Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Alianza por Girisha

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tal vez debi haber puesto que al principio habría un poco de CartmanxStan y CraigxKyle

Pero sólo al inicio, ya después aparecera el Staig/Cran, el Kyman y sip TokenxKenny :p

3 años más tarde…

-De acuerdo- habló en un tono fuerte para que todos los presentes le oyeran -este es el documento dónde se afirma que el Reino Oscuro y el Reino de Luz terminan años de guerra con un acuerdo que beneficia a ambos- leía el documento en sus manos recitando todo lo que ahí decía -el acuerdo consistirá en el casamiento de Craig Tucker, primogénito de Thomas Tucker Rey del Reino Oscuro con Stanley Marsh, segundo hijo de Randy Marsh Rey del Reino de Luz- al ver como ambos reyes asintieron prosiguió -este acuerdo será llevado a cabo cuando ambos herederos al trono hayan cumplido la mayoría de edad- no hubo replicas -como apoyo, tendrán la ayuda de Eric Cartman, segundo hijo de Jack Tenorman Rey del Reino Rojo quien a través de un encantamiento le ayudara al joven Stanley Marsh a concebir- el Rey Tenorman asintió rígido ante lo dicho -dicho esto, la paz será cumplida entre ambos reinos apenas nazca su primogénito y se convierta en heredero de ambos reinos unificándolos sin llegar a extremos como desaparecer a uno de ellos- el Rey McCormick finalmente dejó el papel sobre la mesa y después de tomar tinta con su pluma firmó el acuerdo como testigo

Después le siguió el Rey Tenorman quien firmó en nombre de su hijo para ser el apoyo de fertilidad para el futuro matrimonio

Y finalmente los reyes de los reinos involucrados, quien sin dudarlo un segundo firmaron a nombre de sus hijos sellando el destino de ambos

Una vez que todos terminaron de firmar el Rey McCormick selló el acuerdo con el mismo sello del Acuerdo de Paz para hacerlo un documento oficial y que todos los reinos estaban de acuerdo y habían sido enterados

-Ahora- habló levantando otro documento -les leeré el siguiente acuerdo firmado entre el Reino Lejano y el Reino Rojo- los demás reyes que no estaban involucrados pero sabían de este se mantuvieron en silencio -este acuerdo declara que la Princesa Kenny, heredera del Reino Lejano e hija de su servidor el Rey Stuart McCormick, se casará apenas cumpla la mayoría de edad con Scott Tenorman, hijo mayor del Rey Jack Tenorman y posible heredero de su reino- el rey apenas termino de leer invito al rey Tenorman a firmar el documento junto a él, a ellos también se les unió el rey del Reino del Sol quien firmó primero como testigo y luego los otros dos en nombre de sus hijos

-Sabía que escogerías la mejor decisión- comento Tenorman mientras firmaban

-No te confundas Jack- respondió McCormick -mi hija me matará apenas se entere de lo que hice, pero todo sea por el bien de mi reino, este matrimonio nos beneficiará en muchas formas-

-Así se habla McCormick- respondió Tenorman sin intimidarse ante el tono del otro -hay que pensar primero en nuestro reino después de todo esa es nuestra responsabilidad como reyes- ambos asintieron ante esas palabras, primero estaba su reino antes que su propia familia

-Para terminar- habló el Rey McCormick para tomar el último documento y acuerdo que se hablaría en esa reunión -les leeré el último acuerdo hecho entre el Rey Gerald Broflovski gobernante del Reino Elfo y el Rey Jack Tenorman gobernante del Reino Rojo- ambos se levantaron de sus lugares -ambos declaran en este acuerdo unir a sus hijos Eric Cartman segundo hijo del Rey Jack Ternoman y Kyle Broflovski primogénito del Rey Gerald Broflovski en matrimonio en cuanto cumplan la mayoría de edad- los reyes no tardaron en acercarse a firmar, siendo el turno del rey Tucker para firmar como testigo

