Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Vacíos encontrados, la luna llora en tu mirada." por darkness la reyna siniestra

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

- o - 🌙 - o -

 

El tiempo se escurrió entre conversaciones que tenían diversos temas, anécdotas divertidas y otras extrañas, confesiones, temores y gustos, la botella de vino había terminado un poco abajo de la mitad y la comida había sido deliciosa habiendo superado las expectativas del griego, y remontado al italiano a una infancia lejana y querida.

—¿Te ha gustado la comida? —quiso conocer Leo al tiempo en que tomaba una servilleta.

—Me ha fascinado —sonrió—, hace mucho que no probaba comida cacera italiana que no hiciera yo mismo.

—Apuesto que lo que tú preparas también es delicioso...
—No presumo de eso pero, creo que mi sazón es buena. ¿Tú puedes cocinar, Aioria?

—No tanto como mi hermano, pero me defiendo bien —dijo riendo.

—Eso es bueno —Death volteó su vista a un reloj clásico que colgaba de un pared cercana—, creo que ya se está haciendo tarde y debemos regresar al Santuario.

—Tienes razón, el tiempo se acaba —Aioria se puso de pie para ayudar al otro con la silla y que pudiera levantarse también.

Cuando ambos estuvieron de pie, Leo llamó al joven que los había atendido para poder pagar la cuenta de lo que habían consumido. Death se sentía extraño mirando como Aioria pagaba, aún no creía posible que hayan comido juntos, que se hayan contado historias sobre sus misiones o contando hechos divertidos de sus amigos más cercanos, era inverosímil a criterio del cangrejo todo aquello, y sin embargo le había gustado más de lo que pensó.

Cuando Aioria le puso esa salida como condición para no decir nada sobre sus escapes, se sintió molesto y hasta obligado pero ahora, era algo que internamente admitía que le gustaría volver a repetir.

El pensamiento de comer al lado de Leo nuevamente le asustó un poco pero luego una leve sonrisa adornó sus labios al imaginar una forma muy agradable de pagarle a su compañero por el buen rato y la buena comida que le había hecho disfrutar, pero primero debería esperar y arreglar unas cuantas cosas, no quería parecer ansioso de todas maneras ese no era su estilo pero si quería hacer aquello, tenía que planear todo con calma para que saliese bien.

—Bien, Death ya está, podemos irnos —sonrió Aioria guardando su billetera para pronto guiarlo a la salida de aquel lugar.

—De acuerdo —asintió comenzando a caminar—. Por cierto, muchas gracias de nuevo por esto, Aioria, me la he pasado muy bien contigo, espero haber sido una compañía amena para ti.

—Claro que si, Deathmask, me ha gustado mucho estar a tu lado. Gracias por permitírmelo.

Las mejillas del griego tomaron un suave color carmín pero evitó ver al mayor mientras sonreía al termino de aquellas palabras que hicieron sonreír también al otro.

Parecía extraño pero se sentían tan cómodos uno junto al otro, tan en paz y en confianza a pesar de sólo haber salido por primera vez —para Death al menos—, Aioria nunca imaginó lo feliz que se sentiría al estar junto a Deathmask, desde que había visto las facetas más puras y ocultas de éste, quería conocer todo de él y al fin estaba avanzando en poder lograrlo pero como el hombre que realmente era y no como la fiera que le acompañaba por las noches.

 

- o - 🌙 - o -

 

Tras un recorrido tranquilo donde de paso aprovecharon a comprar algunas cosas que necesitaban, Leo y Cáncer llegaban finalmente al Santuario, Aioria dejó a Death en su templo como en las películas cuando luego de una cita, el chico lleva a la chica a la puerta de su casa pero esto no era una película por lo que no hubo un beso de parte de "la chica" pero si una sonrisa junto con un agradecimiento por todo lo bien que se la habían pasado. Aioria hubiese querido por lo menos darle un pequeño abrazo pero tendría que conformarse por ahora, si hacía las cosas bien en poco tiempo podría besar a ese hermoso italiano cuando, donde y como quisiera.

Al ver que el mayor ya estaba fuera de su campo de visión al perderse por algún pasillo, el griego siguió su camino hasta su templo para realizar sus actividades de la tarde.

 

- o - 🌙 - o -

 

Eran apenas las dos de la tarde cuando el guardián de Piscis bajaba por los templos con un único destino. Después del entrenamiento de esa mañana Death se había comportado misterioso, como si estuviera incómodo o ansioso pero cuando le había preguntado sobre eso el italiano le había restado importancia y le aseguró que estaba como siempre pero obviamente él como su mejor amigo, lo conocía demasiado bien como para saber que le mentía y que algo ocultaba.

Otra cosa que había notado Afrodita fue que a diferencia de otros días, Aioria de Leo no se acercó a atacar a Deathmask como siempre lo hacía, el sueco recordaba que casi siempre el de Leo atacaba a su amigo y este terminaba alejándose con el semblante triste. Aquello lo hacía molestar y muchas veces enfrentó a Aioria por eso aunque esto Death no lo sabía y Afrodita lo prefería así, no comprendía cuál era el problemas que el griego tenía con Masky pero él no pensaba dejar que nadie le lastimara.

