Capítulo 1: Feria (parte I)
Era viernes y por fin los estudiantes podían irse a disfrutar el fin de semana por ahí, cada quien se divertía a su manera. Muchos irían a la feria ya que estaba en la ciudad y podría ser una buena forma de pasar el rato. Quizá ir a comer, jugar un rato y gastar todo el dinero en juegos de azar.
La última clase había llegado a su fin y, Steve, Bucky y Tony estaban planeando ir a la feria a pasar el rato y más porque Stark casi no iba a ese tipo de lugares por motivos desconocidos, o mejor dicho porque a su padre le desagradaban, siempre decía: —No, gracias. Esos lugares no son para mí, siempre quieren venderte algo inservible a la fuerza. —tal vez fue el hecho de que nunca tuvo buena suerte.
—Entonces... ¿Solo seremos nosotros tres? —cuestionó Tony. —¿Deberíamos invitar a los demás?
—Ya les preguntamos. —Respondió Steve.
—Dijeron que tenían cosas que hacer, pero que otro día estaba bien. —Barnes se encogió de hombros.
"Que no se dé cuenta de que no les preguntamos" pensaron ambos fortachones y la verdad era que querían pasar tiempo a solas con su geniecito, no querían que sus amigos los interrumpieran o les echaran "carrilla" pero aun así vaya lugar para pasar el tiempo a solas con su chico.
—Bueno... entonces solo seremos nosotros tres. —se emocionó Tony. —Hace mucho tiempo que no voy a la feria.
—Será divertido... —Steve abrazó a su canelita por los hombros.
—Si nos vamos ahora, pasaremos lo que queda del día allá. —dijo Bucky. —Y así aprovecharemos para ver todo. —salieron del salón.
Llegaron al estacionamiento de la academia, se subieron al auto y arrancaron rumbo a la feria. Cuanto más se acercaban más tráfico había y eso desesperaba en cierto modo al rubio ya que él era el que manejaba. —No me gusta el tráfico... —apretó el volante.
—Vamos Steve. —animó Tony. —Son las 2:30 pm, a estas horas siempre hay tráfico porque mucha gente sale del trabajo o es su hora de comer.
—Y si a eso le sumamos que siempre hay mucha gente en la feria pues... —añadió Bucky. —pudimos habernos ido en camión.
—No, Gracias... —respondió Steve. —No me subiré a un camión a menos que sea necesario.
—¿Por qué? —se confundió el menor.
—Aborrece los camiones desde que un mocoso le vomitó encima y por culpa de eso se le pasó la parada en donde se iba a bajar. —se burló Barnes.
—Sin mencionar que apestaba a sudor combinado con mugre... —Rogers frunció el ceño. —Parecía que esa gente no conocía el jabón y el desodorante.
—Lo siento... —dijo Tony tratando de animar a su fortachón rubio.
—Yo también lo siento... —comentó Steve.
—Te dije que no tomaras ese camión, Steve. Al menos no a esa hora. —habló Bucky con una sonrisa burlona desde el asiento de atrás, técnicamente Rogers estaba de chofer. —Y ahora estás traumado con los camiones.
—Tú estarías igual que yo si te hubiera pasado lo mismo. —se enojó el capitán.
—Pero no fue así. —Barnes contraatacó.
—No peleen por eso, chicos... —intervino Stark.
—No peleamos, Kotenok. —Bucky le palmeó suavemente el hombro. —Así nos llevamos.
—Por desgracia... —resopló el rubio.
Finalmente habían estacionado el auto, la terna caminó hacia la entrada de la feria para poder comprar las entradas, estaban en la fila cuando vieron una línea amarrilla dibujada en la pared que marcaba la estatura máxima para poder entrar gratis, más referida a los niños por supuesto.
Bucky analizó la línea por unos momentos y luego observó a Tony, se llevó una mano a su barbilla para examinar de nuevo a ambos. —Oye Anthoska.
—¿Hm?
—A lo mejor tu boleto nos sale gratis.
