Tom Ryddle, más conocido como Lord Voldemort miraba por el ventanal de la oficina de la mansión Slytherine como en el horizonte se veían las maldiciones en la batalla que en esos momentos se estaba llevando adelante en todo el país. En su cabeza se repetía una y otra vez la profecía que hacía dos años habían intentado robar los mortífago para él, “El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca..., Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes... Y el Señor Tenebroso lo señalará como su igual, pero él tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce... Y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida... El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes...”
- Por favor, ya deja de pensar – dijo Harry entrando a la habitación – haces que me duela la cabeza
- ¿Quién te dijo que puedes entrar aquí? – dijo molesto el mayor
- Soy tu Omega ¿lo recuerdas? – dijo Harry burlesco – también es mi casa
- ¿Por qué no peleaste hoy? – arremetió el señor tenebroso
- Si me querías matar, ¿por qué no lo hiciste ese día, en el parque? – dijo Harry con total simpleza
- Las preguntas aquí las hago yo – dijo el Lord
- ¿Por qué eres el Alfa? – dijo Harry
- ¿acaso tu padre no te enseño cómo comportarte ante un Alfa? – dijo Voldemort molesto
- Lo hizo – dijo Harry – por eso es que está muerta ahora ¿lo recuerdas? – y de manera casi sincronizada ambos hombres sacaron sus varitas y se apuntaron mutuamente – ¿quieres ser el amo del mundo? Primera decisión crucial. Puedes comportarte como todos los malditos bastardos de tu casta y desatar una guerra sin cuartel entre nosotros que de antemano te digo, no voy a perder, o… puedes aceptar que no conquistaste tú solo el mundo mágico y darme la parte del poder que me toca
- Haber, ilumíname ¿Cuál es la parte que te toca? – interrogo el señor tenebroso
- Dame el poder para darle una buena vida a los Omegas, – dijo Harry – que tengan los mismos derechos que un Alfa, y ellos mismos serán los centinelas de tus dominios
- Para eso tengo a los mortífago – dijo el lord – no me ofreces nada que no tenga ya – golpearon la puerta – Pase – dijo Voldemort
- Señores – dijo Severus entrando y haciendo una venia – El traslado de la orden ha Azkaban ya concluyo
- Entrégaselo a los dementores – dijo Voldemort
- Espera Tom – dijo Harry – hay gente valiosa, que puede servirte
- ¿A qué te refieres? – dijo el mayor
- No todos peleaban en el bando de la luz por convicción – dijo Harry – por ejemplo Lupin
- ¿el hombre lobo? – dijo Voldemort
- Severus – dijo Harry – ¿sí pudieras colocar a Remus en algún lugar al servicio de Tom, donde lo pondrías?
- Lupin es excelente en artes oscuras – dijo Severus
- Domino las artes oscuras – dijo Voldemort
- Creo que no me estas entendiendo – dijo Harry sonriendo – tú eres el amo del Mundo Mágico, debes aprender a delegar funciones.
- ¿Y según tú que funciones delegarías? – dijo Tom de manera burlesca
- Los carroñeros – dijo Severus –, si Lupin se entendiera con Greyback le daría un poco de humanidad a esa bestia y usted tendría a su disposición la mejor fuerza de control
- Lo lobos son muy inestables – dijo Voldemort
- No con la poción matalobos – dijo Severus – y eso es solo una noche al mes. Noche en la que otros mortífagos podrían hacerse cargo
- ¿Quiénes están entre los prisioneros? – dijo Harry y Voldemort asintió disimuladamente
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James despertó a la mañana la siguiente y lentamente todos los hechos del día anterior
- ¿Cómo estás? – pregunto Severus sentándose a su lado
- Harry quiere estar con él – dijo James
- ¿está mal que intente ser feliz? – pregunto Severus
- Es un asesino, Severus – dijo James
- Anoche después que te dormiste – dijo el pocionista – fui testigo de una muestra de lo que en realidad tu hijo es
- ¿Mato a alguien más? – dijo James asustado
- James, confía en él – dijo Severus sonriendo –, intenta hacer este mundo más seguro para ti
- Soy yo quien debería hacerlo para él – dijo James
- Entonces hazlo – dijo Severus –. Deja de avergonzarte de ser quien eres y conviértete en el padre que tu hijo merece y necesita en este momento
- Quiere que sea su mano derecha – dijo James
- ¿Y tú que quieres? – dijo Severus
- No lo sé – dijo James
- Te propongo algo – dijo Severus – baja y convive con ellos, descubre que quieren en realidad. Luego tomas tu decisión
- ¡Es Lord Voldemort! – dijo James –. El responsable de esta guerra
- Si mal no recuerdo en una guerra existen como mínimo dos bandos – dijo Severus – y tú estabas en uno de ellos, así que también eres responsable de esta guerra
- Es… – tartamudeo James – es… diferente
- ¿Ah sí? – dijo Snape – ¿y en que es diferente?
