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Una oportunidad. por Samantha0507

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Notas del capitulo:

No crean que dejaré este fic, espero les guste el fic...

Draco había llevado al moreno al cuarto, que Harry entre sollozos señaló como propio, notando entonces el desorden que había por todo el lugar, en como parecía que el caos mental, el colapso dentro de la cabeza del moreno, simplemente había explotado por todo el lugar.

 

Harry se había metido en la cama, la mezcla entre el llanto, la falta de sueño y el alcohol, lo habían dejado, simplemente sin fuerza, por lo que, los brazos del rubio, el tacto humano, había terminado de mermar en la capacidad que este tenía, en esa coraza que se había puedo, para resistir, por lo que ahora, simplemente, lloraba sin fuerzas, metido en el centro de su cama, en posición fetal.

 

—¿Potter? —Draco alejó el cabello de la frente del moreno, estaba preocupado, podía ver el dolor, podía ver la tristeza, era una imagen que jamás había presenciado.

 

—Crees…— La voz de Harry casi parece un susurro. — ¿Crees qué pueda ir a la graduación de mis hijos? — el moreno tenía la vista fija en el infinito, en un punto invisible en la pared del fondo. — Quiero verlos…llegando el verano, la madriguera será mejor lugar que esta casa y sé que no seré, la mejor opción es estar lejos de mí, de lo asqueroso que soy…

 

Draco había logrado entender, durante su crecimiento emocional después de la guerra, se había tomado el tiempo de conocer, de entender a los muggles, sonaba a locura, pero el tiempo le había demostrado, que muchas veces las mejores personas, eran aquellas que no tenía magia, que no habían sido criados con las ancestrales costumbres que las familias del mundo mágico profesaban, pero él mismo se había encontrado con otras cosas, con discriminación, con el dolor y con las tradiciones y costumbres muggles, en muchos casos, más crueles, de las que el mismo pensaba.

 

—Potter, no está mal, tus hijos saben que eres gay, no te odiarían por eso…— Draco buscó, de alguna manera, hacer que Harry pensara las cosas, de poder razonar con el moreno, un poco más sobrio, pero la verdad es que el salvador del mundo mágico estaba simplemente destruido.

 

Draco lo escuchó comenzar a llorar nuevamente, a sollozar, dejando salir los quejidos y una parte del él mismo se oprimió en su pecho, la duda y el cuestionamiento sobre si el moreno había intentado dejarse morir en esos días, pareció una locura, pero más real de lo que mismo hubiese creído.

 

Pasaron unas horas, Draco había movido su varita en varias oportunidades, había recogido la habitación y agregó un hechizo de calefacción, cuando notó al moreno estremecerse entre las mantas.

 

—¿Draco? — Harry se refregó el rostro, podía ver el anaranjado color del atardecer en sus ventanas, donde el rubio miraba perdido al exterior. — Pensé que te habrías ido, que no querrías…— Pero la oración murió en sus labios, cuando una fuerte arcada subió desde su estómago, obligándole a doblar su cuerpo en busca de no ensuciar su cama o vomitarse encima.

 

El rubio lo vio y con voz profunda y varita en mano, habló. — Dindi…— Una elfina hizo acto de presencia en la residencia de los Potter, haciendo una reverencia al rubio. — Necesito que prepares un cuarto en la mansión y que busques luego de eso, a los elfos de la casa Potter, que su amo los espera en mi mansión. — Un movimiento de varita del rubio y en las manos de elfina apareció una carta, con el sello de la familia Malfoy y otra con la de los Potter. — En caso de que tengas algún problema, muestra esto.

 

—Para servirle amo. — La elfina reverenció y en plop desapareció.

 

El rubio se fue hacia donde el moreno parecía simplemente dejar salir todo o lo poco, que hasta ese momento parecía estar en su estómago.

 

—Mis elfos…— sudoroso y con un gesto de asco y dolor en el rostro, Harry levantó su mirada, no llevaba sus gafas y no podía ver a la perfección el gesto del rubio, pero la sensación fría de la piel del joven Malfoy sobre su frente, le hizo estremecer, pero, logrando aliviar toda su molestia.

 

—Quieres ver a tus hijos, yo estaría loco por saber como está Scorp, pero no creo que sea más lo recomendable, viendo la terrible situación en la que encuentras. —Harry logró encontrar sus gafas y con las manos aún temblorosas, producto del vomito, se las puso, notando la mirada triste del rubio, ahora sentado junto a su cama. — Vendrás a mi casa, necesito que te recuperes y que hables con los chicos, incluso con mis hijos y que te disculpes, además de que empezaras un tratamiento psicológico.

 

—No estoy loco…

 

—No, no estás loco, estás traumado, estás sufriendo por no poder aceptar lo que eres, por no poder comprender que no debes amar en secreto y que obviamente tus hijos te amaran, todos te aman Potter y pensar que solo dejaran de hacerlo porque ahora quieres pollas, vaya a lograr que te dejen de amar o que te quite algo del mérito que te mereces.

 

—Ya tienes todo definido, ¿qué pasa si no quiero eso? ¿qué vas a hacer si me opongo?

 

—No puedes, simplemente no puedes oponerte, heriste a mi hijo, heriste a tus hijos, heriste a tú familia, te encerraste solo, te heriste, no solo mentalmente, si no también física y aunque tenga que ir con el mismo ministro de magia, conseguiré que te declaren incompetente, pero no vas a quedarte en tú miseria, en toda esta porquería, a morirte de un coma etílico.

 

Harry dejó escapar una sonrisa. —Eres un mandón…

 

—Tengo un hijo, que creció con los tuyos y con toda la familia Weasley, o soy mandón o tendría al hijo más rebelde y loco de este mundo.

 

—¿Qué dices? Scorp es el niño más lindo del mundo…— Harry se arrepintió inmediatamente de sus palabras. — No pienses mal Draco, juro que jamás miraría a tú hijo de esa manera, juro que no…— el rubio notó inmediatamente el cambio en el moreno, en como sus manos temblaban nuevamente y en como parecía que estar, simplemente a segundos, de tener una nueva crisis de pánico.

 

—Sé que nunca harías algo contra mi hijo…— Draco suspiró y continuó. —Harry, te pido que me dejes prestarte ayuda, que me dejes sacarte de toda esta porquería, dame una oportunidad.

 

Draco tomó las manos del moreno entre las suyas, sus miradas se conectaron unos segundos, los ojos de Harry escocieron repentinamente, no pensó en ningún momento en si había vuelto a llorar, pero simplemente habló, en tono suplicante. — Quiero recuperar a mis hijos, quiero ser feliz, ayúdame a ser feliz, ayúdame…


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