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Por un ronroneo - YoonMin por DanisseL16

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Revisó los bolsillos para cerciorarse de llevar sus llaves y el celular de modelo antiguo que pudo conseguir luego de perder los últimos tres smartphones en sus excursiones.


Respiró hondo y abrió la bolsa de papel que contenía la prenda del gato montés, a quien hoy vería luego de semanas. Quiso volver al siguiente día pero había olvidado el cumpleaños de su tía y Jungkook lo obligó a acompañarlo. Disfrutó el viaje, el volver a ver sus tíos y jugar con algunos de sus sobrinos, hijos de Jin, el hermano mayor de Jungkook.


Se quedaron unos días y luego su tía le sugirió visitar a su madre, enviándolo con algunas cosas que su hermana intercambiaría con ella... Adoró los preciados momentos con su madre y su pequeño hermano, pasando unos días allá aunque debió regresar con su tía, para completar el intercambio de las mayores. Sí, fueron unos días memorables y se divirtió, pero ansiaba regresar.


Habían pasado muchos días y ahora al fin se estaba preparando para ir hasta el territorio del pelinegro.


—¿Te vas o seguirás parado en la puerta?


Se volvió hacia su primo para sacarle la lengua, escuchándolo reír —Sí, ya me voy.


—Ten cuidado, enano.


Resopló al escuchar el sobrenombre. Le había contado a Jungkook sobre el gato salvaje y su primo no tardó en averiguar sobre ellos. Según internet, no vivían en colonias o manadas, eran más solitarios; pero no podía creerlo porque no todo lo que la gente dice es cierto, además el pelinegro había dado a entender que vivía con otros más de su misma
especie, era un hecho que no estaba solo.


Esta vez no iba en su forma felina, quería poder presentarse correctamente con él. Era confusa la sensación en sí mismo que le pedía hacer todo por agradarle al mayor, aunque lo asociaba a su carácter juguetón que deseaba tener más amigos.


Caminó unos minutos más, tratando de olfatear el leve aroma del gato salvaje, para que lo guiara mejor. Ésa era otra de las cosas que lo hacía sentir raro. Desde el día que tomó prestada la polera, no había querido dejarla y la llevó consigo en su viaje a su ciudad natal, deseando envolverse en el aroma que desprendía, usándola casi hasta que no quedó rastro y sus ansias por volver se hicieron más fuertes.


Salió de sus pensamientos cuando el aroma que extrañó y el sonido de unas ramas quebrándose llegaron a él, alzó la mirada topándose con una intensa de ojos negros.


—¿Yoongi, me escuchaste?— Una desconocida voz masculina se oyó tras los arbustos.


—Sí, ya voy— A pesar que contestó a la otra persona, sus ojos seguían sobre él.


Un poco de rubor cubrió sus mejillas, al ser el centro de ésa profunda mirada.


—H-hola, hyung— Su saludo salió en un murmullo tímido.


—¿Yoongi?— El hombre se dejó ver, notando también al muchacho que tenía los mofletes colorados y la mirada gacha —¿Qué haces aquí?— le espetó— ¿Cómo encontraste este lugar?— las preguntas le habían salido entre gruñidos haciendo sobresaltar al menor.


—Déjalo, debe haberse perdido— El pelinegro restó importancia, con la intención de alejar al viejo.


Jimin carraspeó para instruirse valor pues el otro shifter soltaba un aroma agresivo —Vengo a devolver su polera, hyung— le extendió la bolsa.


—¡No puede ser! ¿Conoces a este niño, Yoongi?— Jimin se cohibió más, el hombre lo había preguntado como si hablarle fuera un crimen.


—No lo conozco— lo miró con reproche y luego se encogió de hombros hacia el cambiaformas mayor —Un día hurtó mi polera pero parece que ahora la va a devolver— Se acercó a Jimin en un par de zancadas y susurró enojado —: te dije que no volvieras, gato tonto.


El viejo soltó una carcajada incrédula —No sé qué pasa por tu cabeza, Yoongi; pero sería mejor si ése niño no vuelve aquí jamás, a menos que quiera que le arranquen todo el pelaje...


—¿Yoongi hyung?— Trató de volver a hacer contacto visual con el pelinegro pero este lo esquivaba.


Arrebató la bolsa entre sus manos —Ahora vete y no vuelvas— susurró con los dientes apretados y dió la vuelta para volver a su territorio.


—Pero hyung...


Un fuerte bufido los dejó paralizados.


—Cuando un gato montés dice que te largues— Se acercó unos pasos al rubio, mostrándole los colmillos —los gatos caseros obedecen— siseó de manera amenazante —Es el primer y último consejo que te daré, si vuelvo a verte por acá, no dudaré en destrozarte.


Jimin tenía los ojos muy abiertos, entre sorprendido y asustado, le lanzó una última mirada al pelinegro pero éste seguía de espaldas a él. Sus ojos se pusieron vidriosos y comenzó a retroceder.


—Es lo mejor que puedes hacer. Largo.


Caminó a prisa regresando por donde había venido. ¿Qué había sido todo éso? ¿A éso se refería el pelinegro con que su gente no sería tan amable? Pero si eran gatos... ¿Por qué?


Detuvo su carrera cuando ya se encontraba a unos metros de la salida del bosque y sentó sobre el tronco de un árbol caído, pensativo.


'Yoongi'


El pelinegro tenía un nombre tan genial como su actitud. Pero quería poder hablar con él a solas, que despejara todas sus dudas... Lo peor es que ahora no tenía una excusa para ir a su territorio, y ése otro gato salvaje era muy malvado, lo asustó.


