Desfile parte II
-No creo que... Ah... sea buena idea... aquí... Mh... Ah... –sentía como era penetrado, se encontraba acostado sobre una mesa boca arriba y sus piernas estaban a los lados de su acompañante.
-Oh vamos... ¿Cuál es la probabilidad de que alguien nos descubra? –Comenzó a embestir al contrario.
-No lo digo por... ¡Ah!... ¡Ya n-no! Ah... –Tartamudeaba y gemía, podía sentir como el otro embestía contra su próstata.
-¿Lo ves? Te gusta... –Le dijo lujurioso mientras sujetaba el miembro ajeno entre su mano y comenzaba a acariciarlo sin pudor alguno. –Dudo que alguien venga en estos momentos...
-N-no es es-eso... Ah... –se retorció en su lugar arqueando la espalda.
-¿Sabes? Eres adorable... –se acercó hacia los labios de la otra persona para besarlo suavemente, al separarse y verlo sonrió. –Te amo...
-Yo también..
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Tony caminaba por los corredores de la escuela puesto que la jornada escolar del día ya había terminado, iba solo y pensaba en alguien que pudiera acompañarlo en el desfile, tan concentrado estaba que no se dio cuenta por donde iba hasta que chocó con alguien más.
-Lo siento... –se disculpó y de inmediato miró hacia arriba para ver con quien se había golpeado levemente, en cuanto reconoció a la persona se puso nervioso y sus sentidos demandaron advertencias. –Rumlow...
-No sé por qué, pero tú y yo tenemos una suerte para encontrarnos cuando no hay nadie. –sonrió con burla. –Estúpido defecto de la sociedad...
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Mientras tanto, Thor, Steve, Rhodey, Bucky y los demás jugadores, se estaban tomando un leve descanso del entrenamiento, el día no estaba muy caluroso y el sol tampoco tenía los rayos muy fuertes por lo que no era necesario echarse agua en el rostro lo que significaba que no había motivo para ingresar a la academia.
-Steve... –le llamó Barnes que estaba sentado en la banca con su botella con agua en mano y su cabello atado en una coleta desordenada.
-¿Hm? –el rubio lo miró, sabía lo que su amigo le iba a preguntar.
-Hoy vi a Anthoska algo distraído... como si algo le molestara...
-Si... lo noté raro... su comportamiento fue diferente al de costumbre, al menos con nosotros... –dijo Steve mirando a Barnes con los mismos ojos.
-Acaso... ¿Habremos hecho algo? –cuestionó el castaño.
-No lo creo, además somos sus novios... si algo le incomodara ya nos hubiera dicho. –le reafirmó Steve, en cuanto vio que Rhodes se les acercaba a ambos decidió preguntarle. –Oye James, ¿Sabes que le pasa a Tony?
-"Buenas tardes James" –le dijo con el ceño fruncido. –Yo lo vi bien ¿Por qué la pregunta? ¿Le pasó algo?
-Eso es lo que te estamos preguntando, ¿qué no viste como se portó hoy con nosotros? –cuestionó Barnes poniendo los ojos en blanco.
-Ah... eso... –el moreno recordó porqué Tony actuaba así. –Solo está pensando en el desfile de catrinas. –se encogió de hombros.
-¿Qué quieres decir? Tony no es parte de los organizadores del evento... –Rogers se confundió, si Stark quisiera participar se los hubiera dicho ¿o no?
-¿Qué? No, ¿Qué Tones no les ha dicho? –Rhodes no entendía por qué sus amigos no estaban enterados.
-¿Decirnos qué? –instigó el castaño.
-Pues que va a participar en el desfile. –dijo con obviedad el moreno. –Pensé que ya se los había dicho... no solo eso, sino que él me dijo que les iba a pedir que participaran con él.
-No nos ha dicho nada... –habló Bucky confundido.
-Tal vez se los pida después... –Rhodes se encogió de hombros.
