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Siempre Juntos por Shizuka Tenoh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!

Lo prometido es deuda, asi que les traigo un nuevo capitulo de Siempre Juntos...

Lis dificultades entre estos dos no han hecho mas que comenzar, pero claramente habran personas que pondran todo su esfuerzo en apoyarlos...

Es todo por ahora

Cariños ;)

 

Shizu.

Capítulo 8: Soledad

Al volver a su habitación, pensó que encontraría su cama ocupada por Atobe, pero grande fue su sorpresa al verla vacía. Había tardado unos quince minutos en la ducha y el chico aun no regresaba. Se vistió rápidamente y bajo las escaleras para ver que lo estaba demorando, sin embargo solo alcanzó a llegar a la puerta que daba a la sala. Keigo seguía al teléfono, pero sonaba enojado. Alargó la mano para tomar la manija y se quedó ahí, inmóvil, escuchando muy a su pesar.

- Si ella quiere continuar ahí, que lo haga – decía Atobe alterado – No es mi problema que no tenga amigas…

“¿Ella…? ¿De quién hablaba?”

- …pero entonces, ¿cuál es el problema? – Preguntaba ahora molestia –Lo entiendo, padre, pero… - silencio. Debía estar escuchando lo que le decían – No me haga esto ahora, padre, por favor… - se lo imagino sentado en el sofá con las manos en la cabeza – Ella sabe lo que siento, estuvimos de acuerdo… ¡pero son nuestras vidas…! No, se lo ruego…

“Ella… el compromiso… la mansión Atobe… ¡¡Yuriko!! De ella estaban hablando. Yuriko aún sigue en la mansión…”

- Al menos deme esta noche, por favor – decía ahora. Su voz estaba cargada de dolor – Mañana volveré y me quedare con ella…

Tezuka no podía continuar ahí. Su corazón se oprimía con cada palabra que escuchaba. Retrocedió y giró para volver a subir. No sería capaz de verlo, de oír lo que le diría. No quería.

Subió corriendo las escaleras y se metió en su cuarto. Se lanzó sobre la cama y se volteó dándole la espalda a la puerta. Sus manos enlazadas en la nuca y los brazos a cada lado de su cabeza. Las lágrimas amenazaban con querer salir y un molesto nudo se estaba formando en su garganta impidiéndole respirar con normalidad. El reloj despertador sobre la mesita de noche indicaba las once y treinta.

Sintió unos débiles golpes en la puerta. No hizo caso. La puerta se abrió pero él no se movió.

- ¿Cuánto alcanzaste a oír? – su voz sonaba triste.

- ¿Lo sabías? ¿Que estaba escuchando? – preguntó angustiado.

- No lo supe hasta que salí de la sala y te vi subir

- Nunca te había oído hablar así.

- Solo con mi padre. A él no puedo… – intentó explicar pero Tezuka lo interrumpió.

- Te vas a marchar –una lágrima hizo camino por el puente de su nariz

- No… no… Kunimitsu, mírame por favor – pidió con voz ahogada

- Dijiste que podrías. Prometiste que lo harías, que te quedarías conmigo… - continuó con más lágrimas saliendo de sus ojos – Dijiste…

- Sé lo que dije, y de verdad quiero cumplir cada una de las promesas que te haga. Yo… - dió dos pasos hacia la cama pero se detuvo indeciso.

 - No lo entiendes, Keigo – dijo con más tristeza en su voz de la que podía reconocer- nunca podremos estar juntos

Se levantó de la cama y lo miró. Su rostro surcado de lágrimas y para su dolor el de Atobe estaba en las mismas condiciones. Sintió como si una mano le hubiese atravesado el pecho y quitado el corazón.

- Yo te quiero a ti, Kunimitsu – susurró Atobe mirando al piso. Sus manos en puño – Te quiero a ti, no a ella…

- Pero ella sí puede estar contigo, yo no – Tezuka no sabía de dónde sacaba fuerzas para hablar

- Por favor… por favor no me digas eso… - alzó la vista y se encontraron en una mirada cargada de angustia – Hablaré con mi padre, se lo diré a ella, lo haremos público… No importa lo que tenga que hacer para estar contigo, pero lo haré… lo haré si solo… - camino hacia él estirando una mano para tocarlo – si solo quieres estar conmigo…

- Keigo… no soy tan fuerte… no puedo, ¡no contigo! – se giró con impotencia. No soportaba verlo así – A duras penas logro disimular en el instituto… hasta hace una hora atrás solo podía sonreír como pocas veces lo había hecho de solo pensar en ti… Y ahora… Cuando se trata de ti, no soy capaz de pensar en algo más que no sea tenerte a mi lado y eso es precisamente lo que me estas quitando…

- ¡¡Pero no es lo que quiero hacer!! – Gritó Atobe con el llanto contenido – Nunca he querido dañarte y esta es la tercera vez que lo hago en tan solo dos días… Me oculté de mis sentimientos por más de un año por temor a lastimarte, a salir lastimado yo y ahora…- se mantuvo en silencio por unos segundos -  Mírame, por favor…

Puso las manos sobre sus hombros y apoyó la cabeza contra su espalda. Él no se movió pero intentaba mantener su llanto a raya…

- Yo… sufriría con gusto cada día de mi vida si con eso te puedo tener a salvo – susurró haciendo presión con sus manos.

