Trataba con todas sus fuerzas de hacer todo bien, y por lo visto estaba resultando pues aún no había tendió queja alguna de Erick. Se había encariñado inmediatamente de los niños, después de todo siempre le gustaron, y Prieto y Wanda eran los niños más lindos que podía haber. Pero la situación con Erick era un poco difícil, se peguntaba si había hecho algo mal.
Eras las más o menos 10 de la noche, Erick había avisado que llegaría tarde, los niños ya están dormidos, se preguntó si Erick vendría pronto. Escucho la puerta, se levanto rápido yendo hacia Erick para recibirlo.
- Buenas noches Erick, te servirle la comida—Charle siempre lo recibiría con esas palabras cuando llegaba tarde y los niños se encontraban durmiendo.
- Buena noche Charles, gracias—es lo que contestaría Erick, para seguirlo una vez el castaño le hubiera quitado es saco, eso era tan extraño pero acogedor, no estaba acostumbrado a ese trato. Charles se dirigió a la cocina seguido por Erick.
Erick se sentó en la mesa, esperando que Charles le sirviera, estaba pensando últimamente en pagarle más, pues definitivamente hacía muy bien su trabajo, hasta los Sábados que eran supuestamente los días de descanso de Charles. Erick observó por unos minutos a Charles servir su comida, vio como este al momento de servir se tenso un poco, tal vez lo incomodo con su mirada.
- Erick lo siento, pero la comida se enfrió, esperas unos minutos hasta que la caliente—Charles le preguntó estando de espaldas, con la cabeza agachada.
- Puedes servirla así Charles, no pasa nada—Erick no veía el problema en comer los macarrones fríos, el castaño se quedó quieto por unos segundos y siguió con la tarea.
Charles estaba acostumbrado a quedarse a un lado de Erick mientras este comía por si se lo ofrecía algo, en esta ocasión no fue diferente, le dejo la comida enfrente de Erick, esperando temeroso alguna protesta.
“ Esto está asqueroso Charles, no puedo creer que no sepas ni cocinar decentemente. “
- En verdad cocinas delicioso Charles—Erick volteo a ver al castaño mirando de nuevo aquella sombra en los ojos, solo por unos segundos para después pasar a una resplandeciente sonrisa.
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Eran las 3 de la tarde, y hacia calor, Erick odiaba el calor, había terminado rápido el trabajo, y se dirijo directo a su casa, así que no vio necesidad de avisarle a Charles, le daría la tarde libre. Se extraño cuando bajó del auto y no escucho ningún ruido proveniente de esta.
La casa estaba extrañamente en silencio, se preguntó si estarían haciendo tarea, entro a su casa buscando cualquier rastro de sus escandalosos hijos sin encontrarlo, una preocupación se instalo en su cabeza, hasta que escucho suavemente la risa de Wanda, la cual lo llevó al jardín trasero, y los vio ahí, sus hijos corrían por todo el patio mojados y sólo vistiendo un traje de baño, Prieto con un short playero y Wanda con un trajecito completo, sonrió viéndolos correr.
Se preguntó donde estaría Charles… Su pensamiento quedó a medias cuando lo vio correr con una manguera mientras perseguía a los niños, su visión quedó completamente enfocada en aquel encantador cuerpo, solamente cubierto con un bóxer negro ajustado completamente empapado, podía ver claramente su esbelta figura, cintura estrecha, unos sutiles músculos marcados en su abdomen y pecho, con unas hermosas tetillas de un rosa hermoso, sintió un estremecimiento en todo su cuerpo, su vista viajo más abajo observando con deleite los glúteos del castaño. Perfectos. Susurro su conciencia.
- Erick! – grito Charles sorprendido, cubriéndose el pecho, los Donceles no debían mostrar su cuerpo.
Mierda. Erick se volteo inmediatamente tratando de no pensar en nada más que el sillón que estaba enfrente de él, esperaba, en verdad esperaba que el castaño no haya escuchado nada de sus pensamientos. Sintió a sus pequeños aferrarse a sus piernas mojándolo en el proceso, se agacho a abrazarlos aún dándole la espalda a Charles.
