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Festividades por cancion del viento

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Notas del capitulo:

"Esta obra participa en el festival navideño 2018 <<Christmas tale>> de la página WinterIron y Stony".

Es la primera Navidad que Steve y Tony pasan juntos como pareja, pero siempre hay problemas por delante.

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Esta historia es alterna a las otras... Es aparte.

Iron Man y el Capitán América llevaban unos cuantos meses de relación; siendo novios. Todos los miembros del equipo sabían que esos dos eran pareja y se alegraban por ellos, claro que tenían sus momentos de discusión pero al final siempre terminaba en que ambos se pedían disculpas y después de ahí venía una muy buena sesión de "amor".


El último mes del año había llegado, y con ello las fiestas y festejos navideños también. Eran fechas que para Steve Rogers significaban mucho, sobre todo el 25 de Diciembre; Navidad. Siempre explicaba que la Navidad debe de pasarse con los seres queridos y actualmente las personas más importantes para él eran sus compañeros de equipo y más que nada su novio.


Tony estaba emocionado, era la primera navidad que pasaría con personas que realmente le importan ya que en el pasado su celebración navideña era emborracharse en una fiesta y amanecer en la cama de cualquier desconocido ya sea hombre o mujer. Quería que fuera perfecto.


Conforme los días avanzaban más emocionado se encontraba, pero había un problema, no sabía que regalarle a Steve y tampoco quería preguntarle porque quería que se tratara de una sorpresa por lo que decidió que él mismo haría con sus propias manos el futuro regalo de navidad para Rogers.


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-¿Entonces qué planeas regalarle? –preguntó Rhodey. Los dos se encontraban en la torre en la zona de la sala, tomando un ponche y escuchando un villancico clásico que J.A.R.V.I.S. había puesto en reproducción.


-Voy a fabricarle una motocicleta Harley con mis propias manos de genio. –dijo el filántropo con orgullo.


-¿No crees qué es muy exagerado?


-No... –lo miró confuso. –¿Por qué la pregunta?


-Cierto. –suspiró James. –Tú siempre has sido exagerado...


-Muy bien. –el castaño se levantó de su asiento. –Faltan 6 días para navidad, será mejor que me ponga a trabajar si quiero que la motocicleta quede perfecta. –caminó hacia su taller. –Nos vemos Rhodey... espero que vengas para Navidad.


-Sí, nos vemos... –lo vio irse. –Gracias por acompañarme hasta la salida. –dijo con sarcasmo.


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Mientras tanto en la zona de entrenamiento para los cadetes principiantes de S.H.I.E.L.D. se encontraba Steve junto con Natasha y Clint, Fury les ordenó que entrenaran a los más jóvenes por unos días y éstos simplemente aceptaron después de todo no tenían nada más que hacer.


Un suspiro del capitán llamó la atención de sus amigos que observaban como los chicos daban vueltas alrededor de la cancha una y otra vez, y otra vez y así sucesivamente, al parecer querían ver su resistencia ante ejercicios físicos fuertes porque después de correr su próximo ejercicio era subir y bajar gradas de un poco más de 60 centímetros.


-¿Qué pasa, Steve? –preguntó la pelirroja.


-¿Acaso ya perdiste la fe en la humanidad por ver a los novatos? –preguntó con burla el rubio cenizo.


-¿Qué? Claro que no. –Rogers los miró. –Estoy pensando en qué regalarle a Tony para Navidad.


-Pues puedes regalarle un... –iba a hablar Clint.


-Recordemos que Tony es millonario y puede comprarse lo que sea. –añadió el capitán.


-Eso lo pone más difícil... –habló el arquero.


-Regálale una buena Navidad. –comentó Natasha con confianza. –Tony nunca tuvo una navidad "normal" –dijo entre comillas. –Así que eso sería grandioso para él.


-No había pensado en eso, Nat. –se llevó su mano a su barbilla. –Entonces prepararé todo...


-¿Eso quiere decir que vas a cocinar? –cuestionó Barton.


-Así es... Haré todo lo posible para hacer la navidad perfecta para mi canelita. –sonrió Steve con ternura.