-No creí que tu esposa fuera a aceptar- habló Tenorman

-Ni yo- respondió Gerald -pero dice que sería una buena forma de limar asperezas con tu reino-

-Lo que hacen los asuntos diplomáticos- dijo irónico Tenorman

-Quien me preocupa es Kyle, mi hijo no se tomará muy bien esto-

-Si es por el bien de su reino comprenderá que es su obligación-

-Eso espero-

Sentados ambos reyes, el Rey McCormick volvió a tomar la palabra

-Dicho y hecho, estos acuerdos son completamente oficiales, dicta la ley que no importa si muere el rey que haya pactado el acuerdo, si firmo antes de morir o antes de estar en estado crítico la firma aún valdrá y por ende el acuerdo se realizara, también que sólo aquellos que hayan firmado y pactado son los que tienen derecho a deshacer tal acuerdo y por último si alguna de las partes se niega a cumplir su reino se verá obligado a pagar por no tener honor y, si en caso de que se niegue a pagar, el otro reino tiene todo el derecho de comenzar una guerra- miro atentamente las acciones de los otros pero como ninguno de ellos dijo o hizo algo finalizó -ahora sigamos con lo que teníamos planeado para la reunión-

-¿Qué pasara con los niños?- pregunto el Rey Black interrumpiendo al Rey McCormick

-Ellos están bien- dijo el Rey Tenorman -ya han pasado mucho tiempo jugando-

-¿A qué se refiere?- volvió a preguntar el rey del reino del sol

-Es hora de que pasen más tiempo con su prometido- dijo el rey Gerald

-Pero son niños- el rey del sol no podía estar de acuerdo con estas medidas que estaban tomando -aún faltan muchos años para que se cumpla el acuerdo-

-Mejor actuar ahora- le dijo el rey Tucker -si pasan tiempo juntos les será más fácil acostumbrarse a la presencia del otro en un futuro-

-¿Los van a obligar a estar juntos?-

-No- fue el turno de rey Marsh para contestar -justo ahora están siendo llevados por nuestros caballeros a un cuarto donde sólo estén ellos, no se les ha dicho nada para evitar que se nieguen-

-Entonces les están mintiendo-

-No es eso- dijo el rey McCormick -los niños no aceptaran, así como así el casarse con un desconocido por eso creemos que si se conocen a la hora de cumplir con el acuerdo no se les hará difícil aceptar el matrimonio-

-¿Cómo pueden estar tan seguros de que, aun así, dentro de 10 años, ellos no se van a negar? ¿saben si quiera si alguno de ellos ya tiene a una persona especial en su vida?- insistió el Rey Black

-Son niños- le respondió el Rey Tenorman, para el Rey Black no pasó desapercibido que uso la misma respuesta que él había dado, en su contra -ellos que van a saber de amor- los demás reyes asintieron a sus palabras, creían firmemente que sus hijos eran unos jóvenes inexpertos y que tarde o temprano se enamorarían de sus prometidos

Ante esto el rey no pudo más que rendirse, después de todo no puedes obligar a gente terca a cambiar de opinión, pero sin duda seguía preocupado por los niños, lo que sus padres hacían estaba mal para él

Dentro de la misma edificación a unos metros de la Gran Sala donde se firmaba el Acuerdo de paz los caballeros llevaban a una pequeña de cabellos dorados a una habitación

Ella no replico a pesar de haber sido separada del resto, creyó que había sido llamada por su padre y por eso iba a paso lento y calmado al lugar donde ella creía que sería el encuentro

Sus caballeros se detuvieron frente a una de estas tantas puertas y uno de ellos la abrió, en cuanto ella entro la puerta fue cerrada a su espalda y cuando quiso salir a preguntar si la puerta se cerró sola se dio cuenta que estaba trabada, lo hizo varias veces más pero no logro nada

