliverde se vió interferido por el grito de Usopp, habiendo perdido contra Nami. Lo miró mal y Luffy solo rió suavemente.


- Parece que te gane por quinta vez, Usopp. ¡¡Ahora me debes 5000 beris!! - Gritó Nami. Usopp se quejó a los gritos totalmente indignado porque obviamente no iba a pagarle a Nami. Los demás empezaron a reír mas fuerte con la pelea tonta de los dos, hasta que sonó el timbre de la casa. No se habían dado cuenta, pero ya eran cerca de las siete de la tarde. Todos se miraron entre sí, sabiendo que el que estaba afuera era Sanji. Todos se acercaron cautelosos a las ventanas del frente de la casa, procurando que el rubio no los viera. Se encontraba con una chica castaña, esta tal Pudding. Todos menos Zoro hicieron una mueca de molestia (ya le habían contado a Vivi los chismosos), mientras el peliverde solo rodó los ojos. Realmente estaba pensando entrar con Pudding a la casa? El timbre volvió a sonar y Luffy abrió rápido la puerta, encontrándose con la pareja.


- Hola Luffy, espero que no te moleste que haya traído a mi linda Pudding. - Canturreó risueño Sanji. La castaña sonrió dulcemente, pareciendo completamente normal. Pero Luffy confiaba en Usopp y en su descripción. La chica no le daba buena espina para nada.


- No me molesta Sanji, pero esto es una juntada con el grupo y ya. - Tan seco como sonó, Luffy dio a entender su opinión. Sanji se quedó algo perplejo, sabiendo que Luffy no le hacia asco a nada y que no tenia problemas con las personas se le hizo raro.


- ¿Osea que no puedo estar aquí, Sanji lindo? - Le  preguntó Pudding al rubio, abrazando su brazo y restregándolo contra sus senos. Un pequeño sonrojo y una sonrisa enorme se formo en el rostro de Sanji. Luffy tuvo que controlarse para no poner cara de desagrado. Adentro sin poder verse, Usopp no reprimió la mueca.


- ¡Nadie a dicho eso Pudding! Vamos Luffy, no seas amargo. No puedes dejar a esta dulce señorita volverse sola. - Dijo de manera caballerosa el mas alto. La chica se sonrojó un poco y Luffy pudo ver rápidamente a través de su acto, estaba mintiendo.


- Pues acompáñala hasta su casa y ven después. - Sanji frunció el ceño algo confundido y empezó a molestarse.


- No entiendo cual es el problema de que ella este aquí. No ha hecho nada malo. - Refutó el rubio.


- No, simplemente me cae mal. Eso es todo. - La cara de poker de Luffy era imbatible.


- ¿Es en serio lo que me dices, Luffy? ¡No puedes ser tan idiota como para juzgar a si alguien que no conoces! - La molestia ya era obvia en el rubio. Zoro suspiró cansado al lado del marco de la puerta. Esto no iba a terminar bien.


- Luffy tiene razón, acompáñala y vuelve. Aunque ella es totalmente capaz de volver sola. - Usopp salió detrás de la puerta, llevándose una sorpresa por parte de todos. Sanji lo miró mal.


- ¿Realmente dejarías a una señorita volver sola a esta hora?


- Puede llamar a alguien para que la recoja. - Contestó Usopp.


- ¿Y tú quien eres para decir eso? - La chica finalmente habló. Su expresión había cambiado a una fría, de total asqueo hacia los dos morenos en la puerta. Luffy supó que no se equivocó al juzgarla y Usopp solo se indignó más.


- Cállate Usopp, ni siquiera la conoces. - Le habló enojado Sanji.


- Me sorprende lo idiota que te trae, Sanji. Pero al mismo tiempo no me sorprende, siempre fuiste así con las mujeres. - Usopp bufó mirando hacia un costado. La verdad es que estaba muy nervioso, pero necesitaba sacarse de encima la molestia que sentía. Luffy lo miró algo divertido.


