Relámpago y confusión
Era sábado, ya había pasado una semana dura de clases y profesores alterados por llegar con el temario. Albus se encontraba sentado en el patio practicando encantamientos, dentro de unos minutos tendría que dirigirse al séptimo piso a encontrarse con el Profesor Kingsley. Junto sus pertenencias y tomo rumbo a las escaleras. Llegando al lugar se tomó con Scorpius corriendo por el pasillo.
- Al, sabía que te encontraría aquí, te estuve buscando por todo el castillo –comento el rubio agitado.
- Estaba en el patio Scor, solamente leyendo un poco ¿Por qué me buscabas? –pregunto el morocho algo sonrojado.
- Queria desearte buena suerte e invitarte esta noche a las selecciones del equipo de Quiddich de este año –dijo el chico contento.
- Mu..muchas gracias –murmuro sonrojado –voy a tratar de ir si no estoy tan cansado.
- Genial, te espero a las ocho en el campo de entrenamiento ¿sí? –Albus se mordia el labio inferior con sutileza frente a lo carismático que se encontraba su amigo –espero puedas enseñarme algo de tus clases avanzadas.
- Por supuesto, lo siento pero Kingsley me está esperando y quiero llegar a horario.
- Está bien, voy a ir a ver a Rose a la biblioteca, nos vemos más tarde –y se marchó saludando con un gesto.
Albus quedo ahogado frente al último comentario de su amigo, habían hablado esos días de la relación del rubio con Rose, y este prometió que no afectaría su amistad. Sin embargo, la relación con Rose no había mejorado, celaba a Scorpius con Albus y no quería que el morocho se acercara cuando ellos estaban juntos, incluso había explotado de indignación al saber que este tendría clases particulares de Defensa contra las Artes Oscuras. Albus ya no entendía porque su prima se comportaba de esa manera, incluso a la salida de la clase de Neville se quiso disculpar si la había ofendido de alguna manera, quería que volvieran a ser amigos. Esta le había dado vuelta la cara sin responder después de oír el arrepentimiento del chico, lo cual hizo a este considerar que era una pérdida de tiempo recapacitar con su prima que esto no era una competencia y que cada uno tenía distintas aptitudes.
El hijo del medio de Harry Potter se sentía bien, tenía a la persona que más quería aun cuando saliera con su prima, le tenía sin cuidado los celos de su prima para con él. Incluso había escuchado que su tía Hermione había sido igual con su padre cuando este consiguió repasar su nivel en Pociones en su sexto año de cursado.
Dio vuelta en el pasillo y se encontró con su profesor, el chico se disculpó por los minutos de demora. Una vez que la puerta de la sala se formó se dignaron a entrar y al abrir la puerta Albus se encontró con estatuas de mortifagos, unos cofres aparentemente sellados con magia y una repisa con libros. La sala era más grande de cuando había estado con su amigo, al recordar esto se ruborizo de solo pensar que su primer beso ocurrió allí. Navegaba en su mente preguntándose porque Scorpius había borrado de su mente ese recuerdo como si no significara nada, pero esto se vio afectado cuando Kingsley lo llamo.
- Bueno muchacho, aquí estamos, es hora de empezar tus lecciones –el profesor estaba más serio que de costumbre, el chico asintió y su maestro continuo –primero que todo veremos que hechizos sabes, luego te enseñare algunos para que agregues en tu arsenal y los probaras con esas estatuas. La clase que viene si has logrado esto, comenzaremos con el encantamiento patronus –el chico se puso pálido, sabía que el patronus era magia muy avanzada y que se requería gran concentración para eso, pero se avoco a su primer tarea –comencemos.
El profesor con movimiento de la varita hizo que las estatuas se posaran en círculo alrededor de su alumno y grito que comenzara. Albus intento todo tipo de hechizos y maldiciones que conocía contra estas Reducto, Desmaius, Expelliarmus, Confringo, Incarcerus, Levicorpus, Incendio, Petrificus Totalus, Rictusempra, fueron de los más exitosos en realizarse. Una vez que el chico estaba agotado y había concluido con su arsenal se sentó en un cojín que había en el piso.
