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Cambiando tu destino. por ZXKILer161

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Notas del capitulo:

Un poco mas solo faltan para ver como... 2? Creo que 2 mas :D

POV Eren.

Todas las luces de la casa de Levi estaban encendidas, apenas eran las 2:56 am, y no pude pegar un ojo, estaba entrando en pánico. Después de ese sueño, que resulto tan real ¿Quién podría dormir? Respuesta; nadie.

Me encontraba en una esquina de la habitación con un plumero que estaba perfectamente guardado en un armario alejado de la habitación, apenas lo vi pensé que sería el arma perfecta. Tenía una cruz improvisada de lapiceros amarrado con cinta adhesiva y lo apuntaba a cada dirección mientras mi mano temblaba.

Llevo haciendo esto hace más de una hora y ya me estoy empezando a quedar dormido ¿En serio? Justo ahora que necesito tener insomnio, me da sueño ¡¿Por qué no apareciste antes?!

Mis parpados comienzan a pesarme, y lentamente comencé a quedarme dormido.

Abrí los ojos repentinamente al recordar aquella pesadilla. Pero nuevamente comencé a cerrar mis ojos. Así pase durante un rato, cerrando y volviendo a abrir mis ojos, tratando de no quedarme dormido.

¡Debo luchar! ¡Luchare con este sueño! Tengo mucho… sueño…

Me quede dormido…

-Eren… –Otra vez esa voz – ¡Eren! –Abrí los ojos lentamente y me encontraba en el mismo lugar, estaba en la misma esquina, abrazando ese plumero y en frente de mi estaba la misma niña que me encontré en el hospital. – ¡Menos mal! Pensé que estabas muerto o algo así.

-Tú eres esa niña rara del hospital. –La niña frunció el ceño ante este comentario.

-Para que sepas tengo nombre ¿sabes?

-¿En serio? ¿Y cuál es?

-Me llamo Elena. Y no soy una niña, soy tú ángel de la guarda. –Me recrimina exasperada. –Te has metido en un problema muy grande jovencito.

-Vas de nuevo con eso, para que sepas no creo en ese tipo de supersticiones, de que existe un ángel que te cuida y esas cosas. –Le respondo y esta pareció muy ofendida.

-Entonces explica el hecho de que yo esté aquí, genio –Pone sus manos en su pequeña cintura.

-No sé, tal vez solo seas un sueño. –Le respondí sin ganas, toda esta situación es muy extraña.

-Sé porque no crees en eso, pero ahora no es tiempo de discutir del pasado. –Me dice, y luego yo la miro interrogante.

-¿Así? –Pregunte sin interés alguno.

-¡Sí! –Grita y luego sube mi camisa dejando ver la extraña marca. –Eso significa que morirás dentro de 27 días, y no solo eso, será de la forma más macabra. –Su voz se vuelve seria, yo solo me quede sorprendido.

-¿A qué te refieres con "macabra"? –Le pregunto, mientras ese sentimiento que tanto odio vuelve a apoderarse de mí.

-No querrás saberlo. –Se aleja de mí, y comienza a caminar a la salida.

-¡Es-Espera! –Trate de detenerla. Se detuvo en seco y volteo a mirarme. Sonrió.

-Regresare cuando duermas, solo iré a buscar información…

Me desperté sobresaltado al escuchar el sonido del celular de Levi, al parecer alguien estaba llamando. Me levante de donde me encontraba y me estire. Escuche como tronaba mi espalda, mala idea el dormir en una esquina durante toda la noche.

Tome el celular que se encontraba encima de la cama, y vi que era una llamada entrante de Hanji. Conteste.

-¡Buenos días dormilón! –Escucho del otro lado de la línea.

-Buenos días Hanji. –Le devuelvo el saludo y escucho un gran silencio del otro lado. –¿H-Hanji? ¿Estás ahí?

-Sí, solo que no me imagine, tú siendo tan cordial, creo que en verdad viene el fin del mundo ¡Jajaja! –Se ríe a carcajadas. –Oye, Erwin y yo planeamos un día de diversión para refrescar tú memoria ¿qué te parece?