Justo en ese momento llegó Thor colocando su brazo de forma amistosa alrededor del cuello del moreno. –Yo dudo que la cerecita se los pida... –se burló.
-¿Por? –se extrañó Rhodey.
-Pues porque Tony sabe que a estos dos. –señaló a Steve y Bucky. –No les gusta ese tipo de cosas... además de que dijeron cosas muy feas sobre las personas que participan en esos eventos, así es tortolitos... la pequeña cerecita los escuchó hablar mal del desfile justo cuando les iba a pedir que participaran con él y por eso ahora está buscando a alguien más que lo acompañe. –se encogió de hombros.
-¿Qué? –preguntó Bucky sorprendido, genial a su Anthoska le encantan esos eventos y por culpa de su gran bocota Tony no les dijo nada, porque si el menor les hubiera preguntado ellos hubiesen aceptado sin ningún problema.
-No puede ser... –Steve se llevó una mano a su rostro en señal de frustración. –¿Cuándo aprenderemos a callarnos o ya de perdis a hablar más bajo?
-A todo esto... –Rhodes miró al rubio de cabellos largos. –¿Y tú cómo sabes? –le cuestionó seriamente.
-Eh... porque Loki me dijo...
-Ahora entiendo...-suspiró el moreno. –Él sabía que si te contaba ibas a correr con el chisme a estos dos par de mensos...
-Estos. –Bucky se señaló y también a Steve. –Tienen su nombre...
-En fin. –habló Rhodes tranquilamente. –Apuesto a que Tones no ha encontrado a alguien más que lo acompañe, así que en cuanto terminemos el entrenamiento vayan a hablar con él y ustedes pídanselo porque si esperan a que él se los diga jamás pasará porque él piensa que a ustedes no les gustan esas cosas y lo que Tones quiere evitar es ser molesto.
-Creo que tienes razón... terminando iremos a buscarlo o le mandamos un mensaje. –añadió Steve.
-Siento ñañaras en el estómago de tan solo pensar en preguntarle... ¿Y si no quiere? –Bucky dijo en tono asustado y frustrado, y más porque no se imaginaban con que persona Tony participaría si no era con ellos. Todo se quedó en silencio y los presentes observaban a Barnes de una forma extraña, cuando éste se dio cuenta reaccionó. –¿Qué?
-Que asco... –dijo Rhodey con mueca de asco para luego retirarse a la cancha ya que el descanso había terminado.
-Amigo Bucky... –comenzó Thor. –No debes de comentar lo que quieres hacer en público. –dicho esto se retiró a la cancha.
-¿Qué dije? ¿Fue algo malo? –el castaño no lograba captar cual había sido el error.
-¿Quieres que te diga? –se burló el rubio.
-Si.
-¡El descanso terminó! –gritó el entrenador que se acercaba a la cancha.
-Te cuento cuando terminemos. –Rogers se rio y salió corriendo con los demás compañeros.
-¡¿Qué?! ¡Eso no es justo! –finalizó Barnes siguiendo a su amigo.
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Se escuchó como una persona estrellaba algo contra los casilleros y seguido de esto un quejido de dolor por un golpe. –Vaya enanito, creo que es mi oportunidad de cobrármelas todas de una maldita vez.
Tenía miedo, Stark estaba siendo intimidado de nuevo y por la misma persona es como si Brock odiara a Tony por el simple hecho de existir, cosa que le recordó a su madre, observó como el pelinegro se preparaba para golpearlo en la cara, en su bello rostro, cerró los ojos esperando el puño estrellarse contra su rostro pero nada ocurrió.
Lentamente abrió sus ojos observando que había sucedido y en cuanto se dio cuenta de quien había sido su salvador se sorprendió puesto que esperaba a muchas personas menos a él.
-Vaya... –detuvo el golpe y apretó la muñeca de Rumlow con mucha fuerza que logró sacarle un quejido de dolor al pelinegro. –¿Qué te parece si tú y yo nos peleamos? Digo hay que ser justos. –dijo con sorna.