-Me empalago... –se quejó Nat.


-Cap, creo que estás derramando miel. –se burló Clint.


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Al llegar la noche, Steve entró a la habitación que compartía con el genio pero no lo vio ahí. –¿J.A.R.V.I.S.? ¿Sabes dónde está Tony?


-En el taller, Capitán. –La I.A. no tenía permitido contarle al Icono de América en lo que está trabajando su creador, era una sorpresa al fin y al cabo.


-Ya veo... –dijo triste el capitán, no tuvo la oportunidad de verlo en todo el día y pensaba que al menos podría dormir abrazando a su pareja para calmar el "frió" del invierno. –¿Le falta mucho para terminar?


-No lo sé con certeza.


-Entonces le haré compañía. –el rubio caminó hacia la puerta del cuarto.


-Me temo que el Señor Stark no desea ver a nadie ni ser interrumpido. –se apresuró en hablar la I.A.


Steve se confundió. –¿Está bien?


-Si ocurre algo, le avisaré de inmediato.


-De acuerdo. –y sin más el rubio se recostó en la cama y así poder descansar. –Una navidad adecuada para Tony... –fue lo último que susurró.


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Al día siguiente, Steve se había tomado la molestia de adornar la torre con decoraciones navideñas junto con ayuda de varios de los miembros del equipo pero de Tony no supo nada, terminó por no verlo otra vez y eso que se había esforzado por la decoración. Quería que su Tony viera el esfuerzo que estaba haciendo por darle una buena navidad. Aun así supuso que tenía mucho trabajo como para no dar la cara en todo el día y mucho menos lo vio en la noche ¿Qué lo mantenía tan ocupado?


Los días fueron avanzando y finalmente era 24 de diciembre, la Noche Buena estaba aquí pero el capitán se encontraba frustrado pues en los días anteriores no vio ni una sola vez a su castaño, cosa que provocó que mal pensara muchas veces ¿Acaso Tony se había cansado de él?, ¿Solo estaba jugando con sus sentimientos?, sacudió su cabeza mentalmente.


-Hola Steve... –saludó Bruce entrando a la sala y sentándose en el otro sillón de donde se encontraba el capitán.


-Hola Bruce... –dijo decaído.


-¿Pasa algo?


-No he visto a Tony en 6 días... he estado trabajando para darle a Tony una Navidad memorable pero él ni siquiera ha visto nada... –habló un poco amargado.


-Oh... tal vez se le olvidó... –se encogió de hombros. –A veces se le olvida fechas importantes, como su cumpleaños por ejemplo. –comentó Banner.


-Eso me incomoda algo porque en realidad quiero darle este regalo pero parece que no le toma importancia... hoy es Noche Buena y no le he visto, ni un mensaje de su parte, nada...


-Recuerda que maneja una empresa, a lo mejor le surgió un inconveniente... –dijo Bruce, él tampoco estaba enterado de lo que el ingeniero tenía planeado.


-Pues lo que sea... al menos debió avisarme. –se enojó el capitán.


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Ya estaba atardeciendo, Steve estaba en su cuarto viendo la televisión; los especiales de navidad. Sus compañeros estaban en sus propios asuntos ya que pasarían todo el día de Navidad como en familia.


Pasaron unos cuantos minutos cuando por fin el ingeniero hizo acto de presencia en la habitación. –Steve... hola. –traía la ropa manchada de grasa ya que se la había pasado trabajando en el taller.


-Hola. –dijo cortante el rubio.


-¿Steve?


-...


-¿Qué pasa? ¿Estás enojado?


-... –el capitán frunció el ceño. –Sí, lo estoy.


-¿Qué paso? –se extrañó el castaño.


-¿Qué "qué" pasa? –preguntó el icono de América con sarcasmo. –Tú eres lo que pasa... ¿Dónde estuviste todo este tiempo? No dijiste nada.


-Pues... –se rascó la nuca un poco nervioso, no quería revelar su sorpresa. –Estaba...


