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Una oportunidad. por Samantha0507

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Notas del capitulo:

Disculpen la demora y que no siempre conteste los comentarios, que sepan que siempre los leo y que me hacen inmensamente feliz...

 

Las cosas pasaron bastante rápido, Draco había tomado al pequeño Albus entre sus brazos y se lo había entregado a Ginny, llegando junto a Harry y Ron.

 

—Necesito su compañía, yo iré por mi hijo, pero si las cosas se salen de control, necesito alguien que me ayude a poner a Scorp sano y salvo…

 

—¿No pondrás la denuncia? — Ron miraba incrédulo al rubio, como si el joven frente a sus ojos estuviese nuevamente convertido en hurón. — Sé que nosotros lo descubrimos, pero la marca mágica existe, puedes acusarla de secuestro.

 

Harry miraba fijamente al rubio, buscando algo en sus facciones, en su actuar o incluso en sus palabras, algo más, alguna cosa que le diera entender el motivo de las decisiones que estaba tomando.

 

—Cuando Tori enfermó, ella fue la única que me preguntó cómo me encontraba, fue la única que, a pesar de estar preocupada por la vida de su hermana, se preocupó por mi vida y por la de mi hijo, la verdad es que no puedo crees que hiciera algo malo para Scorp, pero su abuelo…—Malfoy sentía el cuerpo pesado, se sentía débil, pero simplemente continuó. — Esto será lo último que les pida…

 

Se prepararon rápidamente, Ginny notó entonces, como era Harry quien se acercaba al rubio y le entregaba un vaso con agua, por lo que, la pelirroja simplemente se mantuvo al margen, lo suficientemente lejos para no incomodar y lo suficientemente cerca, para poder escuchar con claridad lo que estaba ocurriendo. — Malfoy, ten, bebé…— Harry no parecía poder hilar alguna idea de manera completa. — la señora Weasley dice que, con un poco de azúcar, te recompone el cuerpo…

 

—Gracias Potter…— el rubio bebió un sorbo, pero sin levantar la vista, simplemente continuó. —Estoy asustado Potter, no puedo si quiera imaginar que pasó por la mente de mi cuñada, menos para sacar a Scorp durante la noche, no puedo imaginar que le hiciera algo a mi hijo…

 

La mano de Harry llegó al hombro del rubio, dando un suave apretón. —No conozco a Daphne, la he visto en el Ministerio, pero no creo que sea una mala persona…—Harry suspiró pesadamente, cundo la mirada del rubio simplemente se encontró con la del otro. — Pero puedo ver cuanto aprecio le tienes, vamos, esperemos a encontrar a Scorpius y luego pensaremos en lo demás…—Harry no quitó su mano, pero se sorprendió bastante, al sentir el contacto de los estilizados dedos del rubio sobre los propios.

 

No era un contacto tosco, era suave, el moreno podría jurar que casi se sentía como el contacto con un pétalo de rosa, lo que hizo que la sensación de fragilidad que el rubio parecía desprender desde que había llegado a la casa de los pelirrojos esa mañana, creciera, al menos para la percepción del salvador del mundo mágico.

 

—Vamos…— La voz de Ron trajo a todos de vuelta a la realidad, Harry tomó un poco de distancia del rubio, notando solo entonces, como la falta de contacto entre sus manos, parecía doler.

 

Ginny, quien había visto la escena, aun llevando a Lily dormida entre los brazos, comprendió como irían las cosas y que en algún punto pudiese ver el motivo real de la distancia entre ellos, quizá el motivo que de alguna manera podía respaldar sus decisiones.

 

—¿Cómo llegaremos? —La voz de Harry sonaba un poco entrecortada

 

—Nos apareceremos, vendrán conmigo y las barreras de protección no me rechazarán, viudo o no, sigo siendo parte de esa familia.

 

La aparición le removió las entrañas al rubio y una sensación de frío le recorrió la espalda, notando que estaba en el patio trasero de la propiedad.

 

Harry y Ron llevaban sus varitas, cuidando los movimientos, hasta que el fuerte sonido de la risa infantil llamó la atención de los aurores.

 

Malfoy avanzó apresuradamente, olvidándose de la compañía que lo escoltaba, quienes rápidamente lo siguieron.

 

—Malfoy…—Ron estaba por regañarlo, cuando sus ojos se encontraron con los de la joven, quien llevaba de su mano a lo que podría jurar era un mini Malfoy, por lo cual Ron simplemente apretó su varita.

