Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ópalo por Momino

[Reviews - 109]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Agradezco  todas esas personas preciosas que me mandaron sus mensajes, yo sé que cada nota del capítulo digo lo mismo, pero es que ustedes tienen el poder en mi, me animan muchísimo a continuar subiendo, mírenme aquí actualizando desde tempranito.

Oigan por cierto, no se pierdan las notas finales hay varios anuncios importantes que decir.

¡Lean!

 

Capítulo 15

A lo largo de varias semanas, las entrevistas dadas por la policía local y las súplicas llorosas de los padres de Sakura aparecieron en el noticiero de la noche, se realizaron vigilias con velas, y reporteros de todas partes vinieron atraídos por morbosa curiosidad. ¿Cómo puede una pequeña ciudad tener tantos chicos que sólo desaparecieron? Incluso algunas especularon que un asesino en serie había puesto como objetivo la tranquila ciudad en el oeste de Japón.

Estar en la escuela, escuchando a todo el mundo hablar sobre Sakura, Kiba, e incluso Gaara y Deidara, era difícil. No sólo para mí, sino para todos los que sabían la verdad.

Esos chicos no desaparecieron.

Gaara y Sakura estaban muertos y probablemente Kiba, también.

Deidara estaba retenido en contra de su voluntad en un centro del gobierno.

Un ambiente oscuro y sombrío se estableció, arrastrando dentro cada parte de nosotros y no había agitación. Por supuesto, desconfianza floreció junto con la hierba de la primavera y los pequeños brotes en la escuela, ya que sólo uno de los chicos había reaparecido y ese había sido Itachi. Pero su reaparición había señalado la desaparición de otros.

Había murmullos en el pasillo y largas miradas pasaban entre los estudiantes cada vez que Itachi o Sasuke estaban cerca.

Posiblemente porque muy pocos podían distinguirlo, pero ambos hermanos actuaban como si no los oyeran. O quizá simplemente no les importaba.

Incluso Karin había cambiado. Perder a un amigo hace eso, al igual que la incapacidad de encontrar algún cierre. Nunca hubo una razón del por qué Sakura había desaparecido, al menos no para Karin. Ella, al igual que muchos otros, se pasaría toda la vida preguntándose por qué y cómo sucedió. Y el no saber creó esta impotencia a seguir adelante. A pesar de que las estaciones del año estaban cambiando y la primavera estaba en camino, Karin estaba atrapada en el día antes en que descubrió que su mejor amiga había desaparecido y el día después. Era la misma chica en algunos aspectos: momentos en donde decía algo totalmente inapropiado y se reía, y luego los otros cuando no creía que estaba mirando, sus ojos se nublaban con recelo.

Sin embargo, Sakura no era el único caso de interés periodístico.

El doctor Jiraiya, alias el novio excesivo y hábilmente idiota de mamá, fue reportado como desaparecido por su hermana unas tres semanas después que Sakura cayera fuera del radar. Una frenética tormenta descendió una vez más. Mamá había sido cuestionada y ella...

Ella había sido un desastre. Especialmente cuando se enteró de que Jiraiya nunca se había registrado en ninguna conferencia en el oeste y nadie había visto o sabido nada de él desde que dejó Konohagakure.

Las autoridades sospechaban que un crimen podría haber estado involucrado. Otros murmuraban que debía tener algo que ver con lo que le pasó a Sakura y Kiba. Un importante doctor simplemente no deja de existir.

Pero Sasuke y yo seguíamos vivos, por lo que todo lo que podíamos asumir era que la mutación se había mantenido y puesto que había conseguido lo que quería, estaba oculto. En el peor de los casos, Jinchuriki lo había capturado en alguna parte. No es un buen augurio para nosotros si eso sucediera, pero bueno, bien merecido si él fue encerrado en una jaula en alguna parte. En general, no estaba destrozado por el hecho de que, por ahora, Jiraiya no era un problema, pero odiaba ver a mamá pasar por esto de nuevo. E incluso odiaba más a Jiraiya por ponerla en medio de ello. Alcanzó todas las etapas del proceso de duelo: incredulidad, tristeza; ese horrible y persistente sentimiento de pérdida y luego la ira.

No tenía idea de qué hacer por ella. Lo mejor que podía hacer era pasar las noches con ella en sus días libres, después de terminar con las cosas del strunz. Mantener su compañía y distraerla parecía ayudar.

Mientras las semanas pasaban y no había señal de Sakura o cualquier otra persona que el pequeño pueblo había mantenido cautivo, sucedió lo inevitable. Las personas no olvidaron, pero los reporteros se fueron y luego otras cosas ocuparon el noticiero de la noche. Para mediados de abril, todos en su mayor parte volvieron a hacer sus propias cosas.

Le había preguntado a Sasuke una noche mientras caminábamos de vuelta al lago, disfrutando las cálidas temperaturas, ¿cómo podía la gente olvidar tan fácilmente? Una sensación amarga se instaló en mi estómago. ¿Me pasaría algún día si no regresaba de Jinchuriki? ¿La gente simplemente lo superaría?

Sasuke había apretado mi mano y dicho—: Es la condición humana, Kitsune. Lo desconocido no es algo que se sienta bien. Prefieren alejarlo, no del todo, pero sólo lo suficiente para que no ensombrezca cada pensamiento y acción.

—¿Y eso está bien, dattebayou?

—No estoy diciendo que lo sea, dobe. —Se había detenido, colocando sus manos en mis brazos—. Pero no tener las respuestas a algo puede dar miedo. La gente no puede centrarse en eso para siempre. Al igual que no puedes concentrarte en por qué fue tu padre quien tuvo que enfermarse y morir. Esa es la gran incógnita, Naruto. Tienes que dejarlo ir eventualmente.

Lo miré fijamente, sus rasgos más llamativos resaltaron en la luz menguante. —No puedo creer que puedas sonar tan sabio, teme.

Sasuke se había reído, pasando sus manos por mis brazos.

Escalofríos prometedores siguieron. —Soy más que apariencias, Kitsune. Deberías saber eso.

Y lo sabía. El bastardo era ridículamente de ayuda la mayoría del tiempo. Todavía odiaba que estuviera participando en el entrenamiento del strunz, pero no lo estaba presionando y apreciaba eso.

Me adentré en el entrenamiento con el strunz, que me dejaba poco  tiempo para otra cosa más que ir a la escuela. El strunz despojado de energía y después de cada sesión, todos nos apresurábamos a perder el conocimiento. Y estábamos tan envueltos en construir nuestra tolerancia, estando alertas por oficiales e implantes que aún no habíamos celebrado el Día de San Valentín a parte de las flores que me había comprado y la tarjeta que le había dado.

Teníamos la intención de compensarlo, para hacer la cosa de la cena, pero el tiempo se nos escapaba o alguien se interponía entre nosotros. O bien Itachi estaba impaciente por salvar a Deidara y a un pelo de destruir Jinchuriki, Sai queriendo asesinar a alguien, o Pain demandando que hiciéramos la cosa del strunz todos los días. Había olvidado lo que se sentía cuando sólo éramos Sasuke y yo.

