Atentado
Después del revuelto lunes que vivió Albus Potter en Hogwarts ya nada parecía que podía hacerle daño. Llego a desayunar como siempre, pero esta vez acompañado del somnoliento Gabriel McLaggen a su lado. La noche anterior luego de fundirse en ese último beso apasionado fueron hacia la sala común de las serpientes y se durmieron juntos en los cómodos sofás del lugar. El menor de los varones Potter había tardado en procesar lo ocurrido, pero estaba agradecido por el sentimiento y la energía que le brindaba Gabriel o “Gab”; como ahora lo llamaba. Una vez sentados en el gran comedor se dieron cuenta que había muy pocos alumnos, y esto era de hecho porque se habían levantado muy temprano. Recién estaban sirviendo los huevos y el tocino, el pan recién sacado del horno iba a tardar un poco más.
De pronto las lechuzas matutinas comenzaron a surcar por el cielo matutino del gran salón, Circe volaba grácil con un paquete envuelto. Lo dejo caer frente a su dueño y dio media vuelta. Claramente los dos chicos se encontraban frente de la edición matutina del diario El Profeta, cuando Albus lo tomo pudo ver el título de la portada que exponía “Magos homosexuales ¿el fin del legado de la magia?”. Su cara se transformó, la rabia lo consumió, no podía describir las emociones que su cuerpo estaba experimentando.
- Realmente no lo puedo creer –concluyo en morocho mirando hacia su “amigo” –escucha esto: según fuentes allegadas a la escritora Rita Skeeter el joven mago Albus Severus Potter, hijo del famosísimo jefe de aurores del ministerio de magia habría salido del closet como homosexual de una manera poco amigable al haber atacado a su prima Rose Granger después de confesarle haberse visto con el actual novio de esta. Aun no se sabe cómo la Familia Potter-Weasley ha tomado esta situación ya que se niegan a dar testimonios. Esto nos lleva a reflexionar a la educación que deben recibir los jóvenes magos para que estas situaciones no ocurran. Actualmente en el mundo muggle se ha visibilizado una oleada de activismo a favor de los homosexuales, siendo estos violentos y exhibicionistas. ¿Esto es lo que nos depara como comunidad mágica? ¿Gente vestida con ropa estrafalaria promoviendo la promiscuidad y el mal camino entre los jóvenes magos? La nota completa en página cuatro y cinco.
- Es una vieja gárgola, no puede salir a divulgar mentiras en un diario que lo lee todo el mundo mágico –se levanta bruscamente –se me fue el hambre, vamos a prepararnos para clases y luego hablamos con la directora. ¿Te parece Al?
- Si bueno, está bien, le voy a escribir rápido a mi padre cuando llegue a la habitación.
Los muchachos se retiraron del lugar mientras varios estudiantes ingresaban. Fueron a la sala común en las mazmorras, una vez allí Albus pudo escribirle a su padre para preguntarle sobre la situación. Luego se dirigieron al primer periodo de clases. Estaban a dos semanas de navidad y este era la última semana en el colegio antes de regresar a Londres.
Los días pasaban y las cosas se tornaban más tensas para Albus. Sus compañeros comentaban cosas por lo bajo, Scorpius solo lo miraba cuando veía que estaba con Gabriel. La respuesta de su padre no había llegado aún, incluso sus hermanos estaban preocupados; Lily le había escrito a su padre nuevamente pero no conseguían ninguna respuesta. Incluso la directora, la profesora McGonnagal se había ausentado por tener que acudir al ministerio. Escucho que Lorcan y Lysander comentaron que había revueltas en los departamentos del ministerio y se decía que grupos extremistas junto con antiguos mortifagos se habían aliado para dar un golpe al ministerio. Lysander nombro algo acerca de grupos “neonazi” dentro del mundo mágico, así llamaban a los que proclamaban la pureza de la sangre en el mundo muggle.
El morocho se encontraba atareado con las clases y su situación en la escuela, pero encontraba alivio con Gabriel y la pequeña Lily. Incluso Lysander que era como un primo para él mostró su apoyo y pasaba el tiempo aun cuando su hermano Lorcan le decía que podían sospechar que él también era “desviado”; aunque lo hacía callar diciendo que su madre, Luna Lovegood, nunca aprobaría que juzgaran así a una persona.