-Está cerrada por fuera- contestó una voz chillona a su espalda, ella volteo encontrándose con un pelirrojo pecoso muchos más grande que ella en estatura y edad -es inútil que lo intentes-

El príncipe Scott, a quien ella reconoció por su actitud poco amable, estaba sentado en una silla que era una de las pocas cosas que tenía esa habitación aparte de una mesa y otra silla

Fue y se sentó en la otra silla disponible, tal vez su padre vendría después por ella, no estaba segura de sí había hecho algo mal, pero si este era un castigo lo aceptaría

-No eres muy habladora eh- la princesa sólo dirigió su mirada azul marino a el príncipe, nunca antes le había hablado y le parecía extraño que lo hiciera ahora -ponte cómoda llevo más tiempo que tu aquí y la única vez que se abrió la puerta fue cuando tu entraste- Kenny volteo a mirar la puerta, no quería creer que sus guardias la habían trabado, pero por lo que decía el pelirrojo era lo más probable

El silencio no tardo en instalarse sobre ellos y Kenny decidió ser quien lo rompiera

-Mhmn- el silencio duro un poco más y al creer que el príncipe no la había escuchado volvió a hablar -mhmn-

-No te ofendas princesa- la interrumpió groseramente -puede que el bastardo te entienda, pero yo no-

-Mhnm mnhn- dijo indignada, sabía a quién se refería con bastardo

-Mi pequeño hermanito- lo dijo con desprecio -debería estar aquí para traducirme-

-Nhmn hmmnnnh- trato de llamar su atención

-Para algo debería de servir- pero el maldito la seguía ignorando

-¡Mhnmn mhnn!- se exaspero por fin y termino gritando

-Si eso fue un insulto no me ofendió- la princesa ante eso se quedó con la boca abierta, sin ser visible para el príncipe, de la sorpresa

-Mhnmh-

-¿Sabes Princesa? Háblame cuando ambos hablemos el mismo idioma- la princesa estaba enojada ante la grosería y la exasperación la vencía

Al final dejo caer su cabeza ruidosamente sobre la mesa, al príncipe no pareció importarle y siguió mirando un punto fijo de la habitación

La princesa susurró un idiota que como siempre el príncipe no entendió y se permitió sonreír con malicia, pero rápidamente desapareció, lo irritable e insoportable que era el niño caprichoso y mimado a su lado hacía que su lado de querer alejarse de él ganara al de molestarlo como él había hecho con ella

Su pensamiento anterior de que esto era un castigo por parte de su padre parecía ser verdad y vaya que estaba sufriendo

De ahora en adelante cuidaría con más esmero su forma de actuar si eso significaba estar lejos del príncipe imbécil

A unas puertas de ahí, un príncipe elfo acompañado de sus guardias estaba por pasar por el mismo castigo que la princesa Kenny sólo que el aún no lo sabía

-¿Qué hacemos aquí?- él nunca había estado dentro del castillo y que de repente lo estuviera le hizo sospechar

-Su padre ha pedido por usted- contestó uno de los guardias

-¿Y porque no estamos en la Gran Sala en vez de venir a una de estas habitaciones?- los guardias se tensaron, sabían lo curioso e inteligente que era su príncipe, engañarlo resultaría en una total hazaña

-Su padre mando que lo alojáramos en una de estas habitaciones- contestó el mismo guardia

-¿Eso no es raro?- insistió

-No lo creo, nunca he cuestionado ninguna de las ordenes de Su Majestad y le ruego que usted tampoco lo haga príncipe- pidió amablemente el caballero

-Oh si, lo siento- el elfo se guardó sus opiniones, su madre le había enseñado que cuestionar las ordenes de su padre sólo lo pondría en una mala imagen y él no quería eso

-Por aquí príncipe- el elfo aún con dudas entro a la habitación y apenas su cuerpo estuvo dentro de esta, la puerta se cerró sin cuidado a su espalda

