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Siempre Juntos por Shizuka Tenoh

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo a todos!!

La cantidad de lecturas esta semana han superado todas mis expectativas... asi que aqui les dejo el cuarto capi...

Espero lo disfruten ;)

Shizu

 

Luego de varios minutos en los que solo se besaron, estuvieron  abrazados y rieron por lo alocado de la situación, decidieron bajar a la cocina a preparar algo para comer.

- ¿Tienes hambre? – pregunto Tezuka desde la nevera – ¿o prefieres tomar algo caliente?

- Creo que me vendría bien un poco de café

- Café entonces – dijo cerrando la nevera y encendiendo la máquina.

- ¿No te parece extraño? – pregunto Atobe luego de estarlo viendo por un momento

- ¿Qué cosa?

- Esto. Nosotros. Juntos – se acercó a él por la espalda y lo abrazo apoyando su cabeza en el hueco entre sus omoplatos – Al menos para mí lo es.

- ¿Crees que es un error? – la tristeza se escondía en su voz

- Para nada. Es solo que siento que estoy dentro de un sueño, y que en cualquier momento algo me hará despertar. – suspiro

- Bueno, eso tiene solución – respondió al tiempo que se giraba en sus brazos

- ¿Y cuál sería?

- Pasa la noche conmigo – le hablo tiernamente, pero podía notar el temblor nervioso que recorría su cuerpo – Así al despertar, me veras a tu lado, y sabrás que todo es cierto.

- Kunimitsu… - pero ya lo estaba besando de nuevo así que no pudo decir más. - ¿Estás seguro? – pregunto al separarse

- Era solo por si querías – la decepción se filtró en sus ojos antes de bajar los brazos e intentar alejarse.

- ¡Claro que quiero! – Lo atrapo a tiempo apegándolo a su cuerpo – solo no quiero que te sientas presionado a nada, o incómodo.

- No lo estoy, es solo que…  – no sabía cómo explicarlo – No quiero que desaparezcas. Temo que si te dejo ir esta noche, te perderé…

- No iré a ningún lado – le tomo el rostro con dulzura – Te lo dije, no hay lugar en el que quiera estar más que aquí. Contigo.

Tezuka suspiro aliviado y le sonrió.

- ¿Café?

- Café.

Se sentaron a la mesa con las manos unidas, jugueteando y hablando sin parar de todo lo que sentían. Como habían empezado. Como habían pensado que lo mejor era ocultarlo. Como les costaba un enorme esfuerzo ser fríos el uno ante el otro cuando se encontraban por los torneos de tenis.

Al terminar sus tazas de café, subieron nuevamente a la habitación de Tezuka y se miraron algo sonrojados.

- Si quieres, puedo dormir en el cuarto de mis padres – sugirió nervioso el chico de lentes.

- Dijiste que estarías aquí cuando despertara – le sonrió Atobe y lo jalo hacia la cama – ¿Qué sentido tendría entonces que no durmieras conmigo?

- Keigo… - suspiro sonriendo a su pesar. Sabía que el chico podía notar sus nervios.

- Lo sé, no te preocupes. Ha sido también un largo día para mí. Necesitamos descansar

Y dicho esto se metió en la cama, dejando las mantas a un lado para que Tezuka lo siguiera; lo que hizo después de apagar la luz. Nada más acomodarse sintió las manos de Atobe buscándolo. Se acercó más a él y se abrazaron.

- ¿Qué haremos a partir de mañana? – pregunto de pronto

- ¿A qué te refieres?

- Bueno, a los ojos de la sociedad aun estas comprometido. Y esta también lo que le diremos a nuestros compañeros.

- Pues no se los digamos- dijo como si fuera algo lógico.

- ¿Quieres mantenerlo en secreto? – se alejó un poco para intentar verlo en la oscuridad

- Se lo que estás pensando, pero te equivocas – se apresuró a decir – no me arrepiento ni me avergüenzo de nada de lo que hoy ha pasado. Al contrario. No recuerdo haber estado tan feliz en mi vida – le dijo tomando su cara

- Entonces… - Tezuka no entendía

- Me gustaría disfrutar de lo nuestro por un tiempo. Que seamos solo nosotros. Sin preguntas. Siempre y cuando estés de acuerdo.

- Creo que es una buena idea – le respondió con una sonrisa – Sera entretenido fingir que aun somos rivales frente a los demás, pero derrumbar nuestros muros estando solos… - Se apretó de nuevo contra su cuerpo.

- Como ahora – dijo Atobe con una sonrisa traviesa girando sobre el para aplastarlo con su cuerpo al mismo tiempo que sus labios se encontraban.

Entre besos, juegos y risas, terminaron por ceder ante el cansancio y se durmieron. La vida sería muy distinta a partir de ese momento, y ambos lo sabían. No sería fácil, pero lo intentarían todo para poder estar juntos.

