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Divorciados por TheFckingHood

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Era un día caluroso de junio cuando ocurrió eso. Sasuke no tuvo la fuerza suficiente para negarse a la plegaria de esos pequeños niños. No tan pequeños, pero pequeños. Para nadie era mentira que al azabache Uchiha le resultaba casi imposible decirle no a su hija (A menos que fuera necesario) y menos cuando se unía junto a Boruto y Himawari para rogarle algo con los ojos y manos juntas. ¿Quién diría que los menores Namikaze veían a Sasuke como máxima autoridad en esa casa, estando su padre propio también presente?

 

Eso le agradaba.

 

Finalmente acepto, pero asegurando que no se uniría a la ayuda ya que debían de arreglárselas solos. ¿Qué? Sí deseaban algo debían de conseguirlo solitos. Y con ayuda de Naruto, por metiche.

 

 

 

 

 

Sasuke termino de preparar las bebidas heladas, y consciente de que en algún momento iría a encerrarse en la cocina para la cena. Los niños solo se quedarían ese fin de semana, puesto que Sakura deseaba viajar junto a su mejor amiga e hija a unas vacaciones a la playa y Hinata iría a visitar a su padre quien estaba ansioso de ver a sus nietos. Por primera vez, ni Sasuke ni Naruto tendrían a los menores allí durante las vacaciones de verano.

 

Eso sí, no se salvaron de tener que hacer algo con ellos.

 

Y he ahí la gran idea del verano, que seguro terminaría como decoración vieja en su patio. Una casa del árbol.

 

Puso las bebidas en una mesita de vidrio que había allí, viendo como realmente les estaba yendo bien. Naruto había mejorado mucho desde la última vez (sí, lo debe de decir, también tuvieron una casa en el patio de la casa del rubio y ciertamente había caído a los tres días, siendo Minato el último en ayudarles). Ya tenían las escaleras pegadas al tronco del árbol con tachuelas, y el piso que iba a sostener toda la casa estaba casi terminado, por lo que sus hijos seguramente no tendrían la construcción hecha antes de irse... a no ser que Naruto siguiera presionándose con eso.

 

— ¡Abran paso, ttebasa! —Sintió como algo golpeaba su espalda y rápidamente se hizo a un lado, viendo al cabezota número dos (Su amado dobe siempre sería el número uno) cargando algunos tablones de madera. Hasta que lo vio — ¡Tío Sasuke! —El niño como si nada lanzó la madera a un lado en su desenfrenado ataque en abrazarlo, que al parecer no midió la distancia. Sí, un trozo de esas tablas cayó sobre el pie del pequeño niño, quien en un grito vocifero un: — ¡MIERDA!

 

Ahora comprendía como se sintió su padre la primera vez que Sasuke uso la palabra "usuratonkachi" en una frase que incluía a Naruto, frente a él. Venga, tenía dieciséis (En realidad la comenzó a usar desde los trece pero nunca frente a sus familiares), pero Boruto tenía doce... y dijo la palabra con 'M'.

 

Observó al más pequeño saltando en un solo pie mientras ocupaba con sus manos sostener el otro. Hubiera sido más fácil que en vez de saltar se inclinara o incluso sentara en el suelo, pero no, he ahí porque lo llamaba cabezota número dos —Ven aquí. —No espero a que respondiera, simplemente lo tomo en brazos y lo sentó en una de las sillas veraneras que su pareja había conseguido después de guardar una cierta cantidad de bonos que recortaba de los periódicos para ello — ¿Dónde te golpeo?

 

No había notado el sonrojo de Boruto, porque simplemente observaba la zona afectada que residía a más allá de los dedos. Eso era bueno —Me duele...

 

Te pondré algo de hielo por si se hincha y luego una venda. Debes de saber que tu trabajo en ayudar a hacer la casa ha terminado por hoy, —Los ojos azules cayeron al suelo en desdicha —y vas a tener que acompañarme. —Vaya, se había recompuesto rápidamente —Boruto. —Lo llamó.

 

— ¿Sí?

 

El azabache le despeino un momento los cabellos —Nosotros no usamos malas palabras en esta casa, así que por favor.

 

Ah, sí... lo siento, tío, no va a-

 

— ¡MIEEEERDAAA! —Ambos giraron la vista, viendo como Naruto se mantenía encogido en sí mismo, rodando en el suelo de la casa del árbol. Mientras que Sarada y Himawari paraban de pintar las escaleras y lo miraban con preocupación.

 

Sí... una casa donde no decían malas palabras...

 

Espera aquí. —Sasuke se puso de pie y fue a salvar una vez más, a un cabezota rubio.

 

 

 

 

 

Me duele, ttebayo- ¡Ay, Teme!

 

Calla. Tu hijo no se quejó tanto cuando lo vende. —Su pareja dejo de hacer ruido, mordiéndose el labio y soportando el ardor en su pulgar. Sasuke suspiró y cuando termino de revisarlo por tercera vez y ponerle un poco de pomada, se inclinó a besar castamente los labios del otro, quien se relajó y luego busco recargar su cabeza en el hombro del Uchiha —Creo que la casa solo será terminada hasta que vuelvan a quedarse con nosotros.

 

Naruto elevó la cabeza con pesar —Quería ayudarles a terminar pronto, Sas'ke.

 

Hm. —Ambos miraron a través de la puerta corrediza el árbol y los materiales dejados en el patio. Pronto comenzaría a oscurecer por los tonos anaranjados del cielo —Prepararé la cena. —Naruto asintió sin despegar la vista del vidrio.

 

Sasuke torció la boca en una mueca, podía ver la decepción en la mirada azulina, y lo admitia, odiaba ver a su ser más preciado así.

 

Ven. —Tomo su mano libre y lo llevó consigo a la cocina.

 

 

 

 

 

Ambos madrugaron, no por culpa del horario que sus mismos cuerpos se habían llegado a acostumbrar, sino porque bien habían hablado la noche anterior y quedaron en un trato.

 

— ¿Estás seguro?

 

No hagas que me arrepienta, dobe.

 

Tch, teme. —El rubio miro su mano y resopló sin ganas —No vayas a hacer lo mismo que yo. —Sasuke negó tomando el martillo. Ayudaría a adelantar lo posible, a su manera, a su paso, y Naruto solo comenzaría a pintar lo faltante.

 

Movámonos, aún tengo que preparar el desayuno para cuando ellos se despierten.

 

 ¡A la orden, ttebayo!


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