Extrañado miró la puerta y después una voz sarcástica e irónica se escuchó en el silencio de la habitación

-Oh genial lo que faltaba- el castaño rodo los ojos al verle -no era suficiente con encerrarme aquí, tenían que traer al elfo-

-¿Cartman?- el pelirrojo no tardo en reconocerlo -¿Por qué estás aquí?-

-Probablemente por la misma razón que tú- apoyó su codo en la mesa y recargo su mejilla en la palma de su mano -¿tus guardias no te dijeron nada?-

-Dijeron que mi padre pidió traerme aquí- el pelirrojo miró la otra silla, pero inmediatamente descarto la idea de sentarse en ella -¿y a ti?-

-¡Ja! Tuviste suerte- le respondió -mis guardias me separaron de Stan y me obligaron a venir aquí-

-¿Te trajeron por la fuerza?- Kyle se sorprendió, ningún guardia podía tratarlos con rudeza

-No, mejor dicho, me engañaron- el castaño se levantó y fue a una esquina de la habitación -yo no vine porque me dijeran que mi padre me llamó, me hicieron creer que este era un tipo de castigo- miró al elfo -y viéndote a ti no dudo que lo sea- el elfo frunció el ceño

-¡Yo no soy un castigo!-

-Depende de lo que piense cada persona- habló el castaño sentándose de nuevo en la silla -para Craig estar encerrado contigo sería un paraíso- las mejillas del pelirrojo se tiñeron del mismo color que su cabello

-Y de seguro que hubiese entrado Stan en vez de mí te hubiese alegrado antes que molestado- le atacó de igual forma, pero el castaño reaccionó de una manera diferente a la que esperaba

-Me hubiese alegrado por el simple hecho de que se trataba de él, pero como te dije antes, esto es un castigo, prefiero mil veces a que entres tú como una tortura antes de que Stan entre por esa puerta a sufrir el mismo castigo que yo-

-¿Así que para ti está bien que yo sufra un castigo, pero Stan no?- preguntó molesto

-Me alegra que lo entiendas elfo- la respuesta de Cartman lo molesto más -si tú y yo tenemos que pasar por esto para que él esté bien que así sea-

Kyle estaba por replicar, pero las palabras de Cartman lo callaron

-¿Qué? ¿acaso no pensarías lo mismo si Craig estuviera en mi lugar?- Kyle supo que era cierto y ante su lógica solo pudo decir

-No me importa si debo pasar un infierno junto a ti- le respondió -mientras Craig este bien yo también lo estaré-

Surgió el silencio en la sala y como ninguno tenía ánimos de tratar con el otro, no hicieron esfuerzo alguno para sacar un tema de conversación

Unas puertas más en frente, un chico de cabello negro y ojos tan claros como el cielo iba alegre a una de las puertas, sus caballeros le dijeron el lugar de escondite donde se hallaba el castaño

Se sentía mal por hacer trampa, pero como ya había pasado un tiempo y ni señales del otro chico, decidió hacer este mal por esta sola y única vez

Uno de sus caballeros, aquel que más mantenía vigilado y cuidaba del príncipe, se puso de pie frente a la puerta y al mirar la mirada ilusionada del más joven dudo en abrir la puerta, pero después recordó que eran instrucciones directas del rey y no debía fallar en su deber por lo que la abrió e invito al otro a pasar

-Estaremos aquí afuera su majestad-

-¡Claro que sí! Te veo luego- con una radiante sonrisa se adentró al cuarto

Pero su sonrisa se borró al ver quién era el que estaba dentro de la habitación

Pero antes de poder darse la vuelta y exigir una explicación mientras salía del cuarto, la puerta se cerró a su espalda sin darle oportunidad

Resignado miró a la única otra persona que se encontraba presente, además de él, en la habitación

-Tucker- dijo el pequeño de ojos cielo con un ceño fruncido demasiado tierno para ser tomado en serio pero respondido con mucha más ferocidad por la otra parte