Realmente comencé a pensar que sus esporádicas visitas nocturnas eran en realidad un producto de mi hiperactiva imaginación ya que, al final de la noche, estaba tan derrotado como yo. Cada mañana parecía como un vívido sueño y desde que Sasuke nunca lo mencionó, lo dejaba pasar mientras esperaba con ansias por ello. Soñar al pelinegro era mejor que nada de él, supuse.

Pero para principios de mayo, los cinco de nosotros podíamos manejar el strunz por unos cincuenta segundos sin perder el control de nuestras funciones musculares. No parece como un montón de tiempo para los otros, pero era un progreso para nosotros.

A mitad de la práctica de hoy, ganamos una audiencia que incluía a Ino y Sai. Los dos se estaban convirtiendo en verdaderos amigos íntimos últimamente, mientras yo estaba básicamente sin amigos, con excepción de Karin en días buenos.

Los malos días eran cuando extrañaba a Sakura y nadie podía remplazar esa amistad perdida.

Observando a Ino balanceándose en sus ridículos tacones, me preguntaba cómo Ino y Sai estaban incluso llevándose bien. Además de su obsesión por la moda, tenían poco en común.

Entonces, me di cuenta de lo que probablemente los había unido: su dolor. Y aquí estaba yo, envidiándoles eso. Podía ser tan tonto. Kakashi estaba en el proceso de levantarse del suelo mientras Ino se tambaleaba hacia el strunz, frunciendo el ceño. —No puede ser tan malo. Tengo que intentarlo.

Contuve una loca sonrisa. No iba a detenerla.

—Uh, Ino, realmente no recomendaría hacer eso —comenzó Sasuke.

Aguafiestas, pensé, pero Ino era una pequeña alienígena decidida. Así que me senté, estiré las piernas y esperé a que el show comenzara. No tuve que esperar mucho.

Inclinándose con gracia, tomó una de las joyas brillantes de color rojo oscuro mientras yo contenía el aliento. Ni siquiera un segundo después, gritó, soltó el strunz como si fuera una serpiente y se tambaleó hacia atrás, cayendo sobre su trasero.

—Sí bueno, nada mal en absoluto —comentó secamente Itachi.

Los ojos de Ino estaban muy abiertos, su boca tragando saliva como un pez. —¿Qué... qué fue eso?

—Strunz, ttebayou —respondí, recostándome sobre mi espalda. Brillantes cielos azules y toques de sol calentaban el aire. Ya había tenido tres rondas con eso hoy. No podía sentir mis dedos—. Apesta, de veras.

—Se sintió... se sintió como si mi piel se estuviese rasgando —dijo. El shock endureció su voz—. ¿Por qué se han puesto a pasar por esto durante meses?

Itachi aclaró su garganta. —Sabes por qué, Ino.

—Pero él es...

Oh, no.

—¿Es qué? —Itachi se puso de pie—. Es mi novio.

—No quise decir nada. —Ino miró alrededor por ayuda, pero estaba sola en esto. Poniéndose de pie con cuidado, dio un paso vacilante hacia el mayor de los Uchiha—. Lo siento. Es sólo que... eso duele.

Itachi no dijo nada mientras pasaba junto a Sasuke, desapareciendo en los matorrales. Los ojos de Sasuke se encontraron con los míos, luego suspiró y se alejó trotando tras su hermano mayor.

—Ino, necesitas aprender un poco más de sensibilidad —dijo Kakashi, sacudiendo la suciedad de sus pantalones.

Su rostro cayó y luego se derrumbó. —Lo siento. No quise decir nada con eso.

No lo podía creer. Era raro ver a Ino mostrar alguna otra emoción que no fuera ser una perra. Sai fue a su lado y los dos se marcharon, Kakashi le siguió, luciendo como si necesitara unas vacaciones o una botella de whisky.

Lo que me dejó solo con Pain.

Gruñendo, cerré los ojos y volví a recostarme. Mi cuerpo se sentía pesado, como si pudiera hundirse en el suelo. En un par de semanas, me brotarían flores.

—¿Te sientes bien, Naruto? —preguntó Pain.

Varias respuestas sarcásticas se alinearon en mi lengua como soldaditos, pero lo único que dije fue —: Sólo estoy cansado, dattebayou.

Hubo una larga pausa y luego oí sus pasos acercándose. El pelinaranja se sentó junto a mí. —El strunz es mortífero, ¿verdad? Nunca había pensado en eso, pero cuando fui instalado en Jinchuriki por primera vez, siempre estaba cansado.

No supe qué decir, así que guardé silencio y por un rato, él también. Pain probablemente era la persona más difícil para tener alrededor. Porque en el fondo, no era una horrible persona, tal vez ni siquiera un monstruo. Era una persona desesperada y la desesperación podía hacer que la gente hiciera cosas locas.

Llevaba sentimientos continuamente en conflicto. Durante el último par de meses, había crecido, como los demás, para tolerarlo, pero no confiaba en él porque recordaba las palabras de despedida de Yagura “Realmente no debes confiar un alma en este juego. No cuando todos tienen algo que ganar o perder” No podía dejar de preguntarme si se había referido a Pain. No quería ir despacio con él por lo que le hizo a Gaara y no quería tenerle lastima, pero lo hacía a veces. Era un producto de su ambiente. No era ningún tipo de justificación, pero Yahiko no hizo todo por sí mismo. Hubo varios factores. Lo más extraño de todo fue en el almuerzo, viéndolo sentarse en la misma mesa con los hermanos del chico al que había matado.

Honestamente, no creo que alguien sepa cómo manejar al surfista.

Finalmente, dijo —Sé lo que estás pensando.

—Pensé que no podías leer las mentes de otros híbridos, de veras.

Rió. —No puedo, pero es obvio. Te sientes incómodo estando aquí contigo, pero estás demasiado cansado y eres demasiado amable para levantarte.

Pain tenía razón en todo. —Y sin embargo, aún estás aquí...

—Sí, sobre eso... No creo que dormir aquí afuera sea lo más seguro para hacer. Además de los osos y los coyotes, el DOD o Jinchuriki siempre pueden venir por aquí.—Abrí los ojos, suspirando.

—¿Y qué sería sospechoso sobre mi estando aquí, ttebayou?

—Bueno, aparte de que es un poco temprano en Mayo y tarde en el día para tomar el sol... Saben que sigo hablando contigo. Manteniendo las apariencias y todo.

Incliné mi cabeza hacia él. Cada uno de los Luxen tomaban turnos para explorar el área mientras practicábamos, asegurándose de que nadie estuviera mirando. Parecía extraño que Pain estuviera preocupado por eso. —Cierto, dattebayou —dije.

Dobló sus rodillas, apoyando los brazos sobre ellas mientras miraba hacia el pacífico lago. Hubo otro silencio y luego—: Sé que Sasuke y tú fueron a ver a Yagura en febrero.

Abrí la boca, pero luego negué con la cabeza. Estaba seguro como el infierno que no necesitaba explicarle por qué.

El ojigris suspiró. —Sé que no confían, ni confiarán en mí, pero pude haberles ahorrado un viaje. Sabía lo que el ópalo negro hace. Vi a Yagura lograr cosas muy locas a causa de eso.

La irritación se encendió. —¿Y no pensaste en decirnos sobre eso, ttebayou?

