Capítulo 12.- Dolor
A la mañana siguiente Shun se despertó con el sonido de un portazo en su habitación, él estaba acurrucado en la cama y lucía fatal, sus ojos estaban hinchados y su nariz enrojecida, Ikky estaba de pie en el umbral de la puerta y se acercó a su cama, con violencia le quitó el teléfono celular de las manos, también desconectó el teléfono inalámbrico que estaba en la mesa del velador, desconectó el decodificador del servicio de tv por cable, todo esto hizo Ikky sin dignarse mirar a Shun, el que rompió a llorar nuevamente
- Ikky… Ikky por favor mírame…
- No te atrevas a intentar salir de la habitación
- Ikky por favor…
- Te dije que te callaras!!!, lo menos que quiero hacer ahora es verte
- Ikky, déjame explicarte
- No hay nada que explicarme, tienes prohibida la salida de la casa, y como ya acabaron los exámenes no habrá mayor consecuencia si faltas unos días, hablé con un amigo mío y me va a ayudar con un cupo en su colegio, así que hasta que estén los papeles listos tú no puedes salir de esta casa, ¿está claro?
- ¿Con un cupo?, ¿no voy a volver a mi colegio? – Shun se puso de pie y su corazón empezó a latir con violencia
- Claro que no, no vas a volver a ver a ese degenerado, ése no te va a volver a poner un solo dedo encima, y no te atrevas a desobedecerme Shun porque soy capaz de… ve a bañarte – Ikky se paró en el marco de la puerta y señaló hacia afuera, Shun lo miraba y no podía articular palabra
- Ikky no puedes hacerme esto, no puedes sacarme de mi colegio si estamos a más de la mitad del año, Ikky por favor… - Shun dio un paso hacia su hermano con la obvia intención de tomar su mano, pero Ikky dio un paso hacia atrás sin dejarse tocar, Shun se quedó en shock por ello, Ikky nunca lo había rechazado, nunca… en cambio ahora solo podía ver furia y decepción en sus ojos azules
- No te atrevas a tocarme, y mucho menos a cuestionarme, yo soy tu guardián legal y soy responsable por ti hasta que cumplas la mayoría de edad, así que tu harás lo que yo disponga, irás al colegio que yo escoja y por tu propia salud no te atrevas a desafiarme Shun, ve a bañarte te dije!!! – Ikky volvió a señalar el pasillo, Shun no lo podía creer, nunca había visto en ese estado a su hermano y sin más remedio bajó la cabeza y caminó al baño, mientras se desnudaba lloraba y saltó del susto cuando escuchó un portazo, ese seguramente era Ikky encerrándose en su habitación, ¿por qué?, ¿por qué Ikky llegó antes?, ¿por qué la vida le estaba cobrando tan caro su amor?, ¿¿¿por qué???
Cuando Shun salió de la ducha vio con horror que Ikky se había llevado todos sus libros, le había vaciado los cajones y le había confiscado todo lo que Seiya le había dado a excepción de la crema cicatrizante que habían comprado el día anterior y las pastillas para el dolor que le había dado, las sábanas que estaban puestas en su cama habían desaparecido y sábanas limpias estaban en la sillita junto al escritorio, Shun se murió de la vergüenza por ello, esas sábanas tenían rastros de sangre, de semen, de todo… el muchacho de cabellos verdes se dejó caer al suelo y lloró con desesperación
- Deja de llorar que cualquiera pensaría que te estoy matando, arregla tu habitación, vístete decentemente no solo con tu pijama y quiero que bajes a la 1 a almorzar
- Ikky…
- Y no quiero escuchar ni una sola palabra más de ti, a la 1 te quiero abajo en el comedor, ¿entendiste?
- Si Ikky…
- Bien, hablé con un amigo mío que es doctor, la verdad aún no se si llevarte a la clínica o no, ¿ése… usó protección?
- ¿Protección? – Shun repitió la palabra sin entender, en esos momentos estaba tan dolido que no podía pensar coherentemente
- Condón, ¿usó condón cuando tuvieron sexo? – Ikky preguntó esto haciendo puños las manos, Shun se sonrojó con violencia y susurró:
- Si, si lo usó
- ¿Todas las veces que lo hicieron? – Ikky estaba lívido al preguntar esto en contra de su mejor criterio, pero su amigo médico le había dicho que eso era necesario saber
- ¿Todas las veces?, Ikky… solo lo hemos hecho una vez, ayer fue la primera vez que yo… - Shun intentó explicarse pero Ikky levantó una mano y casi gritó:
- Cállate!!!!