-Marsh- su cara neutra por fin se había deformado en tal mueca fiera y la única que le dirigía a él

A ese príncipe en especial, al que detestaba por el simple hecho de pertenecer y ser futuro gobernante del pueblo con el que el suyo estaba en guerra, además, creía que su idiotez era incomparable

El pequeño de ojos cielo no se quedaba atrás, le caía mal ese niño que no dudaba en fruncir el ceño en su presencia, sabía que había rivalidad entre ellos ya que pronto gobernarían países que actualmente se encontraban en guerra y, por los años que llevaba, no pararían, pero aun así no le agradaba del todo recibir repudio sin, a su parecer, merecerlo

-¿Qué haces aquí?- achico sus ojos en señal de desconfianza

-Lo mismo que tú, lo más seguro- el azabache volteo el rostro y contesto desinteresado, le parecía una pregunta tan estúpida como el que la había realizado

-¡Mientes!- el grito lo irrito -yo estoy aquí porque me dijeron que Cartman estaba escondido en esta habitación-

-Sí, te mintieron- afirmo sin dudas, con una voz plana -pero es más que evidente que no fui yo-

-No es cierto- era imposible que sus caballeros le engañaran de esa manera

-Cree lo que quieras- acepto sin tomar mucha importancia a la actitud del otro

Pero ver al otro mirar a los lados le hizo darse cuenta que no le creía ni un poco

-Llegue primero a esta habitación y te puedo asegurar que no hay nadie más-

-Pero Cartman y yo jugábamos a las escondidas- replico el otro sin dejar de buscar -puede que este escondido aquí-

-No lo creo-

-Pero-

-Cartman no se ha aparecido por aquí y por si no te has dado cuenta nos han encerrado, a ambos, en la misma habitación-

-No necesitas recordármelo, es en lo que menos quiero pensar-

-Debería ser tu principal preocupación-

-¿Por qué?-

-Mis caballeros me encerraron aquí y a ti te encerraron los tuyos, ¿no te parece sospechoso?-

-No- dijo ladeando su cabeza y mirándolo confundido -¿Por qué debería?-

-Porque ellos nos trajeron aquí con engaños-

-¡Oh! ¿Kyle y tú también estaban juntos y como se separó de ti, creíste que estaría aquí?- el azabache lo miro peor, y más porque con esa cara de tonto había acertado

-No, me dijeron que fui llamado por mi padre-

-Oh…- su cara se ilumino -¡oh! Es posible que a mí también me trajeran por mi padre- frunció el entrecejo -pero si fue por eso…-

-Al fin comienzas a pensar- rodo lo ojos ante la actitud estudiosa del otro

-¡Estamos castigados!-

-Olvídalo- se pasó su mano por el rostro frustrado

-Pero-

-Sólo cállate, no me apetece tratar con gente que no entiende con palabras- implícitamente le había llamado estúpido

-Si me lo explicaras- y el no entendía

Era desesperante tratar con este tipo de personas, como príncipe le habían enseñado a tener una paciencia tan grande como las montañas, le era imposible aceptar que por una sola persona se estaba rompiendo

-De acuerdo ¿Por qué no jugamos?- le hablo irritado, pero si había una manera de callarlo sería mejor averiguarlo

-No puedo-

-¿Qué dices?-

-Ahora estoy jugando con Cartman y hasta que lo encuentre se habrá terminado el juego de las escondidas-

-Dices ¿Qué no puedes jugar conmigo porque estás jugando con Cartman?-

-Mhmn- asintió feliz

-Pues tendrás que esperar hasta que nos saquen de aquí- le sugirió -y será mejor que lo hagas en silencio porque no me gusta el ruido- puso como ultimátum y volteo el rostro dispuesto a ignorar al otro

Quiso abrir la boca en defensa, decirle que no podía decirle que hacer, pero no lo hizo, era mejor así, después de todo, el silencio no hacía daño a nadie y entre menos convivieran mejor para ambos

