Comían silenciosamente en el café.
Killua todavía se veía tenso, pero el chocolate caliente calmaba poco a poco sus nervios. Se podía ver su figura poco a encorvarse contra el sillón, con su tasa en manos.
El muchacho frente a él comía un emparedado de pollo, mirando el piso con ojos perdidos.
Ninguno de los ojos había dicho alguna palabra desde su abrazo en el mercado.
Killua fue soltando poco a poco a Gon, tratando de recuperar su espacio. Gon le preguntó que si quería volver al café, el joven Zoldyck se limitó a sólo asentir, y empezaron a caminar en silencio de vuelta al lugar del que salió huyendo.
El silencio era pesado, pensaba Killua, asfixiante casi.
Es cierto, Gon todavía se veía como el chico alegre de hace 5 años, pero era imposible negar cómo se sentía distante de él. Y aunque ya lo había visto en fotos de tiempo en tiempo, seguía siendo muchísima la sorpresa de estar frente a él y ver cómo en realidad ha cambiado tanto.
Lo observaba, miraba como Freecs llevaba su té helado a su boca. La forma en que lo tomaba y lo alzaba de la mesita de enfrente.
Hace 5 años
Todos estaban bien, ¿cierto? Sí, todo estaba bien.
Llevaban días caminando de pueblo en pueblo, tomándose su tiempo para mostrar las maravillas que Killua llegaba a reconocer. Por ejemplo, ese viejo árbol en el pueblo por la montaña, o esa cafetería escondida entre rascacielos. Alluka todos los días se veía más y más alegre.
Cuando el sol posaba en el cielo, todo estaba bien.
Reían al hablar, daban paseos en parques, les gustaba mucho ir a restaurantes y probar los diferentes tipos de comida. Todo estaba muy bien.
Pero cuando la noche caía, Killua no se sentía sí mismo y no entendía por qué. Todo estaba bien, ¿Cierto?. Lo más importante en su vida estaba en su lugar. Alluka estaba con él, estaban en lo que cabe ''tranquilos'' sin necesidad de preocuparse demasiado por su hermano mayor.
No corrían peligro cada 3 días, todo estaba muy tranquilo para él y su hermana.
Aun así, en la oscuridad de su cuarto, y la rítmica respiración de Alluka a su lado, Killua se sentía triste, pero no una tristeza de querer llorar. No.
No era la tristeza y angustia que sintió cuando vio a Nanika llorar, tampoco la tristeza y decepción de ver a Illumi en el examen Hunter. Mucho menos se comparaba a la tristeza de ver a su mejor amigo vendado completamente en esa cama de hospital.
Sólo se sentía triste, y no sabía por qué.
Aunque siempre lo hacía a un lado sin darle importancia.
El problema era que mientras pasaban los días, cuando se hacían meses, él se sentía más y más pesado por las noches. Le encantaba recordar sus aventuras con sus amigos, y aunque hubo momentos en que temió por su vida, lo pasaba bien, siempre y cuando estuviera con él.
Se ponía a pensar en él, todo el tiempo.
Hablaba de él, todo el tiempo.
Empezó a notar un patrón en sus conversaciones con Alluka y en sus noches de desvelo, siempre estaba él.
Me pregunto qué estará haciendo.
¿Dónde estará?.
¿Con quién estará?.
Llevó la sábana más cerca a su cara y se acurrucó al otro lado, viendo la ventana. Afuera se veía a la señora blanca y redonda con sus hijas alrededor. A Killua siempre le gustaba verlas.
Así era como lograba dormir. Dejándose llevar por la vista de la luna y con memorias.
Hace 2 años
Killua estaba triste, y Alluka sabía que su Onii-chan estaba triste.
Por más que lo quisiera esconder, ella notaba cómo a veces su mirada se apagaba viendo al horizonte. Ella se daba cuenta de cómo empezaba a caminar más lento cuando pasaban por algún lugar conocido. Cómo Killua a veces llegaba a tardar años en la ducha.
También sabía que no era nada malo estar triste.
Con el paso de las semanas Alluka supo la razón de tristeza de Killua, también Leorio en sus visitas la ayudaba a entender. De vez en cuando paraban con el hombre larguirucho de traje a decir Hola (por parte de Nanika) y discutir (por parte de Killua). Entonces la muchacha se preguntó por qué es que visitaban a Leorio, a Biscuit, Zushi y Wing, Palm, etc. Pero nunca volvían a ver al joven de cabello negro que se llevaba tan bien con su onii-chan.