- Ikky por favor…
- No quiero oírte en lo más mínimo, te espero a la 1, no te atrevas a desobedecerme Shun, de cualquier manera vamos a ir a la clínica en la tarde así que quiero que estés presentable y deja de llorar, eso es en serio Shun – Ikky salió dando un portazo y bajó las escaleras dejando a su hermano menor destrozado en su habitación
Ese fin de semana fue infernal, Ikky llevó a Shun a una clínica de planificación familiar en donde tuvo que escuchar charlas de sexo seguro y el correcto uso de preservativos, lo revisó un médico y eso fue una de las experiencias más humillantes de su vida, le dio a tomar una pastilla a insistencia de Ikky y ahí fue que Shun recordó lo que Seiya le había dicho, esa pastilla hizo que su estómago le ardiera horrible pero para tranquilizar a su hermano no se opuso, pero eso no fue el real problema, lo que más le dolió al muchacho de ojos verdes fue que Ikky estuvo hecho un energúmeno y nunca le dio a Shun la opción de explicarse ni de hablar ni nada, el lunes en la mañana, Shun se había levantado, se había vestido con su uniforme con la esperanza de ir a la escuela pero no… Ikky lo había encerrado en la casa y le había quitado la llave, le dejó una nota en la que le decía que tenía prohibida la salida de la casa y que si osaba desobedecerlo le iba a enviar a un internado en Okinawa, hasta un panfleto del internado Ikky le había dejado junto a su nota, por lo que Shun derrotado subió a su habitación y se dejó caer en su cama, se abrazó a sí mismo deseando que otros brazos lo sujetaran, que otros brazos lo refugiaran…
Hades estaba de pie en el pasillo que daba a la entrada principal, había llamado a Shun todo el fin de semana pero su teléfono estaba apagado o algo porque su niño no le había contestado, su corazón latía con fuerza a la espera de verlo pero cuando vio a Ikky llegar solo, todas sus alarmas mentales se dispararon, el pelinegro tomó aire y caminó decidido por el patio hasta que llegó a Ikky, pero antes de que pudiera decir algo, el peliazul levantó la mano y dijo en tono absolutamente terminante:
- No quiero hablar contigo nunca más en la vida
- Ikky por favor, esta no es la manera de solucionar este asunto
- Ya está solucionado – respondió Ikky sin regresar a ver a Hades siquiera, el profesor de matemáticas seguía caminando hacia la sala de profesores sin detenerse
- ¿Cómo que ya está solucionado? – Hades frunció el ceño y temió lo peor
- Nunca más te acercarás a mi hermano, él ya está fuera de tus garras y no intentes buscarlo porque no lo vas a encontrar, además recomiendo que por tu salud física, mental y espiritual el no acercarte a mi casa, si lo haces no respondo – Ikky se paró en seco en medio del patio y dijo esto mirando a los ojos a Hades que no podía creer lo que estaba escuchando
- ¿Lo encerraste?, ¿eres tan medieval que lo encerraste?
- Por el momento sí, pero en esta semana lo enviaré a un internado fuera de Tokio, y no intentes interferir con ello, Shun es menor de edad y yo soy su tutor legal, tú no tienes ningún tipo de derecho o de opción a abrir la boca siquiera, ¿entendiste?