Sólo tenía que esperar a Cartman, él haría lo mismo por él

El heredero del sol se dirigía de igual manera a una de estas habitaciones, había sido llamado por sus caballeros en nombre de su padre

Una vez dentro de la habitación el lugar estaba a oscuras, sólo una luz que entraba por una pequeña ventana era la única que proporcionaba luz en esa pequeña habitación

-¿Me has mandado llamar, padre?- se arrodillo frente al hombre que por el momento le daba la espalda

-Así es Token- el rey del sol miro a su único hijo y heredero de sus tierras -tengo una tarea que darte-

-¿Y qué seria eso, padre?

Aún había dudas de su parte para encomendarle una tarea tan grande a un niño de no más de 8 años, pero era su única opción para detener a los otros reyes de arruinarle la vida a sus hijos obligándolos a estar con personas que no amaban y quién sabe si amarían

-Enamora a la princesa McCormick-

-¡¿Cómo dice padre?!- el rey comprendía la explosión de emoción de su hijo y procedió a contarle sobre las alianzas en base a matrimonios formados por sus padres con sus amigos, claro, sin el consentimiento de estos últimos

-Entiendo todo esto, padre, pero lo que no entiendo ¿Por qué tengo que enamorar a la princesa McCormick?-

-Si logramos probar que uno de los tratados no funciona, entonces los reyes dudarán de los otros tratados y los disolverán-

-¿Crees que sea así de simple, padre?-

-Tiene que serlo hijo- le miro -pero si no puedes con esto, lo comprendo-

-No- le dijo fuerte y claro -si crees que es la única manera, lo hare padre-

-Bien, te veo más tarde hijo, debo volver con los demás- se dirigió a la puerta, dándole la espalda a su hijo una vez más -ellos creen que fui al sanitario-

-Como usted diga, padre-

El rey McCormick y el rey Tenorman fueron los primeros en aparecer en la sala

Sus hijos no dudaron en levantarse, el adolescente se arrodillo y la niña bajo la cabeza

-¿Se la han pasado bien?- pregunto Tenorman y el adolescente solo gruño y salió -lamento su comportamiento- le hablo al otro rey y a la niña que miraba mal la dirección por donde había ido su hijo

-No importa, vámonos hija- la niña asintió y ambos salieron de la habitación

-Mnmm mmnmn-

-¿Por qué lo lamentas hija?-

-Mnmnm-

-¿Tu mal comportamiento?- le miro extrañado -no has hecho nada-

-¿nhnm mnm hnmh?-

-¿Castigo?- frunció el ceño -hija sólo era una reunión con el príncipe Scott, no se trata de ningún castigo-

La princesa suspiro

¿Cómo estar encerrada junto a Scott, durante horas, no era un castigo? Su padre debía de estar tomándole el pelo

-Espero que te lo hayas pasado bien- siguió hablando el rey McCormick sin percatarse del disgusto de la más pequeña -porque esas reuniones serán más seguidas- disgusto que aumento con esas palabras

El rey Tenorman por otro lado, salió de la habitación y al no encontrar a su hijo adolescente pidió a uno de los guardias buscarlo y llevarlo directamente a la carroza mientras él iba al encuentro con su otro hijo

-Lamento la demora- al llegar a la otra habitación, el rey Gerald ya se encontraba presente

-No te preocupes Jack, yo también acabo de llegar- la bondad del rey Elfo resaltaba en sus palabras

Los caballeros recibiendo la instrucción de sus monarcas abrieron la puerta, dejando pasar a los reyes que se encontraron con un ambiente tenso provocado por los niños dentro de la habitación

-¡Papa, al fin llegas!- el niño elfo no tardo en abrazar a su padre

-Hola Kyle ¿Cómo te la has pasado?- para el rey paso desapercibida la cara de desagrado de su hijo