- Muy buen repertorio tienes Potter, pero creo que necesitas algunos más, con el tiempo iras adquiriendo nuevos conjuros en estas clases –dijo el profesor con buena gana y prosiguió –he visto que manejas bien hechizos de defensa asique veremos más ofensivos hoy, vamos a probar “Voltius”, el hechizo relámpago que crea una descarga eléctrica al enemigo paralizándolo y dejándolo inconsciente. Debo advertirte que es complejo y no se debe tomar a la ligera, puedes provocar un paro cardiaco a tu contrincante de hacerlo reiteradas veces.
Era un hechizo realmente costoso de realizar, requería la varita firme y un movimiento similar a un látigo. Le costó varios intentos realizarlo con éxito, al principio solo eran chispas. Albus estaba frustrado con el hechizo, se puso furioso y enderezo su cuerpo, eran palabras simples pero debía apuntar bien y realizar un perfecto movimiento. Respiro hondo, apunto a la estatua frente a él, y al mismo tiempo que pegaba un latigazo al aire chilló “Voltius”. Un relámpago con un ruido descomunal salió de su varita e hizo estallar el falso mortifago frente a él. Quedo tan desconcertado por el ruido ensordecedor y la fuerza del hechizo que tuvo que tenerse de uno de los estantes de libros cercanos. Kingsley salió aplaudiendo y felicitándolo por su progreso luego de dos horas de práctica sin parar.
Su estómago rugió tan fuerte que su profesor pensó que había una criatura dentro de la sala, el chico se estaba muriendo de hambre por lo cual descansaron e hicieron a los elfos de la cocina traerles aperitivos. Luego de media hora de descanso y comida continuaron con la clase, ahora Kingsley quería que probara utilizar su nuevo hechizo de manera no verbal, esto fue mucho más difícil ya que no podía conseguirlo. Cuando ya estaba oscureciendo y el chico no había podido realizarlo su profesor se dio por vencido y dijo que lo practicara durante la semana en esa misma sala para que no hubiera incidentes.
Luego practicaron brevemente hechizos defensivos, a Albus le fueron bastante fácil repelerlos de forma no verbal, lo cual sorprendió ampliamente las expectativas de su maestro para con él.
- Creo que con esto concluimos Potter, pero debes saber algo, la razón por la que tienes problemas con los hechizos ofensivos es que te falta seguridad. Note que te enojaste y frustraste cuando no te salía el hechizo eléctrico. Por lo tanto te quiero bien concentrado la próxima clase. Pudiste desviar mis hechizos de forma no verbal porque sentías adrenalina. Asique ponle ganas y lograras mucho, ahora vete, ya son las siete y estoy agotado –concluyo el profesor, el chico se despidió y se fue.
Albus Potter sentía los brazos cansados y la sien se le partía tal como su nuevo hechizo rompía la barrera del sonido. De pronto vio pasar a unos alumnos de Slytherin de primer y segundo año corriendo escaleras abajo, entonces recordó, Scorpius lo había invitado a ver su audición. Ajusto su mochila a su espalda y salio disparado hacia los terrenos del campo de entrenamiento. Se encontró con Lysander de camino, este le pidió sí podrían ir juntos, lo que el morocho acepto. El chico era amable y no parecía el cuándo estaba lejos de su hermano. Le conto que sus padres estaban de viaje en el Amazonas haciendo registros de criaturas mágicas en esa zona, lo cual le pareció impresionante.
Una vez llegaron a las gradas pudo ver la cabellera rubia de su amigo junto a su escoba, del otro lado del grupo estaba McLaggen saludando al público en general, esto le dio gracia ya que Albus noto que nadie le devolvía el saludo. Entonces en signo de lastima el morocho levanto su mano y saludo con un poco de pudor al chico, este se dio cuenta y le guiño el ojo. Sus mejillas se tornaron rojas y se sentó otra vez.
Las prácticas se llevaron a cabo hasta las nueve y treinta, dieron el veredicto que Scorpius había sido seleccionado para buscador, McLaggen para guardian, Lorcan para uno de los golpeadores. Todos aplaudieron a los chicos y estos se diriguieron a los vestuarios. El menudo Lysander invito a Albus a ir a felicitar a los muchachos de su curso, este acepto y se dirigieron hacia el lugar.