 

A la mañana siguiente, el primero en despertar fue Atobe, y tal como le había dicho la noche anterior, la certeza de que todo era real lo lleno de calma en cuanto lo vio a su lado. Había dormido sin sueños tortuosos por primera vez en semanas.

Se giró lentamente, sin apartar la mano que se entrelazaba con la suya sobre el pecho de Kunimitsu y le observo con amor. Su rostro estaba relajado y sereno. Una leve sonrisa se asomaba en las comisuras de su boca y se vio tentado a besarlo, pero no quería molestarlo. Se mantuvo quieto, sintiendo su respiración, el ahora conocido aroma de su cuerpo y el palpitar armonioso de su corazón bajo sus manos unidas.

Cerró los ojos, disfrutando de esa sensación de paz y suspiro.

- Espero que eso no sea por culpa – Lo sorprendió la voz somnolienta de Tezuka  y lo miro.

- ¿Por qué habría de sentir culpa? – Debatió frunciendo el ceño – Suspiraba de felicidad. Porque tenías razón.

- Suelo tenerla – sonrió aun sin abrir los ojos – ¿específicamente en que acerté esta vez?

- Es más sencillo creer en la realidad si me despierto a tu lado.

- Y el que sepas que es real, ¿te impide saludar como corresponde? – se miraron y Atobe rio.

- No te quise molestar – Susurro contra su boca antes de besarlo – Buenos días.

- Tus labios siempre serán bienvenidos. No es molestia – dijo moviéndose sobre el cuerpo de Keigo – Es más, yo diría que es un buen incentivo para iniciar el día.

Se inclinó a besarlo con pasión, y pronto sintió las manos del otro capitán en su espalda, subiendo la camiseta que llevaba puesta, para encontrarse con su piel desnuda. Suspiro contra su cuello al tiempo que repartía besos sin parar. Sus manos también buscaban el contacto del otro y las ropas comenzaban a estorbar… Entre beso y beso, buscando aire para continuar, Atobe hablo con voz ronca:

- Si continúas así, no respondo por mis actos.

- No lo hagas – le dijo con una sonrisa traviesa que no conocía.

- Kunimitsu, no tenemos por qué apresurar nada. Estamos juntos ahora. Tendremos todo el tiempo del mundo para hacer lo que queramos.

- Lo sé – dijo alzándose sobre él y besando su frente – Lo sé y no estoy pensando en nada. Solo quiero estar así un poco más. Sentirte… tocarte… comerte a besos… - fue pasando los labios por su cuello con cada palabra.

- No me lo estas poniendo fácil – Gruño Atobe divertido

- Si no fuera así, no tendría gracia ser rivales.

- ¿Y eso es todo lo que somos? – lo provoco.

- No – respondió deteniendo su camino y mirándolo seriamente – No solo eso.

- ¿Qué más entonces?

- ¿Lo quieres formal?

- Soy un hombre de negocios – soltó con naturalidad – Sin firma no hay contrato.

- Entiendo – dijo levantándose hasta quedar a horcajadas sobre él y le tomo las manos. Su mirada seria pero llena de un cariño inmenso. Uno que había ocultado por demasiado tiempo según parecía. – Atobe Keigo, ¿Quieres ser mi novio?

- Demasiada formalidad – rio tirando de sus manos para volver a dejarlo sobre su cuerpo.

- No me has respondido – le miro haciendo un mohín

- Por supuesto que si – respondió atrayendo su rostro para besarlo con suavidad – Contrato firmado.

Se abrazaron, felices, sin vergüenza alguna. Habían sido rivales por tanto tiempo que se conocían demasiado bien como para saber que la incomodidad nunca estaría presente entre ellos.

- ¿Iras a la practica matutina? – pregunto Atobe poniendo una mano sobre su hombro y mirándolo con preocupación

- Aunque no pueda jugar, debo asistir de igual modo.

- Ya veo… - la culpa lo amenazaba de nuevo.

- ¿Keigo…? - Tezuka lo miraba interrogante

- Lo lamento – murmuro – No quería hacerte daño

- Lo sé. Y no te culpo – lo beso con ternura. Un beso rápido pero cargado de amor y comprensión. – Debemos levantarnos. Te recuerdo que también debes ir a clases

- De vuelta a la rutina – suspiro cubriéndose la cara con un brazo

- No habrá rutina de ahora en adelante – dijo apoyando su frente en el brazo de él – Cada día será distinto a tu lado.

- Te quiero, Kunimitsu

- Y yo te quiero a ti – empujo el brazo con su cabeza y lo miro - ¿Desayuno?

- Claro – Sonrió pues ya tenía hambre.

 

Notas finales:

Hasta aqui llegamos por hoy...

Quizas el lunes pueda subir otro mas pero dependera de las lecturas... 

Por favor dejen reviews!! tanto si les gusta como si no...

Entiendo que los personajes puedan estar un poco fuera de lo normal en cuanto a personalidades, pero les aseguro que tiene un proposito futuro.

Gracias a los que se han dado el tiempo de pasar por aqui...

Cariños!! 

 

Shizu.


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