 

Por su parte Harry se dio el tiempo de observar la escena, de ver la angustia en el rostro de la joven, en como los ojos de la muchacha centellaban con duda, con miedo, pero que a su vez, reflejaban ese orgullo, ese poder que solía caracterizar a los Sly, Harry también miró al niño, recordó a su pequeño Albus, a ese que decían era su viva copia, al que había sacado más rasgos de él que de Ginny y por un segundo, se lo imaginó juntos a sus niños, se imaginó a ese pequeño de rubios cabellos, en su casa, jugando y riendo, se imaginó como debería verse Draco a esa edad y fue entonces, en medio de ese pensamiento, en que miró al rubio mayor, notando que la palidez de la tes de este, había aumentado, incluso sus labios parecían haber perdido su color completamente.

 

—Daph…—fue un susurro lo que escapó de los labios del mayor, pero simplemente avanzó, arrancando de las manos de la joven, la de su pequeño. — Nunca en tú vida vuelvas a llevarte a Scorpius de mi lado, de mi casa o de donde demonios yo decida tenerlo, sin mi puto permiso. —La voz de Draco estaba simplemente furiosa.

 

—Es mi sobrino…—quiso rebatir, pero la fría mirada del antiguo príncipe de las serpientes, simplemente la hizo callar.

 

—Y jamás en la vida te negaría, por el amor que él te tiene, por el respeto que yo siento por ti y por el amor al recuerdo de Tory, pero es mi hijo y el no saldrá de mi vista, de mi lado sin mi puto permiso.

 

La joven bajó la cabeza y la mirada, Harry se preguntó si el rubio tenía ese efecto con todos aquellos que habían estado en el colegio y sobre todo en Slytherine cuando estuvo en el colegio, que si realmente sus palabras y sus miradas se sentían igual de frías para todos.

 

—Nunca creí que Malfoy amara de esa manera a alguien…— Ron le susurró a Harry.

 

—Los Malfoy en general aman su casta, el ser sangre pura, pero si hay algo que me ha quedado claro con los años, es que entre ellos se aman mucho más…—Harry no pudo evitar recordar a Narcisa, traicionando al que había sido su señor, solo por el bienestar de su hijo, el recuerdo de Lucius siendo escuchando el juicio de su hijo y llorando de felicidad, cuando los cargos de Draco habían sido desestimados, Harry había visto la versión padre de Lucius y se había sentido tremendamente acongojado.

 

—Malfoy…—Fue Ron quien tomó la palabra. — Comprendo que la situación ya debería estar normalizada, desconozco si realmente quiere denunciar la situación, pero tienes claro que hay medidas que puedes tomar…

 

—¿Meidas? — La voz del menor se hizo escuchar, Scorpius se había quedado mirando a todos sin comprender mucho de lo que pasaba, pero las lágrimas en los ojos de su tía lo alteraron. —Papi pedón, yo no pensé que, si estaba con la tía Daph podias tabajar tanquilo, papo pedon…—Los ojos del menor se llenaron de lágrimas

 

—Weasley, Potter, les estoy agradecido, pero no tomaré medidas contra mi cuñada, ella no tuvo alguna mala intención con mi hijo.

 

Luego de eso, todos simplemente se marcharon, Malfoy volvió a regañar a la joven, quien, a los ojos de Ron y Harry, parecía estar arrepentida de sus actos, según había explicado, esa mañana había convencido a su padre de ver a Scorpius, por respeto al recuerdo de Astoria, por lo que simplemente se había llevado al niño sin pensar en las consecuencias de sus actos.

 

Llegaron rápidamente a los límites de las barreras que permitían la aparición conjunta en el lugar, el pequeño iba apretado al cuello de su padre, tanto Ron como Harry podían notar los susurros que Draco le daba a su hijo, como le explicaba que estaba molesto con su tía, que no tenía culpa y que lo amaba mucho.

 

Decir que Harry sentía su corazón bombear, era poco decir, la escena lo había conmovido de una extraña manera, el ver la máscara de indiferencia romperse, el poder ver un gesto de ternura, un gesto de completa devoción, de amor en rostro del rubio, lograba que una extraña sensación subiese por el vientre del moreno.

 

A pesar de ya tener a Scorpius, Draco había insistido en regresar a la madriguera y agradecer a todos quienes habían estado apoyándolo en esa situación que se había salido de control más rápido de lo que lo que cualquiera deseaban.

 

Pero solo fueron necesarios unos minutos en el hogar de los pelirrojos, para que las cosas volviesen a tornase complicadas, los gritos de Harry y el fuerte llanto de Scorpius llenó rápidamente el lugar.

 

 

 

 

 


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