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Siempre Juntos por Shizuka Tenoh

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Notas del capitulo:

Solo diré esto:

 

Ojala les guste la escena, porque para mi, quedó perfecta!! :`(  Y eso es decir mucho. Soy extremadamente autocritica >.<

 

Cariños…

 

Shizu.

Capítulo 15: Unión

Luego de despedir a todos los invitados, Atobe se acercó a Yuriko para darle las buenas noches y dirigirse a su habitación, pero ella lo retuvo en el corredor del segundo piso.

- ¿Qué ocurre? –

- Keigo… - Sin poder sostener su mirada, la chica bajo la vista hasta sus pies. Estaba sonrojada - ¿Podrías darme un regalo esta noche?

- ¿Eh? ¿Regalo?- por nada en el mundo daría a entender que sabía exactamente a qué se refería, simplemente porque no podría hacerlo- ¿Es que no te gusto el nuevo guardarropas que te obsequie?

- ¡Claro que me gusto! – Lo miró apenada – Es solo que…

- Yuriko, ¿Qué quieres? – se estaba demorando, y aunque ella no lo supiera, en esos momentos debía estar en otro lado.

- Quiero… que… - sus mejillas volvían a estar ruborizadas…- quiero…

- Lo que sea, solo dilo, y lo comprare para ti – dijo cerrando el tema y posando una mano sobre su cabeza – Ahora de verdad, estoy cansado. Buenas noches

Se giró para ir a su cuarto, pero la joven lo abrazo por la espalda, deteniéndolo, y le habló en un murmullo.

- Quiero que pases la noche conmigo, Keigo… - la voz le temblaba tanto como los brazos alrededor de su cintura, y sin poder evitarlo, el corazón le dio un brinco.

- ¿De que estas hablando, Yuriko? –

- Es solo que…-

- Explícate ahora mismo – dijo soltándose del agarre y volteando a verla - ¿Cómo que quieres que pase la noche contigo?

- Por favor… - rogó acercándose más a él – Si solo me dieras la oportunidad de probarte que podemos…

- ¿Oportunidad? – su enfado crecía con cada palabra de la chica ruborizada frente a él, superando incluso a la sorpresa causada por tal absurda petición.

- Ya sabes… podríamos… - la pobre muchacha se vio algo amedrentada por el tono que comenzaba a usar Atobe

- ¿Podríamos qué? – Había pasado de la sorpresa a la molestia absoluta - ¿Qué es lo que crees que pasara si hago lo que me pides?

- Bueno, somos novios ¿no? - se había acobardado levemente por su tono de voz, pero aun así, continuó- Sería normal que diéramos ese paso en nuestra…

- ¿En nuestra qué? – La miró enojado y alzó un poco la voz – No hay nosotros aquí, Yuriko, entiéndelo. No existe nada más que amistad. ¡¡Y no somos novios!!

Ella solo se le quedó mirando con aturdimiento. Era la segunda vez en el mismo día que la rechazaba, y ahora ya no tenía palabras para dirigirse a él. El llanto picaba tras sus ojos, podía verlo, pero el orgullo era más fuerte. Podía notar cada una de sus reacciones como si fuesen propias.

Atobe la conocía bien; sabia cuando estaba nerviosa o enfadada… o simplemente cuando, como ahora, su deseo de ser una mujer adulta le jugaba en contra. Estaba seguro que de no ser por su relación con Tezuka, nada de esto lo habría molestado realmente. Solo lo habría tomado como otro de sus caprichos, consintiéndola incluso, y sin darle más importancia, lo hubiese dejado pasar. Pero ahora… ahora todo era diferente. Él era diferente. Su corazón había cambiado… no podía traicionarlo.

Cambió sus pasos para volver a bajar a la primera planta, haciendo caso omiso de las preguntas lanzadas a su espalda.

“Al menos todo esto me dio la excusa que necesitaba para salir”

- Amo Keigo – Yoshida se encontraba al pie de la escalera con expresión preocupada.

- No pasa nada. Llama al chofer, voy a salir – pasó de largo y salió por las puertas dobles de la entrada.

El anciano lo siguió después de unos minutos, con un abrigo en las manos. El auto no demoró en aparecer al final de la escalinata, y sin decir más, tomó el abrigo y se subió.

-Amo, Keigo- habló el mayordomo antes de cerrar la puerta – Enviaré ropa y su equipo por la mañana.

- Gracias, viejo – susurró

 

La luz de su habitación era la única de la casa que estaba encendida cuando llego. Despidió a su chofer y sacó las llaves que le había dado Tezuka. Entró sin hacer mucho ruido, subiendo directamente al cuarto. Toco la puerta antes de pasar.

- Adelante –

Era increíble el alivio que podía cubrirlo por completo con solo oír su voz. La tensión abandono su cuerpo cuando abrió y se encontró con su mirada.

Estaba recostado sobre la cama, con un libro abierto sobre el pecho. Se había cambiado el traje por un pantalón de buzo oscuro y una camiseta blanca. Lo miró con atención, esperando alguna palabra, mas no dijo nada. Se quitó el abrigo, dejándolo sobre la silla del escritorio y se subió a la cama, acercándose a su lado en silencio.