En la última clase del viernes de Defensa Contra las Artes Oscuras vieron la introducion a las Maldiciones Imperdonables, solo las nombraron y hablaron de grandes ejemplos de actos atroces que se habían realizado a partir de ellas. A manera de burla un Gryffindor preguntó si con la maldición Imperius se podía “curar” los gustos sexuales de una persona, haciendo referencia puntualmente como podría hacer si su hijo naciera de esa manera el pudiera usar el maleficio con causa suficiente para no ser llevado a Azkaban. El profesor Kingsley solo se limitó a decir que la pregunta estaba fuera de lugar y que si estaba lo suficientemente listo para juzgar a una persona sin nombrarla que tenga las agallas para decirlo en la cara, no obstante el resto cinco puntos a la casa del león por esto.
Durante la semana tuvo la oportunidad de compartir unas palabras con Neville, su padrino, este le brindó su apoyo y lo contuvo luego de que algunas chicas lo agredieran por “utilizar” a Gabriel McLaggen para obtener popularidad en la escuela. En cuanto tuvo oportunidad le pregunto acerca de su padre y la situación en el ministerio, pero se limitó a decir que espere a una respuesta ya que no se sentía cómodo en hablar sin que Harry le hubiera dicho nada aun.
Ese viernes a la noche se quedó hasta tarde junto a Gabriel comienzo ranas de chocolate repasando libros de texto de la clase de encantamientos. De vez en cuando el rubio se acercaba a él insinuando un beso pero este se veía un poco reacio. Sus sentimientos para con Gabriel aun no estaban claros, no sabía si verlo como un amigo, un novio o simplemente un terapeuta para su situación actual. Gabriel le pregunto si le molestaba que durmiera un poco ya que estaba cansado, el chico respondió que no. Antes de acomodarse en el sillón junto a él le robo un beso de manera muy ágil y le dijo al oído ante su cara de asombro “las cosas que nos sorprenden son a menudo las que nos hacen más felices”.
Le respondió con una vaga pero tierna sonrisa y se quedó reflexionando un poco acerca de lo que dijo, pronto los ronquidos del chico lo distrajeron de sus pensamientos. Solo llego a sacar unas pocas conclusiones, el comportamiento de Scorpius, su ex-amigo le había sorprendido y dañado; pero a su vez había podido conocer más a Gabriel y dado cuenta que no era solo un engreído, sino un chico sensible que siempre estuvo enamorado de él. ¿Acaso merecía una oportunidad o el miedo a volver a ser lastimado se lo impedía? ¿Seguía teniendo sentimientos por Scorpius?
Sus respuestas llegarían con el tiempo concluyo. Pero algo le había quedado claro, comenzaba a sentir cosas por McLaggen. Continuo leyendo un largo rato hasta que sus ojos estaban demasiado cansados para continuar y se quedó dormido sentado junto a Gabriel que yacía en gran parte del sofá.
A la mañana siguiente se despertó en medio de un alboroto, había risas y burlas de fondo, cuando abrió los ojos se dio cuenta que muchas caras se dirigían a él. Sin darse cuenta se había ladeado dormido y había quedado apoyado justo en la entrepierna de Gabriel. Se incorporó rápido y despertó a su compañero. Recogió sus libros rápido y se fue a cambiar a su habitación, notó que unos ojos lo penetraban con la mirada.
- Comentan que tuviste una noche interesante Alby –Scospius Malfoy se dirigía a él sentado en su cama en pijamas, pero el chico no respondió -.
Se limitó a cambiarse de ropa, lavarse los dientes y salir hacia su clase extracurricular de Kingsley. Cuando salió a la sala común no encontró a Gabriel para pedirle disculpas por no haberlo esperado para escapar del tumulto de risas. Para su suerte todo el mundo ya había ido a desayunar al Gran Salón, pero él estaba llegando tarde al séptimo piso.
Para su sorpresa el profesor estaba esperándolo en el corredor acompañado. Gabriel estaba parado junto con el viejo Kingsley con una sonrisa radiante en su cara.
- Muy bien Potter, creo que ya conoces a McLaggen –comentando mientras este se acercaba a encontrarse con ambos –él nos acompañará en nuestras clases privadas, espero que no te moleste.
- No profesor, no me molesta en lo absoluto –contesto intercambiando miradas con el rubio.
