Capítulo III
Sasuke se revolvía en su cama de un lado al otro, tapándose el rostro con las manos. Aún no podía asimilar lo que había hecho Naruto. ¡Lo besó! No podía creerlo.
"¡¿Qué acaso no sabe lo que significa besar a otro?!"
Se detuvo en seco.
"¡Claro que no entiende! ¡Tiene 3 años! ¡Pero aún así ese fue mi primer beso, usuratonkachi!"
Posó su mano en sus labios. Aún podía sentir el calor de Naruto y la hermosa sonrisa que le dio no podía sacarla de su cabeza. Suspiró.
Mirando al techo con los brazos cruzados en su cabeza escuchó cómo la lluvia caía contra la ventana. Agudizando sus oídos podía oír las respiraciones pausadas de sus compañeros de dormitorio. Todo estaba en calma, ningún ruido además del sonido tranquilizador de la lluvia al caer. Hasta que sonó un fuerte estruendo, un trueno. A los segundos le siguió otro más fuerte.
La puerta se abrió lentamente, asomándose una cabellera desordenada rubia y unos lagrimosos ojos azules. Apretaba una almohada temblando.
-Sasuke…-murmuró cerrando tras de sí la puerta y acercándose.
El azabache comprendió lo que el pequeño quería, haciéndose a un lado palmeó un lado invitándolo a subir. El menor esbozó una sonrisa y se acostó al lado de él.
-Dobe, ¿Cómo es posible que te asusten los truenos?- susurró. Otro trueno resonó.
El rubio ahogó un grito y tembló. Sasuke sin pensarlo lo rodeo con un brazo. Naruto se acurrucó más cerca de él y suspiró aliviado. Por alguna extraña razón el olor de Sasuke lo tranquilizaba y el calor que le transmitía le generaba paz. El pelinegro sorprendido se sonrojó pero no dijo nada.
-Duermete dobe-susurró acariciando sus mechones rubios. A los pocos minutos la respiración de Naruto se volvió pausada. Se había dormido.
Sasuke apoyó su cara en su cabecita, inhalando el aromo a shampoo y flores que tenía el rubio. Cerró los ojos con una sensación de calma en su interior.
A la mañana siguiente Sakura sonrió cautivada por la conmovedora escena que presenciaba. Los dos acurrucados, durmiendo plácidamente.
Aún así, debía informarle a Tsunade sobre el hecho. Al llegar a la puerta de su superiora, tocó.
-Adelante.
Sakura entró y divisó a la rubia decoletas detrás de su escritorio leyendo unos papeles, a su lado estaba Shizune indicándole lo que era importante. Ambas levantaron la vista ante la presencia de la pelirosa.
-¿Algo que informar?- preguntó Tsunade con una ceja levantada.
-Si-tragó nerviosa. No sabía lo que le diría esta y sinceramente temía que separarán a sus niños. Porque si, ellos eran sus niños ya que sentía un enorme cariño hacia ambos.- Es acerca de Naruto y Sasuke-kun-
Ambas la miraron expectantes.
-Acabo de ir a la habitación en la que duerme Sasuke-kun y lo encontré durmiendo junto a Naruto-soltó Sakura. Se movía inquieta.
Tsunade suspiró-Bueno pues déjalos-
Sakura abrió los ojos como platos sorprendida, al igual que Shizune.
-Pero Tsunade-sama no deberían dormir juntos, está prohibido-reclamó Shizune.
-Esos dos se necesitan el uno al otro y lo sabes Shizune-la miró seria.- Hemos visto el enorme progreso que ha tenido Sasuke- entrelazó sus manos apoyando su barbilla.
-Si pero…-
-Pero nada, Sakura-le llamó la atención la rubia a la pelirosa.-Tú que estás a cargo de ellos dos ¿Qué opinas?
-Eh bueno… yo concuerdo con usted Tsunade-sama, a mi parecer ambos se necesitan y han progresado bastante, es decir Sasuke-kun por fin habló y Naruto ha logrado establecer un vínculo- dijo firme.
