—Dean no estoy seguro de que debamos dejar a Sam solo con Stiles. —Castiel torció la boca y se detuvo frente a la puerta del impala.
—Stiles estará bien. —le dijo Dean con una sonrisa. —Solo serán unas horas.
—Sam es el que me preocupa. —realmente quería tener una cena a solas con Dean aun que esta se tratara de un par de hamburguesas y papas fritas en una cafetería cerca de la casa de Bobby.
—Todo estará bien. —su esposo trato de reconfortarlo pero en su interior también estaba nervioso por separarse de su pequeño revoltoso.
—De acuerdo. —finalmente Castiel entro al impala, el motor se encendió y a los pocos minutos ya habían dejado atrás a Sam con el niño paliducho.
Mientras tanto dentro del hogar de Bobby, un pequeño se hallaba coloreando extraños y feos dibujos al lado de su tío Sam, quien estaba bastante concentrado en buscar información del caso que Bobby se estaba encargando esa noche.
—Tío Sam. —le llamo Stiles.
— ¿Qué sucede? —pregunto sin dejar de ver la pantalla de su computadora portátil.
— ¿Por qué a papá Dean le gusta el porno? —cuestiono Stiles mirándolo fijamente con sus ojos ambarinos.
— ¡¿Qué?! —Sam dejo de hacer lo que estaba haciendo para ver que Stiles lo miraba esperando alguna respuesta. — ¿De, de donde escuchaste eso?
—Sabias que es de tontos contestar con preguntas. —le respondió con el ceño fruncido, Sam lo miro confundido y sin saber que responder ante eso. —El tío Gabriel lo dijo.
—Voy a matar a ese arcángel. —Sam rechino los dientes, ya le había dicho bastantes veces al rubio que dejara de contaminar la mente de su sobrino de 6 años.
—Si tanto le gusta a papá, podemos regalarle porno para su cumpleaños. —ahora de verdad quería freír a Gabriel en aceite sagrado.
—No Stiles, ¿Qué te hemos dicho sobre creer lo que Gabriel dice?
—No me acuerdo. —respondió restándole importancia.
—Solo sigue coloreando tus dibujos. —Sam suspiro y trato de seguir con su investigación.
Realmente solo pasaron unos cuantos minutos en silencio cuando Stiles volvió a abrir la boca.
— ¿Qué es el porno?
—Pregúntale a Dean cuando llegue. —Sam definitivamente escaparía de esas charlas con su sobrino.
—Ya me aburrí de colorear. —Stiles hizo sus cosas a un lado y se recostó en el sofá. — ¿Las cebras son negras con blanco o blanco con negro? —Sam lo volteo a ver con una mueca de ¨qué carajos¨, no pudo responder la duda de su sobrino cuando este volvió a preguntarle otra cosa. — ¿Por qué los vampiros beben sangre? ¿Sabrá cómo a jugo de uva?
—Stiles. —Sam suspiro con cansancio.
— ¿Salimos a jugar?
—Lo siento pero debo de conseguir información para el abuelo Bobby. —no era una excusa pero tampoco saldría a con Stiles a tan altas horas de la noche cuando una criatura podría estarlos rondando.
— ¿Puedo ayudarte? —hizo un puchero para que Sam sucumbiera ante el pequeño paliducho.
—Sí pero no más preguntas. —le suplico. Le dio un libro sin fijarse realmente cual era. El niño ya sabía leer pero estaba seguro que no comprendería la mayor parte de lo que decía los textos acerca de la brujería celtica.
El silencio se hizo presente en la habitación nuevamente, Sam por fin podría trabajar en paz, giro su cabeza un par de veces para cerciorarse que Stiles solo seguía hojeando con interés el libro. El semblante de su sobrino era muy parecido al de Castiel cuando estaba concentrado. Era extraño como podía tener gestos y manías bastante similares a sus padres a pesar de no ser hijo biológico de ambos.
Stiles hacia las mismas rabietas que Dean y era igual de adorable y protector que el ángel. El niño era una mezcla perfecta de ambos.
Luego de un rato Sam ni si quiera se dio cuenta que su sobrino ya no estaba en la misma habitación que él, de hecho lo noto cuando escucho que desde la cocina alguien movía las cosas de la alacena.
— ¡Tío Sam! —le llamo Stiles desde la otra habitación. — ¿El frasco de tapadera azul es sangre de bruja?
—Sí, no te la vallas a beber Stiles. —contesto sin dejar de trabajar en su investigación.
Su sobrino no contesto y Sam debió de haber cerciorado que tanto hacia Stiles en la cocina porque se escuchaba que estaba buscando varias cosas. Y cuando pensó en ir a ver qué estaba haciendo Stiles, su celular sonó.
— ¿Encontraste algo? —le pregunto Bobby del otro lado.
—No realmente, creo que la criatura podría…—de pronto comenzó a sentir como la habitación se está poniendo demasiado helada.
— ¿Sucede algo? —pregunto Bobby.
—La habitación esta helada.
— ¿Estas solo?
—No, estoy cuidando a Stiles. —y justamente en ese momento las luces comenzaron a parpadear y a sentirse aún más el viento en la casa. —Bobby te llamo después.
—Llame si pasa algo. —Sam no contesto solo colgó y fue hacia donde se supone que debería de estar Stiles.
Cuando Sam abrió la puerta de la cocina se encontró con Stiles en medio de un pentagrama, velas y otras cosas que no reconoció por la falta de luz, el niño había invocado algo. El espejo que estaba frente a Stiles dejaba ver la cara de alguien conocido. Años atrás tal vez estaría al borde del pánico por quien se trataba.
—Stiles si querías llamar a lucifer solo tenías que tomar el teléfono de la sala. —Sam se adentró al pentagrama y se sentó al lado de su sobrino. —Hola Lucifer.
— ¿Samuel que te trae por aquí? —le sonrió el arcángel con una sonrisa coqueta.
—Tal vez que Stiles acaba de invocarte en la cocina de Bobby. —hizo una mueca. —Es un hechizo muy difícil para su edad.
—El tío Lucy dice que pude lograrlo porque soy mágico. —argumento Stiles con una enorme sonrisa. — ¿Invoco a Crowley? —pregunto con un bostezo.
—Deberías ir a dormir pequeño demonio. —sugirió lucifer y después dirigió su mirada hacia Sam.
—Iré a llevarlo arriba. — subió con Stiles en brazos medio dormido, lo arropo y volvió a la cocina, la mirada que le había dado el arcángel le indicaba que quería decirle algo importante. — ¿Qué sucede?
—Si el niño fue capaz de invocarme, otros ángeles podrían considerarlo amenaza. —comento serio.
—Tal vez deberían mantener su magia sellada.
—Sera lo mejor para él, adiós Sam. —el viento soplo fuertemente y las velas se apagaron, la luz se volvió a encender dejando ver el desastre que había dejado su sobrino. Ahora tenía que limpiar todo antes que Dean y Castiel llegaran.