- Lo siento Erick, no sabía que vendrías temprano, ya puedes voltear- y así lo hizo, Charles tenía una toalla alrededor de su pecho cubriéndolo completamente. Trató de no pensar en lo molesto que era eso.
- Discúlpame tu a mi, debí a ver avisado que estaba en casa, lo siento—Charles se sonrojo ligeramente mientras asentía.
- Llevare los niños a cambiar—agregó el castaño, mientras agarraba de las dos manos a los niños y los llevaba consigo.
Lensherr estaba seguro de que estuvo a punto de perder la cabeza cuando vio a Chales semi desnudo, pero por dios que todavía era un varón y no estaba hecho de hielo, trató de serenarse. No debía pensar más en el asunto, aún así necesitaba un ducha fría.
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Charles se miro al espejo, su cabello estaba enredado pero brillante, su piel blanca llena de lunares y unas casi imperceptibles pecas lucia radiante, no había… Rastro de golpes, no piel amoratada, no pómulos hinchados, no ojeras, no labios partidos… Se sentía extraño.
Suspiro largamente, la convivencia con Erick era todo un sueño que no se sentía merecedor, los pequeños eran tal lindos que no merecía que los amara. Charles seguía todavía roto. Pero tratando de sonreír.
Erick estaba en el sofá más grande de la sala, con una lata de cerveza ya vacía, pensando en que hacer a continuación respecto a la Constructora, tenia unas inmensas ganas de tirar todo a la borda pero estaba consiente de que no podía hacerlo.
Necesitaba un respiro, se levanto del sillón y se encaminó a la cocina esperando que hubiera más cerveza o algo más fuerte que eso. Se encontró con Charles en el refrigerador sacando lo que supuso era leche.
- Ey.. – saludo, sobresaltado al castaño que se voltio con rapidez.
- Erick, me sorprendiste, no sabía que estabas despierto—Charles dejo el litro de leche en la encimera y busco un vaso. Se había levantado por falta de sueño y pensó que la leche le caería bien, no se supone que Erick estuviera despierto.
- Estaba pensando en el trabajo, ¿Qué haces despierto? - Erick seguía cada movimiento del castaño, Charles era demasiado refinado, la forma de moverse, la forma de hablar, incluso de tomar la una taza, se preguntó que clase de educación había tenido.
- No tenía sueño—fue la simple respuesta, aunque corta y aparentemente fría, Erick no pudo verla de esa manera, porque Charles siempre le daba calidez a todas las palabras que pronunciará, por más simples que estas fueran.
Charles era la persona más cálida, hermosa e inteligente que Erick había conocido, y todavía se pregunta como este pudo estar como un tipo como Sebastián, porque mentiría si dijera que no había pensado en el tema, por su puesto que lo había pensado. Porque Charles era tan bueno que le hacía cuestionarse muchas cosas, le hacía querer saber todo sobre el.
- Salgamos juntos—dejo escapar Erick con mirada seria y viendo fijamente a Charles.
“ Trabajo todo el día Charles, no tengo tiempo para contigo. No empieces con tus ridiculeces”
- El lunes no trabajaré y los niños irán a la escuela, podemos salir a comer—Erick había estado pensando que hacer para acercarse a Charles, y al parecer su cerebro fue lo único que pudo coordinarse para decir, se preguntó si aquella propuesta no había sonado más Estúpida de lo que creía.
- Salgamos el lunes Erick- Charles lo miraba con ojos brillantes y una sonrisa.
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A Erick le gustaba Charles, lo había descubierto desde hace ya bastante tiempo. Y Charles estaba demasiado confundido como para saber si Erick le gustaba o no, la sombra de Sebastián tenía mucho que ver con eso.
A pesar de que acordaron salir el Lunes el clima estuvo totalmente en desacuerdo, la lluvia azoto con fuerza aunque habían pronosticado solo un día nublado y con poco frío, los niños no fueron a clases y se encontraban todos en la sala pensando en que hacer.