-No quisiera hablar de eso- notar un interrogante en el rostro de su padre le obligo a pensar en una excusa que lo salvara de dar explicaciones -mejor vámonos o llegaremos tarde a la cena con mama e Ike-

-Tienes razón- volteo con el otro rey -hasta luego Rey Tenorman-

-Hasta luego Rey Broflovski- después de salir ambos, los únicos que quedaron en esa habitación fueron el pelirrojo y el castaño

-Bueno Eric ¿no planeas contarle a tu padre como te fue en tu reunión con el Elfo?-

-Dejémonos de tonterías Jack y dime mejor de que se trata todo esto- el otro suspiró, su hijo era demasiado inteligente y por ello una gran amenaza

-Se trata de tu primera reunión con tu prometido- decidió hablar claro y sin rodeos

-¿Qué dices?-

-Como lo escuchas Eric, te comprometí con el heredero del Reino Elfo y esta ha sido su primera reunión de pareja-

-No puedes estar hablando en serio- se levantó, molesto

-Claro que lo hago y será mejor que no te niegues-

-Oh claro que lo hare, no tienes derecho a decidir sobre mi vida Jack-

-Soy tu padre y tengo todo el derecho- hablo el Rey del reino rojo molesto -y será mejor que no hagas nada o le ira mal a tu compañero de juegos-

-¿Stan?- pregunto sorprendido -no puedes hacerle nada ¡es un príncipe!-

-Soy plenamente consciente de que él es la razón por la que te niegas a obedecerme y si es necesario deshacerme de él para lograr que aceptes el compromiso con el elfo- le miro con ojos fríos -lo hare-

El castaño apretó sus puños, sabía de lo que era capaz su padre, la única forma de evitar que hiciera algo, era aceptar casarse con alguien que no amaba y para colmo, odiaba

-Me las pagaras- hablo decidido, su tono adopto un tono frío parecido al de su padre, pero la molestia centelleaba en sus ojos color chocolate -te arrepentirás de haberte metido con lo que es mío y lo que es peor, haberme amenazado-

-Créeme- sonrió -no tengo miedo de un niño que se quedó estancado en sus estudios mágicos y ahora no es más que un simple plebeyo- se burló y después de eso se dio la media vuelta y se fue

No advirtió el destello asesino en los orbes castaños mirando su espalda alejarse

Por otro lado, en otra sala mucho más lejana de los demás, se hallaban dos reyes de pie frente a una habitación, aguardando a que les abrieran la puerta

En cuanto entraron vieron a un azabache sentado y a un chico de cabello negro buscando entre las paredes

Esperaron hasta que ambos se percataron de la presencia de ambos reyes y se arrodillaron frente a ellos, uno más rígido que el otro

-Hijo ¿te la has pasado bien?- el Rey Marsh pregunto con una sonrisa que se borró al ver a su hijo negar -¿Por qué no?-

-Me han dicho que Cartman estaba aquí pero no era cierto-

-¿El hijo del rey Tenorman?- el pequeño asintió

-Estábamos jugando a las escondidas hasta que me interrumpieron y me trajeron aquí- miro mal al otro niño presente -con él-

-Ya veo, ese ha sido el problema- reflexiono -a partir de ahora les diré que procuren traerte aquí cuando no estés jugando-

-¿Tengo que venir de nuevo?- pregunto el pequeño desganado

-¡Claro que sí!- contesto el rey Marsh alegre -este sólo es el principio de muchas reuniones más que tendrás con el príncipe Craig-

-Pero yo no…-

-Es una orden ¿entiendes eso Stan?- el pequeño callo y sin otra alternativa asintió

-Sí papa-

-Me has robado las palabras de la boca Marsh- hablo el rey Tucker tomando del hombro a Randy sonriéndole, con una cara seria miro a su hijo -¿has escuchado todo lo que dijo el rey Marsh?-

-Sí padre- hablo de forma forzada

-Entonces sólo te diré que espero que estés listo apenas veas a los caballeros acercarte a ti, no quiero que dejes esperando mucho tiempo al príncipe Stan-

-Lo que usted diga padre-

-Despídete del príncipe, pasara mucho tiempo antes de su próxima reunión- le aconsejó el Rey Tucker a su hijo, este, sin poder negarse, se acerco

-Hasta luego Craig-

-Lo mismo digo Stan-

Cabe resaltar que su despedida no fue muy a mena, pero ¿Qué esperar de dos personas que apenas y se han tratado?

