Todos los pelirrojos terminaron reunidos en la cocina de la madriguera, todos al llegar se topaban con el extraño silencio llenando la madriguera y con la mirada de su madre fija, concentrada en la mesa de la sala.
—¿Molly? — El mayor miró a su esposo algo confundido, más al notar como todos estaban reunidos cerca de la puerta de la cocina, mirando, perdidos en lo que pasa en la mesa. —¿Qué está pasando?
—Draco vino a hablar con Harry y Ron.
— ¿Pasó algo nuevamente con él pequeño? — Arthur había reaccionado hasta que sintió un pequeño jalón en su pantalón. —Vaya, pero mira que tenemos mezclado con mis nietos, este pequeño lo recuerdo. — Arthur tomó al niño entre los brazos. —Luego me explicas Molly, iré con estos niños al jardín.
—Ve tranquilo, ve…— Molly sentía una ternura tan especial al ver como el mayor se llevaba a todos los niños. —Solo espero que ustedes no hagan alguna estupidez. — Molly miró a su hijo y su exyerno, quienes estaban en cada instante más serios.
—Malfoy, bueno es raro verte en casa de mis padres, no pensé que te volveríamos a ver. — Ron hablaba bastante nervioso, más al notar como el rubio simplemente sacaba papeles y se los entregaba. — ¿qué es lo que te trae a querer hablar con nosotros?
Harry estaba en silencio, Ron no había leído nada de los papeles que el rubio les estaba entregada, pero el joven ya estaba entendiendo por donde iba a todo el asunto.
—Ron…— Harry tomó el brazo del otro, sintiendo un nudo en su garganta, sintiendo incluso sus manos temblar. — Malfoy, esto debe ser una broma de mal gusto…
—No lo es Potter. — El rubio tampoco los miraba, decir que le dolía lo que estaba haciendo, pero si sabía que era lo correcto, que su hijo valía eso y mucho más. — estos son los papeles con todas mis propiedades, más las tres cuartas partes de mi fortuna, junto con el dinero que me heredó mi padre y mi madre en vida, solo mantengo una parte para Scorpius, además de eso, estos papeles confirman el movimiento de mis oficinas, las proyecciones de las modificaciones de mi residencia y por sobre todo, la modificación que se hará a las empresas, con esto, cumpliría a cabalidad todo lo que les prometí…
—Espera un segundo. — Harry miró a Ron, quien miraba de manera desesperadas los papeles entre sus manos, abriendo en cada momento más los ojos. — ¿Es una broma? ¿Verdad? Es que es una locura Malfoy.
—No Potter, esto es lo que les había prometido por su ayuda para poder encontrar a Scorpius…
—¿Esto es siquiera legal? — Ron estaba pálido.
—Bueno, falta mi firma para convertirlo en un contrato a cumplir, él ministerio validará nuestras firmas, pero solo con eso…
—Malfoy, no podemos…—Harry quería hacer que el rubio entendiese parte de lo que estaba haciendo, de la locura tan grande que parecía estar haciendo.
—Es una locura Malfoy.
—Solo estoy cumpliendo mi palabra, yo les pedí ayuda y ahora realmente estoy pagando sus servicios.
—Es que no te ayudamos por esto…— Harry se levantó, sintiéndose molesto, furioso.
—No tengo más, este es mi dinero, no toque lo que correspondía a la fortuna y los negocios de Astoria, eso es sola y únicamente propiedad de Scorp, pero si esto no cumple con las expectativas, podemos pactar un plazo para que les entregue una diferencia que los favorezca…
Draco no pudo terminar si quiera la frase, cuando Harry se levantó, rompiendo los papeles entre sus manos. — No cambias con los años. — Agregó, antes de alejarse del rubio.
—Potter…
—Ufff, creo que alguien está un poco tenso…— Ron sonrió conciliadoramente. — Malfoy, sé que para ti es normal lo que estás haciendo, pero tanto Harry, como yo, no había si quiera pensado en la posibilidad de que quisieses pagarnos por ayudarte a encontrar a tú hijo, en el fondo te ayudamos de padre a padre.
—Pero yo se los ofrecí…
—Sé muy bien lo que hiciste, yo en tú lugar hubiese hecho lo mismo, hubiese hecho todo por mis hijos, pero nosotros no buscamos una recompensa o pago Malfoy. — Ron se levantó y puso una mano sobre el hombro del rubio. — el amor que le tienes tú hijo es innegable, Harry piensa como yo y por eso sé que está un poco molesto, ni Harry, ni yo necesitamos nada, por eso ve, habla con él y ve esto como un favor de antiguos compañeros.
Ron caminó a la cocina, esperando que el rubio fuese a ver a su mejor amigo, que probablemente estaba en el patio de la casa, sacando su ira de forma infantil.
—¿Hijo? —Molly lo miró curiosa. — ¿Qué ha pasado?
—Mamá, nunca había visto tanto dinero, te juro que no lo había visto nunca.
—Hijo…
—Mejor veamos la cena, que probablemente esos armaran una de esas peleas que no he visto desde la escuela…
Por su parte Draco se levantó, saliendo por la puerta en la que antes Harry había usado.
Por su parte, Harry sentía una furia tremenda, algo que le crecía en el pecho. — Demonios, siento que está pagando por su hijo…
Los ojos de Harry se encontraron entonces con sus hijos corriendo, siendo seguidos por un pequeño rubio que se reía, todos tratando de atrapar a Arthur.
—Verlo reír, verlo ser felices, eso me hace agradecer realmente que ganaras la guerra, que mataras a Voldemort.
—Es raro escucharte decir eso…
— Hay muchas cosas que no te he dicho Potter, gracias a ti y a Weasley tengo a mi hijo conmigo nuevamente, pero por sobre todo, gracias a ti, tengo un mundo hermoso para criar a alguien tan bello como mi hijo, sin ti, nada sería como es ahora…
—Pero no pude hacer nada por toda tu familia. Por tus padres.
—No están en Azkaban, no fueron condenados al beso del dementor, ellos están conmigo, quizá no en Londres, pero están con nosotros. —Draco suspiró, él era un Malfoy, siempre sería igual, pero había cambiado, había crecido y no temía disculparse. — Lamento si te incomodé con lo del dinero, yo solo quería darles lo prometido.
—No necesito un pago…
—Ahora lo sé, pero de igual forma tengo que agradecerte, sin ti y todos los Weasley, no sé qué hubiese hecho para encontrar a Scorpius. — Draco bajó la vista. — Les debo tanto, que creo que el dinero jamás los podría recompensar.
—No necesito dinero Malfoy, quiero que lo entiendas…
El rubio se quedó pensando un momento, hasta que la mano de Harry frente a sus ojos llamó su atención. — Nuestros hijos pueden jugar como si nada malo estuviese pasando, quizá nosotros podamos comenzar una relación cordial, ¿qué dices Malfoy? ¿Podemos empezar denuevo?
Draco miró la mano extendida, justo cuando las mariposas en su estómago revoloteaban a diestra y siniestra, frente a sus ojos tenía una nueva oportunidad.