–Yon-Yonji ¡Despierta por favor!
Estaba segura que sus hermanos no estaban en casa, había gritado hasta quedarse sin voz, pero no hubo respuesta alguna. Tenia que actuar ahora o de lo contrario no sabía lo que podía pasar con el peliverde. Seco sus lágrimas rápidamente y trato de calmarse.
¡Vamos Reiju! Piensa, piensa ¿Qué es lo que hace Ichiji cuando yo me pongo mal?
Llamar al Doctor Trafalgar.
Busco en los bolsillos de Yonji y pudo encontrar su teléfono, al tener detector de huella solo tuvo que poner el dedo de su hermano y gracias al cielo lo pudo desbloquear. Encontró el numero del Doctor Law rápidamente. Por lo visto sus hermanos hablaban seguido con su médico.
Espero unos segundos y obtuvo respuesta– Espera un momento Cora.. – No estaba solo – ¿Yonji? ¿Reiju está bien?
Escuchar a su querido Doctor la emociono hasta el punto de las lágrimas, por fin pudo encontrar a alguien que la pueda ayudar – Doc-Doctor Trafalgar soy y-yo…
–¿Reiju? ¿Qué paso? ¿Te encuentras bien? – Por su tono de voz, Reiju se percato que estaba sorprendido.
–Doctor, n-no sé qué hacer. No hay nadie en casa y Yonji se desmayó, e-está en el suelo ¡Por favor, Ayúdeme!
Hubo un prolongado silencio en la otra línea – Reiju, necesito que te calmes para que me digas que síntomas tiene tu hermano. En estos momentos mandare una ambulancia y saldré para el Hospital.
–Mu-Muchas gracias Doctor Trafalgar, escuchaste Yonji, ya viene la ayuda. Por favor no te mueras –Solo pudo tomar la mano de Yonji mientras escucha a Law despedirse rápidamente de su acompañante.
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Ya había perdido la cuenta de cuantos semáforos se había pasado. Estaba sorprendido de que no lo hayan detenido a la velocidad en la que iba, pero no se podía detener, de lo contrario en cualquier momento el rubio se lanzaría por la ventana. Por suerte, ya podía divisar el Hospital a un par de cuadras.
–No tienes idea de lo mucho que te agradezco esto – Era obvio que Sanji estaba tenso, pero intentaba ocultarlo.
–No me agradezcas, apenas lleguemos entra al hospital ve por tu hermana. Yo estacionare y luego te buscare – Desvió por unos segundos su mirada de la vía para ver a Sanji. Su aspecto era terrible – De seguro tus padres ya deben estar allí con tu hermanita.
Con ese comentario, Sanji no sabía si reír o llorar. Sus padres, pero si fue el quien los condeno a esta vida.
El silencio del rubio hizo que Zoro se diera cuenta que había hablado de más, por suerte llegaron a la puerta de emergencias en ese momento – Corre.
Ni siquiera lo termino de escuchar. Salió lo más rápido que pudo del auto, olvidándose de cerrar la puerta. Apenas vio la recepción de Emergencias corrió hacia ella. No tenía tiempo para formalismos, tenía que saber todo sobre la situación de Reiju.
–Soy hermano de Redleg Reiju ¿¡Cómo esta ella!?
De no ser porque la recepcionista estaba acostumbrada a los gritos de locos en emergencias hubiera echado a ese niño del nosocomio. La mujer reviso el historial médico y volvió a ver al rubio – No existe ninguna paciente con ese nombre internada en nuestra institución actualmente.
Sintió una desesperación sin precedentes apoderarse de su cordura. Él nunca alzaba su voz hacia las mujeres o era irrespetuoso con ellas pero esta vez no se pudo controlar – ¡¿Qué mierda está diciendo?! – Esto debía ser una puta broma.
–¡Sanji! – Esa voz lo hizo reaccionar y el rubio pudo ver a una chica que él conocía bien yendo hacia donde se encontraba y el alma le volvió al cuerpo.
–¡Cosette! ¿Dónde esta Reiju? ¿Ella está bien?
La enferma lo miro confundida – Sanji, cuando te llame no me dejaste terminar – Lo miraba preocupada– No te llame por Reiju, se trata de Yonji.
–¿Qué? – estaba desconcertado ¿Pero qué tenía que ver el peliverde en todo esto? No entendía nada de lo que estaba pasando.
–¿Tu eres hermano de Vinsmoke Yonji? – Una voz le hablo desde atrás, Sanji se dio la vuelta para ver a una hermosa mujer vestida en típicas ropas medicas de azul oscuro con una bata blanca. Tenia un largo cabello negro y unos brillantes ojos azules.
–S-si – contesto nervioso
–Acompáñame por favor, soy la Neurocirujana que lleva el caso de tu hermano – se lo dijo con una sonrisa tan dulce que le transmitió mucha calma al rubio.
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Había olvidado lo que se sentía conducir sin tráfico. Estando en Nueva York era impensable trasladarse por auto. Por lo que siempre optaba por caminar hacia sus sesiones. Sin embargo hoy estaba sacando al rápido y furioso que tenía dentro. Podía sentir su teléfono vibrar y la pantalla del Aston Martin brillaba intensamente con el nombre de Smoothie en él.
Su familia la iba a matar por haberse ido de la fiesta sin ni siquiera avisar,
Pero..
¡Esto era mas importante!
–¡Vamos Pudding! Toma la calle Great George, por allí llegaremos más rápido – Perona no paraba de darle indicaciones mientras aceleraba cada vez más, hasta llegar a los 150 km/h.
–¡Basta! Me estas poniendo nerviosa. Si sigues gritando voy a chocar y lo que queremos es llegar al hospital para buscar a tu hermano no para terminar en emergencias.
–Disculpa – Intento calmarse, llamaba a Zoro sin descanso pero el peliverde ni caso le hacía al móvil – ¿Porque nunca piensa lo que hace?
–Al menos sabes donde esta – hablo irónica – Cuando mis hermanas descubran que me fui, me van a arrancar las pestañas una por una.
La pelirosa soltó una risa seca, no había diversión en esta. Estaba absorta en sus pensamientos, no podía dejar de pensar en lo que pasaría con Zoro sí.. – Debemos darnos prisa.
Pudding tenía una gran interrogante en la cabeza, sabía que tocaba terreno peligroso pero de todas formas se aventuro a preguntar – ¿Esto tiene algo que ver con tu salida de Cheltenham? – Hace diez años y sin explicación aparente Perona se fue del College, nunca le pregunto la razón pero por lo que pudo escuchar en los pasadizos de la escuela. Sus padres estaban pasando por una etapa muy difícil.
Perona solo miraba hacia la ventana. El cielo se oscurecía más y más, pronto se formaría una tormenta – Si – su respuesta fue inexpresiva – Mi familia se estaba resquebrajando, Zoro cometió una estupidez que terminamos pagando nosotros. Luego de eso mis padres estuvieron a nada del divorcio – Lo recordaba perfectamente, a pesar de solo tener doce años era muy consciente de todo lo que había pasado, nunca vio a Shanks tan triste ni a Mihawk tan avergonzado.