-Nos vemos en la próxima reunión Thomas-

-Sera un placer verte Randy-

Contrario a los príncipes, los reyes se despedían de forma fraternal estrechando sus manos con emoción

Con un intercambio de palabras de parte de los reyes y un silencio sepulcral de los príncipes, los cuatro abandonaron la sala

Ese fue el comienzo de reuniones que los príncipes tendrían todos los años para conocerse y tratarse mejor

Aquellos que fueron dados en matrimonio, sin embargo, no tenían ni idea de la razón detrás de estas reuniones, pero con su posición, no podían más que bajar la cabeza y obedecer a los reyes

Por lo que, a la larga, las reuniones se volvieron una molestia y el objetivo que tenían estas en un principio se convirtió en algo difícil de arreglar

-M-mi señor…- un rubio cenizo de no más de 8 años entro a la habitación -¿Cómo le ha ido?-

Llevaba un traje azul cielo desgastado digno de un sirviente, era el sirviente real del príncipe

-Pésimo- escupió el otro, la oscuridad del lugar no dejaba ver al rubio la mueca de molestia que de seguro tenía su señor en ese momento -me han obligado a estar junto al maldito elfo- sus palabras eran llenas de odio y rencor

-¿El príncipe del reino de luz lo sabe?- no era de extrañar que al ser su mayor confidente supiera de los sentimientos del castaño hacia el de cabello negro

Aun siendo un niño, él había logrado comprender el corazón de su señor

-Lo dudo- escupió el otro -y sabes que puedes llamarle Stan, te dio el permiso de hacerlo-

-Hacerlo sin que él esté presente sería una falta de respeto, mi señor-

-Tienes toda la razón- escuchó el choque de algunos objetos de vidrio y se preocupó pues venían del lugar de donde provenía la voz del príncipe

-¿Se encuentra bien, mi señor?-

-Para nada- lo escucho negar -no sólo me obligaron a estar junto al elfo, sino que dentro de unos años me veré obligado a casarme con esa rata-

-¡Oh no!- exclamo horrorizado el pequeño -¿y qué hará para evitarlo señor?-

-Nada-

Las palabras de su señor fueron rudas, fuertes y claras y el pequeño no podía comprender porque había tomado tal decisión, sobre todo sabiendo sobre sus sentimientos hacía el otro príncipe

-¿Q-que?- la sorpresa era palpable en su voz

-Conociendo a Jack, debió haber arreglado un acuerdo en donde me vea incapaz de actuar para evitarlo-

-P-pero usted y e-el señor Stan…-

-Lo sé- respondió seco -pero si muevo un dedo él saldrá perjudicado- el pequeño rubio agacho su cabeza acongojado por la suerte de su señor

Su felicidad sería opacada por un acuerdo en el que, estaba seguro, ni siquiera fue tomado en cuenta

Si hubiese sido así, estaba seguro que el otro se hubiese negado

-E-entonces no hay nada que se pueda hacer…- murmuro triste

-La hay- respondió el otro con regocijo -y tú me ayudaras-

Una nube azul logro darle luz al ambiente, dando paso a que el rubio lograra ver un par de ojos castaños llenos de un deseo de venganza inimaginable en un niño de no más de 8 años

El rubio cenizo se limitó a temblar y con un rígido asentimiento acepto ayudar a su señor

Notas finales:

¡Gracias por leer!

<3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).