POV Levi.
-Creo que tengo una idea… -Dice el ángel, posicionando sus dedos índice y pulgar en su barbilla. –Pero sé que no te va a gustar. –Sonríe nerviosamente.
-Eso lo diré yo. –Le respondo con algo de desconfianza. -¿Cuál es tú idea?
-Bien, pero promete que no enloquecerás. –Asentí y esta suspiro. –Como no podemos despertarlo de la manera tradicional sin tocarlo, creo que… -Hace una pausa dudando mucho en responder.
-¿Crees qué? –No termino la oración y esto me está dando mala espina.
-Deberíamos halarlo de la cadena. –Murmura alejándose de mí a una distancia segura.
-¿Me estas jodiendo? Porque no te llevamos a ti encadenada. –Me cruce de brazos frunciendo el ceño.
-No lo vamos a llevar encadenado, solo halaremos la cadena para despertarlo. –Explica.
-Oooh, ya entiendo, me estás diciendo que lo hiera indirectamente para despertarlo. –Escupí con sarcasmo y el ángel frunció el ceño.
-¿Tienes un plan mejor Romeo? –Me recrimina y yo suspire, tenía razón, era eso o morir ambos aquí. -¡Ves! No tienes más opción que herir a tú Julieta.
-Tch, no lo hago por gusto. –Me acerque un poco a mi castaño, dudando en hacer lo aquella acción, tome la cadena que sostenía su cuello. –Esto me dolerá más a mí que a ti. –Le dije al inconsciente como si me fuera a responder.
Hale fuertemente la cadena, logrando sacarle un quejido a Eren, mierda no quiero hacer esto, pero al parecer funciona. Volví a repetir la acción cerrando los ojos, para no ver la expresión de dolor que hacia Eren.
-*Cof, cof, cof* -Abrí nuevamente mis ojos al darme cuenta de que Eren había despertado, sentí unas enormes ganas de inclinarme y abrazarlo, pero me contuve sabía que no podía tocarlo. Lentamente abre los ojos. -¿En dónde estoy?
-Al fin despertaste. –Le sonreí y vi como sus hermosas gemas se iluminaban, me sonrió y trato de levantarse, pero las cadenas de sus pies se lo impedían. –Oi, oi mocoso, no seas tan impulsivo, no puedes tocarme aun. –Le explique y este asiente algo decepcionado, me acerque a su oído. –Tranquilo, una vez salgamos de esto, podrás tocarme todo lo que quieras. –Un enorme sonrojo invadió las mejillas del castaño, sonreí de forma ladina, tierno.
-Ejem, ejem… -Carraspea el ángel, dando a entender que aun estaba allí, suspire con enojo. –Aun sigo aquí ¿saben? Díganse cochinadas después.
-Ya vámonos. –Ayude a Eren con las cadenas, evitando a toda costa tocarlo de alguna forma.
Comenzamos a caminar a la salida del lugar a paso apresurado, el ángel estaba en el frente, Eren en el medio, mientras yo iba detrás, vigilando que nada tratara de llevarse a Eren nuevamente.
-¡De aquí no se van vivos! –El grito de la niña demonio invadió mi sentido auditivo, luego me arrastro tomándome del tobillo, Eren y el ángel detuvieron su andar para verme con preocupación.
Me sostuve del suelo agrietado, esa cosa quería arrastrarme a la oscuridad.
-¡Déjalo en paz maldita cosa! –Grita colérico mi castaño, y nunca pensé verlo de ese modo, creo que se ve más adorable.
-Eren aléjate. –Ordeno y este me mira con una expresión triste, pero después esa expresión cambia a una de determinación.
-¡Sé lo que quieres! Y no mi alma. –Comienza a caminar hacia la oscuridad.
-Eren detente, ¡Eren! –A pesar de que lo llamaba este no detenía su paso, estaba determinado a seguir caminando.
-¿Quieres verlo de nuevo verdad? –Sigue acercándose cada vez más, no tenía intensiones de parar.
-¡Eren no des un paso más! –Observe como el agarre de mi tobillo iba disminuyendo, oh mierda, ¿qué estará pensando Eren?
-Te llevare con él, pero nos dejaras en paz. –Llego a un punto en el cual ya estaba totalmente en la oscuridad y mi tobillo ya había sido liberado. –Volveré pronto. –Me sonríe de forma dulce, me levante para intentar alcanzarlo, pero ya era demasiado tarde, ya se había marchado…
Fin de POV Levi.
POV Eren.
A pesar de la insistencia de Levi, seguí adelante, es muy arriesgado, pero ella una vez fue un ángel ¿no? Así que debo de confiar en que algo en ella sigue siendo bueno. Me adentre a una fría oscuridad que me provoco un desagradable escalofrió, una mano fría tomo la mía, logrando sobresaltarme, mire hacia mi costado y observe al pequeño engendro que nos atormentaba.
-Dijiste que me llevarías con él, espero que cumplas. –Pronuncia con voz infantil, logrando aterrarme.
Muy bien Eren, según las películas de terror que has visto, en especial la saga “la noche del demonio” eres un alma errante ahora ¿no? Por lo tanto tienes contacto con los vivos, de cierto modo, así que puedo salir de este lugar sin ningún problema, espero tener razón en esto.
Caminamos en un punto incierto, estaba demasiado oscuro, así apenas podía divisar a las pocas almas con quienes chocaba, luego divise una luz bastante atrayente, me desvié hacia ese lugar, como si fuese una mosca.
