"Que malo es escuchar: Tu te mereces algo mejor, no vale la pena. Cuando sabes que esa persona es todo lo que tu quieres"
Dominic
Me llamo Dominic Legend. Un apellido algo extraño, ya que suena como el videojuego; The Lengend of Zelda. A muchos les causa risa por esto mismo, aunque realmente a mí no me causaba ninguna molestia, al contrario, por ser algo poco común; Mi apellido me gusta.
Tengo diecisiete años y estudio en la preparatoria Strux, que se encuentra a unos pasos de mi casa, para ser honestos en la esquina. A mis padres le pareció correcto mandarme ahí, por la distancia que recorría y sobre todo por sus buenos niveles de educación. Pero yo simplemente odiaba esa escuela.
Yo quería estar estudiando en una escuela que empezara a especializarse con lo que quiero como profesión; La fotografía, pero lamentablemente a mis padres no les parecía lo correcto que estudiara aquello.
Recuerdo cuando les comente sobre la fotografía y las duras palabras de mi padre.
—La fotografía no te dará de comer, te conviene ser un contador como tus tíos o cómo yo.
Ese día me enojé profundamente con el, por no haber aceptado mis sueños. Ya que siempre me apoyaban. Pero viéndolo desde otro ángulo pude entender el porque de aquellas palabras.
Yo era inteligente, demasiado y mi padre no se enojaba por qué aquella carrera no me fuera a dar de comer. Si no por qué no iba explotar por completo mi potencial.
La palabra Malos no quedaba para describir a mis padres. Eran estrictos, como cualquier otros padres que quisieran lo mejor para su hijo, pero malos; eso nunca lo serian.
Jamás me levantaron la mano y sus regaños o castigos, no llegaban a ser tan exagerados. Por otro siempre me habían mostrado su apoyo y su cariño incondicional.
Como cuando les dije de mi preferencia sexual, que por cierto soy Gay. Nunca olvidare la cara de asombro de mi padre o la de mi madre en aquel día .
Sinceramente creí que se enojarían y me correrían de la casa; Ya me veía viviendo bajo el puente de la cuidad, cuidando a algún perro que se haya querido unir a mi soledad.
Pero no.
Mi madre me abrazo, envolviéndome en sus brazos y me respondió dulcemente.
—No me importa si te gustan los hombres o las mujeres, siempre seras mi hijo y solo quiero que seas feliz.
La aprobación de mi madre, me había hecho sentir muy feliz y vivo a la vez. Mi padre, por otro lado se quedó callado por un largo tiempo. Yo había comenzado a pensar lo peor. Hasta que se acercó y puso su mano en mi hombro.
—Al menos no dejarás embarazada a alguna jovencita.
Eso fue todo lo que respondió. Nunca sabré si me apoyaba del todo o no y honestamente nunca quise preguntarle.
. . .
—Dominic, cariño ya baja a desayunar —Se oyó el grito de mi madre, desde la planta baja.
Termine de ponerme mi camisa negra y baje hacia el comedor. En la mesa estaba mi padre –con su periódico en la mano– y mi madre; Quien acababa de colocar mi plato del desayuno.
Los salude de un beso a cada uno y me senté en mi lugar.
—Dom hay algo que queremos
decirte—Dijo mi padre, dejando su periódico a un lado.
— ¿Qué pasa? —Mire a mi madre. Ella se veía preocupada e inquieta y eso estaba haciendo que la piel se me pusiera de gallina.
—Nos mudaremos —Sentí como si un balde de agua cayera en mi cabeza—. Tengo trabajo en otro país, una buena oferta, no podía rechazarla
—Cariño —Mi madre tomo mi mano y la acaricio—. Se que tienes a tus amigos aquí, mas que nada a Susie, espero que lo entiendas.
Susie...
Seguramente me mataría cuando le dijera. Susie Walker, mi amiga desde que tengo doce años. Ella siempre había estado a mi lado, en todo mis momentos difíciles.
Como cuando rompí con Edward o simplemente cuando me encontraba solo, por qué mis padres salían de viaje. No pude dejar de pensar que ella se pondría muy triste por mi partida y a mi no me cabía la idea de separarme de ella.
¿Por cuánto tiempo estaríamos separados? no tenía idea... Ni mis padres pudieron contestarme esa pregunta.