—No pensé que sería un problema —dijo—. Ese tipo de ópalo es casi malditamente imposible de conseguir y lo último que esperaba era a Jinchuriki equipando híbridos con él. Diablos, ni siquiera había pensado en eso.

Aquí estaba yo, en la misma posición con el pelinaranja como de costumbre: creerle o no. Crucé mis piernas por los tobillos, observé una espesa y mullida nube en el cielo.

—Está bien —dije, porque honestamente, no había forma de probar si estaba mintiendo o no. Apuesto a que si lo conectábamos a un detector de mentiras, los resultados serían inconclusos.

Pain parecía sorprendido. —Desearía que las cosas fueran diferentes, Naruto.

Solté un bufido. —Yo también, y probablemente un centenar de personas, de veras.

—Lo sé. —Cavó a través del suelo, buscando una piedra. La giró en su mano lentamente—. He estado pensando últimamente sobre lo que voy a hacer cuando todo esto termine. Hay una buena probabilidad de que Nagato... no vaya a estar bien, ¿sabes? Tenemos que ir a alguna parte y desaparecer, pero ¿y si no puede mezclarse? Si es... ¿diferente? No está bien, al igual que Deidara lo había estado cuando la había visto.

—Has dicho que le gusta la playa. A ti también. Ahí es a donde deberían ir, dattebayou.

—Suena como un plan. —Me miró—. ¿Qué harán ustedes con Deidara?

Diablos, ¿qué harán después de recuperarlo? Jinchuriki estará buscándolo.

—No lo sé, ttebayou. —Suspiré, deseando hundirme en el suelo—. Vamos a tener que esconderlo, supongo. Ver cómo es. Cruzaremos ese puente cuando lleguemos ahí, ese tipo de cosas, pero mientras todos estemos juntos se nos ocurrirá algo, de veras.

—Sí... —Se detuvo, sus labios delgados. Balanceando su brazo hacia un lado, arrojó la piedra al lago. Saltó tres veces antes de hundirse. Luego, se puso de pie—. Te voy a dejar solo, pero estaré cerca.

Antes de que pudiera responder, se levantó y se fue trotando. Frunciendo el ceño, arqueé la espalda para poder verlo. La orilla alrededor del lago estaba vacía, a excepción de unos cuantos petirrojos saltando en el suelo cerca de un árbol.

Esa sí que fue una extraña conversación.

Recostándome de nuevo, cerré los ojos y obligué a mi mente a quedarse en blanco. En el momento en que estuve solo y había silencio, mil cosas vinieron de todas direcciones dentro de mí. Caer dormido era difícil, por lo que tenía la costumbre de describir la playa en Ishikari a la que le gustaba a papá ir. Creando la imagen de las olas turquesas espesas rompiendo contra la costa mientras crecían y se alejaban, mantuve esa escena. Nada más que esa imagen se coló en los recovecos de mis pensamientos. No había estado pensando realmente en quedarme dormido aquí, pero tan agotado como estaba, me dormí bastante rápido.

No estoy seguro de qué me despertó, pero mientras mis ojos parpadeaban para abrirse, me encontré a mí mismo mirando a un par de brillantes ojos negros. Sonreí. —Hola, teme —murmuré.

Un lado de sus labios llenos se alzó. —Hola, dobe durmiente.

Por encima de su hombro, el cielo se había profundizado a un azul oscuro. —¿Me besaste para despertar, dattebayou?

—Lo hice. —Sasuke estaba apoyado sobre su costado, usando el brazo para apoyar su cabeza. Puso su mano sobre mi estómago y mi pecho revoloteó en respuesta—. Te lo dije, mis labios tienen poderes místicos.

Mis hombros se movieron en una risa silenciosa. —¿Cuánto tiempo has estado aquí, bastardo?

—No mucho. —Sus ojos buscaron los míos—. Encontré al idiota de Yahiko de mal humor por el bosque. No quería irse mientras tú estuvieras aquí. —Rodé mis ojos.—Por mucho que me moleste, me alegro de que no lo hiciera.

—Vaya. Los cerdos están volando, ttebayou. —Cuando entrecerró los ojos, levanté mi mano, pasando mis dedos a través de las suaves ondas que caían sobre su frente. Sus ojos se cerraron y contuve el aliento—. ¿Cómo está Itachi?

—Calmado. ¿Cómo está Kitsune?

—Somnoliento.

—¿Y?

Lentamente, arrastré mis dedos por el lado de su cara, a lo largo de su amplia mejilla y por debajo de la dura línea de su mandíbula. Se giró en mi palma, presionando sus labios en ella. —Feliz de que estés aquí, teme.

Sus dedos hicieron un rápido trabajo en la ligera chaqueta que estaba usando, separando las solapas del material. Sus nudillos se rozaron contra la camisa que tenía debajo. —¿Y?

—Y me alegra que no fui comido por un oso o un coyote, de veras.

Arqueó una ceja. —¿Qué?

Sonreí. —Al parecer, son un problema por aquí, dattebayou.

Sasuke sacudió su cabeza. —Volvamos a hablar sobre mí, dobe.

En lugar de decirle, le mostré. Como Sasuke decía, era el amante de los libros en mí. Mostrarle era mucho mejor que decir. Toqué suavemente su labio inferior con mis dedos y luego moví mi mano hacia su pecho. Levanté mi cabeza y me encontró a medio camino.

El beso comenzó vacilante y tranquilo. Suaves besos crearon un anhelo que se estaba haciendo muy familiar. La sensación de sus labios contra los míos, el saber lo que quería, despertó algo profundo dentro de nosotros y nuestros corazones se alzaron juntos, golpeando fuerte y rápido.

Me rendí en ese beso, me ahogué en él, me convertí en él. La creciente ola de sentimientos era difícil de procesar. Era emocionante y aterrador a la vez. Estaba listo, había estado listo y sin embargo sabía que estaba asustado, porque como Sasuke había dicho antes: Los humanos le tienen miedo a lo desconocido. Y Sasuke y yo habíamos estado rondando al borde de lo desconocido por un tiempo.

Presionó hacia abajo hasta que estuve sobre mi espalda, y él estaba encima de mí, su peso perfecto y loco. Su mano se deslizó hacia arriba, juntando la tela, sus dedos rozando al pasar. El contacto era demasiado e insuficiente. Mi pecho subía y bajaba rápidamente a medida que su pierna se movía sobre la mía, entre las mías. Cuando se apartó, jadeé por aire, por el control que estaba rápidamente perdiendo.

 —Necesito parar, usuratonkachi —dijo bruscamente, cerrando sus ojos con fuerza, sus pestañas abanicando las puntas de sus mejillas—. Como, justo ahora.

Enrosqué mis dedos entre los mechones de su nuca, esperando que no se diera cuenta de lo mucho que temblaba mi mano. —Sí, debemos, dattebayou.

Asintió, pero entonces bajó su cabeza y me besó de nuevo. Era bueno ver que tenía la misma cantidad de fuerza de voluntad que yo, que era nada de nada. Mis manos se deslizaron por su espalda, indagando dentro de la camisa que llevaba, encontrando su camino debajo de ella, extendiéndose a través de su piel cálida. Acurruqué mi pierna alrededor de la suya. Estábamos cerca, tan cerca que incluso si nuestros corazones no hubieran latido a la par antes no habría importado, porque se habían encontrado y unido ahora.