-Yo siendo tú no voy a ese lugar. –Me advierte el engendro, logrando hacerme reaccionar de golpe.
Seguimos caminando por toda esa oscurana, y nada que lográbamos encontrar la salida. Hasta que por fin logre ver a lo lejos una puerta, se podía ver que detrás de esta había poca Iluminación, nos apresuramos a llegar a ese lugar, y casi rompo a llorar, al fin habíamos llegado al hospital real, no la versión película de terror.
Habíamos atravesado una puerta al final de uno de los pasillos del lugar, que al parecer nadie transitaba, y no los culpo, este lugar es aterrador, con un cuarto de pasillo con poca iluminación, más el aire acondicionado que parecía un congelador, cualquiera diría que un fantasma le acaricio el rostro con los recurrentes escalofríos que recorrerían su cuerpo.
Okay, ya una parte del plan está hecho, solo debemos encontrar a Erwin y ¡Reencuentro familiar! O por lo menos el intento de uno, comencé a caminar de un lado a otro, tratando de idear una idea para atraer al rubio hacia este lugar, que para mí, sería algo imposible, si se nota que la única persona que pasa por aquí es quien hace la limpieza, y nada más porque tiene que cumplir con su deber, porque de ser por él o ella no pasa por aquí.
Después de un par de minutos meditando, la iluminación llego a mí.
-Esto es lo que- -Comencé a decir, girándome para ver al engendro disfrazado de niña, pero cuando lo hice, me di cuenta de que no estaba, estoy frito. –Mierda…
¿Ahora qué hago? Traje un demonio peligroso a la realidad, solo porque quería hacerme el héroe, de seguro está buscando a otras almas a las cuales atormentar, volví a caminar de un lado a otro con desesperación.
De repente aparece nuevamente al lado mío con una expresión seria, suspire relajado, supongo que no hizo nada. Luego se escucharon pasos acercándose hacia acá, arquee una de mis cejas, ¿Quién en su sano juicio pasaría por aquí?
Al ver al rubio aparecer en al final del pasillo, mi boca abrió en una perfecta “o” ¿Ella lo atrajo hacia acá? ¿Cómo? Quería preguntarle, pero ella toco la parte baja de mi abdomen en donde se encontraba la herida y la cicatriz, al hacerlo no podía hablar, me tenia controlado, esa hija de…
-Me encontraste. –Pronuncia y pude ver como el rubio se sobresalto, y sus pupilas se dilataron levemente. –Ya ganaste el juego. –Dio dos pasos hacia atrás, en intensión de marcharse ¡No te vayas! No me dejes con ella.
Luego observe que caminaba a este lugar, comencé a dar pequeños saltos de emoción, lograremos salir de esta. Se adentro y el engendro entro en pánico y desapareció, ¿enserio? Me acerque al muro más cercano para golpearme frenéticamente contra el muro, ¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?
El rubio se giro para irse por donde vino, luego el engendro se digno a aparecer de nuevo en frente de él.
-Tiempo sin verte. –Tenía la cabeza gacha cuando apareció, así que alzo la mirada, dejando ver una sonrisa dulce, que se veía totalmente extraño en ella, considerando que la vi en su peor estado.
-Digo lo mismo… -Esperen un momento ¿él la recordaba? Eso si es extraño, creo que envidio su memoria.
Luego ella se dirige a él, atrapando sus piernas en un abrazo, fue lo más tierno que he visto, el rubio sonrió algo divertido y se inclino quedando a su altura, correspondiendo al abrazo.
Necesitaba un pañuelo, esto era demasiado triste, el engendro comenzó a desaparecer en los brazos de Erwin.
-Te quiero… -Susurro para irse por completo, dejando a un rubio desconcertado, lagrimeando un poco, se levanto secando aquellas inexplicables lágrimas traicioneras que salieron de sus ojos.
Y al darme cuenta, yo también estaba llorando, el reencuentro más hermoso que he visto en mi vida y ¿a dónde fue ella? No sé, pero de seguro debe estar feliz, sabiendo que la persona de quien cuido en su niñez es alguien por quien valió la pena sacrificarse.
El rubio se fue del lugar dejándome solo, comencé a caminar recorriendo el lugar, luego me detuve abruptamente ¿seguía teniendo esa marca? Revise debajo de la camisa negra que poseía, y la marca había desaparecido, sonreí victorioso, había funcionado, mi plan funciono, ahora solo debo volver a mi cuerpo.
(……)
-¡Eren! ¡Eren! –Abrí los ojos, para encontrarme con Levi, quien me sostenía desde los hombros sacudiéndome un poco. – ¿Estás bien? –Me abraza posesivamente.
-S-Sí… -Respondí, sintiéndome algo mareado. –Espera… ¿Volvimos a nuestros cuerpos? –Pregunte preocupado.
-Velo por ti mismo. –Levi me ayuda a levantarme, para cubrirme los ojos, llevándome al baño, en donde arriba del lavamanos había un espejo.
Me sentía nervioso, ¿Volvimos? Eso no lo sabía, pero espero que sí. Quito sus manos, logrando que viera mi reflejo.
-¡No puede ser! –Me cubrí la boca con las dos manos, al ver que habíamos vuelto a nuestros respectivos cuerpos. Luego me gire hacia Levi no pudiendo creerlo y lo abrace con fuerza. –Por favor dime que no es un sueño…
-No, no es un sueño… -Me responde correspondiendo al abrazo. –Pero hay algunas cosas que debemos resolver aun. –Dice con un tono de voz serio, logrando preocuparme…