—¿Eh? —se confundió el castaño menor.
—¿Por qué dices eso, Buck?
—Miren la línea. —dijo Barnes a lo que los otros dos obedecieron.
Steve se sorprendió. —Es cierto... ¿Cuánto mides, Tony?
—¡Esa línea es para niños! —se avergonzó el menor.
—Bueno sí, pero no mide la edad sino la estatura. —dijo Barnes.
—No es mi culpa ser bajito... —se ruborizó. —Jarvis dijo que mi baja estatura viene de familia...
—A mí me gustas pequeño, canelita. —sonrió Steve dulcemente. —Es más fácil cargarte de un lado a otro.
—No, pero en serio Anthoska... ¿si pasas la línea?
—¡Mido un 1.60 metros! Esa línea solo marca 1.40 metros. —se enojó el menor. —tampoco es mi culpa que ustedes midan más de 1.80 metros... parecen... parecen... ¡Paletas de hielo! —infló levemente sus mejillas haciendo un puchero.
—Por favor, Anthoska... detente o vas a ocasionar un problema... —mencionó Bucky apretando un poco sus piernas.
—¿Problema? ¿Qué problema? ¿De qué habla James, Steve? —Tony no logró captar el doble sentido.
—Habla del mismo problema que me vas a causar a mí también... —Rogers trataba de pensar en otra cosa. "Piensa en la biblia, Steve, piensa en la biblia".
—No sean malos y explíquenme...
—Te lo explicaremos en privado. —respondió Steve.
—Cuando nadie nos pueda molestar. —añadió Bucky.
Por fin compraron sus boletos y se metieron a la feria, tuvieron que pasar por seguridad pero, cuando Tony cruzó, la alarma sonó llamando la atención de los guardias de seguridad.
—No te preocupes, Tony. —comentó el capitán. —Te esperamos.
—Déjame tomarte una foto para el recuerdo de lo malo que puedes ser, Anthoska. —Barnes sacó su celular y comenzó a fotografiar a Tony con una sonrisa mientras el más bajo frunció el ceño y se avergonzó.
Los guardias inspeccionaron a Tony hasta que se detuvieron en su reactor, eso provocó que la alarma sonara. —¿Qué es esto que tiene en su pecho?
—Es lo que ayuda a mi corazón... para así tener una vida más o menos normal. —Stark sabía que no podía darles explicaciones muy complejas a los guardias porque podrían considerarlo un peligro, o no podrían entenderlo, entre otras cosas.
—¿Cómo sabemos que no está mintiendo?
—No estoy mintiendo...
—De acuerdo, solo porque no tenemos pruebas de que podría ser un terrorista o algo parecido pero tendrá que proporcionar sus datos por cuestiones de seguridad pública. —le dijo el guardia ya más relajado.
—Está bien... —resopló Tony, entendía que el reactor podría traerle problemas pero vaya tipos de conflictos. —Listo... —terminó de llenar unos papeles que le solicitaron.
—Gracias por su cooperación, ya puede pasar. —finalizó el guardia.
Tony caminó hacia sus fortachones con una mueca de enojo hacia el guardia pero era mejor no ponerse al tú por tú con él, de lo contrario habría problemas y no había necesidad de eso.
—Todo esto me dejó un mal sabor de boca... —se quejó el menor.
—Tienes razón, podemos ir primero a comer y luego ver si hay algo interesante. —apoyó Steve.
—¿Qué comemos? —preguntó Bucky viendo la zona de comida, había desde puestos hasta lugares más parecidos a los restaurantes. —Todo se me antoja...
—Yo quiero comer banderillas, carne, donas... —se emocionó el castaño menor.
—Una cosa a la vez, Tony. —intervino Rogers.
—Vayamos a comer banderillas. —dijo Tony sin dudar.
—Yo también quiero. —apoyó Bucky.
—Vayamos entonces. —Habló Steve dándose por vencido de ir a comer otra cosa primero o de ir a otro lado.