El vapor de las duchas inundaba el lugar, el mellizo se internó a felicitar a su hermano mientras el morocho se quedó en la entrada del lugar. Todos fueron saliendo y entonces cruzaron miradas con Scorpius.
- Al, apuesto a que me estas esperando –el chico asintió en respuesta –genial, vamos a caminar y tomar un poco de aire si quieres, este vapor me ha hecho marear un poco.
Se terminó de vestir y salió con su bolso verde del lugar.
- Felicidades por haber quedado en el equipo, confiaba en que lo harias –comento sonriéndole a su amigo.
- Muchas gracias Alby –este se sonrojo al escuchar llamarlo de esa forma tan personal –vamos cerca del lago, quiero aprovechar a ver un rato el cielo estrellado.
Se destinaron hacia la costa, una vez allí el rubio saco de su bolso un toalla húmeda y la tiro sobre el suelo para sentarse. Se quedaron sin hablar por un momento, la noche estaba fresca pero despejada, habían hecho dos días de extraño calor para la época y habían hecho derretir la nieve. El viento despeinaba aún más de lo normal al morocho, las estrellas danzaban en el cielo, incluso se divisaban algunas constelaciones. Entonces algo lo precipito, un ruido proveniente del lago, el morocho saco rápidamente su varita y apunto al lugar de donde provenía el ruido.
- Tranquilo, seguro solo es el calamar gigante o la gente del agua –lo tranquilizo Scorpius poniendo su mano derecha sobre la de él.
- Está bien, solo me asuste –respondió poniendo la cabeza entre sus piernas.
- ¿Qué tal te ha ido en tu clase? –dijo el rubio poniendo su cabeza sobre el hombro de su amigo.
- Bien, he aprendido un nuevo hechizo, útil y peligroso pero un poco complicado, todavía no domino hacerlo en forma no verbal –comento el chico sintiendo el contraste entre la cara de su amigo en su hombro y la suave brisa invernal.
- Bueno, quiero ver que hace –Albus negó con la cabeza –vamos, no seas egoísta y muéstrame.
- Está bien, si insistes –este se levantó y alzo su varita hacia el cielo para asegurar de no herir a nadie con el hechizo, Scorpius se levantó con él.
- Inténtalo de forma no verbal, puedo ser de apoyo –comento el rubio posando su mano sobre el hombro donde antes había estado su cara.
Albus respiro hondo, sintió un fuego interior que bramaba salir, el apoyo de su amigo lo hacía sentir seguro. Puso su mano firme y pensó con todas sus fuerzas “Voltius”. BUM. Una explosión impresionante de luz y un relámpago salió de su varita, parecía que cortaba el cielo a la mitad. Scorpius se calló hacia atrás y quedo sentado en el suelo por la potencia del hechizo. Estaba boquiabierto, no podía creer que lo había logrado. Scorpius se reincorporo y quedo mirando fijo a su amigo.
- Te dije que sería un buen apoyo, lo has logrado de manera impresionante, pero tenías razón en decir que es peligroso, por poco no has hecho temblar todo el castillo –dijo riéndose.
- Si, fue gracias a ti –esta vez lo miro fijo.
Los ojos verdes de Albus penetraron la cara de Scorpius, se miraron con detenimiento unos segundos. Entonces las distancias entre ellos se acortaban, sus narices rozaban. El rubio hizo el primer movimiento y sus labios se encontraron, un beso profundo y letal a la vez. Entonces de repente Albus sintió como de un empujón su amigo lo aparto.
- Lo siento pero no puedo hacer esto…esto está mal –tiritaba y salió corriendo dejando su bolso y pertenencias en el lugar.
Albus se quedó parado, atónito. Estaba a punto de llorar. De pronto de la oscuridad por del lugar salió Gabriel McLaggen, con la cabeza mirándolo directamente.
- ¿Estás bien Albus? –pregunto el chico acercándosele.
Este no contesto, estaba a punto de llorar. En un abrir y cerrar de ojos McLaggen lo rodeo con sus brazos fortachones, el chico no lo evadió, y a su oreja izquierda pudo escuchar claramente el apoyo de este compañero “Todo estará bien”.