Nuestras respiraciones venían rápidas. Esto era una locura. Perfecto. Su mano se deslizo por debajo de mi camisa, moviéndose más y más arriba, y cada parte de mi quería presionar el botón de detener el mundo y después hacer clic en el de repetición para que pudiera sentirme así una y otra vez.

Sasuke se puso rígido.

—¡Oh, querido Kami y  demonios en  el infierno, mis ojos! —gritó Sai—. ¡Mis ojos!

Mis propios ojos azules se abrieron de golpe. Sasuke levantó la cabeza, sus ojos rojos y luminosos. Entonces, me di cuenta que mis manos seguían en su camisa. Las saqué de un tirón.

—Oh maldición —dije en voz baja, mortificado.

Sasuke dijo algo que quemó mis orejas. —Tsk... Sai, no has visto nada.—Y luego, mucho más bajo añadió—. Porque tienes una sincronización impecable.

—Estabas sobre... él y sus bocas estaban haciendo esto. —Sólo podía imaginar sus señas con la mano en ese momento. Continuó—: Y eso es más que lo que quiero ver. Como, nunca, hermano.

Empujé el pecho del pelinegro y rodó. Me senté y me giré, manteniendo la cabeza baja, así mi cabello podía ocultar mis mejillas sonrojadas. Vi a Sai y a pesar de que podría pensar que nos atrapó completamente casi desnudos en el acto, en lugar de salir estaba sonriendo.

—¿Qué quieres, Sai? —dijo su hermano mayor.

Resopló, presionando sus manos sobre sus caderas. —Bueno, no quiero nada de ti, bastardo. Quería hablar con Naruto.

Mi cabeza se alzó, la vergüenza condenada. —¿Si?

—Ino y yo íbamos a ir a esta pequeña tienda nueva en Sunagakure el sábado por la tarde. Venden ropa vintage. Para el baile —añadió mientras seguía mirándolo fijamente.

—¿Baile? —No entendía.

—Sí, el baile al final del mes. —Miró a su hermano, sus mejillas tornándose rosas—. La mayoría de los trajes se irán. Y no sé si el lugar tiene algo, pero Ino lo escuchó y ya sabes cómo es con la ropa, así que está al tanto. Hace como un par de días, encontró este lindo suéter corto que...

—Sai —dijo Sasuke, una pequeña sonrisa tirando de sus labios.

—¿Qué? No estoy hablando contigo, idiota. —Me miró, exasperado—. De todos modos, ¿te gustaría venir con nosotros? ¿O ya conseguiste un traje? Porque si ya tienes un traje, entonces supongo que el viaje no tiene sentido, pero aún podrías...

—No. ¡No he conseguido un traje, dattebayou! —No podía creer que me estaba pidiendo que hiciera algo con él. Estaba aturdido, lleno de esperanzas y un poco más sorprendido.

—¡Bien! —Sonrió—. Entonces podemos ir el sábado. Pensé en preguntarle a Karin si quería ir...

Tenía que estar soñando. ¿También quería preguntarle a Karin? ¿Qué me perdí? Miré a Sasuke mientras su hermano menor parloteaba y sonrió. — Espera —dije—. No tenía pensado en un baile de graduación, de veras.

—¿Qué? —La boca de Sai ese abrió—. Es el baile de graduación, Naruto.

—Lo sé, pero con todo lo que pasa... No he pensado realmente en ello, ttebayou. —Mentira, porque no podía dar un paso en cualquier lugar en la escuela y no ver los folletos y carteles sobre eso.

La expresión incrédula del pelinegro menor creció. —Es el baile de graduación.

—Pero... —Pasé con mis dedos mi cabello hacia atrás y miré a Sasuke—. Ni siquiera me has pedido que fuera, teme.

Sonrió. —No pensé que necesitaba preguntar, usuratonkachi. Asumí que iríamos.

—Bueno, ya sabes lo que dicen sobre las personas que asumen —dijo Sai, balanceándose sobre las puntas de sus pies.

Lo ignoró, su sonrisa desvaneciéndose. —¿Qué, Kitsune?

Parpadeé. —¿Cómo podemos ir al baile con todo lo que pasa, Sasuke? Estamos tan cerca de tener la tolerancia suficiente para volver a Jinchuriki y...

—Y el baile es el sábado, dobe —dijo, quitando mi mano de mi cabello—. Así que digamos que en dos semanas cuando estemos listos para ir, será domingo.

Sai caminó hacia adelante, cojeando de un pie al otro como si sus pies estuvieran jugando papa caliente. —Y sólo son unas cuantas horas, Naruto. Pueden detener la auto-mutilación durante unas horas.

El problema no era el tiempo ni siquiera el strunz. No parecía bien ir al baile después de todo, después de Sakura...

El Uchiha mayor deslizó su brazo a mí alrededor mientras se inclinaba, su voz baja mientras hablaba. —No está mal, Kitsune. Mereces esto.

Cerré los ojos. —¿Por qué tenemos que celebrar cuando ella no puede, ttebayou? —Apoyó su mejilla contra la mía. —Todavía estamos aquí y merecemos estarlo, para hacer cosas normales de vez en cuando. ¿Podemos, Sasuke?

—No es tu culpa, Naruto —susurró y luego besó mi sien. Se hizo hacia atrás, sus ojos buscando los míos—. ¿Quieres ir al baile conmigo, dobe?

Sai se movió un poco más. —Realmente deberías decir sí, así podemos ir a comprar trajes y así no tendré que ser testigos de un momento realmente incómodo de ti rechazando a mi idiota hermano. A pesar de que merece que le bajen los humos.

Reí, mirándolo. El pelinegro menor me dio una sonrisa vacilante, y esa esperanza fue una recuperación. —De acuerdo, dattebayou—Tomé una respiración profunda—. Iré al baile de graduación, sólo porque no quiero que esta conversación se vuelva incómoda, de veras.

Sasuke pellizcó mi nariz. —Tomaré lo que pueda obtener mientras que lo pueda conseguir.

Una nube pasó por el sol y pareció detenerse. La temperatura descendió considerablemente.

Mi sonrisa empezó a caer mientras un escalofrío se deslizó por mi espalda. Éste era un momento feliz, un buen momento. Había esperanza para mi relación con Sai. Y un baile era un gran asunto. Sasuke en un esmoquin y todo sería un espectáculo bastante asombroso. Íbamos a ser adolescentes normales por una noche, pero la sombra sobre nosotros de alguna manera se había deslizado dentro de mí.

—¿Qué es, dobe? —preguntó Sasuke, preocupado.

—Nada —dije, pero era algo. Sólo no sabía qué.

 

 

Una de las primeras cosas que hice al día siguiente fue invitar a Karin, me emocioné cuando ella se animó y aceptó, me hizo sentir mucho mejor con la decisión que tomé sobre ir.

Al igual que yo, ella estaba un poco preocupada de ir de compras con Ino, un poco de su antigua personalidad comenzaba a brillar.