Susie y yo eramos completamente diferentes, pero a al vez encajábamos perfectamente. Ella era algo escandalosa, y un poco grosera –Decía demasiadas groserías– Yo igual decia una que otra, pero nunca tantas como ella. Susie era muy segura al tomar desiciones, era dueña de si misma.
Lo contrario de mi, quién siempre tengo miedo de tomar alguna decisión por temor a fracasar.
Tenia que encontrar la palabras correctas para decirle a Susie que me iría.
. . .
—Susie me voy a mudar a otro país —solté sin mas.
Habia estado pensando durante el camino a la escuela y mientras las primeras clases; En como iba a decirle a mi amiga rubia que no estaría con ella durante un tiempo, pero no encontré solución, así que decidí improvisar.
— ¿Qué me acabas de decir renacuajo? —Me miro sorprendida.
Renacuajo Así es como ella me había bautizado desde que tengo memoria y todo por ser de estatura mas pequeña que ella.
—Mis padres Susie —baje la cabeza—. Nos mudaremos.
Me abrazo
— ¿Que haré sin ti renacuajo? —Le correspondí el abrazo—. ¿Quien sera mi tutor en las materias que no entienda? ¿Quien me pasara la tarea?
—Susie —Negué divertido ¿Solo se preocupaba por eso?
—Es mentira, mentira —Rompió el abrazo—. Veamos lo bueno y lo malo de que te vayas, numero uno —Levanto un dedo—. Ya no te molestaran los tontos de Robin y Drake —Asentí, en eso ella tenía razón—. Lo malo es que ya no les podré pegar a mi gusto.
—Susie —La mire y suspire, ella siempre me defendian cuando me molestaban.
Otra razón para amarla tanto.
—Esta bien, numero dos —Levanto otro dedo—. Ya no veras al idiota de Edward y a lo mejor —Su tono de voz se hizo burlón—. Encontraras a alguien.
—Sabes que ya no quiero eso —Me recargue en la corteza del árbol—. Con Edward tuve suficiente.
—Pero —Me detuvo—. ¿Si lo encuentras a "El"?
— ¿A quien? —Pregunte.
—A tu chico tonto —Me dio un golpe en el hombre—. A quien te la pasas dibujando en tu cuaderno, el chico de tus sueños —Se detuvo—. Literal.
—Ah ya, es muy poco probable Susie —Suspire —. Ni siquiera se si existe realmente.
— ¿Lo soñaste otra vez hoy?
—Si —Sonreí al recordar fragmentos de mi sueño—. Otra vez se veía perfecto
—Pareces una colegiala enamorada—Se burló —. Ya ni yo me pongo así
—No te burles —Le di un golpe en el hombro, ella solo río entre dientes.
—Me falto un punto malo —La mire atento—. Y ¿Si piensan que eres mujer? —Se empezó a reír.
—Soy un hombre —Infle mis cachetes.
—Pero mira esos cachetes —Me los apretó, sacándoles el aire—. Mira ese rostro, tan fino como el de una mujer —Se empezó a reir
–No lo tengo fino —Acaricie mi mejilla, tratando de convencerme de lo que dije.
—Si, si lo que digas princesa —Se empezó a reir de nuevo—. Pero hablando en serio —Dijo cambiando su semblante a serio—. Te podrian volver a molestar Dom, tienes el cuerpo como una chica solo que tu tienes pene
Me sonroje.
—La mayoria de las burlas aqui, es por eso —Eso era cierto—. También por ser inteligente y lo peor —Suspiro—. Seamos honestos, eres débil y yo no estaría para ayudarte.
—Susie —Ella me abrazó.
—Prométeme que seras fuerte —Su voz se entrecorto—. No te dejes de nadie princesa.
—Lo prometo Susie —Sonreí.
—Yo hare lo posible de irme un tiempo contigo —Sonrió—. Si veo que te dejaste de alguien —Me señaló—Te matare renacuajo.
—Si tranquila, no me dejare de nadie —Eso esperaba.
Sabía que no era fuerte y mi fuerza no les haría nada. Pero si en mis manos estuviera alguna forma de defenderme: lo haría.
—Sobre todo no les des el gusto de verte llorar —Me sugirió—. Así se daran cuenta de que no eres débil.
Lo prometo Susie no me dejare de nadie. Pensé.
Fin del capitulo uno