Dita comprendía el pasado de Death pero también sabía del cambio enorme que sufrió al ser revivido, su alma estaba limpia y todos sus pecados fueron perdonados por lo que creía que nadie debería juzgar al canceriano sin darse la oportunidad de conocerlo siquiera.

Ahora llegaba al quinto templo. Trató de anunciarse para pedir paso pero no había rastro del guardián del lugar, no le tomó mucha importancia y pasó de todas maneras para llegar a la casa de Cáncer. Cuando Dita llegó a su destino, decidió llamar a su amigo, sólo esperaba que estuviera ahí.

—¿Death? ¿Death, estás en casa? —Afrodita ingresó hasta el centro del templo, mirando a todos lados tratando de encontrar al peli-azul.

Deathmask que estaba en una de las habitaciones que fue acondicionada como un pequeño estudio, realizaba un reporte sobre una pequeña misión que había tenido hace poco, al escuchar la voz del sueco se levantó de su silla para salir del lugar e ir a ver a su amigo de celestes cabellos.

—Siento su cosmos aquí, pero no imagino en que parte del templo pueda estar —pensaba el joven con los brazos cruzados.

—¿Dita? ¿Qué haces aquí, amigo? —la voz suave y extrañada de Death sacó al nombrado de sus pensamientos haciéndole voltear hacía atrás de él.

—¡Death, dioses al fin apareces! —rió— He venido porque no pienso quedarme con la duda de lo que te ocurre, hoy te me fugaste sin decir nada, pero yo sé que algo te pasa y como tu mejor amigo deseo que tengas la confianza para contarme lo que te esté causando conflicto.

Death miraba a Afro sin creérselo, aveces se sorprendía por los dotes de brujo que ese pisciano parecía tener y eso lo asustaba porque ya existieron situaciones similares a esa donde Afrodita no se rindió hasta saber lo que le ocurría. Un ejemplo de eso fue cuando ocurrió aquel trágico encuentro con Shura, y por lo que hasta ahora el peli-celeste ni la hora le daba al español y ni se diga de su reacción cuando supo el resto, si no le dejó de hablar a él fue porque realmente lo quería y deseaba protegerlo, porque sino sinceramente Death sabía que Afrodita no lo miraría siquiera por permitirle al peli-negro hacer lo que quisiera con él.

—Dita, en verdad no debes preocuparte, yo estoy bien...

—Masky no me quieras ver la cara de idiota, estás actuando raro, te conozco lo suficientemente bien para saber cuando algo te está pasando. ¿O es qué no me tienes confianza? —preguntó triste.

El tono de Dita hizo sentir culpable a Death, él comprendía que el otro se estaba preocupando por él, no estaba seguro de que fuera buena idea contarle lo que estaba sucediendo con Aioria porque a decir verdad ni él mismo sabía por qué estaba pasando todo aquello con alguien que juraba odiarlo y que ahora buscaba la forma de estar a su lado. No imaginaba lo que Afrodita pensaría o como tomaría el que Aioria haya querido cambiar su comportamiento para con él.

Pero él también conocía demasiado bien a Dita y estaba completamente seguro que el joven no se daría por vencido, aún si tuviera que acosarlo para conocer el motivo de su ansiedad, daría con él fuera como fuera. Deathmask suspiró sin más opción que decirle a su amigo lo que pasaba, pueda que incluso el otro le pudiera aconsejar porque la verdad sea dicha, Masky no sabía que hacer o pensar con la nueva actitud de Aioria.

—Está bien Dita... tú ganas —le acarició el hombro izquierdo en muestra de comprensión—, te contaré lo que me pasa pero no aquí.
El de cabellos celestes sonrió agradecido de ser merecedor de la confianza de Cáncer y mucho más animado repuso tomando al mayor de la muñeca derecha comenzando a halarlo.

—¡Entonces vamos a tu habitación para que me cuentes todo!
La confianza que se tenían venía desde que eran niños por lo que ya desde aquel entonces era normal entre ambos que tanto Death como Dita se refugiaran en la habitación del contrario para platicar, apoyarse o contarse chismes y secretos. Ahora de mayores el hábito lejos de extinguirse se había fortalecido, es por eso que al italiano no le molestaba estar siendo arrastrado hasta su dormitorio.

Cuando hubieron llegado, Afro prácticamente arrojó a Masky al interior para luego entrar él y cerrar tras de si la puerta evitando algún posible escape del cangrejo. Death le miraba sorprendido pero no queriendo hacer sentir mal de alguna manera al sueco, decidió tomar asiento en la cama y con una expresión cansina preguntó.

—¿Y bien, qué quieres saber Dita?

—Quiero saber porque hoy en el Coliseo te veías tan ansioso. Además de eso prácticamente me abandonaste para venir aquí.

—De acuerdo amigo, voy a contarte esto desde el inicio pero quiero que me prometas que esto quedará entre tú y yo y nada saldrá de esta habitación.
El tono del mayor era determinante, Afrodita impresionado asintió y le prometió que lo que ahí se hablara, ahí se quedaba.

—Me conoces, no diré una sola palabra de lo que vas a confiarme.

—Está bien, confío en ti.

Y así el confundido cangrejo comenzó a contar a su amigo desde que sus rutinas nocturnas cambiaron con la presencia de un desconocido león de ojos verdes que conoció a la orilla de la playa...

 

 

 

Notas finales:

Hasta la siguiente actualización, sigan bell@s


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).