—Apuesto a que ella encontrará algo ridículamente corto y pegado y hará que el resto de nosotros nos sintamos tan poco atractivos como un Oompa Loompa —suspiró tristemente—. No. Tacha eso, ella probablemente solo irá a la tienda de vestidos y se parará frente al espejo desnuda.

Me comencé a reír. —No lo dudo, pero estoy feliz, Sai nos invitó, dattebayou.

—Yo también —dijo seriamente—. Lo extraño, sobre todo después de... sí, yo solo lo extraño.

Mi sonrisa se tambaleó, siempre que el nombre de Sakura surgía en la conversación, no sabía cómo manejarlo. Por suerte hoy fuimos interrumpidos por Sasuke quien decidió jalar un mechón de mi cabello como un niño de seis años.

Se sentó detrás de mí y me empujó contra él con su fiel pluma.

Le rodé los ojos a Karin, volteándome. —Tú y esa maldita pluma, teme.

—Lo amas, dobe. —Se inclinó en la mesa y me golpeó en la barbilla con la pluma—. De todas maneras, pensé que podrías llevarme a casa después de la escuela, esa cosa que haremos después, se retrasó una hora y tu mamá ya estará en el hospital Central para entonces, ¿cierto?

Un tumulto de emociones atravesó por mis venas, sabía a dónde iba con esto. Casa libre sin mamá y con suerte una hora sin interrupciones.

No pude evitar el suspiro soñador que se me escapó. —Eso suena perfecto, dattebayou.

—Me lo imaginaba, dobe. —Se sentó nuevamente y tomo su pluma, mirándome—. No puedo esperar.

El oxígeno abandonó mi cabeza, mientras la sangre corría rápidamente por todas partes. Sintiéndome un poco fuera de sí, asentí y me volteé nuevamente. La mirada en el rostro de Karin me dijo que escuchó la conversación.

Sus cejas se movieron sugestivamente, y yo sentía como mi cara ardía. Oh, demonios...

Después de trigonometría, el tiempo pasó lentamente. El cosmos estaba en mi contra, como si supiera que yo estaba saltando de la emoción y entusiasmo. ¿Quién no lo estaría? Si tuviéramos tiempo para nosotros dos, y no fuéramos interrumpidos y las cosas cayeran en su lugar...

¿Las cosas cayeran en su lugar?

Sofoqué la risa.

Pain alzo su vista del libro y frunció el ceño. —¿Qué?

—Nada, ttebayou —sonreí—. Nada.

Arqueó una ceja. —¿El Uchiha te dijo que Kakashi tenía una reunión después de la escuela con los padres de los niños?

Me reí nuevamente, ganándome una mirada extraña de él. —Sí, lo hizo, dattebayou.

Pain me miró atentamente por un segundo y luego bajó su pluma, sin ninguna advertencia se estiró y retiró una pelusa de mi cabello. Me hice para atrás al mismo tiempo que él retiraba su brazo, mi nariz quedó por unos segundos oliendo su muñeca.

El aroma limpio y cítrico me provocó una sensación de bochorno como cuando haces algo estúpido y estás a punto de recibir una humillación pública. La sensación de alfileres y agujas se extendió por toda mi piel.

Un recuerdo que estaba perdido, se removió como un deja vú... ese olor, ya lo había percibido antes.

—¿Estás bien? —me preguntó.

Moví la cabeza hacía un lado como si eso ayudaría mis habilidades olfativas. ¿Dónde lo había olido? Era obvio que lo había olido en el pelinaranja antes. Sin duda era una de esas colonias caras pero era más que eso. Como cuando escuchas la voz de un actor pero no le ves la cara. La respuesta la tenía en la punta de la lengua y no me pude quitar esa sensación.

¿Por qué ese olor me era dolorosamente familiar? El rostro de Sasuke apareció en mi cabeza, pero eso no era lo correcto. El olía a la tierra, como al viento y el aire libre. Y su esencia persistía mucho tiempo después del que se fuera, en mi ropa, en la almohada...

La almohada...

Mi corazón se aceleró y dio un vuelco. Se hundió y amenazó con tirarme del asiento. Una sacudida se apoderó de mí, seguido de un rayo de ira tan intensa que me sacudió hacía enfrente.

No podía quedarme aquí. No podía respirar.

La estática crujía bajo mi camisa. Todo el vello de mi cuerpo se tensó. El ambiente me estaba quemando. Enfrente de toda la clase, Kakashi levantó la vista. Su mirada fue primero a Itachi, porque si alguien perdería el control, sería él. Pero Uchiha Itachi también estaba viendo alrededor del salón en busca de la fuente de la fricción y estática en el aire.

Venía de mí.

Yo iba a estallar.

Automáticamente cerré mi libro y lo metí en el bolso. Sin perder tiempo, me paré en mis piernas temblorosas. Mi piel se sentía como si estuviera vibrando. Y tal vez era por una frecuencia baja. Energía violenta rodó por mi cuerpo. Sólo una vez había sentido esto y fue cuando Pain...

Pasé a Kakashi, incapaz de responder su mirada llena de preocupación, e hice caso omiso a las miradas curiosas. Corriendo del salón, tomé varias respiraciones profundas para tratar de calmarme. Los casilleros grises estaban borrosos a mí alrededor. Las conversaciones fueron silenciadas y sonaban muy lejanas.

¿A dónde iba? ¿Qué iba hacer? Ir con Sasuke estaba fuera de cuestión, porque justo ahora era la última cosa que necesitábamos.

Comencé a caminar, mis dedos estaban apretados fuertemente contra la correa de mi mochila. Sentía... sentía que iba a vomitar. Ira y nauseas combinadas. Me dirigí hacía el baño de donceles que estaba al final del pasillo.

—¡Naruto! ¿Estás bien? Espera.

El piso se movía debajo de mí, pero seguí caminando.

Pain me alcanzó, agarrándome del brazo. —Naruto...

—¡No me toques, dattebayou! —Me solté de su agarre, horrorizado... simplemente horrorizado—. No vuelvas a tocarme, de veras.

Se me quedó viendo, las líneas de su rostro se tensaron con enojo. —¿Cuál es tu problema?

Una sensación terrible me atravesó, desgarrando con sus garras en mis entrañas. —Lo sé, Pain. Lo sé.

—¿Sabes qué? —Parecía confundido—. Naruto tus ojos están comenzando a brillar rojo, tienes que calmarte.

Di un paso hacia él pero me obligué a detenerme, estaba tan cerca de perder el control. —Tú...tú eres un fenómeno.

Sus cejas se alzaron. —De acuerdo, tendrás que darme una mejor explicación que eso, porque no tengo idea qué te hice.

El pasillo estaba vacío por el momento, pero no era un lugar para entrar en este tipo de conversación. Me volteé hacía las escaleras. El pelinaranja me siguió y una vez que las puertas se cerraron detrás de nosotros, me volví hacía él.

No era la primera vez que lo golpeaba.

Una ráfaga de energía, que probablemente parecía el golpe de un Taser lo golpeó en el pecho. Pain se tambaleó hacia atrás con la puerta, su boca estaba abierta mientras sus brazos y piernas se crisparon.

—¿Q-qué? —Jadeó—. ¿Por qué fue eso?