Fueron las peores épocas de su vida, odio tanto a Zoro en ese momento, pero tenía que estar con sus padres, debía consolar al pelirrojo y a Mihawk.
La castaña escuchaba en silencio. Podía entender, hasta cierto punto, las palabras de su amiga. Su madre, nunca fue una mujer amorosa, prefería las reuniones de alta sociedad y sus opulencias a cambiar pañales y educar hijos. Esa fue la razón para que muchos de los Charlotte a pesar de contar con todos lujos del mundo buscaran el amor de una familia en sus hermanos mayores. Perospero, Compote y Katakuri, a pesar de su juventud, cumplieron ese rol de forma impecable.
Vivió momentos inolvidables junto a sus hermanos, pero como todo en la vida, en algún momento se tenía que acabar. Sin darse cuenta, llego el día en el que Peros y Compote tuvieron que irse a Oxford a iniciar sus estudios universitarios y Katakuri con solo diecisiete años fue a Estados Unidos a vivir con su padre por unos años. Si le preguntaran a ella, diría que esa fue la segunda peor decisión que tomo su madre para con su familia, la primera, fue cuando Linlin mando a todos sus hijos e hijas a internados por todo el país luego de eso…
Las risas y alegrías se apagaron en esa enorme mansión por un muy prolongado tiempo luego de ese hecho…
–¿Es tragicómico no crees? – Las palabras de Pudding iban a juego con la tormenta que se estaba alzando sobre el cielo.
–Demasiado diría yo.
Viendo sus vidas desde otra perspectiva, cualquiera pensaría que solo eran unas adolescentes estúpidas haciendo un escándalo por cosas banales como conseguir la siguiente colección de Marc Jacobs. Despertarían al día siguiente y se regocijarían en la gran vida que poseían, pero eran solo apariencias.
Ella tuvo que iniciar desde cero. Irse a Nueva York fue el primer paso, evitar usar su apellido y cualquier relación con este, tener que soportar acosos de parte de sus managers, la prensa y amistades falsas que solo querían un minuto de fama.
Fue duro..
–¡Allí esta! Puedo ver el auto de Zoro – Perona tomo instintivamente el timón, sacando de sus ensoñaciones a Pudding y haciendo que gire abruptamente hasta llegar al lugar en el cual estaba aparcado el Aston Martin del hermano de su amiga.
–¡Perona jo..!– La hubiera insultado en los cuatro idiomas que sabia de no ser porque al momento de tomar el timón. Su amiga presiono accidentalmente el símbolo de teléfono, contestando una de las incesantes llamadas de cierta albina para que la fría voz de su hermana mayor se escuchará claramente en el vehículo.
–Charlotte Pudding ¿Me puedes decir donde te metiste?
¡Con un demonio!
– Smoothie, no te imaginaras lo que paso, mi vestido tuvo una pequeña abertura después de haber tenido mi encuentro con Flampe. Por lo que tuve que volver a casa para arreglarla. Tu entiendes ¡No puedo permitir que me vean así! – Intento que su tono sonara lo mas convincente posible, solo esperaba que su hermana se conformara con eso.
–..Claro – Obviamente no se había tragado esa patética excusa, pero su hermana jamás le armaría un escándalo por teléfono – Escucha, en cualquier momento los camarógrafos inician la sesión de fotos que teníamos programada. No me importa lo que hagas pero ¡Ven de una vez! Esto es importante y los quiero a todos aquí.
La castaña le dio una mirada rápida a Perona, ella solo asintió y bajo del auto – Enseguida llego Smooth – Colgó la llamada y le devolvió la mirada a su amiga – Suerte y por favor si ves al rubio que fue con Zoro, dile que lo siento.
–Descuida, no olvides que aun tenemos una fila de shots pendiente. Gracias por haber acumulado diez papeletas por mi – Compartieron una sonrisa y la imagen de Perona empezó a perderse entre los pasadizos del enorme hospital.
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Estaba buscando al rubio por todo el hospital, en verdad fue una muy mala idea separarse de él. Quería preguntar por Sanji pero solo sabía su nombre, por lo que no le quedo de otra que seguir indagando por los pasadizos de ese gran edificio. Le traía un muy mal sabor de boca estar allí, apenas viera al rubio y se asegurarse de que estuviera bien, saldría del edificio.
Fue entonces que vio una figura familiar pero no se trataba de Sanji. Acaso esa era ¿Su hermana? ¿Qué rayos hacia Perona aquí?
–¡Zoro! – la pelirosa llego corriendo hacia él y comenzó a darle golpes en el pecho – Por fin te encuentro ¡Idiota! Me preocupaste mucho ¡No me vuelvas a dejar sola en una fiesta!
–Tenia que traer a alguien aquí, le dije a tu amiga que iría por ti más tarde – Estaba confundido, no entendía porque su hermana estaba allí.
–¡Bien! Ya lo trajiste, ahora vamos a casa estoy muy cansada y nuestros padres deben estar preocupados – Sin decir más lo tomo del brazo con más fuerza de lo usual y empezó a jalarlo a la salida.
–O-Oye, tengo que encontrar a Sanji. Él está solo y su hermana esta enferma– le hablo molesto
–¡De seguro sobrevivirá! Quiero ir a casa – Se encontraba alterada, no iba a correr ningún riesgo, tenían que salir de allí ahora – ¡Larguémonos ya!
–¿Qué te pasa? Si tantas ganas tienes de salir espérame en el auto – Ya empezaba a cabrearse ¿Por qué su hermana insistía tanto en querer irse?
–¡Zoro, Vámonos ahora! – Así tuviera que aguantar todas las miradas de odio del peliverde lo iba a sacar de allí le guste o no.
Fue en ese momento en el que Zoro solo tuvo que jalar su brazo e hizo a su hermana chocar contra su duro abdomen. Bien, ahora si estaba molesto, Perona lo iba a escuchar.
Pero antes de que el peliverde pudiera decir cualquier cosa. Una de las puertas del pasadizo se abrió, dando paso a dos personas que Zoro conocía pero sus ojos solo se posaron en una. Una persona que el peliverde nunca pensó encontrar en un lugar como ese y mucho menos ver tan pronto.
Sintió como si un bloque macizo de hielo le cayera encima, congelándolo y destruyéndolo al mismo tiempo. Parpadeo lo más que pudo solo para comprobar que su vista no lo engañaba pero no había duda. Esa persona estaba junto frente a el y su mundo se desplomo en instantes.
Aun no estaba listo, pensó que lo estaría pero era claro que estaba equivocado.
Perona pudo sentir como el terror se apoderaba de ella, no pudo evitarlo y solo podía contemplar asustada la mirada perdida del pobre peliverde.
¿Valla que es cruel el destino, no Zoro? Nos hace enfrentarnos a nuestros peores miedos sin ni siquiera estar listos.