- Papá estoy aburrida—dijo la pequeña con una expresión de flojera.
- Papá yo igual estoy aburrido- Prieto se unió a su hermana, los dos niños estaban en el suelo rodando de un lado a otro, todavía en pijamas, eran las 10 de la mañana y el clima parecía que no cambiaría. Erick pensó que sólo faltaba que Charles le dijera que también estaba aburrido para terminar de completar el escenario.
- Erick estoy aburrido—Erick volteo a ver al castaño con sorpresa, encontrándose con una sonrisa burlona de Charles. Había estado pensando muy fuerte-- no, no leí tu mente, solo es que me pareció que estabas pensando eso, y por la expresión creo que hacerte-Erick río con fuerza, dejando su lugar en el cómodo sillón para acostarse en el suelo con sus hijos.
- Vamos Charles, recuéstate- Charles lo miro sorprendido, pero sonrió segundos después y se abalanzó contra el mayor, con una divertida sonrisa que significaba sólo una cosa, luchita. Los niños vieron como Charles se abalanzaba contra su padre y rieron divertidos, se levantaron y se empezaron a subir encima del castaño que estaba encima de Erick.
La pelea comenzó, con los dos adultos haciéndoles cosquillas a los pequeños y estos tratando de librarse. Erick escuchaba la risa de Charles y no pudo pensar en otra cosa más que en ese sonido. Terminaron acalorados y desparramados en el suelo de la sala, con Erick acostado y un Charles encima de él, con los pequeños sentados a un costado tratando de calmar sus risas.
Erick vio al Doncel encima de él, estaba con el rostro rojo, los ojos azules brillantes por lágrimas y una hermosa sonrisa.
- Que tal si vemos una película – Exclamó Charles levantándose de donde había estado, y sentándose a un lado de Erick.
- Siii, Harry Potter - los niños gritaron y salieron corriendo a su cuarto para buscar la película.
- Charles—llamó Erick con una expresión extraña en el rostro.
- Si Erick- Charles lo miro con esos ojos radiantes que hacían que el mundo se detuviera por un instante. Charles era grandioso.
.- Lo siento, por no poder salir hoy, te lo recompensare-
- Esta bien, disfruto mucho estar con los niños-- y justo cuando pensó que Charles ya no podía ser más grandioso, se dio cuenta de que si lo era. Porque se había dado cuenta que Charles amaba a sus hijos, más de lo que había pensado.
Charles se sintió observando por Erick pero en este punto ya no le incomodaba, llevaba viviendo casi 5 meses con el y las cosas habían cambiado, solo un poco, por eso cuando Erick le preguntó sobre si quería salir no pudo hacer más que aceptar. Charles le sonrió a Erick de esa forma que solo el sabía, pero sin ninguna intensión detrás de esta sonrisa, pero Erick, Erick estaba como en otro mundo. Erick se acerco a Charles no pensando en nada más que los labios rosados del castaño, su mente se apago y sólo sintió el suave contacto ajenos labios contra los suyos, en un beso superficial.
Charles no supo cómo es que de un momento a otro el rostro de Erick se encontraba cerca suyo, tampoco supo cómo y en qué momento fue que cerró los ojos disfrutando del beso, sólo sintió cuando Erick lo profundizo, y un cúmulo de sensaciones lo embriagaron.
- Sal conmigo—Dejó salir Erick después de romper el beso.
- Si- y Charles como estaba tan confundido, solo atino a decir eso.
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Estaba cansado había tenido un largo día de trabajo, y lo único que quería era acostarse a dormir.
-Bienvenido amor, quieres cenar? – la voz cálida de Charles lo recibió en la entrada de la casa. La forma en que Charles le decía amor era la misma forma en la cual le decía te amo, con esa voz hermosa, era como una caricia con palabras, amaba la voz de Charles porque lo hacía relajarse completamente.
-No cariño, gracias – Erick pensó que Charles no podía ser más perfecto, se acerco a él recibiendo un casto beso en los labios. Charles siempre esperaba un beso cuando llegaba del trabajo, y el no podía estar más encantado de dárselo.