La estática crujía en mis dedos, quería hacerlo de nuevo. —¡Has estado durmiendo en mi cama, bastardo!

El surfista se enderezó, frotándose con una mano el pecho. La tenue luz procedente de la ventana bailaba en su rostro. —Naruto, yo...

—¡No me mientas acerca de eso, dattebayou! Sé que lo has hecho. Olí tu colonia. Está en mis almohadas, maldito.—La bilis golpeaba contra mi garganta y el impulso de arremeter duro contra él, me llegó fuertemente—. ¿Cómo has podido..? ¿Cómo has podido hacer algo tan escalofriante y repugnante, ttebayou?

Algo brilló en sus ojos. ¿Dolor? ¿Ira? No sabía ni me importaba. Lo que él hizo estaba tan mal en tantos niveles que órdenes de restricción son emitidas usualmente como respuesta.

Pain pasó sus dedos por su cabello. —No es lo que piensas...

—¡¿No lo es?! —Solté una breve carcajada—. No sé qué más podría ser, de veras. Viniste a mi casa y a mi cuarto sin ser invitado, tú... te metiste en la cama conmigo,  me tocaste, eres un enfermo hijo de...

—¡No es lo que piensas! —casi gritó y la fuente dentro de mí se animó un poco más, en respuesta a la explosión—. He estado vigilando todas las noches por Jinchuriki. Patrullo la zona como Sasuke y los otros Luxen.

Me burlé. —¡Ellos no entran en mi cama a tocarme, imbécil!

Me devolvió la mirada tan descaradamente que quería golpearlo. —Lo sé. Como te dije, eso... nunca fue mi intención. Fue un accidente.

Abrí la boca sorprendido. —¿Te resbalaste y caíste en mi cama, dattebayou? Porque no entiendo cómo pudiste por accidente terminar en ella.

Sus mejillas se tiñeron de rojo. —Revisé en la calle y adentro, solo para estar seguro. Los híbridos como ya sabes pueden estar en tu casa Naruto. Lo mismo pasaría con los Jinchuriki si ellos quisieran.

¿Qué habría hecho si Sasuke hubiera estado ahí? Entonces me di cuenta... y me sentí enfermo de nuevo. —¿Cuánto tiempo patrullas en la noche?

Se encogió de hombros. —Un par de horas.

Así que él habría sabido si Sasuke había estado la mayor parte del tiempo, y el resto fue pura suerte. A una parte de mí le habría gustado que hubiera tratado cuando Sasuke estaba aquí. Él no podría estar caminando derecho por un par de meses.

Había una buena posibilidad de que saliera de aquí cojeando.

Pain me veía como si estuviera viendo por donde iban mis pensamientos. —Después de que revisé el interior de tu casa, yo... yo no sé qué paso. Tenías pesadillas.

Me preguntaba por qué. Había pervertidos durmiendo en la cama conmigo.

—Yo solo quería consolarte. Eso es todo. —Se apoyó en la pared, debajo de la ventana cerrando los grises ojos—. Supongo que me quedé dormido.

—¡Esto no ha sido la única ocasión! No es que si hubiera sido una sola vez estaría bien. ¿Entiendes eso?

—Lo sé. —Abrió un poco los ojos—. ¿Se lo vas a decir a Sasuke?

Negué con la cabeza. Podía manejar esto. Me ocuparía de esto. —Él te mataría en cuanto supiera y luego te pondría en manos de Jinchuriki.

La tensión de su cuerpo se fue. —Naruto, lo siento. No es tan raro ya que...

—¿No es raro? ¿Estás hablando en serio, ttebayou? No, no me contestes, no me importa. —Di un paso hacia delante con mi voz temblando—. No me importa si solo estabas preocupado y vigilabas, de veras. No importa si mi casa está en llamas. No entrarás de nuevo. Y te aseguro como el infierno que no dormirás en mi cama de nuevo. Tú besaste... —tomé una fuerte respiración.

El crudo, feo y negro sentimiento estaba de vuelta, trepando por mi garganta—. No me importa. No quiero estar cerca de ti, más de lo necesario. ¿Entendido? Quiero que te alejes de mí. No más de vigilar o cualquier cosa, dattebayou.

El dolor brilló en sus ojos grises, y por un largo momento parecía como si fuera a protestar. —Está bien.

Caminé hacía la puerta, todo mi cuerpo temblaba. Me detuve y lo enfrenté, tenía la cabeza agachada y pasaba una mano por las puntas de su cabello.

—Si haces de nuevo lo que has estado haciendo, te lastimaré, de veras —La emoción obstruía mi garganta—. No me importa lo que pase, te haré daño.

 

 

Superar mi descubrimiento era difícil de hacer. Alternaba entre el deseo de tomar un baño caliente y el coraje tan potente que pude sentirlo el resto del día. Por suerte, tuve la oportunidad de convencer a Kakashi que Pain me molestó porque era simplemente Pain, lo que explicaba porque el ojigris me había seguido. Convencí a Karin que no me sentía bien y que por eso había salido corriendo de la clase, haciendo que señalara que era un obstáculo para mis planes de la tarde.

Planes que ya se habían arruinado.

No tenía intención de traer esto con Sasuke. Él perdería su siempre-amorosa mente y por mucho que lo odiará, necesitábamos a Yahiko.

Habíamos llegado muy lejos para ser capturados por ellos. Tampoco estaba dispuesto a arriesgar el rescate de Deidara.

Cada vez que pensaba en eso en el día, mi piel se ponía de gallina. Yo había pensado que era Sasuke todas esas veces o un sueño, pero debería haberlo sabido. No sentí ni una sola vez la conexión cálida que tenía con él y que se hacía presente cada que el azabache estaba cerca.

Debería saber que Pain era el fenómeno más grande que había imaginado.

De camino a casa, me detuve en la oficina de correos. Sasuke saltó del carro y me siguió. A tres pasos de la puerta, él me agarró por detrás de la cintura y me cargó. Me dio la vuelta tan rápido que mis piernas parecían un pequeño molino de viento.

Una mujer y su hija que venían saliendo de la oficina de correos, evitando por poco chocar con mis piernas. Ella se rió y estaba seguro que era por la sonrisa que Sasuke tenía.

Cuando él me puso de pie y me dejó ir, caminé inestablemente a través de la puerta. Él se rió. —Te ves un poco borracho, dobe.

—No gracias a ti, bastardo.

Dejó caer un brazo sobre mi hombros, al parecer estaba en un modo juguetón. Nos detuvimos en el código postal de mi mamá y saqué los paquetes. Algunos eran compras que había hecho, la mayoría era correo basura.

Sasuke me quitó el paquete amarillo de mis manos. —¡Oh! ¡Libros! ¡Tienes libros!

Me reí mientras varias personas que estaba esperando en la fila miraban sobre sus hombros. —Entrégamelos, teme.

Los apretó contra su pecho. —“Mi vida ahora está completa”.

—Mi vida estaría completa si pudiera publicar una reseña en algo que no sea en las computadoras de la biblioteca, ttebayou.

Lo hice como dos veces por semana, desde que mi última laptop fue al gran cielo de las computadoras. Sasuke siempre iba conmigo, en sus palabras, él estaba ahí para "aprobar" mis comentarios. En otras palabras, él era una gran distracción.