- Bueno… yo… – dijo James
- Tienes razón – dijo Severus – es diferente porque tú solo peleabas, pero nadie se tomó el trabajo de decirte porque peleabas ¿o sí?
- Dumbledore dijo que… – susurro James
- Dumbledore – exhalo el mortífago – no he conocido nada más dañino que ese hombre
- ¡Severus! – reprendió el otro hombre
- Con el tiempo te darás cuenta – dijo el profesor – de cómo son las cosas – golpearon suavemente la puerta – adelante – dijo Severus y un elfo domestico entro a la habitación – ¿sí?
- Los amos los esperan en el comedor – dijo el elfo
- Gracias, Grinpy – dijo Severus y elfo se fue
- Ya escuchaste – dijo Severus poniéndose de pie – ¿o quieres que te lleve cargado estilo princesa?
- ¡No! – dijo James cuando el mortífago hizo ademán de quererlo levantar en brazos
- Antes te gustaba que te cargasen así – dijo Severus
- Gracias, pero tengo dos piernas, muy lindas por cierto, con las que puedo caminar – dijo James
- Es cierto – dijo Severus moviendo la cabeza dubitativamente – tienes dos piernas, pero a mí no me constan que sean lindas. Aun no las he visto
- ¡Eres un insolente! – dijo James poniéndose de pie y Severus Snape no pudo hacer otra cosa que sonreír sinceramente. Aunque sonara masoquista, él si quería volver a ver al James que había conocido en sus años escolares, y tal vez con algo de paciencia lo podría lograr
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Lo primero que James Potter vio al bajar al comedor fue a Lord Voldemort sentado en la cabecera de la mesa, mientras que su hijo estaba en el extremo opuesto de esta. Era un lugar elegante y muy bien iluminado
- Papi – dijo Harry poniéndose de pie y yendo a su encuentro – me alegro que hayas decidido salir de tu habitación
- Bienvenido James – dijo Voldemort y este no pudo evitar estremecerse completamente –. Desde hoy, bueno, desde anoche, esta es tu casa
- Gracias… señor – dijo James algo nervioso
- Tom – dijo Harry – su nombre es Tom
- No me gusta que… – dijo el señor oscuro tratando de controlar el tono de su voz
- No me has presentado ningún certificado que diga que tu nombre sea Lord Voldemort – interrumpió Harry – por lo tanto tu nombre sigue siendo Tom Ryddle, y es así como se te tratara en esta casa ¿está claro?
- ¿Cómo te atreves…? – dijo Bella furiosa sacando su varita, quien estaba parada detrás del Voldemort
- ¡Expelliarmus! – dijo James, quien con un rápido movimiento le robo la varita a Severus y lanzo varios metros hacia atrás a la mortífaga – yo… – dijo el moreno nervioso tirando la varita – no…
- ¡Cruxio! – dijo Voldemort y la mortífaga se retorcía de dolor
- ¿Estás bien, papi? – pregunto Harry corriendo a abrazarlo
- ¡Eso fue increíble! – dijo Severus conteniendo aun la respiración
- ¿James – dijo Tom suavemente mirando de reojo hacia Harry –, tú tienes varita? – y James negó instantáneamente
- Lily decía que los Omegas no la necesitamos – explicó James – por eso bloqueo mi magia cuando Harry era un niño. La que yo utilizaba solo una extensión de la suya
- Al morir Lily, la magia se liberó – dijo Harry
- Severus – dijo Voldemort – que traigan a Ollivander, mi suegro necesita una buena varita
- No, no, no señor – dijo James nervioso
- Un mago necesita una varita – dijo Harry
- Tu hijo tiene razón – dijo Severus –. Aún recuerdo nuestros días de colegio. Siempre fuiste un mago muy hábil.