- No nos puedes hacer esto Ikky – Hades trató de tomar el brazo del peliazul que se hizo el quite con violencia llamando la atención de los muchachos que estaban llegando a clases, ellos estaban hablando en voz baja pero si fue una sorpresa para todos el ver algo así, su profesor de literatura era muy amigo del profesor de matemáticas, pero algo serio debió haber pasado para que ellos estuvieran en franca discusión en medio del patio
- Yo soy su tutor legal, claro que lo puedo hacer, y no me provoques Hades que no he hecho nada más, tú sabes muy bien todo lo que yo podría hacer
- Ikky… somos amigos…
- No, no lo somos, y no te atrevas a tratar de buscar a Shun, olvídate que existe y de paso olvida que yo existo también, quítate de mi camino y por sobre todo, no te cruces en el camino de Shun, es mi última palabra Hades, no me desafíes
- Yo lo amo Ikky – dijo Hades en un tono muy parecido a un ruego, el peliazul solo lo miró fríamente y respondió:
- No me importa
Ikky se alejó por el patio y entró hecho una furia en la sala de profesores, Hades se quedó en medio del patio y se sentía morir, él sí pensó que su amigo no iba a tomar a bien la noticia de su relación con Shun, pero no esperó que su reacción real fuera tan visceral, hablar con Ikky ahora no tenía caso porque no lo iba a escuchar y solo lo iba a enfurecer, pero… no podía seguir sin hablar con Shun, no… eso no lo podía hacer, no lo iba a hacer…
Ese lunes fue muy triste, la ausencia de Shun fue sentida por sus amigos porque ninguno de ellos había hablado con él desde el viernes, Seiya parecía molesto más que preocupado y eso tenía algo intranquilo a Mu, en la hora de educación física los chicos jugaron un partido de básquet que pasó sin pena ni gloria, salvo por una aparatosa caída de Seiya que provocó que el árbitro marcara falta al equipo contrario otorgándoles a los chicos del equipo de Seiya la victoria porque el castaño encestó el aro de la victoria resultado de la penalización por la falta del otro equipo
Esa noche Ikky llegó a casa cual vendaval, no comió, ignoró completamente a Shun el que trató de hablar con él pero no tuvo éxito, Ikky simplemente se dedicó a calificar exámenes y trabajos en la mesa del comedor, habló por teléfono y para horror de Shun escuchó que ya había conseguido cupo para ese internado del que ya había visto el panfleto, Shun se quería morir, no se quería ir a Okinawa, no se podía ir dejando a Hades atrás, ¿por qué Ikky tenía que ser tan obtuso a veces?
Shun durmió esa noche con una opresión en el alma, no había sabido nada de Hades, no había podido llamarlo, ni siquiera había visto a Seiya o a su perro, Ikky lo había desaparecido aparentemente, el pobre muchacho de ojos verdes había pasado el día entero paseándose por la casa como fantasma sin tener nada que hacer salvo pensar en todo lo que había pasado, y eso le estaba carcomiendo el alma
El día siguiente, Aioros recibió una llamada media extraña, él estaba en su oficina cuando lo llamaron de la escuela de su hijo, de acuerdo al médico de la escuela, Seiya se estaba quejando de dolor abdominal, estaba pálido, su presión estaba alta y el cuadro se iba complicando a medida que pasaba el tiempo, por lo que recomendaba que el padre del muchacho lo lleve al hospital
Sin perder tiempo Aioros llegó al colegio, tomó a Seiya, con ayuda del médico lo cargó hasta su auto y lo llevó al hospital más cercano, ese era el hospital del centro, Seiya lloraba de dolor en ese punto y Aioros al verlo así se quería morir, su hijo no era tan dramático con los dolores a manera general, pero ahora… lo veía tan mal que aceleró lo más que pudo hasta que llegó al hospital e ingresó a su hijo por emergencias, cuando lo subieron a la camilla Seiya perdió el conocimiento y ahí fue cuando el corazón de Aioros se contrajo, dioses… ¿qué le pasaba a su hijo?