-¿Y tú quién rayos eres para interrumpir lo que no te importa? –Brock estaba sumamente enojado.
El otro sonrió ladinamente y se acercó hasta Rumlow para susurrarle. –Soy Batman... –seguido de eso lo pateó tan fuerte en el estómago que lo tumbó y le sacó el aire, se agachó y sujetó por el cabello al pelinegro. –Mira que meterte con alguien tan lindo y encantador como Tony... si me entero que lo tocas, deberás aprender a vivir con haber sentido lo que es tener tu cabeza en el trasero de un elefante. –lo soltó bruscamente y se carcajeó al ver como Rumlow trataba de recuperar el aliento. –Hola hermosura... –saludó al menor que se encontraba sorprendido por lo que acababa de presenciar.
-Hola... Wade...
-Te ves sorprendido, no sabía que estudiabas aquí... –Wade miró los alrededores de la escuela hasta que se hartó de la toz del pelinegro. –Ay por el amor a las chimichangas, ya vete a chingar a tu madre o juro que meteré tu propio puño en tu trasero.
-Maldito... –finalizó Brock, se levantó y se fue de ahí.
-¿No crees que exageraste? –preguntó el Stark menor preocupado.
-Nel... si no les haces entender quién manda a esas personas vuelven a estar jodiendo. –se encogió de hombros.
-De acuerdo... –Tony vio curioso a Wade. –¿Qué haces aquí? Que yo sepa tu no estudias aquí...
-Ja ja ja... –se rio Wade. –No estudio siquiera... iba pasando por esta academia y vi la puerta abierta y me metí para ver que encontraba y mira, te encontré a ti y te salvé lo que me convierte en tu caballero sin corcel, un caballero muy guapo por cierto.
-¿Así que solo te metiste a la academia? –el castaño no lograba comprender a Wade.
-Así es...
-¿Sabes que te puedes meter en problemas?
-Batman no se mete en problemas...
-¿Está bien?
-Por cierto, lo del beso negro sigue en pie... –Wade se le insinuó al menor hasta el punto de incomodarlo.
Puso sus manos para detener al más grande. –No, gracias... –se sonrojó el menor.
-Está bien, te haré caso solo porque eres muy bonito tanto que apostaría que en cuanto te ves al espejo, el espejo brilla y reluce. –apretó las mejillas de Tony y luego las acarició, acto que incomodó más a Stark, no obstante algo llamó su atención, soltó a Tony y caminó hacia donde estaba pegado un cartel promocionando el desfile. –No sabía que iban a hacer un desfile de catrinas... me agrada la idea, iré a inscribirme a este concurso y haré chicharrón a mis contrincantes, luego me burlaré de ellos cuando gane el pan de muerto. –apretó el puño maliciosamente.
-¡Wade! –gritó Tony emocionado con los ojos iluminados, había encontrado quien lo acompañe en el desfile. –¿Quieres participar conmigo en el desfile?
-¿Contigo? –sonrió Wade y se acercó a Tony. –Ni siquiera tienes que preguntármelo salchichita. –avergonzó al menor. –Acepto y con tu lindura y ternura, y mi bello rostro guapetón ganaremos.
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-Sentí un escalofrío Buck... –dijo Steve nervioso.
-Es extraño porque yo también lo sentí... –añadió James.
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-Creo que me pase un poco... –se rio nervioso. –Lo siento...
-No pasa nada... –se encontraba boca abajo.
Ambos estaban recostados en el sofá de la oficina, uno encima del otro, después de haberlo hecho en la mesa lo volvieron a hacer en el sofá. –No me cansaré de repetirlo, Te amo Jarvis...
-Señor Stark... yo también lo amo...
-Aunque en estos momentos puedes decirme Howard, se siente raro que estando así me trates como tu jefe... –el pelicafé dijo reflexivo.
-Por favor señor, no diga nada más... se me dificulta decirle por su nombre porque no estoy acostumbrado...