-Me parece una gran idea. –No sé qué voy a recordar si no soy Levi.

-Entonces vete alistando, que voy enseguida a buscarte para llevarte a desayunar a una cafetería excelente ¡Nos vemos! –Cuelga la llamada, y yo doy un largo suspiro, para luego ir a bañarme y estar listo antes de Hanji-san llegue.


Íbamos en carretera, Hanji estaba parloteando de la situación de la empresa, que al parecer Levi dirigía, con razón su casa era tan enorme, y por supuesto no olvidemos su colección de autos. El yacusi innecesariamente grande, los perros guardianes, etc.

-Sabes, este nuevo tú creo que me agrada. –Dice mientras detenía el auto, ya que un semáforo estaba en rojo. –Aunque sé que cuando recuperes la memoria, estarás muy enojado, pero sabes que soy pésima diciendo mentiras.

Me rio un poco ante ese comentario, para luego suspirar. Vamos Eren es ahora o nunca.

-Sabes Hanji me he preguntado. –Comienzo a decir captando la atención de la susodicha. –Sí podrías decirme algo sobre Petra.

-…–Sé quedo en silencio algunos segundos, me pregunto si dije algo malo…

-En este momento no, te lo diré una vez lleguemos a la cafetería ¿sí? –Me sonríe, y yo le devuelvo la sonrisa.

-Sí-. –Le respondo.

Luego de eso el semáforo cambio a verde, y Hanji puso el auto en marcha a la cafetería, que según ella es muy buena.

Pasamos por algunas calles que se hacían conocidas, hasta que Hanji detuvo el auto.

-¡Llegamos! –Grita con entusiasmo una vez llegamos. Mi mandíbula casi se cae de la impresión. Estábamos en la cafetería de mi madre. "Café María"

Salí del auto con pánico, esto no puede estar pasando, justo ayer me gane el odio de Mikasa y ahora voy a la cafetería que ella atiende y dirige… estoy muerto.

Hanji literalmente me arrastro hacia adentro, yo solo rezaba porque Mikasa no haya decidido ir ese día, pero los dioses estaban en mi contra porque Mikasa estaba atendiendo a unos clientes en una mesa cercana de la entrada y al verme me lanzo una nada disimulada mirada de odio.

Se acercó a donde estábamos, sin quitarme la mirada de encima. A veces Mikasa puede llegar a ser aterradora a niveles inesperados.

-Buenos días, síganme para darles una mesa. –Dice tratando de ser cordial, aunque yo sé que quiere ahorcarme.

-Oh, gracias. –Responde Hanji, mientras me volvía a arrastrar mientras seguíamos a Mikasa.

Nos indicó que nos sentáramos en una mesa muy alejada del resto, en donde se encontraba una ventana con vista hacia afuera y buenos asientos. Sin duda quiere matarme, dejando que vea por última vez al mundo para luego envenenarme. Sí, así es Mikasa.

Tomo nuestra orden, pero ¿Es posible escribir en una libreta mientras ves a una persona? Creo que muchos dirán que no, pero Mikasa me sorprende hasta qué punto es capaz de odiar a alguien. Hanji ordeno hot cakes con un jugo de naranja y yo para que Mikasa se fuera rápido ordene lo mismo. Después de tomar nuestro pedido se fue a darle la orden al chef Reiner.

-Hey, Levi. –Me susurra Hanji una vez que Mikasa se dio la vuelta. –Y ¿Esas miraditas de coqueteo que te daba la mesera? No me digas que no lo notaste.

Casi me atragante con mi propia saliva ¿miradas de coqueteo? ¡¿Acaso no sabe diferenciar las miradas de coqueteo con las asesinas?! Claro, porque un asesino cuando quiere matarte te mira con amor.

-¿Qué miradas? –Respondí desviando la vista, un poco nervioso.

-No te hagas el tonto. –Dice de forma juguetona. –Vaya que eres todo un galán. –Comienza a reír ruidosamente. –Debes admitir que es linda.

