Trataba de doblar la ropa de Nasuke mientras este la sacaba de la maleta.
-Nasuke chan tienes que entender dettebayo.
-pero papi.- hizo un puchero.- No quiero ir a esa casa.
-Es lo mejor. -rebatió el rubio. - además estarás con Sasuke teme más tiempo.
-pero tambien estará la pesada de Sarada y el chicle con patas.
-nunca eh entendido tu actitud por ellas. - lo miro intensamente alzando una ceja.
Nasuke desvió la mirada.
– No es como si las odiara. Bueno al menos no ha Sarada y bien que se lo merece, pero el chicle con patas nunca me ha caído bien.
-bueno eso no importa.-quito importancia.-sed que Kurama es más que suficiente para protegerte, pero eso tambien lo pondría en peligro a él, asi que por favor entiende Nasuke.-tomo las manos de su hijo.-tú y él son mi única familia y el teme se ofreció.
-papi eres un chantajista.-por fin se rindió.-está bien si es por Kurama y por ti iré.
El rubio despeino esa característica cabellera azabache y sonrió suavemente a lo que el menor correspondió con una radiante.
Así fue como los encontró Sasuke quien se recargo en el marco de la puerta admirándolos.
-Está aquí el bastardo. – interrumpió Kurama cruzándose de brazos y adelantando al otro; no es que estuviera muy contento con la sugerencia de vivir con los Uchiha un tiempo.
-muy bien mis amores pueden ir con el teme.
Kurama lo fulmino con sus ojos azules e iracundos y Nasuke soltó una carcajada.
Sasuke se quedó maravillado con el ambiente imaginando por un momento ser parte de él más cuando Naruto se acercó y le brindo una pequeña sonrisa de disculpa mientras apretaba su hombro izquierdo.
-cuídalos.- fue lo único que dijo y sin despedirse desapareció.
-un clon.
-Papi salió de madrugada junto con un grupo de ambu, pero quería asegurarse que empacara todo.- comento mientras cerraba la maleta.
Sasuke se limitó a asentir mientras miraba minuciosamente al menor.
-Estoy bien tío Sasuke, Kurama chan se aseguró de ello.
Sasuke lo sabía pero siempre había sentido una debilidad por el pequeño y no estaba de más comprobarlo.
U-U-U-U-U-U-U-U-U-U-U—U
Había pasado una semana en esa casa y se sentía tan desgraciado, llegando al extremo de darse cuenta que su papi y Kurama habían hecho un buen trabajo de cuidarlo de la triste realiza.
Es que era tan frustrante, tan triste, sentía un coraje tan grande por la forma en que se comportaban en esa casa; si antes odiaba al chicle ahora lo detestaba, si antes no aguantaba a su media hermana ahora le tenía lastima.
Como podían vivir asi las familias donde estaban las risas, los abrazos, los más muestras de cariño que no fueran dos dedos en la frente que parecía más una orden de alejamiento que otra cosa.
No se suponía que su padre viaja mucho y cuando llegaba a su casa tenía que ser aprovechado al máximo, más que su casa parecía un hotel con una esposa como sirvienta y una hija distante y seca llena de miedos.
-Ah no lo entiendo.- negaba con la cabeza.
-¿Qué no entiendes?
-Esto.-señalo alrededor.- a ellos, si tío Sasuke está aquí porque no lo aprovechan y reponen el tiempo perdido.
-me temo que es más que reponer el tiempo perdido lo que tiene que hacer ese bastardo.
-Kurama.- reprendió el pequeño para luego arrepentirse y preguntar.- tu sabes… ya sabes. ¿Por qué eligió esta vida y no a nosotros? No quiero sonar pretencioso pero nuestra familia aunque le faltan unos tornillos es más feliz. Incluso papi.
-no creo ser la mejor elección para hablar de esos temas cachorro. – se acercó al infante y se sentó a su lado en la cama. – Yo tampoco entiendo a los humanos idiotas.
Nasuke negó con la cabeza.
-bueno no gano nada con atormentarme con ello.-se trataba de convencer.
-vamos a casa a regar las plantas del jardín e invernadero y después a comamos fuera.
-eso suena muy bien en esta casa no hay nada decente.
Ambos se pararon y abrieron la puerta del cuarto que compartían al otro lado se encontraba Sarada.
-creen que pueda unirme a ustedes. -dijo mientras los veía directamente.
-nos escuchaste. -reprocho el rubio menor.
-No solo estaba a punto de tocar.
- ¿Por qué quieres ir con nosotros? -se le hacia sospechoso más por que la otra se veía claramente nerviosa o ansiosa.
-solo no quiero estar en casa por ahora.
Kurama asintió con la cabeza en muda aceptación y a Nasuke como no le importaba lo imito quien sabe a lo mejor salía algo bueno de estar cerca de su media hermana.
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-y bien ¿De qué quieres hablar?
Sasuke estaba sentado en la cama tranquilamente mientras la Sakura al contrario se encontraba frente al tocador alisando su cabello rosa.
-Sasuke kun tengamos otro hijo. - no se fue con indirectas o nerviosismo eso ya había pasado en todo el tiempo en el que una cosa u otra la obligaba a dejar el tema para después. Ahora lo que quería era tener una respuesta para por fin ponerse a ello.
Sasuke se quedo callado observando a la otra mientras esta trataba de mostrarse lo más seria posible, pero tenía un pequeño temblor en su cuerpo y alisaba las hebras de su cabello con cierta fuerza innecesaria.