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A pesar de estar a altas horas de la madrugada, aun se podía escuchar claramente las estruendosas risas, el choque de las copas y la desbordante música. La administración del Mandarin ya le había pasado la cuenta de todos los daños que habían ocasionado hasta el momento y estaba segura que esa noticia no le caería en gracia a Katakuri.
Había tenido suficiente, quería ir a casa. Solo esperaba que Doffy ya hubiera vuelto se su asesoría legal, pero antes de irse, tenía que cerciorarse de ciertas cosas. Por lo que se dirigió hacia el único lugar en el que lo podría encontrar, el balcón del hotel. Abrió la gran puerta de estilo Eduardiano y pudo verlo parado frente a las miles de luces que iluminaban toda la ciudad. Como de costumbre se veía magnifico pero no pudo evitar sentir lo mismo que sintió hace unas horas.
Estaba segura que Katakuri tenia la mente en otro lado.
–¿Qué paso Violet? – Le pregunto sin apartar la vista de la ciudad.
La morena solo atino a acercarse y apoyar su cabeza en el fuerte brazo del Charlotte – Estoy cansada, tuve que hablar con al menos treinta periodistas locos por obtener una exclusiva contigo. También había un enviado de The Times y Morgans mando a uno de sus esbirros a conversar conmigo, valla que ese tío es realmente molesto cuando quiere. Por suerte pude programar todo y de paso me encontré con los hijos del viejo Shirohige, son muy agradables. Me dijeron que su padre te mandaba saludos y también desea que se vean pronto para poder hablar.
–Buen trabajo –No había duda, estaba pensando en otra cosa. El siempre era muy meticuloso con todo ¿No le preguntaría nada?
Si yo fuera tu no me lo agradecería – Le respondió divertida – Tendrás una agenda muy apretada las próximas semanas ¿Seguro que te podrás hacer tiempo con Whole Cake y Emperors a la vez?
–No le veo problema, lo he hecho antes y lo seguiré haciendo – Esa seguridad, esas palabras y la frialdad en que se las dijo la estremeció un poco. A pesar de conocerse de años y compartir una amistad tan larga y hasta cierto punto extraña.
Charlotte Katakuri nunca dejaba de asombrarla.
Solo le pudo dedicar una mirada dolida, a pesar de saber que el granate las odiaba. Sabía muy bien el verdadero significado de esas palabras y todo lo que había sacrificado Katakuri por llegar hasta donde estaba.
Y valla que el precio fue muy alto..
–¿Fue una buena idea venir a Londres? – Pregunto indecisa, agradecía el hecho de no vivir en esa isla. Por su trabajo, dividía su tiempo entre un continente y otro. Ahorrándose muchos problemas con su ejemplar esposo, pero ahora el establecerse de forma definitiva allí nuevamente, la abrumaba.
Katakuri giro a verla soltándose de su agarre y le pregunto de frente – ¿Por qué me preguntas algo que ya sabes?
Su respuesta la irrito un poco – Sera porqué.. olvídalo – No tenía caso traer nuevamente ese tema a la mesa. El no iba a cambiar de opinión.
Tomándolo del brazo nuevamente, lo encamino hacia el salón principal – ¡Vamos! Desgraciadamente Kid se encontró con King cuando salía del baño, visiblemente desarreglado, Por lo que tengo que tratar de detenerlos antes de que se bajen todas las reservas de vino del Hotel y sigan destruyendo el lugar. Además tus hermanos ya están listos para la sesión de fotos que les hará Vogue. Solo que Cracker tiene el rostro como una sandía por culpa de Rebecca pero no es nada que Photoshop no pueda arreglar.
–¿Por qué escogiste esa revista? Hubiera preferido The Economist o Forbes – Si por su tono de voz, era obvio que Katakuri se quería largar de allí, al igual que ella.
–Tranquilo, ya llegamos a un acuerdo con The Economist para que salgas en la portada de Otoño y si las cosas van tan bien como hasta ahora, Forbes sin duda te volverá a incluir en su lista de este año. Aunque tu y yo sabemos que ese no te importa en lo mas mínimo – Le dijo con una sonrisa cómplice.
– Aun no contestas mi pregunta.
–¡Bien! Smoothie insistió, aparte recuerda que no solo estas al frente de dos transnacionales, también eres un miembro de la “Gran Casa Charlotte” – Enfatizo irónica – y al menos en este país, para lo único que sirven las grandes familias como la tuya, aparte de hacer millones con solo respirar. Es para que la gente normal gaste su dinero en comprar como maniáticos revistas para creer que los conocen y embelesar sus pensamientos imaginando su magnífica vida.
Por fin sus ojos se relajaron un poco y pudo escuchar claramente una ligera risa saliendo de esa bufanda – Por supuesto.
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La doctora lo había llevado a su consultorio, en todo el trayecto su sonrisa no había desaparecido, internamente lo agradeció. No tenia idea de donde estaban sus otros hermanos, pero por lo visto él era el único que estaba en el hospital.
–Tu hermanita se encuentra bien, está en pediatría, la mande allí para que este mas tranquila – se lo dijo intuyendo cual era su principal preocupación – Es una niña muy valiente, ella fue la que llamo por ayuda.
–Maldición, estaba sola – llevo sus manos a su rostro, no se perdonaría jamás si algo le hubiera pasado a Reiju.
–Ahora con respecto a Vinsmoke Yonji. – Encendió una Tablet y comenzó a leer un archivo que dedujo era del peliverde – Sanji necesito hacerte un par de preguntas, por favor trata de ser lo más honesto conmigo Okey – El rubio solo asintió – ¿Tu hermano ha tenido dolores de cabeza últimamente? O ¿Algún accidente que haya comprometido algún traumatismo encéfalo craneano?
–No, no que yo sepa – la verdad no veía mucho a Yonji, el regresaba a casa en la noche, justo cuando el peliverde se iba a…
!Mierda!
Sanji empezó a sudar –H-hace mucho ejercicio – Era lo único que podía decir. Lo que hacía Yonji, así sea con la mejor intención del mundo, era ilegal. Si ellos se llegaran a enterar, no quería ni imaginar lo que le pasaría a su hermano.
–Escúchame Sanji, como doctora de tu hermano, no te voy a mentir. La situación de Yonji es crítica – la mujer lo vio fijamente – Todo lo que digas quedara en confidencialidad de médico-paciente, pero necesito saber que es lo que hacía Yonji para saber qué medidas tomar.
Decir que estaba asustado era poco, normalmente era Ichiji el que se encargaba de lidiar con todos el estrés de los doctores y sus cosas. Tal vez la ojiazul no lo noto al estar sentados pero sus manos no paraban de moverse, no lo negaría, estaba asustado.
–¡Por favor! Sanji, quiero salvar la vida de tu hermano, sino me lo dices, el no pasara de esta noche – Por la mirada que le dio, estaba seguro de que la pelinegra hablaba muy enserio.
¿Por qué?
¿Por qué todo esto les pasaba a ellos?