Más o menos dos horas pasaron en las que su hermano, Aioria, también había acudido a su llamado, y ambos estaban muriéndose de la angustia hasta que salió uno de los médicos al pasillo y llamó:
- ¿Familiares del Sr. Seiya Hyuga? – el doctor encontró a un hombre castaño que estaba hecho un manojo de nervios
- Yo soy su padre, ¿cómo está mi hijo? – Aioros estaba pálido, su hermano a su lado tenía igual una cara de preocupación única
- Está estable, ya está consciente y eso es bueno, lo quiero mantener en observación por un par de días, su condición es estable pero algo delicada – el doctor tenía una cartilla en las manos y la estaba mirando mientras hablaba con Aioros
- Lo que sea necesario doctor, ¿pero qué fue lo que le pasó a mi hijo? – Aioros estaba muriendo por dentro, nunca en la vida había visto tan pálido a su hijo, el verlo inconsciente en esa camilla de hospital fue mucho para él
- Bueno… de lo que el muchacho me dijo, ayer había estado jugando básquet en el colegio y sufrió una caída algo aparatosa, pero… se levantó y siguió jugando, luego fue caminando a casa, en la tarde si pasó acostado porque estaba adolorido pero… él debió haber venido inmediatamente al hospital luego de su caída, aunque es lógico suponer el por qué no lo hizo
- Pero si fue solo una caída en un partido de básquet, ¿por qué debía venir al hospital? – Aioros frunció el ceño al preguntar esto
- Los embarazos de este tipo siempre son complicados, el padre incubador debe tener mucho cuidado durante el período de gestación, el riesgo de aborto es bastante elevado, en especial en alguien tan joven como su hijo – explicó el médico y miró con mucha pena como el rostro del padre de su paciente se contorsionó de la ira y la indignación, el muchacho no había exagerado en decir que a su padre le explotaría la cabeza cuando se enterara que él iba a tener un bebé
- ¿Embarazo? – la vena en la frente de Aioros latía con violencia
- Si, el paciente está en estado, de acuerdo al eco que le practicamos tiene aproximadamente 6 semanas de gestación, por favor Sr. Hyuga, sé que esto es una sorpresa nada agradable para usted pero debo advertirle sobre el delicado estado de su hijo, el muchacho está muy asustado por su reacción, y en sus actuales condiciones no debe agitarse, eso sería terrible para él y para el bebé, estamos haciendo todo lo posible para mantener el embarazo, porque si el bebé muere en la matriz debemos operar a su hijo para sacarlo, y eso es sumamente traumático para el padre incubador, las consecuencias de ello pueden marcarlo de por vida, tanto en el plano físico como en el plano psicológico, ¿entiende lo que le estoy diciendo? – el doctor puso su mano en el brazo del furioso castaño y lo miró a los ojos al decir esto, Aioros respiraba agitadamente en este punto, Aioria lo sujetó del brazo y preguntó:
- ¿Es esa la cartilla de Seiya?, ¿son esos sus valores? – el castaño menor señaló la cartilla que el médico sostenía y extendió la mano, el médico se la dio y al verla Aioria frunció el ceño al decir: - Seiya tiene la presión alta pero no lo pueden medicar y eso presenta todo tipo de complicaciones, el eco no deja ver nada extraño en la matriz o en el embrión y el sangrado pudo haber sido consecuencia del golpe en la cancha, en verdad que Seiya necesita reposo y hacen bien en tenerlo hospitalizado
- Pero… ¿pero cómo puede ser esto?, él nunca estuvo solo, yo no lo descuidé ni me despreocupé de él, si ni siquiera tenía novio ni nada, a qué momento mi hijo… ¿cómo pudo pasar esto? – Aioros se frotó la cara con las manos y suspiró con frustración
- Seiya va a estar bien con los cuidados apropiados, eso es lo importante ahora – dijo Aioria en un vano intento de tranquilizar a su hermano, el castaño menor sabía que su sobrino en algo andaba pero no sabía que las cosas ya estuvieran dadas o que la relación que mantenía estuviera tan avanzada, Seiya no le daba un respiro a su hermano
- ¿Cómo va a estar bien si va a tener un hijo?, ¿crees que el mal nacido ese se haya relacionado de nuevo con el tonto de mi hijo? – preguntó Aioros con violencia, en su mente lo acontecido con Milo estaba aún fresco, Aioria meneó la cabeza y dijo:
- No lo creo, tu hijo no es tonto, solo es joven y asumo que debe estar enamorado, ya nos contará todo lo que nos deba contar, recuerda lo que dijo su doctor, Seiya debe estar tranquilo por ende tú debes estar tranquilo, ¿entiendes?, eso es muy importante – dijo Aioria mirando a los ojos a su hermano mayor
- Si si si… en esta etapa estamos fuera de intentar hacer un aborto, ¿verdad? – Aioros miró al médico que frunció el ceño al responder y decir:
- Por lo que he hablado con el muchacho, no creo que él esté de acuerdo en practicarse uno
- ¿Seiya quiere tener el bebé?, ese hijo mío me va a matar – Aioros meneó la cabeza y la frotó con las manos de la frustración que sentía
- Es decisión de Seiya si quiere tenerlo o no, conociendo a tu hijo, ¿crees que estaría de acuerdo con un aborto?