- ¿No quieres? -trato de atacar sutilmente a sabiendas de que su marido era de pocas palabras.
-no. -no dijo más no tenia por que dar explicaciones oh al menos así había sido siempre con Sakura, pero sabía que no sería difícil tratar con ella en este tema.
- ¿Por qué no? Estoy segura de que a pesar de tus misiones de largo tiempo nos va muy bien ahora y podemos mejorarlo ¿No?, siempre me imagine una familia grande y con Sarada la comenzamos, pero vino lo de tu misión y…
-Basta Sakura. Dije que no.
- ¿Por qué no quieres? – pregunto con más fuerza de la que debería en su voz.
-nosotros no somos nada recuerda eso. -asevero él. – tu lo aceptaste desde el primer momento en que te ofreciste para tener a Sarada.
-pero Sasuke kun.
-ni siquiera emos dormido juntos alguna vez, tampoco nos casamos por mi decisión, compartimos una familia. - acentuó refiriéndose a Sarada. -pero no somos una Sakura, que te quede claro.
-ya te perdí perdón por ello, ¿no me has castigado lo suficiente?
-nunca te eh culpado hasta yo sed que Karin fue la que ocasiono todo.
-Si ella no viera utilizado la muestra de esperma en mí, jamás hubieras accedido a casarte conmigo verdad, aun a pesar de que esa fue mi condición para tenerla tenía esperanzas de que no viera sido así.
Sasuke no dijo nada, pero para Sakura era suficiente su silencio, ella siempre lo supo. Unos pasos provenientes del pasillo los alertaron. Seguidos por los segundos de una entrada estrepitosa de dos cabezas azabaches.
- ¡Papa! ¡Mama!
-oh Sarada ¿Qué pasa cielo? – dijo la peli rosa a la expectativa y tratando de relajarse de las emociones que la sobrepasaban poco a poco.
-Queremos ir a mi casa tío Sasuke ¿Podemos? – el pequeño trataba de pararse al tiempo que dirigía su mirada negra al azabache.
-No creo que eso pueda ser hoy Sarada, tengo que ir al hospital y Sasuke kun tiene que ver al hokage y con el riesgo que corre Nasuke no creo que sea conveniente que salgan solos de casa.
-pero no estoy solo, Kurama va conmigo. - rebatió el azabache menor matando a Sakura con la mirada y apuntándola mentalmente en su libreta de venganzas. No era la primera vez que Sakura se metía en sus planes uno de los primeros enfrentamientos con el chicle se debió a que ella insistía en separarlo de Kurama en diferentes cuartos alegando que la casa era muy grande y se lo podían permitir, pero cuando ellos negaron sutilmente la invitación y decidieron dormir en el mismo cuarto, esta se puso pesada hasta que Sasuke intervino.
- ¿Qué puede hacer él? Es mejor que hagan caso.
- “si supieras”-pensó el pequeño mientras el rubio solo sonrió de lado.
- ¿Entonces? -se dirigió a Sasuke ignorando a la peli rosa.
Sasuke negó con la cabeza.
-en esta ocasión estoy de acuerdo con Sakura, las cosas han estado muy calmadas desde el ultimo ataque debemos seguir alertas y no bajar la guardia.
-pero papa solo vamos a la casa del Hokage, no podrías acompañarnos. -intervino Sarada con ojos soñadores, Naruto era un modelo a seguir para ella muy a pesar de su madre y su envidia por este hecho.
-si yo quiero mostrarle mi casa a Sarada chan. -la abrazo por los hombros.
Sarada imito el gesto cómplice.
Kurama se mantuvo al margen más concentrado en la conversación que escucho mientras subían a la recamara de la “pareja de casados”. Pero también divirtiéndose con la extraña camarería entre hermanastros cuando sabía que casi ni se hablaban.
-Muy bien primero iremos con el Hokage y después...
-pero hoy llega el pedido de Galanto a casa, Inojin me comento que fue difícil para su madre conseguirla en primavera pero que por fin completo el pedido de papi, tenemos que ir a mantenerlas vivas y buscarles un buen lugar en el invernadero de la casa.
-Increíble conoceré el legendario jardín del Hokage.
-Así es Sarada Chan. - apretó más el agarreen los hombros ajenos. -Papi y yo junto al terco de Kura lo emos cuidado desde la primera plantita que lo fundo y además tenemos los más hermosos girasoles del mund…
-suficiente cachorro.
-eh Kurama que pasa.
Ambos infantes voltearon a observarlo perdiéndose por completo la cara extraña del Uchiha la cual estaba turbia por un breve momento ante la mención de la flor.
-ya vamonos me estoy artando de tanta tonteria de todos.
-¡oye!.-gritaron los azabaches menores.
Sakura por su parte quería sacar a todos de su recamara y por fin largarse de ese lugar, además del dolor de ser ignorada, le quemo en el alma esa fugaz mirada de tristeza en el rostro siempre estoico del azabache.
Tal vez en algún tiempo si ella no se hubiera entrometido, ahora no la tuvieran ambos en sus vidas, si ella se viera casado con Rock Lee como este le pidió en su momento a lo mejor sería más feliz, pero no, se aferró al pasado en aquel momento sentía que si ponía de su parte tarde o temprano Sasuke aceptaría que ella era la única mujer con la que podía ser feliz.
Era claro que nunca quiso madurar y eso solo fue el comienzo de su sufrimiento.