Sentía un nudo en su garganta, se estaba ahogando con su propia saliva –Se dedica circuitos de lucha callejeras – lo dijo con un hilo de voz.
No aguanto más, sentía que estaba traicionando a sus hermanos, otra vez, al decir esas palabras. El agua se acumulaba en sus ojos y empezaban a caer como si fueran estrellas fugases en un firmamento de muerte.
En ese momento la pelinegra lo agarro de las manos.
– Muchas gracias por confiarme esto, de mi boca no saldrá nada – le sonrió de una forma muy maternal – Ahora necesito que seas fuerte Sanji, sino es por ti hazlo por Reiju – Lo veía con uno ojos tan bellos que por un momento le recordaron a ella.
–Lo que tiene Yonji es una hemorragia subaracnoidea, es un sangrado que se da en la membrana de la cabeza. Es raro en jóvenes, pero se presentan cuando las personas sufren grandes traumas en el cráneo, como golpes o contusiones por accidentes. En el caso de Yonji, lo mas probable es que al estar expuesto a esa clase de contacto físico haya ocasionado la inflamación y posteriormente la hemorragia.
Valla, nunca entendía lo que decía Law con respecto al tratamiento de Reiju, pero a ella la entendió en cinco segundos.
Un segundo – ¿Cómo es posible que Yonji no se haya dado cuenta? ¿Por qué..?
–Normalmente inicia con incones en la cabeza para pasar a fuertes dolores craneales y mucho cansancio ¿No les menciono nada? – Estaba sorprendida, ¿Acaso esos chicos no tenían comunicación?
–El.., el nunca… – En ese momento Sanji recordó algo que lo hizo sentir mucho peor y solo aumento sus lágrimas.
…Claro ni siquiera un ¿Cómo estas hermanito? o ¿Qué tal estuvo la pelea? Son unos malditos malagradecidos. Yo me saco la mierda por Reiju ¡Literalmente!...
–Hare todo lo que este en mis manos para que tu hermano logre recuperarse – Esas palabras evitaron que se volviera a hundir en el pánico pero en ese momento empezó a escuchar unos gritos desde afuera – Ahora le están sacando unas resonancias que necesito para saber dónde operar. En un momento ingresare a sala, necesitare que firmes unos cuantos papeles para autorizar la intervención.
–B-bien – Estaba con la mirada perdida, no sabia que pensar.
Entonces la doctora se dirigió a la puerta y la abrió, pero antes de salir, Sanji se acordó que no le había preguntado su nombre.
–Disculpa – la mujer le devolvió la mirada al rubio – ¿Cómo te llamas? Ella le dio una sonrisa y pudo escuchar claramente su nombre pero..
–…Ro-Robin
…no por los labios de la pelinegra.
Fue Zoro, que estaba parado en pleno pasadizo con los ojos bien abiertos, como si hubiera visto el mismísimo demonio en esa mujer.
¿Qué hacia el peliverde allí?
La recién mencionada giro la vista, hacia la persona que la había llamado y su rostro mostro una confusión absoluta. Pensó que jamás lo volvería a ver, pero allí estaba el, jamás olvidaría ese cabello tan particular y esos ojos tan decididos pero en ese momento los ojos de Zoro solo mostraban caos, caos con solo verla.
¿P-pero? ¿Cuándo regreso?
Fue un milisegundo, pero su expresión volvió a ser la misma de antes, una sonrisa – ¡Zoro! Esto si que es una sorpresa ¿Cuándo volviste?
Eso solo lo descoloco aún más, si es que eso era posible –¿Q-qué haces aquí? ¿Por qué estás en lugar como este? – El peliverde empezó a hiperventilar. No lo podía creer ¿Acaso esto era algún chiste de mal gusto?
Robin solo soltó un suspiro de tranquilidad – Trabajo aquí, me hice neurocirujana. Ahora me decido a salvar vidas. Que alegría me da verte, ha pasado mucho tiempo. Perona ¿Cómo has estado? – Hacia unos meses que no la veía y la saludo con total naturalidad pero apenas salieron esas palabras de su boca se arrepintió.
En ese momento la furia del peliverde se desato – ¡Tu! ¿¡Tu sabias de esto!? – empezó a gritarle a su hermana sin importarle que algunas personas se giraron hacia ellos – ¿Entonces Mihawk también lo sabe? ¡Vamos habla! – Era extraño que perdiera el control tan rápidamente pero estaba abrumado.
Perona se sentía tan impotente, no sabía como reaccionar – Zoro escúchame – intento calmarlo inútilmente.
–¡No me toques! – el desprecio que recibió de parte de el le dolió mucho más que el empujón que le dio.
Sanji solo lo veía fijamente, no entendía nada de lo que estaba pasando ¿Por qué Zoro actuaba como un demente?
– ¿¡Que es lo que te pasa!? Estamos en un Hospital ¡Compórtate! No tienes ningún derecho de tratar así a tu hermana después de todo lo que le hiciste a tu familia – Robin no iba a permitir que el peliverde maltratara de esa forma a Perona, ella no tenia la culpa de nada de lo que paso.
Zoro le devolvió la mirada y hablo por autodefensa – ¿De quien crees que fue la culpa?
Algo dentro de Robin se movió en ese momento, dejándola sin habla, le habían dolido las palabras del peliverde.
–¡Zoro! Ya basta, Robin no tiene la culpa de tus idioteces – Perona no se iba a quedar callada. Sabia perfectamente que en algún momento esos dos se tendrían que reencontrar, pero nunca pensó que fuera tan pronto.
No esperaba que su hermana se pusiera automáticamente en su contra sin siquiera haber escuchado su lado de la historia, pero no tenía por qué aguantar esta basura. Les dio una última mirada a ambas mujeres y se fue, ignorando completamente a Sanji, el cual se había mantenido como un espectador pasivo en toda la escena. No tenia sitio en ese conflicto que por lo visto le competencia únicamente a Zoro y a esa mujer.
–Zoro ¡Espera! – Estaba a punto de correr para alcanzarlo pero las palabras de Robin la detuvieron.
–Déjalo Perona, necesita estar solo – Estaba segura que la razón por la que el peliverde reacciono así fue porque este era el ultimo lugar en el que Zoro la hubiera buscado, pero la vida era muy paradójica.
Tenía que olvidar sus problemas, esa etapa de su vida ya había cerrado hace mucho para ella y si Zoro aun no era capaz de hacerlo era a causa de las propias decisiones que tomo en el pasado. Ella no podía ni debía seguir lamentándose por eso, tenía algo mucho más importante que hacer, como salvar la vida de un joven y evitarle una gran pérdida a sus hermanos.
………………………………………………………
Camina a pasos apresurados, tenia que llegar a Pediatría, ya estaba al tanto de la situación de Yonji y la verdad estaba muy contrariado por eso, no sabía que pensar.
¿Acaso era su culpa?