-Entonces está decidido, puedes retirarte Sakura- sentenció la rubia volviendo a leer sus papeles.
Al cerrar la puerta Sakura se apoyó en ella, suspirando con alivio.
Sasuke fue el primero en despertar, sentía algo pesado encima de él, a medida que sus ojos se acostumbraban a la luz vió los mechones rubios. Abrió los ojos como platos y recordó que Naruto había dormido con él. Éste dormía plácidamente encima de él, intentando rodearlo con el brazo pero al ser tan cortitos sólo alcanzaba su costilla.
Sasuke conmovido por su rubio, lo admiró durante un largo rato, acarició su cabello y sus mejillas, pasando sus dedos por las marcas que tenía, seguramente de nacimiento. Su piel morena era excesivamente suave. Un nudo se formó en su garganta al sentir la necesidad de llenarlo de besos pero se contuvo.
-Hey dobe, despierta-
El menor se movió murmurando palabras que no se entendían, se acurrucó más cerca del azabache.
-Sasuke…-murmuró suspirando.
El corazón del pelinegro dió un vuelco salvaje y el rubor apareció en sus mejillas.
“Dios mío, este niño no puede ser más tierno”
-Dobe~ despierta-susurró en su oído, esbozando una sonrisa y acto seguido besando su frente.
El pequeño abrió lentamente sus orbes azules y escrutó con la mirada a Sasuke. Sonrió ampliamente.
-Buenos días-dijo alegre.
-Buenos días dobe-sonrió de lado.
Desde ese día se volvió normal que Naruto se despertara a su lado, lo cual no le molestaba en absoluto. De hecho, dormía mucho mejor.
Pasaron dos años desde que se conocieron ese día de primavera que quedará en sus recuerdos para siempre.
Naruto y Sasuke ahora compartían más con los otros huérfanos, lo cual a las cuidadoras, y sobre todo a Sakura, les aliviaba. Realmente Naruto cambió la vida de Sasuke.
A pesar de que eran muy diferentes se complementaban a la perfección, el rubio por un lado era extrovertido, risueño y positivo, el estar cerca de ese chico te alegraba el día, o sea a veces te sacaba de quicio pero era una persona encantadora. Por el otro lado, el pelinegro era introvertido, serio y pocas veces mostraba una sonrisa, aunque sólo cuando estaba cerca de Naruto. A pesar de todo, si lograbas conocerlo a fondo al igual que el rubio, era encantador.
Lamentablemente su lado encantador sólo se lo mostraba a Naruto, quien logró derribar todas sus barreras. Para Sasuke él era lo mejor que le había pasado en mucho tiempo, se había convertido en lo que más apreciaba y quería. Lo que no sabía Sasuke, es que para Naruto era igual.
El pelinegro observaba, sentado en la banca de siempre, con ternura a Naruto jugar con los otros niños, lo veía reír y sonreír. Su corazón latía salvajemente cuando éste le miraba con sus orbes color cielo y le dedicaba una radiante sonrisa.
“¿Qué será esto que siento? Nunca me ha latido tan rápido el corazón con solo ver que me sonríe alguien.” Se apretó el pecho. “Cuando estoy con él, me siento la persona más afortunada del mundo…¿Por qué? Sé que es importante para mi, pero… No lo siento como un amigo, es algo más y no sé lo que es...!” Suspiró frustrado por no saber la respuesta.
A lo lejos visualizó a Sakura leyendo un libro pero que cada cierto tiempo levantaba la vista para cerciorarse de que todo estuviera bien entre sus querubines. Sasuke avanzó hacia ella y sigilosamente se sentó a su lado. Sorprendida por su presencia sonrió.
-¿Qué sucede Sasuke-kun?-preguntó dulcemente.
-Sakura...eh...necesito preguntarte algo-murmuró bajando la mirada avergonzado.
-Pregunta lo que quieras-dijo conteniendo la risa por verlo colorado, intuía lo que le iba a decir.