- No… supongo que no – respondió Aioros con un suspiro cansado
- Bueno, con eso en mente, respira, cambia de actitud porque matando a Seiya no conseguirás nada, y confía en que la llegada de un bebé es siempre una bendición, mira… este es tu nieto – Aioria le dio una captura del ultrasonido que le habían hecho a Seiya, al tomarla no vio nada, Aioria se lo señaló de mejor manera y le explicó la captura hasta que logro que Aioros sonriera ligeramente, su duro exterior a veces daba a las personas un mensaje erróneo, Aioros amaba a su hijo y lo único que hacía era preocuparse por él, pero Seiya lo iba a volver loco, literalmente
- ¿Quieren ver al paciente? – preguntó el médico un poco más tranquilo al ver a los dos mayores en mejor plan, las lágrimas de aquel jovencito le habían llegado al alma, se notaba que su paciente le tenía miedo a su papá y al ver su reacción inicial pudo darse cuenta que el muchachito no había exagerado en lo más mínimo
- Si doctor – dijo Aioros ya calmado, el médico asintió levemente y guió el camino hasta la sala de cuidados intermedios, allí los dos mayores se pusieron batas verdes, gorrito y botas de tela, esto puso en perspectiva la situación para Aioros, el que entró a la habitación de su hijo y se comprimió su corazón al verlo, se notaba que Seiya había llorado y estaba asustado
- Papá… yo… yo… - Seiya intentó moverse pero una mueca de dolor se dibujó en su rostro y se dejó caer en las almohadas, el monitor cardíaco pitó a lo que una lágrima bajó por la mejilla del jovencito, Aioros llegó hasta él y le tomó la mano, le besó la frente y lo abrazó con suavidad al decir:
- Ya no digas nada, el doctor dijo que debes estar tranquilo y calmado, que si te agitas le puede hacer daño al bebé – Aioros acarició la mejilla de su hijo y le sonrió débilmente, estaba intentando poner su mejor cara pero esto le estaba resultando por demás difícil, a fin de cuentas, a sus ojos Seiya era un niño, su niño, ¿y estaba esperando un bebé?, es que Aioros aún no lo digería
- Lo siento tanto papá, yo no quería decepcionarte más, soy un estúpido – Seiya apretó la mano de su papá y lloró con desesperación, el monitor cardíaco volvió a pitar, Aioria disimuladamente palmoteó el brazo a su hermano que volvió a abrazar a Seiya y le dijo:
- Ya no quiero que te agites, yo no estoy enojado contigo, y mucho menos voy a estar decepcionado de ti, tú eres mi hijo y te amo por sobre todas las cosas, lo que más me importa ahora es que tu estés bien, y para ello tienes que tranquilizarte y respirar profundo para calmar tu corazón, respira conmigo, eso es… respira conmigo, muy bien – Aioros tomó ambas manos de su hijo y lo hizo respirar hasta que Seiya dejó de llorar y efectivamente su ritmo cardíaco se regularizó, Aioros besó una vez más su frente y acarició su mejilla acomodándose de mejor manera en la silla
- Mira papá, el doctor me hizo una foto – Seiya sacó de bajo su almohada una captura del ultrasonido y se la enseñó a su papá, el joven castaño aún estaba asustado pero se sintió mejor al ver que Aioros tomó la fotografía y sonrió un poco al decir:
- Solo espero que se parezca a ti, porque así se parecerá a mí – Aioria se rió con ganas a ello y aceptó de buena gana el golpe que su hermano mayor le dio en el estómago
- Si, se podría parecer a mí – dijo Seiya bajando la voz y acariciando su plano vientre
- Hijo… - Aioros empezó a hacer la pregunta del millón, pero Seiya lo cortó antes al decir:
- No me preguntes papá
- ¿Lo sabe?, ¿sabe que tú estás en estado?, ¿lo sabías tú? – preguntó Aioros y sintió mucha pena por su hijo porque Seiya meneó la cabeza y escondió el rostro en las almohadas, Aioros simplemente lo abrazó otra vez y le dijo: - No te preocupes por nada Seiya que aquí está tu padre, yo velaré siempre por ti y por el bebé que estás esperando, nada nunca les faltará mientras yo tenga vida, tu tendrás a tu bebé y lo amarás, estudiarás y te forjarás un futuro, será duro pero… nada se compara con el sentimiento de tener a tu bebé en brazos, cuando lo veas lo sabrás
- ¿Cuándo lo vea? – Seiya no entendió lo que su papá le dijo y se sorprendió al ver a Aioros con una expresión soñadora en el rostro cuando dijo:
- El parto de tu madre fue muy complicado, ella murió en la mesa, tú lo sabes, yo… estaba destrozado pero más que eso estaba muy muy asustado, me quería morir junto con tu madre porque en esos momentos no veía mi vida sin ella, estaba entrando en desesperación y en esos momentos vino una enfermera contigo en brazos, me hizo cargarte y… apenas te vi, lo supe
- ¿Qué supiste?