Alejo esos pensamiento de su cabeza por un momento. Primero tenía que asegurarse que Reiju estuviera bien. Por lo que le habían dicho por teléfono, su hermano ya se encontraba en sala de operaciones, así que no podria verlo hasta dentro de muchas horas.
Ingreso a la habitación que le habían indicado, solo para encontrarse a Reiju jugando cartas con Trafalgar. Apenas lo diviso, la pequeña se bajo de la cama con ayuda de su doctor y fue corriendo hacia su hermano mayor.
–¡Ichi! Estaba muy asustada, ¡Y-Yonji! Se desmayo y y y-yo – había empezado a hipar – No s-sabía que hacer – las lágrimas caían de su angelical rostro lentamente.
A veces el pelirrojo olvidaba que a pesar de que Reiju fuera una niña muy madura para su edad e hiciera cosas poco comunes a sus nueve años a causa de todo lo que le había tocado vivir siendo tan joven, seguía siendo solo una niña.
–Reiju, estoy muy orgulloso de ti – limpiaba sus lagrimas con sus dedos mientras la veía fijamente – Actuaste de forma correcta con Yonji.
–Ichiji ¿Por qué nos dejaste? – la mirada que le dio su hermana lo hizo sentir horrible.
No sabía que decirle, la única persona capaz de dejarlo sin habla era ella.
–Reiju, tu hermano se preocupa mucho por ti, por eso mismo tuvo que salir. Fue a buscar una cura para tu enfermedad – Law pensó que tenía que intervenir, el pelirrojo denotaba que no tenia argumento alguno para responderle a la ojiazul.
La mirada que le dio Ichiji le dijo todo.
¡Gracias!
–Reiju, espéranos un momento aquí, tengo que hablar con tu hermano ¿De acuerdo?
La pequeña, mas calmada solo le asintió – ¿Ichiji, vendrás pronto?
–Por supuesto Rei – Tuvo que hacer un gran esfuerzo para darle una sonrisa y salió de la habitación con el oncólogo.
Al estar afuera, Trafalgar hablo unos minutos con Cosette para que estuviera con Reiju hasta que ellos regresaran y sin más comenzó a caminar.
–Oye, ¡Law! – ¿a donde demonios se estaba yendo?
–Ven conmigo Ichiji – le dijo en un tono mas frio de lo normal.
Al pelirrojo no le gustó nada eso, pero no tuvo más opción que empezar a caminar junto al doctor.
–¿Dónde demonios te metiste? – le pregunto molesto – Una cosa es que tengas mucho trabajo y no puedas estar siempre disponible para tu hermana, pero otra completamente diferente es dejarla abandonada como si fuera una maldita mascota.
–¡Cállate! Tú no sabes nada – Lo miro furibundo, no iba a permitir que Law pusiera en tela de juicio su forma de actuar. Hacia todo lo que podía con Reiju pero tenia un trabajo que si en algún momento llegaba a perder estarían en la nada.
–Ichiji ¿Tienes idea de todos los problemas en los que te podrías meter si servicios sociales se entera de que Reiju estaba sola cuando a su hermano le dio una hemorragia cerebral?
El pelirrojo detuvo su caminar intempestivamente y se quedo viendo fijamente al galeno.
–¿Q-que?
–¡Allí estas Trafalgar! – Ambos hombres giraron su vista hacia donde venia esa voz. Un hombre de piel bronceada, moreno y con arrugas en la cara, tenia un traje rojo debajo de ese mandil blanco.
La mirada de Law se agito, ¡Maldita sea! justo ahora tenia que llegar este imbécil –Buenas noches Dr. Sakazuki – respondió irritado.
–Supongo que usted debe ser el Sr. Vinsmoke – le dijo aquel intimidante hombre – Soy el Doctor Sakazuki pero puede llamarme Akainu, administrador de este Hospital.
El pelirrojo le dirigió una mirada desafiante, no sabía porque, pero algo dentro de él gritaba peligro. Algo estaba mal y hablo con total desinterés – Así es.
–Por favor, acompáñeme señor Vinsmoke, tengo que ver ciertos temas logísticos con usted.
–¿Hm? – el pelirrojo alzo una ceja – ¿A qué se refiere?
El moreno esbozo una sonrisa – Es sobre la cirugía de su hermano y otras cosas más.
–Un momento Dr. Sakazuki. Vinsmoke Yonji aún sigue en sala, así que usted..–
–¡Silencio Trafalgar! Hasta donde tengo entendido eres oncólogo no neurólogo así que esto no te concierte en lo mas mínimo.
Ichiji se dio cuenta de la mirada que le dirigía Law a Sakazuki y sintió que esto solo podía significar una cosa. Por lo visto tendría que lidiar con otro dolor de cabeza más, pero no es que le molestara. Estaba acostumbrado a que su vida se complicara pero sin importar nada, tenía que seguir adelante. Vio inquisidoramente al recién llegado y se dispuso a seguirlo.
………………………………………………………
Necesitaba respirar, había terminado en la azotea del Hospital. Podía sentir el frio de la noche golpeando su rostro, mientras las gotas de lluvia caían sobre él y en todo el cielo de Londres. Necesitaba estar un momento solo, tenia que procesar las palabras de Robin. Lo que le dijo la morena lo quemo hasta los huesos.
Se sentía como un cascaron, vacío por dentro.
Acababa de firmar un consentimiento informado en caso de que Yonji no logre sobrevivir a la cirugía.
Nunca pensó que su hermano terminaría luchando por su vida en una maldita mesa de quirófano – soltó una leve risa – Si Yonji estuviera despierto lo golpearía por haber permitido que le abrieran la cabeza sin haberle consultado antes, el menor de los Vinsmoke odiaba los hospitales.
Saco una caja de cigarros del bolsillo de su saco y lo encendió. Veía como el humo se expandía hasta desaparecer.
Al igual que nuestras esperanzas de salvar a Reiju y ahora también a Yonji.
–¿Me das uno?
Reconoció la voz al instante, pero siguió viendo hacia el frente, no deseaba ver a Zoro ni a nadie en ese momento. Lo único que hizo fue estirar el brazo para que el peliverde pudiera tomar un cigarro.
–No se debe fumar en hospitales – fue todo lo que dijo.
–Sin duda te esfuerzas en cumplir la ley – respondió seco el Zoro.
No estaba de humor, ¿Cómo es posible que Robin este aquí? ¿Cómo termino siendo Doctora? Y lo peor de todo, por lo visto su familia estaba muy al pendiente de la situación de la pelinegra.
Algo que debió haber sido su responsabilidad.
No llevaba ni 24 horas de haber vuelto y su vida se volvía a complicar nuevamente. Esa ciudad estaba maldita para él.
–Si mi hermano no sale de esto – la voz del rubio lo interrumpió – no sé qué será de nosotros.
Su familia de por si estaba rota, pero perder a uno de los cuatro, seria desestabilizar de forma irreparable la gran muralla que habían armado alrededor de Reiju para protegerla de todo. A pesar de que en el pasado a penas y se soportaban, ahora daría lo que fuera por ellos.