- Menudo idiota narigón… - Se escuchó susurrar a la castaña. El de pelo rizado se giró a verla enojado. Con que derecho se atrevia a insultarlo…


- Ahora vienes a echarme en cara mi amor hacia las mujeres? Das pena narigón. Tu ni siquiera fuiste capaz de confesarte al amor de tu infancia. - El grupo entero abrió los ojos ante la contestación de Sanji. Todos ellos sabían lo duro que había sido para Usopp haberse enamorado de una niña hermosa llamada Kaya y nunca haber sido capaz de decirle lo que sentía por miedo. Todos sabían lo que le dolía a Usopp, especialmente Sanji. La mirada perpleja de Usopp dejó en silencio a todos. Lo primero que se escuchó fue la risa algo morbosa de Pudding.


- ¿¡Y-y que tiene que ver eso?! ¡Lo que haces tu no esta bien Sanji! - La voz de Usopp comenzó a flaquear.


- Y quien eres tu para decirme que hacer, Narigón estupido? Seguro hasta eres maricón. - Dijo Sanji con rabia. Vivi jadeó angustiada y Zoro frunció el ceño. Sanji se estaba pasando.


- ¡Míralo! ¡Parece que quisiera llorar! - La risa de Pudding se hizo más estruendosa. - ¿Que tienes? ¿5 años? - Se acercó a la cara de Usopp y le dio un par de palmada en la mejilla. - Ademas de feo, incompetente y cobarde, también eres llorón. Mira que menuda lastima das.. - La mano fue parada por el agarre de Nami a la muñeca contraria. La castaña, frunció el ceño enseguida, mirando fijamente a la pelirroja. Esta tenía una expresión fría en la cara y alejó la mano de la cara del azabache con brusquedad. La expresión de la cara de Luffy no estaba lejana del enojo, de querer golpear a la chica. Poco le importaba que fuese mujer.


- Váyanse, Sanji. - Musitó Luffy y les cerró la puerta en la cara a los dos. Entraron sin prestarle atención a los gritos de Sanji sobre que clases de amigos eran y se concentraron en ver como estaba Usopp. Parecía lastimado, pero no estaba llorando. 


El grupo quedó en silencio, no sabiendo exactamente como reaccionar a lo recién ocurrido. Sanji siempre había sido mujeriego, teniendo suerte con las mujeres por ser caballeroso y ser atractivo, pero jamás a costa de sus amigos. Era el tipo de persona que no dejaba a sus amigos atrás y siempre se preocupaba por ellos. Por eso mismo, nadie sabia que decir o que pensar. Por su parte, Luffy estaba rojo de la cólera. No solo quería darle su merecido a Pudding, sino darle la golpiza de su vida a Sanji por idiota.


- Usopp… - Musitó Nami sin saber que decir exactamente. Usopp la miró con una sonrisa triste.


- Esta bien Nami, tiene razón igual. Jamás tuve el valor suficiente de enfrentarme a Kaya.. - Un golpe en la pared se hizo presente por parte de Zoro, sobresaltando al grupo entero.


- No digas imbecilidades, Usopp. Sanji claramente no esta cuerdo, el muy idiota se deja manipular por esa arpía. Aunque allá sido tremenda basura contigo, él mas que nadie saber tu historia. - Comentó el peliverde.


- Lo sé, Zoro. Creo que es hora que me despegue de él, ¿verdad?


- P-pero esto se puede arreglar.. - Intentó decir Vivi. Usopp levantó la mano en signo de pararla.


- Sabes Vivi, no me interesa ahora mismo arreglar esto. Sanji no se veía muy preocupado por nuestra amistad, así que simplemente lo ignoraré. Les molesta si me vuelvo a mi casa? - Susurró el de pelo rizado. La peliazul esbozó una cara triste, mientras Nami le palmaba la espalda.


- Por supuesto que no Usopp, puedes volverte. Creo que tampoco estoy para seguir con esto, lo siento chicos. - Dijo Luffy. Se le notaba el enojo en la voz y todos sabían bien que lo mejor sería dejar que el moreno simplemente se calmara.


