Capitulo 21: Deuda
Estando aun frente a la puerta del armario, Tezuka ya no lo oía… se había puesto de rodillas, reemplazando los dedos en su abdomen por su lengua al tiempo que lo fijaba en su lugar tomándolo por la cadera con ambas manos. La respiración de Atobe se aceleró de inmediato, comenzando a mover ligeramente su pelvis, pidiendo atención. El chico lo miró desde abajo cuando comenzó a bajar el bóxer de su novio, provocando que la atmósfera se cargara aun más, hasta que pudo quitarle la prenda y lanzarla a un lado.
- Kunimitsu… - habló con dificultad cuando supo lo que venía, pero el de lentes no le hizo caso alguno.
Al contrario, con las manos en su cadera de nuevo, comenzó a pasar sus labios entreabiertos a lo largo de su ya demandante miembro, arriba y abajo, acariciándolo, tentándolo, provocándolo para que perdiera la razón.
Cerrando los ojos para disfrutar de la tortura, estaba a punto de pedir más cuando algo cálido y húmedo le rozo la punta. La sensación fue totalmente distinta y lo obligó a mirar hacia abajo sorprendido. Tezuka pasaba ahora su lengua desde la base hasta la punta, enviándole corrientes a todo el cuerpo, haciendo que gimiera cada vez más fuerte y, creyendo que solo seria eso, se dedicó a mover sus caderas con suavidad, notando de pronto sus manos pasar por su trasero, hacia abajo por las piernas y hacia arriba por la parte interna hasta llegar a su miembro, para tomarlo con decisión y…
- ¡Aaah! – el gemido salió de la profundidad de su garganta.
Tezuka abrió su boca y se llevó todo hasta el fondo, chupando con fuerza en la punta antes de volver a meterlo.
Atobe no era capaz de diferenciar el blanco del negro en ese momento… solo podía sentir la mano y la boca de Tezuka, marcando un ritmo rápido, ayudado por su mano izquierda, una y otra vez…
- ¡Ah, ah! Mit… su…- intentaba hablar pero la lengua que envolvía su miembro duro y caliente, y el roce de la punta casi en la garganta de su novio, no se lo permitían - ¡aah, aaah! –
A ese paso terminaría por venirse de inmediato… había estado conteniendo sus ganas desde la mañana y el chico a sus pies se lo estaba haciendo tan deliciosamente que no creía poder resistir.
- Mi… Mitsu… - intentó de nuevo – me… ¡me ven… go…!
Para su sorpresa, Tezuka se detuvo casi al instante. Pasando su lengua un par de veces mas por su glande, se puso de pie, quitándose el bóxer al mismo tiempo que lo miraba con provocación y se apegaba a él.
- ¿Kuni…? – dijo justo antes de que devorara su boca con la suya y sintiera el miembro del chico junto al suyo, y una mano masturbándolos juntos – Mmmm…
- ¿Te gusta…? – preguntó contra su boca
- Me gusta – respondió moviendo su cadera para ayudar y añadiendo con leve jadeo – pero me estas volviendo loco…
- Te lo dije – respondió poniendo algo de presión sobre la punta de su miembro y mirándolo travieso
- ¡Auch! – se quejó sin entender de qué hablaba e intentando que volviera a las caricias de antes – ¿a qué te refieres…?
- No te puedes quejar – murmuró contra su oído, volviendo a masajear ambos miembros duros y calientes – estoy cobrando tu palabra…
- Creo que mi deuda tiene más intereses de los que pensé… - comentó con diversión cuando volvió a sentir presión, ahora en la base, provocando que ahogara un gemido.
- Exacto – respondió mordiendo levemente el lóbulo de su oreja – Es bueno que lo entiendas ahora…
- ¿Ahora?
- Así tendrás una idea de lo que viene luego… Y te aseguro que irá en aumento.
No pudo debatir nada. Su piel se ponía más sensible por cada caricia que recibía, y su pene demandaba liberación inmediata
- Te… extrañé– logró decir de forma jadeante…
- Mmm… ¿cuánto? – preguntó con un suspiro, sonriendo al cambiar su mano por la propia.
- ¡Aaah! – Gimió suave – Demasiado…
- También yo… - dijo empujándolo de nuevo al banquillo, poniéndose sobre él, moviendo sus caderas incesantemente y lamiendo muy despacio sus pezones.
- ¡Ah...! Mitsu… -
- ¿Si? – podía sentir la urgencia en su voz.
- No puedo… mas… aah… - le respondió entre suspiros frotando con desesperación sus miembros.
- Lo sé… - dijo mordiendo levemente aquel tentador botón, para después recoger algo de liquido pre seminal de su miembro y meter un dedo en su contraída entrada – Kei… Relájate…
- Eso… intento… - gruñó con las manos en el pelo de Tezuka, que continuaba mordisqueando sus pezones – ¡¡Ah!! ¡Ahí! – Exclamó cuando logró meter un segundo dedo y acaricio la pared interna de su entrada – Mitsu… sigue… ahí… ¡¡Aaaah!!
- Sigue rogándome así y no me contendré- respondió con dificultad, pues escucharlo gemir así lo volvía loco
- Mitsu…. Mmm… por favor…¡¡ya!!
Sentía el goteo de su miembro y la urgencia de su novio así que, sacando sus dedos y levantándole un poco la cadera, tentó la entrada con la punta dos veces antes de penentrarlo con una profunda estocada.
- ¡¡Aaah!! – Gritó Atobe, aprontándose a su alrededor
- ¡¡Ah!! Kei… estas… tan caliente… aaah… aaaah…
- Más… Kunimitsu… No pares…¡¡Más rápido!! – pidió su chico entre gemidos de placer
- Aaaah… Keigo… que delicia… – podía sentir como su miembro entraba y salía tocando cada centímetro de su interior, haciendo que no pudiera contenerse y, tomando con fuerza sus piernas, aumentara el ritmo a uno casi bestial.
- Ah… ah… ah… asi… Mitsu… ¡más! – seguía pidiendo su novio, gritando mas fuerte cuando llegaba a ese bendito punto en el que todo era locura, sin importarle si alguien los escuchaba, al tiempo que se masturbaba a si mismo – me… ven…go…
- Ahh… Kei… go… se siente… tan bien… - dijo haciendo mas lentas pero también más profundas sus penetraciones, provocando gritos de placer por parte del chico bajo él.
- Mitsu…. Aaahhh!! –
Todo su interior se contrajo maravillosamente, manteniendo su pene dentro, forzándolo a venirse al mismo tiempo y gimiendo de manera ahogada, cayo rendido sobre su cuerpo.
- Eso… fue… increíble… - Dijo Atobe entre jadeos
- Lo sé – respondió Tezuka intentando calmar su respiración – pero, ¿cómo fue que dijiste?
- ¿Sobre qué?
- “En algún momento llegaremos a la cama”- Sonrió con malicia
- Eso dije, ¿Por qué? – preguntó curioso
- Porque creo recordar que tienes un sofá muy grande fuera de este armario…
- Grande y cómodo – lo corrigió travieso.
Estaban cubiertos de sudor, y respiraban con dificultad debido al intenso orgasmo que acababan de tener pero, la sonrisa en sus rostros era enorme. Sabían de sobra que sería una noche muy larga e intensa.