- Yo… – dijo James sonrojado
- Vamos a comer – dijo Harry encaminándose al comedor
- No quiero molestar – dijo James tímidamente
- Repito lo que dije hace un momento – dijo Tom –, desde anoche, esta también es tu casa
- Ven – dijo Harry sentando a su padre a su lado – un buen desayuno es lo que necesitas en estos momentos
- No te preocupes por ella – dijo cuándo James miro de reojo a Bellatrix – debe aprender que mi familia creció y ahora debe respetarte
- Mi señor – dijo Severus entrando al comedor – en cuanto el desayuno termine, Ollivander lo vera
- Muy bien – dijo Tom mientras Nagini entraba
- Permiso – dijo Severus haciendo una venia para retirarse
- ¡Severus! – dijo James nervioso
- Tranquilo – dijo este –, estarás bien
- No te vayas – suplico James
- No puedo – dijo el mortífago mientras Voldemort y Harry se miraban de reojo
- Acompáñanos, Severus – dijo Harry
- Ya escuchaste a Harry – dijo el Lord – siéntate
- Por supuesto, amo – dijo Severus haciendo una venia
- Así que lo obedeces a él y a mí no – dijo Harry con tono serio – pues te comunico que yo también merezco obediencia
- No dije lo contrario, mi señor – dijo Severus nervioso –, no quise…
- Estaba bromeando con el tono – dijo Harry sonriendo – veo que mi papi se siente bastante cómodo a tu lado. Tom – dijo mirando a su Alfa – yo entiendo que Severus es alguien de tu confianza, pero ¿lo dejarías pasar un tiempo con mi papi? Hasta que se sienta mejor con los cambios – y tanto Severus como James se mostraron ilusionados
- Tenía planes para Severus – dijo Tom y James deja caer los hombros – pero si tu papi va estar mejor junto a él, no hay ningún problema
- Gracias, señor – dijo James – muchas gracias am…
- ¡Tom! – interrumpió Harry – ¡su nombre es Tom! ¡Y ni se te ocurra contradecirme! – dijo mirando al Lord – ¡Cruxius! – dijo apuntando a Bellatrix con su varita
- ¿Qué te pasa? – dijo el Lord sorprendido
- Ella iba contradecirme – dijo Harry – ¿tú también lo harás?
- tú y yo debemos aclarar puntos– sentencio el lord
- Cuando quieras, cariño – dijo Harry sonriendo – hablando de aclarar puntos, ¿Qué piensa hacer con los Omegas?
- ¿Qué hay con ellos? – dijo Tom
- Uno de los puntos principales para nuestro “acuerdo”, fue el trato hacia los Omegas – dijo Harry
- Lo sé, pero un Omega no podría estar solo al frente de algo tan grande – dijo Voldemort
- ¡Me mentiste! – dijo Harry tirando su servilleta y poniéndose de pie
- Tal vez completamente solos – dijo James tímidamente – no al principio, pero sí de a poco se le van delegando responsabilidades, un Omega podría vencer a un Alfa en su área
- ¡Eso es imposible! – grito Bella
- Tú misma lo sentiste en carne propia hace unos minutos – dijo Harry – ¿o acaso no volaste bajo el hechizo de mi papi?
- ¿Quién te crees…? – grito Bella
- Cállate Bella – ordeno Voldemort
- Pero amo… – insistió Bellatrix sorprendida
- James – dijo Tom –, definitivamente quiero escuchar todas las ideas de mi Omega y mi suegro
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