Zoro rápidamente se puso de pie, ofreciéndose para acompañar a Usopp. Este rechazó amablemente su propuesta, diciendo que quería estar solo. Sin más, Zoro y Usopp fueron los primeros en irse, el primero sin antes mirar a Luffy fijamente antes de irse por la puerta. La mirada del peliverde decía claramente “Hablaremos de lo tuyo mas tarde” y Luffy se incomodó un poco. Se quedó con Vivi y con Nami mientras esperaban que Pell, uno de los cuidadores de la peliazul viniera a recogerla en auto. La conversación se dio principalmente entre las dos chicas, Luffy simplemente escuchándolas con la cabeza en otro lado. Necesitaba hablar con alguien, pero no con Zoro. No podía hablar con él si el problema era sobre él. Miró fijamente a Nami, pensando que quizás, su mejor amiga seria la opción correcta. La chica siempre sabía que decir, daba buenos consejos y no desprestigiaba los problemas de los demás. Antes de que sonara la bocina del auto de Pell, le pidió a Nami que se quedara. La chica algo perpleja aceptó y fueron a despedir a Vivi cuando le abrieron la puerta. Al cerrarla, la mirada de Luffy se clavó en la pelirroja. Se puso algo nerviosa, la mirada intensa de Luffy podía causarle sensaciones a cualquiera y ella no era la excepción. Aunque no sabía exactamente de que quería hablar el moreno, simplemente esperó a que este dijera algo. Se fueron a la habitación del chico y Nami se sentó en la cama de Luffy. Estaba acostumbrada a tener esa confianza con él y en cuanto el mismo Luffy se sentó también en la cama frente a ella, Nami se dio cuenta de que Luffy quería hablar de algo serio.


- Bien, suéltalo Luffy. - Dijo Nami y el moreno sonrió.


- Pues he soñado algo y ha sido muy raro. - La pelirroja levantó una ceja curiosa.


- Dime entonces, ¿que soñaste?


Sabo estaba llegando a la casa luego de una larga jornada de clases. Se sorprendió al no ver al grupo de Luffy en la sala, pensando que quizás estarían en el cuarto de su hermano. Pero 6 personas en un cuarto eran demasiado. Lo llamó por su apodo, pero su hermano no contestó. Dejó las compras del super en la mesa de la cocina y subió a cambiarse a su cuarto. Al pasar por el cuarto de su hermanito, notó la puerta algo abierta. Solo podía ver que estaba Nami en la habitación y parecían estar teniendo una conversación bastante profunda. Sabo no le prestó atención, no debía meterse en la vida de su hermano. Justo antes de seguir caminando hacia su cuarto, las palabras de Luffy lo pararon en seco, haciendo que fuese incapaz de despegar la oreja de la puerta. 


Luffy se encontraba hablando con Nami sobre un sueño, un sueño de piratas, peleas y muerte. Debería referirse a la pesadilla que había tenido en la mañana posiblemente, pero lo que mas le sorprendió a Sabo es que Nami rápidamente le contestó que ella también había tenido un sueño así y que parecían una continuación del contrario. La historia calzaba tan perfecto que parecía irreal y notando la voz entrecortada de Nami, sabía que a ella también le estaba afectando. Peleas, muerte, poderes inexplicables y piratas, cosa que solo uno puede imaginarse en su cabeza. Era alarmante el nivel de coincidencia con sus propios sueños y ya de por si que los sueños de los dos chicos parecieran la continuación del otro era sumamente aterrador. Sabo se despegó de la puerta y fue a cambiarse a su cuarto. Tenía las manos algo sudadas pero las ignoró. Se cambió a una camiseta blanca y a unos pantalones holgados. Le gritó a Luffy desde su cuarto si Nami se iba a quedar a comer y respondió que si. Rápidamente Sabo bajó las escaleras y se instaló en la cocina para hacer la cena, pero antes tomó su teléfono celular y marcó un numero. En este momento solo podía recurrir a una persona, la persona mas sabía y lógica que conocía. Sentía que se volvería loco si no podía hablar de esto con alguien racional.


- Buenas noches, mi nombre es Monkey D. Sabo. ¿Podrías pasarme con Nico Robin, por favor?

Notas finales:

Gracias por leer!! Prometo actualizar con mas frecuencia!

No odien a Sanji, esta bobo (?


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