- Que tenía por quien vivir, tú eras muy pequeño e indefenso y estabas en mis brazos, ese día cambió mi vida para siempre, en medio de mi dolor llegaste tú, una luz en medio de la oscuridad, solo espera a que tengas a tu bebé en brazos y entenderás todo lo que te estoy diciendo
- Papá… te quiero mucho papá – Seiya lloró pero esta vez fue de emoción, Aioros lo abrazó y estuvo con él hasta que el joven castaño se quedó dormido, Aioros salió de la habitación y encontró a su hermano que estaba hablando con el médico de Seiya que al verlo acercarse sonrió y le dijo:
- Excelente trabajo, los signos vitales de su hijo están mucho mejor, es preferible que no lo mediquemos
- Si si… voy a casa un momento, tú te vas a quedar aquí, ¿verdad? – Aioros estaba molesto y no lo podía seguir ocultando, él había puesto su mejor cara y actitud considerando la salud de su hijo, pero en este punto lo que el castaño mayor quería era ir a matar al desvergonzado infeliz que embarazó a su hijo
- ¿A qué vas a casa? – Aioria frunció el ceño al preguntar esto
- A traerle a mi hijo unas pantuflas, una pijama, su almohada de herradura…
- Ajá… ¿a qué vas a casa? – Aioria dijo esto con suprema desconfianza
- A buscar entre sus cosas la identidad del padre de su hijo, mi Seiya no se embarazó solo y quiero saber a quién tengo que ir a romper la cara, un par de costillas, las dos piernas… tú entiendes…
- Hermano… lo más probable es que sea otro chico de su clase, yo creo que sería mejor preguntarle a Shun o algo, tal vez a Mu o a Shaka, ya mismo se acaban las clases y lo más seguro es que Mu venga a visitar a Seiya
- ¿Y cómo lo va a venir a visitar si no sabe que está aquí?
- Si sabe, yo se lo dije – Aioria se encogió de hombros al decir esto
- ¿Por qué se lo dijiste?
- Porque llamó a Seiya – Aioria sacó de su bolsillo el teléfono de Seiya, Aioros abrió mucho los ojos y lo tomó con violencia, lo empezó a revisar mientras caminaba por el pasillo, estaba mirando las fotografías primero, luego los mensajes de texto, miró las llamadas recibidas y realizadas, lo estaba mirando todo pero Seiya no tenía mayor cosa informativa en su teléfono, Aioros tenía toda la mala intención de lanzar el teléfono de la frustración y se sentó en una banca sintiéndose derrotado
- Me voy a casa, tengo que saber quién fue
- Hermano, no lo hagas, Seiya no nos lo quiso decir y eso es por algo, créeme, no pasará mucho tiempo hasta que nos enteremos, tu hijo es impulsivo y adolescente, no tardará en decirnos el secreto – Aioria se sentó junto a su hermano y le palmoteó la pierna, Aioros estaba dándole la vuelta incesantemente al teléfono de Seiya y se le cayó al suelo, al caerse el aparato se salió de su estuche y una pequeña fotografía aterrizó junto a la batería del teléfono, Aioros la tomó y pudo verse como la furia se llevó lo mejor de él, Aioria algo iba a decir pero el castaño mayor puso con violencia la foto en su mano antes de tomar su saco y prácticamente correr por el pasillo, Aioria miró la fotografía y suspiró con tristeza, aquel no sabrá lo que lo golpeó cuando Aioros llegue a su casa