-Parece que no quieres decirme. –se molestó más. –Estamos en épocas de pasarla juntos y lo único que haces es irte a trabajar a tu taller sin decir nada... me preocupé por algo que te pudo haber sucedido, te hablé varias veces pero nunca contestaste.


-Bueno, lo que pasa es que... –Tony fue interrumpido.


-Pero nada Stark, quise preparar una navidad perfecta para ambos pero tal parece que no te importa. –se levantó de la cama y caminó hacia la puerta. –No me molesta que no estuvieras aquí... me molesta que no te hayas tomado el tiempo para avisarme, se supone que somos pareja.


-Tenía un trabajo importante... –susurró el menor. –Yo...


-Lo entiendo, pero ya te dije lo que me molestó... tú igual te hubieras enojado... –dijo Steve.


-Lo siento... no quería que esto pasara... verás estaba trabajando en tú regalo. –afirmó el castaño.


-¿Esa es tu excusa?


-Es la verdad...


-No te creo, quería que hiciéramos muchas cosas juntos durante el tiempo en que te desapareciste. –se enojó más el rubio. –Incluso rechacé la invitación de Sharon para comer porque pensé que cenaríamos los dos.


-¿Qué?


-Solo era una comida para celebrar que logramos sobrevivir otro año más. –suspiró el rubio.


-No soy bueno explicando Steve, pero es la verdad. –intentó el castaño, no era bueno tratando con estos temas.


-No quiero verte. –salió de la habitación dejando al castaño solo.


-¡Steve, espera! –se desesperó el menor. –Carajo...


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La navidad ya había llegado, la noche anterior Steve se había ido a dar la vuelta y a pasar el rato con varios de sus compañeros de S.H.I.E.L.D., la verdad era que no quería ver a Tony por el momento o de lo contrario discutirían y probablemente se insultarían, era mejor dejar enfriar el problema.


El capitán no durmió en la habitación que compartía con Tony, al contrario, terminó durmiendo en su habitación personal. Cuando despertó y se dio cuenta que era Navidad decidió dejar de lado el problema, después de todo pasar el día 25 enojados no era buena idea.


-Feliz Navidad, Capitán Rogers. –Habló J.A.R.V.I.S.


-Gracias... –se levantó de la cama y caminó en dirección al cuarto donde se supone que su canelita estaría durmiendo, lo despertaría, hablarían, arreglarían todo y se irían a desayunar, y a pasar una buena navidad sobre todo para Stark, que el mes de diciembre siempre hacía que se comportara un poco deprimido.


Llegó al cuarto y al entrar no vio a su castaño en la cama, supuso que estaría en la cocina sirviéndose una taza de café. Al entrar a la cocina tampoco localizó a su pareja. Caminó a la sala y ahí vio a varios de sus compañeros viendo especiales navideños.


-Feliz Navidad, Steve. –saludó Nat sentada al lado de Bruce.


-Feliz Navidad, chicos... –regresó el saludo el rubio. –Oigan ¿Han visto a Tony?


-No realmente. –contestó Bruce.


-Pero mira, hay regalos para todos... Tony nos dejó un regalo para cada quien... aunque él no ha abierto sus regalos... espero que le guste el mío. –Se animó Thor que comía un pedazo de pollo.


-Tú regalo Steve, está en la entrada... –sonrió Barton. –Se ve que Tony le puso esfuerzo.


-Oh... gracias... iré a ver... –avisó el rubio y se fue en dirección a la entrada de la torre.


Cuando llegó a la entrada vio su regalo... era una motocicleta Harley, tenía puesto un enorme moño rojo y venía con una carta, estaba muy sorprendido. Al acercarse y agarrar la nota para leerla se quedó de piedra.


"¡Feliz Navidad, Steve! Mi regalo es esta preciosura de Motocicleta... cabe destacar que yo fui quien la construyó para ti... está basada en ti y adaptada a tus necesidades, espero que te guste, sé que te encantará.


Atentamente y siempre tuyo.


Tony Stark


PD: No olvides que te amo."


Ahí fue cuando cayó en cuenta que Stark no le había mentido, todo el tiempo en el que estuvo ocupado era por prepararle su regalo navideño, aunque se conformaba con cualquier cosa pero Tony en verdad quiso sorprenderlo y para el colmo lo había logrado.