Eran lo único que le quedaba.
–No soy quien para darte consejos de familia – A fin de cuentas, había sido una basura con la suya. Arrojo el cigarro tras la última calada, tenía que salir de ese lugar, se sentía como un completo idiota.
– Quédate – fue lo único que dijo el rubio.
–Déjame en paz niño – Deseaba salir lo más rápido que fuera posible de ese lugar. Tenia muchas cosas que pensar.
Fue entonces que Sanji lo agarro fuertemente del brazo y lo vio directo a los ojos – ¡Imbécil, te dije que te quedes!
–¿¡Que mierda quieres!? No soy tu niñera, solo me ofrecí a traerte ¡No te hagas ideas estúpidas!
Eso solo lo hizo enojar aún más – Eres un maldito cobarde – Ni siquiera supo porque dijo eso, pero fue lo que pudo sentir con la intensa mirada que esa chica pelirosa le dedico a Zoro cuando este se fue del pasadizo del Hospital.
Instantáneamente el moreno lo agarro del saco y lo empujo con una fuerza sobre humana hacia el muro de la azotea. Estaba sorprendido, no pensó que Zoro reaccionaria así, le dio una de las miradas mas intensas que había visto en su vida.
–¿Quién coño eres para juzgarme? ¡No me conoces! Solo eres un mocoso idiota que prefirió irse de fiesta mientras tu hermana era traída a un mugroso Hospital – Se lo grito de tal forma que Sanji se quedo tieso.
Aunque sonara horrible, Zoro tenía razón. Pudo haberse quedado en casa, pero prefirió largarse a una fiesta llena de gente vacía e hipócrita. Aparentando tener una vida que había dejado atrás hace mucho.
Y de la que el mismo renegó.
Su rostro se desfiguro tanto que hizo a Zoro arrepentirse de lo que dijo por un momento, pero el peliverde aun seguía enojado por las palabras de Sanji hacia su persona, por lo que el sentimiento duro poco. No se iba a disculpar por decirle algo así. Sabia que lo que había dicho era hiriente pero ese idiota no era nada para el como para tener el derecho de llamarlo así, ni siquiera sabía de lo que hablaba. El jamás huyo pero desgraciadamente todas las personas a su alrededor lo entendieron de otra forma.
Empezó a caminar rumbo a la salida de emergía de la azotea pero antes de salir quiso tener la certeza de que ese rubio idiota no hiciera nada estúpido – Ni se te ocurra saltar – fue todo lo que dijo.
– Descuida, a diferencia de ti yo si tengo que afrontar mis errores – le respondió seguro mientras levantaba la vista hacia el cielo.
Eso solo hizo que soltara una risa apagada – Eres un estúpido, pero no te culpo..
–No me vengas a dar discursos superfluos, al igual que yo desconozco sobre tu pasado con Robin – El solo escuchar ese nombre le daba un gran dolor de cabeza al Zoro – Tú no sabes nada sobre toda la mierda que yo he tenido que tragar ¡Solo lárgate! ya fuiste claro. No tienes nada más que hacer aquí – No tenía por qué guardarse nada, a fin de cuentas, fue el mismo Zoro el que se expresó claramente sobre él.
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Sentía que la cabeza le iba a reventar, había llegado a altas horas de la madrugada, le dolia el cuerpo a horrores y apenas diviso su cama se tiro sobre ella como peso muerto.
¡Maldita resaca!
Quien quiera que fuera el imbécil que tocaba como maniático el timbre sin duda sería víctima de toda la furia contenida que sentía. Odiaba que lo despertaran en la mañana y maldecía a todos sus hermanos al no haberse dignado a abrir la jodida puerta. Apenas llego al último escalón, se dirigió a pasos lentos a hacia el ingreso de la casa. Solo para que al abrir la puerta se fuera de lleno al piso por el golpe seco que le planto Ichiji en el rostro.
–¿P-Pero qué? – Pudo sentir todo el peso del pelirrojo encima de él, mientras lo sostenía del cuello de la ropa de dormir – ¿Qué mierda te pasa?.
–¿!Donde carajos has estado Niji!? – Decir que estaba furioso era poco, después de todo lo que había pasado en ese lapso de horas lo ultimo que necesitaba era a su hermano en un deplorable estado post alcohólico.
–¡Te dije que iba a salir! No es mi problema el que seas tan estúpido como para olvidar tus llaves
–¿¡Tu!? – en verdad se estaba controlando para no matarlo a golpes en ese mismo lugar. Soltó al peliazul y se dirigió rápidamente al segundo piso, no tenía tiempo para eso.
–¡Oye! Ichiji vuelve acá – pero el pelirrojo solo lo ignoro y fue directamente hacia la habitación de Yonji.
El peliazul confundido lo siguió y al entrar, pudo ver a Ichiji abriendo ese lugar. En ese momento Niji se hizo una idea de lo que estaba pasando – ¿Qué le paso a Reiju? ¿Tuvo una recaída?
Ichiji empezó a sacar fajos de billetes y los coloco en la cama – Si contestaras tu maldito teléfono de seguro estarías enterado.
–¡Joder Ichiji! ¿Qué paso? – Se estaba empezando a asustar. Ese cajón era el lugar en el que Yonji ponía todo el dinero que acumulaba de sus peleas y los hermanos habían quedado que solo abrirían ese lugar cuando tuvieran el dinero suficiente para la operación de la pequeña.
–Alístate Niji, tenemos que volver a hospital – No tenia ganas de ver al peliazul. Estaba con el pulso a mil y no quería golpearlo nuevamente – Pediré un taxi, hay que estar allí lo mas pronto posible.
¿Qué? ¿Ichiji pidiendo taxi?
–Ichi ¿Qué..?
–¡Apresúrate Niji! – le grito, se podía palpar la desesperación en sus palabras por lo que el peliazul fue corriendo a la ducha.
Ichiji giro su vista hacia la montaña de billetes que había en la cama, se sentó en la esquina de esta. Tenia que respirar, debía organizar sus ideas.
Se odiaba a si mismo por lo que estaba a punto de hacer pero no le quedaba de otra.
–Siéntate por favor – le dijo ese hombre al momento de entrar a su despacho.
–No es necesario, no me voy a quedar mucho tiempo aquí. Por lo que le pido que sea rápido con lo que sea que tenga que decirme – No estaba de humor para lidiar con este idiota y sus papeleos administrativos.
–Si yo fuera tu me sentaría, ya que tengo que discutir seriamente contigo sobre el caso de Vinsmoke Yonji – Se lo dijo de tal forma que hizo pensar a Ichiji que estaba disfrutando de esto –Supongo que eres consciente que tu hermano no cuenta con un seguro médico.
El solo asintió.
Por supuesto que lo sabía, al no tener un trabajo fijo, Yonji no podía acceder a ese beneficio como tal. El seguro de Emperors solo cubría a un familiar aparte del mismo trabajador, por lo obviamente todos priorizaron la financiación de Reiju.