Tomando el resto del correo de mis manos, besó mi cuello. —¿No sería eso agradable? Pero creo que ya has agotado la asignación que tenía tu mamá para laptops, usuratonkachi.

—Tampoco fue mi culpa, teme —Le había escondido recientemente mi destruida laptop. Ella se volvería loca si la encontrara.

—Cierto. —Abrió la puerta para una anciana que iba a pasar y la sostuvo hasta que pasé—. Pero puedo apostar que vas a la cama cada noche soñando con una nueva y brillante computadora portátil.

Una cálida brisa removió suavemente los mechones de mi cabello mientras me detenía en el carro. —¿Soñar con algo más además de ti, dattebayou?

—Mientras sueñas conmigo. —Me corrigió, poniendo el correo en el asiento trasero—. ¿Qué es lo primero que harías si tuvieras una laptop nueva?

Dejándolo que tomará las llaves de mi mano, me fui al asiento del copiloto y pensé sobre ello. —No lo sé. Probablemente la abrazaría y le prometería que no voy a dejar que nada malo le pase, de veras.

Se rió nuevamente, sus ojos brillando. —De acuerdo, ¿y además de eso?

—Hacer un blog agradeciendo al Kami de las laptops de que me otorgaron una, dattebayou. —Se me escapó un suspiro, porque esa sería la única forma que pudiera tener una—. Tengo que conseguir un trabajo,  en serio.

—Lo que necesitas hacer es aplicar para la universidad, usuratonkachi.

—Tú no lo has hecho, bastardo —le señalé.

Me miró de reojo. —He estado esperando por ti.

—Colorado, Estados Unidos. —dije, y cuando él asintió con la cabeza, la expresión horrorizada de mi madre apareció en mi cabeza—. Puede que mi mamá se asuste, de veras.

—Creo que ella estará feliz con el hecho de que vayas a la universidad, dobe.

Él tenía razón en eso, pero el asunto de la universidad parecía en el aire en este momento. No sabía qué pasaría con nosotros la próxima semana, por no hablar de los meses que venían en camino, pero tenía buenas calificaciones y había estado viendo varias becas en las que pudiera matricularme para la primavera del próximo año.

En Colorado... Y sabía que Sasuke había visto los folletos de la universidad. La perspectiva de ir con él a la universidad como adolescentes normales era atractiva. El problema era poner todas mis esperanzas y al final no ser capaz de hacer algo como que eso apestaría mucho.

Mi casa estaba silenciosa y un poco calurosa. Abrí una ventana de la sala mientras el azabache se servía un vaso de leche. Cuando entré a la cocina se estaba limpiando la boca con el dorso de la mano, su pelo estaba revuelto y tenía los ojos tan negros como el espacio sideral, su movimiento hizo que su playera se apretará sobre sus bíceps y pecho.

Contuve el aliento. La leche hace un buen cuerpo.

Me sonrió maliciosamente. Poniendo el vaso sobre el mueble se movió tan rápido que no lo vi hasta que estaba frente a mí, tomando mis mejillas entre sus manos. Me encantaba que él estuviera aquí conmigo.

Solía pensar la súper velocidad alienígena lo hacía para molestarme, pero era su estado natural. Actuar a una velocidad humana disminuía su energía.

Entonces me besó, y sabía a un poco de leche con algo más rico, exuberante y suave. No me había dado cuenta que me estaba llevando hacía atrás y que estábamos al pie de las escaleras hasta que me levantó sin romper el beso.

Pensé que el asunto con Pain arruinaría esta tarde, pero sobrestimé el magnetismo de Sasuke y sus besos. Enrollé mis piernas alrededor de su cintura, deleitándome tocando sus músculos.

No se detuvo en lo alto de las escaleras, siguió y los besos cada vez eran más profundos, mi corazón latía rápidamente. Empujó la puerta de mi cuarto y entonces mi corazón estaba saltando porque estábamos en mi habitación y nada nos interrumpiría, los nervios me envolvieron.

El Uchiha levantó su cabeza. Una media sonrisa apareció en sus labios y me puse de pie, respirando rápidamente. Observé aturdido como caminaba y se sentaba al borde de la cama, sus dedos lentamente soltaron los míos, dejando un rastro por toda mi palma. Sentía un hormigueo por donde él me había tocado.

Luego miró mi escritorio.

Seguí su mirada y parpadeé, pensando que estaba viendo un espejismo en mi recamara, porque no podía creer lo que había ahí.

Descansando en mi escritorio estaba una MacBook Air con una funda naranja mandarina.

—Yo... —no sabía que decir. Mi cerebro no funcionaba. ¿Estábamos en la casa correcta? Miré a mi alrededor y decidí que si estábamos en mi casa. Di un paso hacía el escritorio y me detuve. —¿Es para mí, ttebayou?

Una lenta sonrisa se deslizó por su bello rostro, llegando hasta sus ojos.

—Bueno está en tu escritorio, entonces...

Mi corazón tartamudeó. —Pero no entiendo...

—Verás, hay una tienda llamada Apple fui ahí, y elegí una. Pero no tenían ninguno en almacén.—Se detuvo asegurándose de que estaba escuchándolo, lo único que podía hacer era mirarlo—. Entonces ordené uno, mientras tanto pedí una funda, me tomé algunas libertades ya que la prefiero naranja.

—¿Pero por qué?

Rió suavemente. —Naruto, me gustaría que pudieras ver tu cara.

Puse mis manos sobre mis mejillas. —¿Por qué?

—Porque no tenías una y sé lo mucho que la usas y lo que significa para ti. Usar las computadoras de la escuela no es para ti, dobe. —Se encogió de hombros—. Y nosotros no hicimos nada en San Valentín así que... aquí estamos.

Me di cuenta que él había estado planeando esto durante todo el día. —¿Cuándo la pusiste aquí, teme?

—Esta mañana, después de que te fuiste a la escuela.

Tomé una profunda respiración, había estado más de cinco segundos en el modo de chico-fan. —¿Y tú conseguiste esto para mí, dattebayou? ¿Una MacBook Air? Esas laptops cuestan mucho dinero.

—Gracias a los contribuyentes, los fondos de dinero del DOD quienes nos regresaron el dinero. —Se rió de mi expresión—. Y yo guardé el dinero. Tengo una pequeña fortuna guardada, usuratonkachi.

—Sasuke, es demasiado.

—Es tuyo, Kitsune.

Mi mirada fue de nuevo hacía la Mac como si fuera mi propio templo.

¿Cuántas veces desde que pude deletrear laptop soñé con una MacBook?

Quería llorar y reír al mismo tiempo. —No puedo creer que hayas hecho esto, de veras.

Se encogió de hombros nuevamente. —Lo mereces.

Algo adentro de mí se rompió, abrace a Sasuke, quien rió y envolvió sus brazos en mi cintura.

—Gracias. ¡Gracias, en serio! —dije una y otra vez, en medio de una lluvia de besos cortos por toda su cara.

Echó la cabeza hacia atrás en el edredón, riendo. —Vaya, eres bastante fuerte cuando estás emocionado.

Me paré sonriéndole, su rostro estaba un poco confuso. —No puedo creer que hayas hecho esto, teme.