-Pues...sucede que…-tragó con dificultad el pelinegro- ¿Qué significa que al ver a una persona en específico lata muy rápido mi corazón? Y hay ocasiones en las que me pongo muy nervioso y..y...que me sienta muy feliz a su lado-soltó Sasuke cada vez más colorado.-¿Estaré enfermo o algo?-dijo tocándose la frente.
Sakura lo miró divertida.
-No es eso-dijo riéndose disimuladamente-No estás enfermo, Sasuke-kun.
-Entonces ¿Qué es?-insistió el pelinegro.
-Hmmmm…-se llevó una mano a su barbilla meditando. Lo cierto era que ella ya sabía lo que significaba todo aquello, pero quería hacer que pareciera que era un tema muy difícil de entender.-¡Ah!-soltó como si se le hubiera ocurrido.
Sasuke la miraba expectante, y ésta le sonrió dulcemente y acarició su cabeza.
-Es amor Sasuke-kun-
-¿Amor?-preguntó confundido.
-Si, estás enamorado-volvió a sonreír.
-¿Yo?-hizo una mueca.-¿De ese usuratonkachi? Imposible-
Sakura divertida preguntó. -¿De quién?-
-Oh de nadie,no dije nada-intento disimular y tosió avergonzado.-Creo que ya entendí-murmuró mirando hacia donde se encontraba Naruto.-Gracias Sakura.-
-No hay de qué, bueno ahora debo retirarme-dijo levantándose y estirándose.-Debo entregar estos papeles-se despidió acariciando su cabello. Rápidamente desapareció de su vista.
-Enamorado…-susurró Sasuke y buscó a Naruto con la mirada, quien se encontraba jugando y al encontrarse con su mirada, y ver su hermosa sonrisa, su corazón dió un vuelco.
“Sí, efectivamente es eso”
-¡Sasuke!-lo llamó el rubio agitando su mano.-¡Ven a jugar!
-No gracias dobe, estoy bien aquí-respondió.
Naruto infló sus cachetes amurrado.Le sacó la lengua molesto y siguió en lo suyo. Sasuke rió por lo bajo. De pronto, se fijó en que un niño de su edad sostenía de la mano al rubio y lo abrazó cariñosamente. Sintió un dolor punzante en el pecho y sintió una ira hasta ahora desconocida para él.
“Nadie puede tocar a mi kitsune a demás de mí” Gritó internamente, mientras avanzaba hacia ellos.
Apartó de un empujón al niño, éste lo miró desconcertado.
-¡¿Qué te sucede?!-gritó.
-Piérdete mocoso-gruñó el pelinegro.
-¡Yo hago lo que quiero! ¡Ven Naruto, vámonos a otro lado!-dijo furioso agarrando la muñeca de un rubio confundido. Se dejó arrastrar, pero volteando a mirar al azabache. Quién al verlo alejarse con ese chico, se enfureció aún más.
-¡Naruto!-gritó.
El niño tiró del rubio con más fuerza y rapidez. Éste hizo una mueca de dolor.
-¡Me duele!-se quejó intentando zafarse.
-¡Suéltalo bastardo!-gritó Sasuke golpeando al niño, el cual cayó al piso sonoramente.
-¡Sasuke!-gritó Naruto.
El pelinegro se volteó colérico hacia su rubio, pero al ver su expresión atemorizada relajó sus facciones. Sus azules ojos lo miraban muy abiertos y cristalinos.
-Naruto…-murmuró Sasuke.
Se escucharon los pasos y gritos de las cuidadoras. Para sorpresa del pelinegro, Naruto agarró su mano y lo llevó al patio, y se escondieron detrás de unos arbustos. Había oscurecido completamente.
-Naruto…-susurró Sasuke preocupado. El rubio volteó a mirarlo con el ceño fruncido.
-¿Qué fue eso, dattebayo?-exigió saber.-¿Por qué lo golpeaste?
-Por-porque te estaba haciendo daño-intentó explicar el pelinegro.
-¡No fue sólo por eso! ¡Ya estabas enojado de antes!-exclamó el rubio enojado pero confundido.
-Si, pero…-Sasuke se interrumpió al ver los ojos del kitsune, lleno de lágrimas.