–La cirugía de una hemorragia subaracnoidea es una de las intervenciones más difíciles y complejas de la medicina y solo los gastos del material medico que esta siendo empleado en este momento en el procedimiento de tu hermano ronda las cincuenta mil libras.
Ichiji empezó a arrugar el entrecejo.
–En caso de que Yonji logre sobrevivir al procedimiento. La posibilidad de recuperación sigue siendo baja, por lo que tendrá que pasar una buena temporada en el hospital ¿Supongo que sabes lo que eso significa, no?
– Nunca he sido bueno escuchando así que no perdamos más el tiempo ¿Cuánto va a salir todo? – Tenia cosas mas importantes que hacer que escuchar a ese payaso hablar de dinero.
–Tu y yo sabemos que ese no es el verdadero problema niño. El costo de la cirugía se hará efectivo así tu hermano salga caminando o en un cajón, ese no es mi problema.
La forma tan directa en la que se lo dijo lo hizo ofuscar en un segundo, se acercó bruscamente hacia el escritorio y golpeo con furia sus puños contra la mesa –¿¡Pero que mierda me está diciendo!?
Yonji iba a sobrevivir.
El debía que sobrevivir.
–Hablo de todos los años de cárcel que le caerían encima a Yonji cuando notifique a la policía sobre sus “actividades nocturnas” – Se lo dijo con una sonrisa tan descarada que Ichiji sintió que ese hombre se regocijaba con la cara de terror que puso apenas escuchar esas palabras.
–N-no se a que se refiere, mi hermano trabaja en un gimnasio – estaba perdiendo el color de la cara ¿Cómo es que ese idiota sabia sobre eso?
–Vamos, eso ni tú te lo crees. Según registros públicos, tu hermano no ha laborado en ningún lugar desde que llego a Londres.
¿Cómo pudo obtener esa información?
No lo entendía
¿Cómo..?
Ichiji solo bajo la vista viendo al piso, entendía muy bien hacia donde se quería dirigir el hombre. Conocía bien a esa clase de basura humana.
–¿Cuánto es lo que quiere? – su voz se escucha rota, al igual que él.
Akainu solo le dedico una sonrisa cínica – Tráeme medio millón de libras, de lo contrario te juro que hare todo lo que este en mis manos para hacer que tu hermano vandálico salga caminando de este Hospital solo para ver cómo se pudre en una mugrosa celda.
Se dirigió rumbo a la salida en silencio, no deseaba seguir compartiendo el mismo aire que esa escoria por más tiempo. Sabía lo que tenía que hacer pero no quería llevarlo a cabo, al perder el dinero del cheque solo le quedaba un lugar del cual sacar esa cantidad y la verdad…
Nunca pensó que usaría ese dinero para salvar la vida de otro de sus hermanos.
Niji estaba anonadado ¿Cómo era posible que todo se haya ido al carajo en solo una noche? De por si estaban jodidos pero ¿porque justo ahora pasaba esto?
–Ichi.. –
El pelirrojo volvió a hablar –Yonji obtuvo con sus peleas aproximadamente cuatrocientos ochenta mil libras, tuve que sacar la diferencia de mi cuenta bancaria para poder completar la cantidad que pedía ese hijo de puta – seguía con la vista fija en la ventana.
Ya casi no le quedaba nada.
Giro la vista hacia un costado, todo el dinero que estaba llevando, esos billetes que su hermano lucho tanto por conseguir y ayudarían en gran medida a salvar la vida de Reiju. Ahora serian empleados para callarle la boca a un medico corrupto.
–Oye, si notificamos esto a la policía tal vez–
–Ya lo pensé Ni – era consciente de la situación, en todos los frentes ellos salían perdiendo – El delito de Yonji es grave, así sea para ayudar a otra persona es enriquecimiento ilícito. Tendría una condena de ocho a quince años.
–P-pero y si Yonji, si el no..
–Sobrevivirá Niji, alguien como el jamás permitiría que su vida terminara por una estupidez como esa – Solo por esa razón hacia todo esto. El pelirrojo estaba completamente seguro de que Yonji despertaría.
Y no era capaz de condenar a su hermano a una vida en prisión por algo que el mismo le pidió hacer.
–¿Y que pasara con Reiju? – Todo lo que habían dejado atrás por su hermanita, todos los sacrificios que habían hecho ¡No podían hacer eso!
– No lo sé Ni, te juro que no lo sé.
Se produjo un silencio mortífero, por primera vez en mucho tiempo el pelirrojo no tenia una respuesta y Niji solo podía sentir como la ultima esperanza de su hermana se desvanecía como las gotas de lluvia. Había dejado de llover, para dar paso a la mortífera mañana en el cielo de Londres.
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Apenas llegaron a ese endemoniado Hospital, Ichiji le dijo que iría el mismo a ver Sakazuki. Era lo mejor, si el veía a ese maldito no dudaría ni un segundo el dispararle. Por lo que prefirió ir en busca de Reiju, iba camino hacia la habitación que el pelirrojo le indico cuando al pasar por la sala de pediatría pudo ver a su hermana hablando con una mujer de cabellos rubios con lentes oscuros.
¿Por qué carajos la mocosa estaba afuera de la habitación?
De inmediato se alarmo y fue aceleradamente hacia la pequeña –Oiga ¿Qué hace hablando con mi hermana? – pregunto molesto
Reiju se percato al instante de la presencia del peliazul y fue rápidamente hacia él – ¡Niji! – su hermanita le levantó los brazos de inmediato y Niji entendió de inmediato que quería que la cargara.
Algo no andaba bien.
De repente la rubia se levantó del sofá en el que estaba hablando hace segundos con la niña y se dirigió hacia el peliazul, saco una tarjeta y se la dio a la pequeña pero Niji se la quito al instante. Cuando el peliazul la leyó, sintió que el dolor de su resaca se multiplicaba por mil.
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La rubia solo sonrió y le hablo a la ojiazul como si Niji no existiera – Estaremos en contacto Reiju. Buenos días joven – Fue todo lo que dijo para pasar a retirarse.
¡Maldita zorra!
De no ser porque la quería ahorcar y porque su culo ya tuvo mucha acción en la noche anterior, de seguro hubiera pensado en tirársela.
–Esa mujer me pone nerviosa Ni. Cosette se fue a traerme el desayuno cuando ella entro a mi habitación y pidió que hablemos un rato – Reiju le hablaba con la mirada en el piso.
Niji la sujeto fuertemente de los brazos y la puso a mi misma altura – ¡Reiju! Tienes que decirme absolutamente todo lo que te dijo – Estaba serio. Esto era grave, tenían que andar con cuidado. No podían permitir que servicios sociales intentaran quitarles a Reiju.
–Ella solo me pregunto.. – Estaba a punto de hablar pero Reiju desvió la mirada por algo que llamo su atención – ¡Niji, mira en Sanji! – Su hermanita señalaba hacia la salida de la sala de pediatría.