Una expresión de satisfacción llenó su rostro. —No tenías idea, ¿verdad?

—No, pero esto es por lo que me motivabas a mantener las cosas del blog —golpeé juguetonamente su pecho—. Eres...

Cruzó sus brazos detrás de la cabeza. —¿Qué soy?

—Increíble. —Me incliné y lo besé—. Eres increíble, ttebayou.

—Eso es lo que te he estado diciendo por años, dobe.

Me reí contra sus labios. —En serio, sin embargo, tú no debiste hacerlo.

—Quería hacerlo.

No sabía qué decir, aparte de gritar con todo lo que daban mis pulmones. Tener una MacBook es como tener Navidad y Halloween en uno.

Bajó sus pestañas. —Está bien, sé lo que quieres hacer, ve a jugar, dobe.

—¿Estás seguro, teme? —Mis dedos me picaban por ir a explorarla.

—Sí.

Gritando como un niño, lo besé una vez más y salté de la cama. Traje la súper-ligera laptop a la cama y me senté junto al Uchiha. La siguiente hora me familiaricé con los programas y pasé por diferentes fases de sentirme cool e inteligente por tener una MacBook Air.

Sasuke se inclinó sobre mi hombro, señalando ciertas características—: Ahí está la webcam.

Grité y luego sonreí cuando nuestros rostros aparecieron en la pantalla. —Debes hacer tu primera publicación justo ahora, dobe.

Apreté el botón rojo de grabar y grité. —¡Tengo una MacBook Air, dattebayou!

El azabache rió divertido mientras enterraba su cabeza en mi cabello. — Eres un inepto social, usuratonkachi.

Apreté el botón de parar y me di cuenta de la hora que era. La batería de la laptop había bajado, la dejé a un lado de nosotros y pasé mis brazos por su cuello una vez más. —Gracias, teme.

Él me bajó y alzó la mano, metiendo el pelo detrás de mi oreja. Su mano se detuvo. —Me gusta cuando eres feliz, y si puedo hacer algo pequeño para que lo seas, entonces lo haré.

—¿Algo pequeño? —Pregunté sorprendido—. Esto no es algo pequeño, esto tuvo que costarte, de verdad—

—Eso no importa. Tú eres feliz. Yo soy feliz.

Mi pecho se hinchó de felicidad. —Te amo. Lo sabes ¿verdad?

Una sonrisa arrogante se formó en sus labios. —Lo sé, dobe.

Esperé.

Nada.

Rodando los ojos me senté del otro lado de él y me quité los zapatos. Mirando por la ventana de la habitación, no vi nada más que un hermoso cielo azul. Era lo suficientemente agradable para usar unas sandalias. ¡Sandalias!

—Nunca lo vas a decir, ¿verdad, ttebayou?

—¿Decir qué, dobe? —La cama se movió cuando él se sentó, poniendo sus manos en mis caderas.

Lo miré por encima de mi hombro, espesas pestañas cubrían sus ojos.

—Ya sabes qué, teme.

—¿Hmm? —Sus manos recorrieron por mi costado, distrayéndome como de costumbre.

Eso puede molestar a algunas personas, que sus novios nunca les digan la palabra con dos-letras. Con cualquier otro chico, puede que me molestará, también, para hacer honesto, pero con Sasuke, bueno, esas palabras nunca sería fáciles de decir para él, a pesar de que no tenía ningún problema en demostrármelo.

Y yo estaba bien con eso. No quiere decir que no lo iba a molestar acerca de eso, sin embargo.

Me dio un beso en la mejilla y se levantó de la cama. —Me alegro que te haya gustado.

—Lo amo, ttebayou.

Él alzó una ceja.

—En serio, me encanta no puedo agradecerte lo suficiente, de veras.

Ahora él agitó esta ceja. —Estoy seguro que sí puedes.

Me puse de pie y lo empujé suavemente, mientras buscaba con la mirada mis sandalias. No había buscado nada desde la noche que Sakura estuvo aquí. Seguía encontrando cosas que había guardado en lugares extraños. Agachándome, levanté el borde de mi edredón de rayas y me asome a la-tierra-de-nadie bajo mi cama.

Varias hojas de cuaderno tiradas en el piso. Calcetines enrollados por todas partes. Un zapato junto a un par de revistas. El otro zapato no se veía dónde estaba, parecía que él zapato había huido con la mitad de los calcetines, ya que parecía que ninguno tenía par.

Las sandalias estaban justo en medio, me agaché para tratar de agarrarlos, golpeando el suelo.

—¿Qué estás haciendo? —Me preguntó Sasuke.

—Tratando de alcanzar mis sandalias, ttebayou.

—¿Esta realmente difícil, dobe?

Ignorándolo, me concentré en los zapatos y agarrarlos. Un segundo después, agarré el primero y cuando tomé el segundo mi mano choco con algo cálido y suave que rebotó en mi palma.

—¿Qué de...?

Poniendo las sandalias de lado, tenté alrededor hasta que mi mano sostuvo en el objeto. Salí de debajo de la cama y me senté, abriendo mi mano.

—Demonios...—dije.

—¿Qué? —El azabache se arrodilló a mi lado, y respiró pesadamente—. ¿Es lo que creo qué es? —Descansando en mi mano había una brillante piedra negra con una raya roja atravesando el centro como una vibrante llama roja. Debe haber sido de Sakura y aunque la parte del brazalete no estaba unido y debió ser destruido junto con su cuerpo, esto sobrevivió.

Tenía en la mano una exclusiva pieza de ópalo.

Continuará...

Notas finales:

Naruto y Sasuke al fin tienen lo que más añoran: la pieza del ópalo. Gracias de antemano Sakura, jiji.

1-Oficialmente solo nos quedan 3 capítulos para que esta historia termine. Lo sé, parece como si fuera ayer cuando subí la tan esperada tercera temporada... pero no, ha pasado un poquín de tiempo. También oficialmente quiero comentarles que comenzaré a escribir la CUARTA temporada, así es, leyeron bien señores, pero no estoy segura realmente cuanto tiempo me  vaya a tomar, aunque espero que ustedes estén ahi para esperarlo como siempre, porque déjenmes decirles algo: la 4° temporada será peor, o más cardiaca que la primera, segunda y tercera. Verán muchísimas más cosas y si tienen preguntas existentes ahora, la mayoría serán respondidas en la cuarta parte.

2-Ahora que no tenemos a Gaara, estoy abierta a que ustedes me aconsejen/pidan ¿qué personaje les gustaría ver (que no haya incluido en la historia) para Sai? Yo estaba pensando un Shikamaru, porque pues es Shikamaru y lo amo. Sin embargo, recuerden que estas 3 historias se han caracterizado por no seguir (la mayor parte del tiempo) el canon de que si el personaje en el ánime es bueno, o malo; ya saben, como Jiraiya, Tsunade, Kiba, entre otros. ¡Déjenme sus comentarios para saber lo que opinan respecto a eso! La verdad estoy abierta a cualquier personaje, siempre y cuando respeten a los difuntos y mencionados de la historia :)

Sin más, esperaré sus mensajitos muy ansiosa. ¡Los quiero!

¿Nos leemos pronto?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).