-¿Hice algo malo? ¿Estas molesto conmigo?-murmuró Naruto derramando las lágrimas.Sintió un dolor en el pecho.-Porque...Porque y-yo no quiero q-que estés enfadado conmigo-tartamudeo sollozando.
La culpa invadió a Sasuke. “Todo es mi culpa, me dejé llevar por esa ira que sentí...pero si le digo no lo entenderá y seguirá creyendo que fue por él”
Aspiro una bocanada de aire.-Naruto yo…-el rubio lo miró y el corazón del pelinegro se detuvo por un segundo. La luz de la luna iluminaba sus ojos azules, haciendo que se vieran de un hermoso azul cielo.-Te quiero…-dijo con un hilo de voz.
Las lágrimas del menor se detuvieron. -Yo también te quiero-dijo sonriente. Sasuke negó con la cabeza.
-No es el mismo querer que tú sientes hacia mí-murmuró cabizbajo.-Yo estoy enamorado de tí, Naruto-lo miró con tristeza. Quizás su rubio se alejaría de él.
-No entiendo-dijo ladeando su cabeza hacia un lado.-¿Por qué es diferente?
El azabache no sabía cómo explicarle para que el menor lo entendiera, así que apretando sus puños se acercó lentamente a él y lo besó. Intentando transmitirle todos los sentimientos que tenía hacia él. Deseando que alcanzaran su corazón.
Al alejarse, Naruto le sonrió dulcemente.
-Teme…-murmuró.-Es el mismo querer-sonrió ampliamente devolviendole el inocente beso que se dieron.
Los ojos de Sasuke brillaron. ¡Naruto lo quería! ¡Realmente lo quería! pero…¿Cómo sabía lo que significa? Él tuvo que preguntarle a Sakura.
-¿Cómo sabías lo que era?-preguntó extrañado el azabache.
-Pues, le pregunté a Sakura-chan hace mucho- se encogió de hombros.
El rubor subió hasta las orejas del pelinegro. Eso significaba que Sakura ya sabía al respecto y que también sabía a quién se refería.
-Usuratonkachi-murmuró golpeando suavemente su frente. Naruto llevó sus manos a la frente.
-Temee-dijo frunciendo el ceño, pero divertido a la vez. Agarró las manos de su azabache favorito y se las llevó a su mejilla.
-¡Sasuke-kun! ¡Naruto!-gritó Sakura.-¿Dónde están?
-¡Sasuke! ¡Naruto!-gritaron más personas.
-¡SALGAN INMEDIATAMENTE!-gritó Tsunade. Sasuke y Naruto salieron de su escondite rápidamente y se pararon en frente de ella con las manos en la frente tipo militar. Esa mujer enojada era de temer.
-Si-dijeron los dos.
-Están en serios problemas-dijo la rubia con el ceño fruncido y las manos en sus caderas.-Síganme-dijo mientras se iba.
Ellos la siguieron hasta su despacho.
-Tú-dijo apuntando a Sasuke.- Mañana te disculparas con Tetsuhiro (así se llama el chico golpeado) en frente de todos y además limpiarás los baños por 3 días-sentenció la jueza.
-Tsk-soltó Sasuke. Pero con una mirada furiosa por parte de Tsunade, asintió.
-Y tú Naruto lo ayudarás a limpiar.
-Pero…-comenzó a quejarse el rubio.
-¡Sin peros!-golpeó con ambas manos el escritorio.-Ahora largo.
Sin decir nada se fueron a dormir, obviamente juntos. Como de costumbre. Pero esta vez fue diferente, al estar recostados uno junto al otro se miraban intensamente, juntaron sus manos por lo que el azabache se ruborizó y Naruto sonrió con un pequeño rubor en sus mejillas. El menor se acurrucó más cerca de Sasuke y éste apoyó su cara en su cabeza.
-Te quiero kitsune…-susurró entre sus cabellos.
-Y yo a ti-murmuró Naruto rindiéndose ante el sueño.
Sasuke sentía cálido su corazón, palpitaba al unísono con el de su rubio. No necesitaba más, sólo a él.