Suspiró resignado, sacudió sus pantalones y regresó a casa. Esta vez no podría contarle nada a Jungkook o se pondría en plan sobreprotector.

🐈


Yoongi tenía los puños apretados.


—Y así es como se espanta a un gato doméstico— Soltó el mayor, para luego carcajearse y palmear su espalda — son pequeños pero no les tengas compasión, Yoongi. Así es como ellos creen que son bienvenidos y pueden venir a seducir a los machos para mejorar su inútil raza— recogió algunas ramas caídas, seleccionándolas por tamaño.


—Voy al río.


—¿Vas a traer truchas?


—Sí.


El mayor se le quedó mirando unos instantes y luego volvió a su misma tarea —Bien.


Se despojó de sus ropas y se transformó para correr en dirección al río. Un par de minutos después, cuando creyó que estaba fuera de la vista ajena, desvió su camino hacia el lado más accesible del bosque, olfateando con fuerza, buscando el aroma del omega rubio. Lo encontró sentado en un tronco viejo, con una expresión confusa y deseó acercarse pero se obligó a no hacerlo.


Poco tiempo después vió al menor levantarse y salir del bosque. Se sintió aliviado. Lo había seguido sólo para estar seguro de que estuviera bien. Ahora tenía que pasar por el río para llevar algunas truchas para la cena de esta noche, y para mantener su coartada.

🐈


Al día siguiente, hizo lo que -inconscientemente- venía haciendo los días que no tocaba cacería colectiva, desde el día que permitió a Jimin usar su sudadera: ir al lado menos salvaje del bosque, esperando verlo.


Se encontraba cerca de ahí, cuando el inconfundible aroma a moras y vainilla llegó a sus fosas nasales, haciéndole cerrar los ojos, tratando de llenar su sistema con esa adictiva fragancia.


—¿Y ahora qué, Jimin?— Escuchó al menor chasquear la lengua con frustración, viéndolo caminar de un lado a otro.


Sonrió internamente. Cuando conoció a Jimin, éste era adorable y curioso como todo niño pero ahora se notaba un leve cambio, algo ligeramente distinto. Continuaba con ése aire adorable pero parecía un poco más cauteloso, se veía algo más maduro.


—¿Voy o no voy?— Se preguntó en voz alta y Yoongi se puso alerta.


¿Pretendía regresar al territorio de los gatos montés? Estaba loco.


—Yo creo que tú no aprendes— salió de entre los arbustos que empezaban a florecer otra vez, luego de cambiar a su forma humana y ponerse unos pantalones de chándal que siempre tenía ocultos entre esos árboles.


—¡Hyung!— Corrió a abrazarlo pero el otro puso sus manos delante de su propio cuerpo, deteniéndolo.


—Sin abrazos— le advirtió con seriedad— Tu sí que eres muy confiado ¿Y si vengo con más como el tipo de ayer?


—Yoongi hyung no me haría daño— Declaró confiado.


—No puedes asegurar éso— Lo amonestó con el ceño fruncido.


—Claro que sí— puso una mano en su pequeño pecho —Mi gato sabe éso y yo le creo.


Yoongi se preocupó esta vez. ¿El gato de Jimin sentía lo mismo que el suyo? Éso era imposible.


—Está bien si quieres creerle— fingió que no le importaba— Pero créeme cuando te digo que es mejor que no vuelvas por acá. Es peligroso.


—Yo...— Acomodó su suéter, un poco nervioso— quería poder preguntarle algunas cosas, hyung.


—Si las respondo, debes prometer que no regresarás— le advirtió muy serio.


—Pero yo quiero volver a verlo— hizo un puchero.


En respuesta, Yoongi se cruzó de brazos —¿Hay trato o no?


—¿Por qué no quieren que vuelva? —Prefirió hacer sus preguntas directamente en lugar de contestar— ¿Por qué parece un delito el que nos conozcamos?


—Eres un tramposo— Susurró con una sonrisa ladina pero respondió de todos modos —Los gatos montés son una subespecie más salvaje que los domésticos. En los últimos años se ha establecido que no podemos tener contacto con gatos caseros porque se está perdiendo la pureza en nuestra subespecie al haberse presentado un mayor número de cruces entre los domésticos y los montés.


—Pero no tenemos la culpa— pronunció más su puchero, caprichoso, haciendo sonreír abiertamente al mayor.


—Cierto. Pero son parte de las normas entre los gatos montés y podemos tomar las medidas que creamos necesarias para alejar a los gatos caseros de nuestro territorio. Cualquier medida, Jimin— recalcó lo último para hacerle comprender —Por éso es peligroso para ti que continúes viniendo.


Jimin lo meditó unos minutos en silencio para luego decir —: Pero aún puedo venir hasta aquí— señaló con los brazos la parte donde se encontraban —¿cierto?


El pelinegro rió por su astucia —Supongo que sí.


—Y Yoongi hyung puede venir a visitarme.


—No creo que...


—Vendré todos los días a esta hora, hyung, no falte— Sonrió ampliamente.


Enterneció a Yoongi, pero no lo demostró —Has lo que quieras, pero no vayas al otro lado.


—Sí, hyung— se acercó muy rápido, dejando al otro pasmado cuando le regaló un beso en la mejilla —Nos vemos mañana.


Salió corriendo del bosque muy contento sin poder ver el furioso rubor en las normalmente pálidas mejillas.

Notas finales:

Jimin es adorable :3

¿Yoongi podrá resistirse?

 

Nos leemos en el próximo!


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