La clase fue intensa, los hizo batir en duelo, estaban muy parejos pero Albus conocía más hechizos que Gabriel. Sin embargo, el morocho estaba agotado y el rubio lo aturdió duramente contra una de las paredes. Tomo un rato en recomponerse pero el chocolate del profesor lo ayudo a acelerar el proceso. Luego de eso les dio textos para que lean durante las vacaciones de navidad acerca de la invocación de un patronus.
- Antes de que me olvide Potter, el retrato del profesor Dumbledore me pidió que te diera este libro de lo que era su colección personal –dijo Kingsley volviéndose luego de despedirse de los muchachos –calculo que creerá que te será útil en algún momento. Adiós y buenas vacaciones, estudien para sus T.I.M.O.s y no sean holgazanes.
- Estas vacaciones serán duras, pero mi padre me dijo que me esperaría con una sorpresa cuando llegara a casa –comento McLaggen, pero el chico no le prestaba atención ya que la atención se centraba en el libro que llevaba en las manos –Al, ¿Qué es ese libro?
- Se llama Guia de escape: las mejores protecciones de magia negra y blanca –dijo extrañado –es curioso Gab ¿Acaso el retrato de Dumbledore piensa que necesitare algun tipo de protección?
- No lo sé Al, pero de algo es seguro, ese libro se ve interesante.
- Tienes razón, lo comenzare a leer en el tren de regreso –comento Potter mientras guardaba el libro de cubierta de cuero gastado en su morral, volviéndose al rubio comento –perdona no haberte prestado atención, cuéntame acerca de la sorpresa de tu papá.
- Imagino que no es gran cosa, seguramente es algún retrato familiar o aun peor: una foto suya posando cuando era joven –dijo con cara pensativa –igualmente te escribiré cuando lo sepa ¿Te parece bien que nos veamos antes de navidad?
- Quieres una cita conmigo ¿no? –dijo sonriendo apenado el morocho.
- Bueno la verdad es que si –dijo tímidamente –pero si no quieres, puedo entenderlo
- Si quiero Gab –lo cortó en seco –cuando llegues a tu casa promete que escribirás así hablo con mis padres.
- Lo prometo –contesto casi con un grito de alegría –me voy a hacer mi baúl, luego nos vemos lindo –y le guiño el ojo.
Albus se quedó unos momentos más a solas dentro de la sala, alzo unos libros de la estantería y los guardo junto con los demás en su morral. De pronto un memo volador llego, era de su padre, esto lo sorprendió ya que no había usado una lechuza para enviar la carta. Este la abrió y comenzó a leer.
Querido hijo,
Lamento no haber respondido a la brevedad, el ministerio es un caos y sobretodo mi departamento. Te pido que guardes calma y no actúes imprudentemente. Cuida mucho a Lily. Tu madre con un grupo de aurores los escoltaran al llegar a la estación. Mantén tu varita lista por si acaso. Hablaremos con más detenimiento cuando lleguen a Londres.
Con amor, papá.
La respuesta de su padre había despertado cierta intriga y temor en el chico, pero se limitó a guardar la calma y seguir las pocas instrucciones de su padre. Decidió que no le iba a mencionar a nadie sobre la respuesta salvo a Lily una vez que estén llegando.
Cuando llego el momento del discurso de despedida de vacaciones de invierno la directora no estaba presente, en su lugar hablo Neville y solo se limitó a decir en ser valientes y tolerantes en estos tiempos.
El tren fue bastante pacifico en un principio, Albus se sentó con Gabriel, Lily y Lysander Scamander. Estaba cayendo agua nieve y el frio envolvía los pasillos de los vagones. De pronto una explosión detono en una de las partes traseras del tren. Todo se sacudió de repente y gritos de miedo inundaron el lugar. Los cuatro integrantes del compartimento salieron con varitas arriba, de la otra punta del vagón llegaba Rose Granger-Weasley alterada. No se podía descifrar lo que decía, y tampoco porque acudía en la ayuda de los chicos con los que casi ni se dirigía la palabra desde hace un buen tiempo. El tren luego de la explosión se había detenido. Lily le grito a su prima que se calmara y le dijera que había ocurrido. La chica dio un fuerte respiro y las caras de los presentes pasaron a ser sombrías y pálidas por lo que escucharon.
- Necesito…ayuda –tiritaba –James…Scor…explosión…vagón final.