-¿J.A.R.V.I.S.? –se apresuró el Capitán.


-Dígame, Capitán. –respondió cordial la I.A.


-¿Dónde está, Tony? –el arrepentimiento no tardó en llegar, se sentía culpable por haberle hablado así a su novio.


-El señor Stark se encuentra en la mansión de Malibú.


-¿Qué? ¿Por qué? –se le quebró la voz al rubio, sabía que era por su culpa, por decirle "No quiero verte".


-Dijo que no quería incomodarle.


-Necesito ir a Malibú...


-Capitán, le recuerdo que estamos en Nueva York y Malibú está a más de 3,500 kilómetros. –dijo Jarvis. –No llegará hoy.


-Pero necesito ir a verlo...


La I.A. pareció procesar lo que dijo el rubio, entendió que era lo mejor para su creador. –Le tendré lista una jet en 10 minutos.


-Gracias. –suspiró agradecido el capitán.


-Pero esta vez, Capitán, no lo arruine. –finalizó Jarvis, Steve podría jurar que la I.A. utilizó un tono de voz que demostraba preocupación y molestia.


-No...


---


Toda la mañana de Navidad Tony se la pasó durmiendo y todo por su mala costumbre de dormir hasta tarde, al despertar desayunó y se dispuso a ver los programas navideños más clásicos que nada.


No supo en que momento pero se quedó dormido de nuevo, agradecía que ya no tomaba alcohol como antes, de lo contrario hubiera organizado una fiesta alocada y hubiese bebido hasta desfallecer.


El sonido de la puerta siendo golpeada lo despertó, vio su reloj y se dio cuenta que pasaban de las 6 de la tarde. –¿Quién es? Más vale que no sea el anciano porque no creo tolerarlo... mal agradecido... –fue a la puerta principal y al abrirla abrió los ojos. –¿Sabes? No te vas a morir pronto... –le dijo molesto pero cuando vio el rostro de confusión del rubio decidió explicar. –Porque estaba pensando en ti... por eso... Supongo que quieres hablar... adelante... –se hizo a un lado para que el más grande entrara a la casa.


-Tony...


-¿Qué se te ofrece? –ahora era turno de Stark de comportarse como el capitán lo había hecho el día anterior.


-Venía a disculparme... me metí tanto en el regalo de darte una buena Navidad que no pensé en ti... como debería por supuesto... –dijo nervioso el rubio.


-...


-Pero todavía podemos arreglar la Navidad... –habló tratando de animar el ambiente, de tan solo ver el rostro de Tony se percataba que seguía enojado con él.


El castaño suspiró, era Navidad y pasarla enojado sería peor. –Tienes razón...


-Lo siento, Tony... –se disculpó finalmente el capitán.


-Yo también me disculpo, Steve... –lo miró a los ojos. –Supongo que debí avisarte para no preocuparte, ya sabes, tengo la costumbre de perderme en mis proyectos. –se encogió de hombros. –¿Y bien? ¿Qué propones para salvar la Navidad?


-Hagamos algo simple... –le sonrió con ternura. –Sentemos a ver la tv y ordenemos la cena... –de repente abrió sus ojos enormemente. –¡No puede ser! ¡Dejé tu regalo en la torre!


Tony se rio. –Está bien... mañana me lo puedes dar. –se acercó al rubio y lo abrazó, abrazo que fue correspondido al instante. –Me agrada tu idea... y en la noche podemos tener algo de diversión. –Se levantó de puntitas y besó en los labios al rubio, era un beso torpe porque le faltaba altura pero Steve, al notarlo lo levantó en un abrazo y profundizó el beso, con ese beso se demostraban todo lo que sentían el uno por el otro, no hacía falta palabras, ambos se amaban con todo su ser.


-Feliz Navidad, Tony... –dijo dulcemente Steve.


-Feliz Navidad, Steve... –correspondió Tony.

Notas finales:

Gracias por leer.

¡Nos vemos!

(≡^v^≡)/ 

Feliz Navidad


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