-Porque no te refrescas un rato antes de meterte a bañar, buscaré tu ropa—porque Charles era tan perfecto, siempre era tan atento que empezaba a creer que era más de lo que se merecía—como te fue en el trabajo amor-
-Sigue siendo cansado, pero esta dando buenos frutos, hoy acabamos de terminar los papeles para una nueva construcción- Erick caminaba a atrás del castaño.
-Entonces todo va bien—Erick noto que algo estaba mal, Charles nunca se quedaba tan callado.
-¿Pasó algo? - Erick vio como el castaño se tensaba, definitivamente había pasado algo.
-Hoy los niños me dijeron mamá- Erick lo dijo en un tono bajo, como un susurro de algo secreto, algo hermoso que no podía ser escuchado por nadie más..
- ¿Te molesta Charles? – Erick tomo del brazo conduciéndolo a su cama, mirándolo de frente. - No Erick, no me molesta, es solo que su madre…
- Ellos nunca tuvieron madre Charles – interrumpió Erick con voz cansada, no había querido contarle a Charles sobre eso, era un poco doloroso incluso después de tantos años—Magda la madre de los gemelos era una No mutante, nunca nos casamos, cuando ella quedó embarazada pensé que lo haríamos y ese era el plan, hasta que vio a Prieto cuando nació, lo aborreció en cuanto vio el cabello blanco, dijo que no quería un mutante como hijo- en este punto Erick se encontraba acostado en la cama con un brazo tapando le los ojos—pensé que con el tiempo lo aceptaría, al mes de nacidos salí a comprar la despensa, cuando volví, Magda estaba tratando de asfixiar a Prieto, la detuve y tome a los dos niños y me fui de ahí, no supe nada más de ella—
Erick sintió la calidez del cuerpo de Charles a su costado, y un tibio abrazo el cual correspondió. - Gracias por contarme Erick- Charles tenía los ojos brillosos, las lágrimas venían cerca—yo amo a tu hijos como si fueran míos, me hace muy feliz que me digan mamá –
- Gracias Charles, por ser la Mamá de mis hijos—Erick sintió un beso en la frente—Quiero tener una gran familia a tu lado Charles—le expresó con deseo Erick.
Charles paro la caricia que estaba dando y se levantó de la cama. Erick abrió los ojos, y se preguntó si el comentario había molestado al castaño.
- No puedo tener hijos Erick, ni siquiera sirvo para ser Doncel—La voz de Charles se escuchaba temblorosa, y podía ver el ligero temblor en su cuerpo. Erick se levantó de la cama y estrecho a Charles.
- Nunca vuelvas a decir eso- lo apretó más fuerte contra si, queriéndolo transmitir toda la confianza que el tenia—Eres el Doncel más perfecto que he visto, y la persona más maravillosa que he conocido—sintió como el castaño empezaba a llorar, lo hizo levantar el rostro, para besarlo repetidamente en todo el rostro, calmando el llanto—tenemos a Wanda y Prieto, seremos una gran familia juntos –
Erick se encontraba divido entre consolar a Charles o buscar a Shaw y matarlo de la forma más dolorosa posible. A pesar de que el castaño no le había contado nada de su pasado con su Ex esposo sabía que todas y cada inseguridad que tenía Charles era por culpa de es idiota. Hubiera dado toda su fortuna para haber conocido a Charles unos años antes y así ayudarlo a criar desde pequeños a Wanda y Prieto.
Pero Erick sabía que eso no podía ser posible, lo único que le quedaba era amar a Charles con todas sus inseguridades. Erick sabía que Charles esta Roto y confundido.
Erick sabía que Charles no tenía confianza.
Erick sabía que ese Charles asustadizo no era el Charles de verdad.
Pero Erick amaba a Charles.
Erick amaba cada pedazo del Charles Roto.
Y juraría por su madre que de ahora en adelante ayudaría a Chales para que renaciera como un Charles alegre y seguro.
Erick se encargaría de borrar cada rastro de Sebastián que todavía estuviera en Charles.