Killua había empezado a dejar de hablar con él, pero aún así de vez en cuando Gon les marcaba para saber cómo estaban. Esos días con el teléfono en mano, el Zoldyck se veía muy feliz. Alegre.
Pero después de las llamadas, siempre se acostaba temprano y no despertaba hasta la tarde del día siguiente, y seguía sus días como si nada.
Las dos sabían que algo estaba mal.
Con su inocencia y curiosidad un día mientras Killua se había ido a correr, Alluka se levantó de su sillón para acercarse al escritorio del Doctor y le preguntó:
''Leorio-san, ¿por qué Gon no ha hablado con mi Onii-chan?''.
Leorio la observó un momento con sorpresa en sus ojos, entonces suavizó su mirada.
''Las personas a veces sienten cosas, Alluka. Lo más probable es que Killua sienta muchas cosas. Él se siente muy feliz de estar contigo, y de poder viajar juntos. Pero hay días o momentos donde los sentimientos cambian.'' alzó su mano para acariciar su cabeza ''No te preocupes demasiado. Son cosas que no puedes controlar, pero estoy seguro que las ama a las dos. Sólo Killua sabrá qué hacer''.
Alluka lo vio con entendimiento, comprendió qué tenía su hermano.
Hace 1 año
Killua empezó a cambiar, Nanika fue la primera en notarlo.
Empezaba a hablar menos.
Empezaba a comer menos.
Empezaba a dormir más.
Era raro en él.
Había días donde Killua se iba al atardecer y no regresaba hasta altas horas de la noche.
Nanika trató de hablar con él.
''Killua, te quiero''.
Killua dejó de cortar los vegetales para darle la cara a Nanika. Sólo suspiró dejando el cuchillo en la mesa y parándose para darle un abrazo.
''Yo también te quiero, Nanika'' le dijo a la niña en sus brazos ''¿a qué viene tanto afecto?''.
''Killua triste''.
Los ojos del Zoldyck se abrieron mucho y sólo abrazó a la niña más fuerte.
''Te diste cuenta, eh'' susurró.
Killua la soltó y regresó a su lugar para seguir preparando la comida, dejando a una Alluka muy preocupada.
Hace un mes
''Estaremos bien, Onii-chan'' le dijo su hermana.
''Este trabajo es muy lejos, Alluka. No estoy seguro''.
Llevaban días así, discutiendo tranquilamente en la casa de Palm en un pueblito escondido entre montañas. Alluka recién había cumplido 17 años.
Ambas Nanika y ella tenían el sueño de estudiar en una escuela común y corriente. Llevaban días tratando de convencer a su hermano de quedarse en ese lugar para por fin poder empezar una vida ''normal'', cuando esa tarde Killua recibió una llamada de su agencia. Había un trabajo para él. Considerablemente más lejos de lo que quisiera.
A Killua no le gustaba la idea de alejarse de su hermana, pero su hermana en este punto sabía lo mejor para él y sólo seguía insistiendo. Marcando el argumento inicial de buscar trabajo que era ¿Cómo vas a mantener a una adolescente de 17 años sin algún trabajo?.
Aunque Killua sabía que todo era tan fácil como agarrar las cosas que él quisiera y ya, pero su rubio amigo siempre le dejo esta lección del ''hacer el bien moralmente'', y pues, sólo seguía sus consejos por que pensaba que también era lo mejor para Alluka.
''Tienes que ir'' le dijo con voz suave, empezando a caminar hacía él ''Lo necesitas, Killua''.
Alluka abrió sus brazos suavemente, jaló un poco del costado de su camisa para hacer que él la viera a los ojos. Cuando Killua volteó, tenía la mirada al piso. La joven sólo lo abrazó, muy fuerte, susurrando ''Todo va estar bien, ve''.
Sabían que era lo mejor para él estar solo ahora mismo, y tener espacio de descansar de cualquier responsabilidad.
Ahora mismo
Gon se levantó de su asiento para tirar la basura, Killua sólo lo siguió con la mirada. Con su taza de chocolate vacía todavía en manos. Sintió su cuerpo helado cuando vio que se dirigía a él con una mirada muy alegre.
No quiero estar aquí.
''¿Tienes dónde quedarte la noche?'' dijo Gon
Killua sólo negó con la cabeza.
''No te preocupes, Killua, tengo una cama extra en mi cuarto de hotel'' dijo con una sonrisa ''Vamos, tengo que ir a un mandado cerca de la comisaría.''
Gon no preguntó si iba a seguir su camino, él no preguntó qué hacía en ese pueblito. Él sólo dio por sentado que iba a pasar la tarde junto con él.
''Hm'' asintió Killua, levantándose.
Tengo miedo.