El peliazul dirigió su mirada hacia donde Reiju le mostro y pudo ver al rubio. Decir que se veía horrible era poco, estaba mojado y tenía una espantosa tela color verde que lo cubría. Al estar lo suficientemente cerca a sus hermanos, lo ignoro completamente y le quito a Reiju de los brazos, solo para abrasarla.
–Sanji ¿Estas bien? – Pregunto Reiju inocentemente.
El rubio solo seguía con los ojos cerrados mientras tenía fuertemente agarrada a Reiju – Ahora estoy bien.
–Oye idiota ¿Qué haces vestido así? Pareces un indigente
En cualquier otro momento le hubiera respondido pero estaba cansado – ¿Vamos a ver si Yonji ya salió de cirugía?
Al peliazul no le quedo otra que asentir. Ichiji se iba a demorar un rato y tenían que estar todos reunidos para poder hablarle a sus hermanos sobre lo que acababa de pasar hace unos minutos.
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Estaba en su escritorio, esperaba ansioso una llamada mientras leía el historial de cierta pequeña. Estaba asombrado, en verdad esos hermanos habían movido cielo y tierra por esa mocosa.
Paciente: Redleg Reiju
Edad: 9 años
Peso: 38kg
Diagnóstico: Leucemia Linfática Crónica
Una lastima que solo le quedaran un par de meses de vida.
De repente el teléfono empezó a sonar y contesto – Ya era hora ¿Por qué tardaste tanto? – pregunto molesto.
Escucho una risa de la otra línea – Estaba ocupado. Cuéntame Sakazuki ¿Qué paso?
–Me encontré al mayor, le dije que estaba al tanto de toda la situación. Al principio se hizo el idiota pero termino aceptando por cuenta propia. Me traerá el dinero al amanecer.
–¡Valla! ¿Quién diría que podrían sobrevivir sin mí? Estoy sorprendido – Por el tono de su voz, en verdad debería estarlo, inclusive él lo estaba – Avísame cualquier cambio.
Soltó una risa cínica – No te preocupes, técnicamente estas en todo tu derecho.
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Se encontraban en la gran casa de Katakuri, habían decidido reunirse al medio día, después de la gran fiesta de la firma. No le gustaba compartir su espacio privado con nadie, pero esta ocasión era especial. Estaban en el inmenso jardín del Charlotte, el cual se encontraba de lo mas tranquilo escuchando como sus directores y su hermano hablaban pacíficamente.
Cracker y King se reían como si fueran amigos de toda la vida, cosa extraña, mientras compartían una botella de Macallan.
–¡Sin duda debo reconocerlo mocoso de pelo gracioso! Tu idea, aunque algo estúpida y exagerada, fue acertada.
Cracker, el cual tenía la mitad del rostro hinchado a causa de cierta pelirosa, solo pudo soltar grandes carcajadas – ¡Es el encanto Charlotte! Tendremos que hacerlo más seguido.
–No me digas. Se nota que Rebecca cayo bajo el encanto Charlotte – Le respondió sarcásticamente King mientras miraba divertido el rostro de Cracker – Hablando del encanto Charlotte ¿Porque la maldita vieja bruja no fue al evento?
–King, abstente de hablar de mi madre – Le dijo Katakuri en un tono tranquilo, pueda que su padrino tuviera razón pero lo último que quería en ese momento era escuchar o traer el nombre de Linlin a la mesa.
Cracker sin embargo lo tomo con gracia – Según Smoothie, llego a Abu Dhabi hace un par de días con Vergo. Por lo visto se quedarán allí un tiempo más, pero llegarán a tiempo para mi nueva exposición de arte.
Vergo, el hombre de turno de Linlin…
Honestamente, a Cracker dejo de importarle hace mucho la vida personal de su madre. Si esa mujer no había cambiado después de tantos años y de dar a luz a tantos hijos, no iba a cambiar nunca. Sin embargo, para Katakuri eso no pasaba desapercibido, que su madre quisiera gastar su tiempo y dinero en jóvenes que solo buscaban dar un mordisco de la gran fortuna de su familia le daba igual. A fin de cuentas era el dinero de Linlin y ella podía hacer con este lo que le viniera en gana pero la cosa cambiaba cuando exponía a sus hermanos menores a todos esos hombres.
Ya hablaría con ella cuando regresara de Medio Oriente. Tendría que hacer un esfuerzo para poder soportarla ahora que tendría que verla diariamente. A fin de cunetas también tenía que cumplir su rol con la presidencia de Whole Cake.
–Toda una joya ¿No ahijado? – Pregunto divertido Queen.
King solo rio cínico – Y Kaido tampoco es mejor en ese aspecto ¿O sí?
Ni siquiera le causo gracia el comentario y respondió arisco –..Por supuesto que no
Fue en ese momento que Queen deicidio intervenir. El idiota de King estaba tocando un tema delicado y lo ultimo que deseaba era que Katakuri se enojara – Dejando el tema de Linlin de lado. A pesar de que la idea fue acertada para el personal, no se volverá a repetir. La fiesta y los daños que esos salvajes le hicieron al Hotel terminaron costándonos un aproximado de diez millones. Sin mencionar tu vergonzosa actuación King, me das asco.
–¡Cállate estúpido! ¿Acaso quieres que te lance la botella de Whisky y te prenda fuego?
El pelilila empezó a reír nuevamente – El gordo tiene razón King, fuiste el primero en oponerte a esta cosa y fuiste de los que más la disfruto.
– Ciertamente, pero..– el tono grave que uso, hizo que Katakuri pusiera toda su atención en Queen – tenemos que centrarnos en cosas más importantes. Ahora que todos están tranquilos creyéndose los reyes del mundo, es el momento perfecto para movernos.
–¡Maldito seas Queen! Ni cuando en verdad me dan ganas de relajarme dejas de joder.
–Me parece bien, Queen – fue todo lo que dijo el moreno – y se perfectamente por donde tenemos que empezar.
Cracker se le prendió el foco en ese mismo instante, esta era su oportunidad – Si es que van a hacer lo que creo que van a hacer les recomiendo empezar con Page ¡Ese imbécil solo..!
–Cracker, los problemas personales que tengas con mi Jefe de operaciones no son de mi incumbencia pero Page me es útil. Así que cierra la boca.
–Sabes Katakuri. Tengo a alguien en mente, es algo joven pero creo que nos será de mucha ayuda – Hablo seguro Queen – ¿Recuerdan el plan de negocios que se propuso para la sede en Brasil? – El granate y King asintieron.
–Pero por supuesto, la idea era una complet..
–¡Cállate King! Aun no termino – Tenia que silenciarlo antes de que ese idiota empezara a decir tonterías e insultar a medio mundo – Bien, el día que llegue tarde al almuerzo en Le Gavroche, me quede revisando esos documentos y como decirlo…Creo que encontramos un diamante en bruto, o mejor dicho..
..un Rubí…
Katakuri bebió de su vaso de Whisky y pregunto intrigado a su otro padrino – ¿De quien se trata?