- No necesito tu protección, Keigo… - se giró y lo miró a los ojos con aprehensión antes de atraparlo en sus brazos – Te necesito a ti – le hablo al oído. Su cuerpo temblaba – Solo te necesito a ti.

Atobe se aferró a él, dejando salir el llanto, la desesperación y la impotencia del deber…

- Mitsu… - dijo entrecortadamente – No me dejes solo por favor… sin ti… yo no puedo… no seré capaz de hacer lo que debo hacer… no podré seguir adelante solo con mi arrogancia y las mismas actitudes vacías de antes… ya no…

- Kei… eres todo lo que siempre he querido, pero… - se separó un poco y tomo su rostro entre las manos – No sé cuánto podré resistir. Todo este asunto del compromiso es más de lo que puedo soportar… y si a eso le sumamos a tu padre…- dijo pasando sus pulgares bajo sus ojos.

- Lo arreglaré, te juro que lo haré, solo necesito tiempo, por favor… - lo miró suplicante

- No quiero que te vayas… - una sonrisa triste asomo en su expresión – No quiero perderte, no después de lo que nos llevó estar juntos.

- Ya no quiero causarte más daño… -

Tezuka se acercó a sus labios y lo besó. Fue un beso amargo, lento, profundo y triste… Quiso transmitirle todo, su pena, su alegría, su dolor, la impotencia de no ser quien para tomar su mano, la desesperación de verlo junto a alguien que no quería, y que lo alejaba cada día de él… Lo besó como si el mundo se abriera a sus pies. Lo besó como alguien que sabía que iba a perder… sin importar cuanto se esforzara en ganar… Lo besó como se besa a un amante, a un amigo, a una parte de ti… Lo besó anticipando su partida, y reprimiendo su despedida…

Cuando se separaron, vio el miedo en sus ojos, había captado cada sentimiento y lo comprendía, pero no lo aceptaba.

- ¡Me niego! – dijo alejándose de él

- Keigo… -

- ¡No! ¡No! ¡¡¡NO!!! – Dio dos pasos hacia atrás y apretando los puños lo miró con lágrimas contenidas por la desesperación – No voy a renunciar a ti. No dejaré que me separen de ti. No pienso aceptar que te despidas, Tezuka Kunimitsu. ¡¡NO TE DEJARÉ HACERLO!!

Cayó de rodillas al suelo y golpeó fuerte con los puños…Tezuka se dejó caer a su lado sin poder contener más su dolor… rendido… y lo abrazó…

- ¿Por qué…? ¿Por qué…? – repetía Keigo llorando - ¿Por qué ahora que había logrado ser tan feliz? ¿Por qué, Kunimitsu? ¿Por qué si lo único que pedía era estar contigo?

- Keigo, por favor… entiéndeme… no puedo – apretó más su abrazo.

Si continuaban así, no lo dejaría ir, no podría… y sabía que dejarlo a su lado seria solo continuar por un camino lleno de sufrimiento… un camino que estaba a punto de tomar sin importar lo que pudiese pasar más adelante.

- Mitsu, por favor… - el llanto había disminuido luego de unos minutos en silencio, pero la angustia seguía ahí.

Suspiró… por mucho que su cabeza intentara ser racional, su corazón ya había decidido…

- Ven, Kei, vamos a dormir –intentó ponerse de pie pero él lo detuvo y lo miró con aprehensión- No tardamos más de un año en estar juntos… para tardar solo dos días en separarnos – le dijo con decisión y besando su frente añadió – Vamos a descansar, mañana veremos qué hacer.

Atobe no hizo comentarios, solo le siguió hasta a cama, dejo que le quitara el pantalón y la camisa, y lo reemplazara por un pijama corto. Se metieron juntos y se abrazaron hasta que sus respiraciones se acompasaron.

Sin embargo, difícilmente se puede decir que alguno de los dos durmió… sólo se quedaron en silencio, sintiendo sus cuerpos juntos, sus manos dejando caricias donde pasaran… a veces encontrándose en un pequeño beso… o simplemente mirándose… Las palabras esa noche estaban demás. 

Notas finales:

Quien triunfará?

el sentido de respeto y responsabilidad hacia su padre?

o el profundo amor profesado a Tezuka??

 

Estoy completamente agradecida de todos quienes han leido esta historia, y más aun de los que han comentado.

Nos encontramos en el próximo capi!! :D


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