Apartando el libro de su cuerpo, Atobe lo miró un segundo antes de besarlo, lenta y profundamente, sacando un ronco suspiro del chico de lentes.

- Hola – susurró contra sus labios después de un largo rato.

- Hola – respondió con una sonrisa juguetona - ¿Todo bien? ¿No tuviste problemas para salir?

- No muchos, pero no quiero hablar de eso ahora – se arrodilló en la cama, quitándose la camisa y volviendo a ponerse sobre él- Tengo algo mejor en mente…

- Creí que habrías tenido suficiente diversión por hoy – habló pasando las manos por su espalda, provocándole un estremecimiento – Y que llegarías rendido a descansar.

Pasando los labios por su cuello, preguntó: -¿Tú estás cansado?

- Eso depende… - rió contra su hombro – hay tantas variables para el cansancio, que podría…

- Mitsu – atravesó los labios de su novio con un dedo antes de añadir – Ya no hables.

Así, dulcemente silenciado, se dejó llevar por la sensación de su piel desnuda, enviando vibraciones a sus nervios, en lentos impulsos de placer.

- Kei… - dijo en un suave susurro que estimulaba sus sentidos, pero con una nota extraña en la voz…

- ¿Mmm? –

- Sé que… ha pasado poco tiempo… - las atenciones del chico en su pecho le impedían hablar con elocuencia – pero… no creo que pueda…

- Mitsu… - se detuvo, incorporándose para mirarlo con ternura – si no quieres seguir, no hay problema… tenemos mucho... –

- Aguantar, Kei – lo atajó, acercando nuevamente su rostro confundido para besarlo y añadió – No creo que pueda aguantar más, es lo que iba a decir.

Sonrió. Atobe suspiró con alivio. En lo único que podía pensar, desde que los habían interrumpido la noche anterior, era en hacerlo suyo. En entregarse por completo al hombre que amaba. Y para qué mentirse… tampoco se creía capaz de detenerse ahora. El solo hecho de imaginar, por un segundo siquiera, que Tezuka no quería, había contraído su corazón hasta convertirlo en un agonizante palpitar.

Sin embargo, sus palabras fueron capaces de encender la última chispa que necesitaba para continuar con confianza. Ni su padre sería capaz de apartarlo de su lado así como estaba.

 Habían esperado tanto que no quiso arruinar el ambiente haciendo todo lo que se cruzó por su mente al momento de ir quitando las molestas prendas… ya tendrían tiempo para probar cosas nuevas mas adelante… Ahora solo quería hundirse en él, perderse en su aroma y no pensar en nada mas hasta el día siguiente.

Despojados de sus ropas, entre un revoltijo de sábanas, y con el sudor perlando sus cuerpos, intentó prepararse mentalmente para lo que seguía… la incomodidad fue momentánea, eclipsada en su mayoría por la excitación, pero aun así, no se movió de inmediato. Quería hacer las cosas bien, y eso incluía el placer de su pareja tanto como el suyo.

- ¿Estás bien? – preguntó contra su oído, tratando por todos los medios contener sus impulsos de moverse sin parar

- Jamás… estuve mejor – dijo contra su cuello, presionándolo más contra sí mismo… moviendo las caderas, instándolo a continuar

- Bien – respondió con arrogancia y rozando el lóbulo de su oreja con la punta de la lengua, añadió – muy pronto estarás aun mejor.

Dicho esto, comenzó a mover sus caderas en forma cadenciosa, con estocadas lentas, profundas, tan deliciosamente excitantes que Tezuka, al igual que él, solo podía gemir de placer.

No había de qué preocuparse esa noche, nada que decir, ni nadie a quien esperar… solo estaban ellos, suspirando, entre besos y caricias, entre gemidos y vaivenes, uniendo sus cuerpos por fin, después de tanto contener sus sentimientos.

Cada roce de sus cuerpos, cada gesto en sus rostros, cada toque de sus manos, daban fe del inmenso amor que había nacido entre ellos, sin saber muy bien cómo ni cuándo. Solo sintiéndolo, aprovechando el tiempo que tenían para estar juntos, queriéndose como habían soñado tantas veces en hacerlo.

La pasión esa noche, inundó el cuarto a oscuras en el que ambos no dejaban espacio entre sí. Buscando el placer y la satisfacción del otro, susurrando palabras al oído, dejando salir risas sinceras por sus íntimas bromas… contándose secretos que solo ellos conocerían… Sintiendo que nunca tendrían suficiente del otro, pero aun así tratando de llenar sus corazones con la fuerte unión que ahora existía, agradeciendo el valor de ambos por enfrentar juntos lo que se les venía a futuro.

Notas finales:

Yap, qué les pareció??

 

Sinceramente, había planeado hacer el primer lemon en este capi, pero al escribirlo, resultó asi, y quede muy conforme, pues era la primera vez de nuestra parejita… no me quise ir al choque de una…

 

Lo que me deja con bastaaaaaantes ideas para los encuentros futuros ;D

 

Espero sus comentarios y muchas gracias por leer!! ;)

 

Hasta el próximo cap!!


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