Harry sintió el suelo de sus pies temblar, llevarlo a casi caer al suelo, podía jurar que las piernas le fallarían.
—¿Papá? — James y Lily miraron a su padre. — ¿Te sientes mal? Te pusiste muy pálido, iré por Albus y Scopius para ir a casa...
—No, hijo, ven, no pasa nada...
Harry sentía que su cuerpo temblaba, no podía sacarse la imagen de su hijo junto a otro chico y lo peor es que, lo que más lo perturbaba era la posible reacción de Draco.
—¿Papá? — Fue Al, quien lo volvió a llamar, con la misma preocupación de James, impregnada en la voz. — te ves fatal.
—Me duele un poco la cabeza...—Se llevó las manos a la frente y luego al puente de la nariz, oprimiéndolo bajo sus gafas.
—Creo que sería mejor ir a casa. — Harry levantó la cabeza, encontrándose con la mirada de Scorpius, quien repentinamente se parecía mucho más a Draco de lo que Harry hubiese deseado.
—Si, podemos continuar con esto otro día.
Volvieron a casa, Harry llamó a Albus a su despacho, esperando estar tomando la mejor decisión. —Hijo, lo siento...
—¿Papá? — los ojos verdes de Albus, tan parecido a los propios lo hicieron estremecer, ellos nunca habían tenido la mejor relación, pero se amaban, amaba a su hijo, como a nada en el mundo y la decisión que estaba tomando lo haría sufrir y él lo sabía.
—Hijo, creo que es mejor que Scorpius vaya a casa y que...— sentía que lloraría. — y que dejasen de verse por un tiempo.
—¿Dejar de vernos? —Albus frunció el ceño. — No entiendo...
—Hijo, Malfoy y tú pasan demasiado tiempo juntos y creo que es momento que ambos hagan nuevos amigos, en el colegio conocerán a más personas, expandirán sus horizontes y puede que no queden ni en la misma casa.
—Scorp y yo estaremos juntos, seremos compañeros de cuarto.
Harry sintió el peso en sus hombros aumentar de golpe, se imaginó la molesta cara de Draco, el reclamo del Malfoy mayor por influenciar a su hijo, a su único hijo.
— No Albus, no puede ser así, no pueden ser así...—Ambos habían subido el tono de su voz, atrayendo la atención de los demás miembros de la familia, de las demás personas que se encuentran en la casa.
James no esperó mucho tiempo para entrar, siendo seguido por Lily, mientras Scorpius se acercaba a la puerta.
—No me vas a quitar a Scorpius...— La mención del rubio lo hizo sobresaltarse.
Scorpius corrió escaleras arriba y en la habitación tomando un trozo de pergamino, le escribió a su padre, pidiendo solamente que viniese a recogerlo.
Se quedó sentado sobre la cama, escuchando los gritos que ahora se estaban dando los otros.
Harry miraba a sus hijos, notando solo entonces la molestia que el rostro de todos los niños reflejaba.
—Hijos comprendan...
—No...— Albus tenía los ojos anegados por las lágrimas. — No puedo creer que quieras alejarme de una de las personas que más quiero en este mundo, Scorp es parte de mi familia, es alguien a quien amo...
Esa última palabra le sacó el aire del cuerpo al moreno, quien sintió el suelo bajo sus pies tambalearse, haciéndolo temblar.
—Tendrás más amigos, como los de James, no puedes centrar tú vida en Scorpius, no puedes decidir con quien pasaras el resto de tú vida siendo un niño, tus preferencias pueden...
—¡Basta! — Albus se veía furioso y parecía sobre todo herido. — Scorp fue la primera persona que me quiso por mí, no por ti, incluso James sufre por conseguir amigos que no lo busquen solo por que eres nuestro padre, es tú maldito nombre el que nos persigue, que nos tortura, si tan solo no fuésemos tus hijos...
Uno de los vasos explotó, al parecer la molestia de Albus se hizo presente en su magia, pero fue James quien calmó al menor y mirando a su padre, le indicó. —Llamaré a los abuelos, nos quedaremos en la Madriguera, vamos Lily, Albus...
—No pueden decidir...
—¿Pero tú puedes decidir cuando quitarnos a las personas que nos hacen felices?
—Lo estoy haciendo por vuestro bien, para evitar problemas, para evitar que Scorpius lo mal pase...
—Me estás quitando a mi mejor amigo...— Albus se veía furioso. — Todos, hasta los abuelos lo aman, ¿Cómo no puedes ver el daño que nos haces?
—No quiero que Draco nos odie, no quiero que todo salga a la luz, soy su padre, solo quiero hacer las cosas bien por ustedes...
—Nos quitas a nuestra familia, eso nos quitas, Scorpius ha crecido con nosotros y realmente crees que haces esto por nosotros.
—No entiende James...
—Lo único que entiendo es que de verdad no queremos estar contigo, vamos Al, Lily, nos iremos con Scorpius a la Madriguera.
Un portazo resonó, dejando a Harry con el corazón en la mano, no podía decirle a su hijo, no podía decirle que sentía, que él miedo lo consumía, se odiaba, odiaba todo lo que estaba preocupando.