-Sí~. –Digo sin interés alguno. Esto se está poniendo cada vez más complicado. De repente el celular de Hanji comienza a sonar.

-Es Erwin. –Dice una vez ya había sacado el celular de su bolso. –¡Hola, hola mi cejotas! ¿Qué cuentas? ….Oh, sí…..Apresúrate que ya pedimos el desayuno y te morirás de hambre, porque no nos detendremos en otra cafetería a esperar a que comas…. Está bien tú pagaras ¡Adiós! –Cuelga la llamada, y luego me mira. –Erwin ya viene.

-Oh, bien. –Comienzo a recorrer los alrededores con la mirada, recuerdo este lugar, las personas hablando felizmente, el dulce olor a café recién hecho, a Sasha tratando de no comerse el pedido de los clientes, a Levi atendiendo una mesa… lindos recuerdos… Espera un minuto… ¡¿Levi atendiendo a unos clientes?!

¿Qué es lo que hace aquí? Ojala no me vea.

Trate de ocultarme debajo de la mesa, pero él se dio cuenta de que Hanji estaba allí, y casi me da un infarto.

-Levi ¿qué haces? –Dice Hanji asomándose por debajo de la mesa. Me puse más nervioso que antes.

-Estaba atando los cordones de mis zapatos. –Le sonrió nerviosamente y ella me devuelve la sonrisa.

-Pero si ya están atados, vamos siéntate. –Me dice y no tengo más opción que obedecer. Cuando salgo de debajo de la mesa, siento la afilada mirada de Levi sobre mí.

-Em~ Hanji no me ibas a explicar el asunto de Petra. –Digo incorporándome, debo averiguarlo, es ahora o nunca.

-Oh, sí, sobre eso. –Se quita sus lentes y luego me mira. –Esto es algo delicado y espero que entiendas que para que te recuperes hay que ir poco a poco, por eso solo diré la mitad. –Dice volviéndose a poner sus anteojos. ¡Sí! Mi curiosidad será saciada.

-Veras… Petra… -De repente siento como algo helado cae en mis pantalones, era un jugo de limón con hielo extra, y quien me lo había arrojado no era nadie más ni nadie menos que el dueño de este cuerpo, Levi Ackerman.

Levi me estaba matando con la mirada, mientras que Hanji solo se quedó sorprendida.

-Oh~ disculpe señor. –Dice entre dientes Levi, tratando de sonar arrepentido, pero vaya que no le queda. –Dejeme ayudarle a limpiarse.

Después de decir eso, me arrastra al baño de hombres dejando a Hanji sola en la mesa. Cuando llegamos al baño, me empujo haciendo que este cuerpo chocara contra la pared sacándome un gemido de dolor.

-Maldito mocoso, ¿acaso tus padres no te enseñaron a no meterte en asuntos ajenos? –Me observa con notable enojo, mientras en mi frente aparecía una venita palpitante, nunca pensé ver ese tipo de imágenes en mí.

-¿A qué te refieres? –Pregunte haciéndome el que no sabe nada. Pero cometí un grave error, porque Levi se me acerco como alma que se lleva el diablo, alzo su puño, cerré los ojos esperando el impacto.

Solo escuche un ruido sordo, él había golpeado la pared justo cerca de mi rostro. Había mucha rabia contenida en los ojos que estaban en frente de mí.

-No te hagas el tonto. –Susurra entre dientes. –¡Joder! –Vuelve a golpear la pared. –No sé qué mierda hice para merecer esto, pero ni siquiera intentes averiguar algo de Petra, ¿entiendes? No es de tú incumbencia así que deja de meterte por donde no te llaman.

Se aleja de mí y comienza a buscar algo en el bolsillo del pantalón que tenía puesto. Saca un pañuelo, luego me lo entrega con el ceño fruncido.

-Límpiate de una vez, pensaran que te orinaste encima. –Comenta para luego darse vuelta e irse, dejándome solo en el baño. Suspire pesadamente, aunque me digas que no lo haga, ¡voy a averiguar el misterio de Petra así sea lo último que haga!

Notas finales:

:v chaitop


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