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The First And Last por Ckonny Nickole

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Anoche soñó, con el capitán del pelotón aliado que lo acompañó en una guerra hace tiempo. Un sujeto joven como él y con una personalidad difícil de manejar...

Al principio se odiaban, pero después de haberse salvado el pellejo mutuamente en el campo de batalla terminaron por entenderse.

Todas las escenas que había vivido al lado de ese sujeto habían vuelto a su cabeza en ese sueño, pero a pesar de ello, no podía recordar el aspecto de ese soldado, mucho menos su nombre. Después de todo, aquel tuvo que volver con su pelotón a defender el frente Norte mientras Naruto volvía a su posición en el Sur.

Fue uno de esos sueños en los que estas consciente de que todo eso que observas no es real, pero a él le hubiese gustado creer que en verdad estaba allí.

—Hey, Naruto ¿Escuchaste lo que dijeron los demás? —La voz de Kiba proveniente de la celda del lado lo sacó de su ensimismo haciéndole desviar su mirada del compañero con el que compartía espacio. Aquel que había estado observando atentamente desde que había despertado— Chouji murió anoche, dicen que se los llevó la muerte en persona.

Un suspiro lastimero salió de sus labios cansados. Chouji había sido uno de los últimos soldados en incorporarse a esa extraña cárcel— ¿Otro caído más? Esas malditas agujas que nos inyectan todos los días nos están matando ‘ttebayo, ¡La muerte son ellos! —Gritó enojado viendo a los guardias que los habían encerrado.

Los mismos infelices que los llevaban como conejillos de indias a los laboratorios una vez al día para realizarles pruebas con sustancias que luego usarían en batalla.

—Parece que deliramos, pero más de alguno afirma haberlo visto…—Apenas Kiba siguió con el tema, la presencia de su compañero de celda pareció pesar haciéndole volver su atención a este— Un soldado de nuestra edad, tan atractivo como el pecado. Algo irreal.

La sonrisa de lado que le dedicó Sasuke en ese momento le heló la sangre inexplicablemente.

— ¿Tú lo has visto? —Preguntó Naruto al soldado. Aquel tipo que le cortaba el aliento con solo una mirada y que desaparecía misteriosamente de vez en cuando por las noches para, según Naruto, ser llevado al laboratorio en donde le inyectaban las mismas sustancias que a él, pero que por alguna razón ninguna parecía surtir efecto.

— ¿No crees que ya debes dejar de creer en historias de fantasmas? —Respondió él. Naruto jamás admitiría que tenía razón porque sentía cierta rivalidad con este desde que lo conoció— Tarado.

— ¡Agh, bastardo!

— ¿Naruto? —Oyó a Kiba cuestionarle.

Pero su pelea verbal con Sasuke continúo dejando en segundo lugar las preguntas del otro soldado que parecían murmullos incomprensibles. Algo que siempre sucedía cuando hablaba con Uchiha.

El “¿Con quién hablas?” nunca llegaba a sus oídos, la voz ronca y atrayente de Sasuke lo impedía.

Y es que, la sola existencia de Sasuke parecía reducir todo lo demás en algo insignificante. Algo que simplemente no podría compararse jamás con él.

Soltó un suspiro cuando sintió un tirón en su pecho seguido de un dolor al que ya se había acostumbrado.

Con el pasar de los días, las drogas que le inyectaban día a día habían dejado de enfermarlo o al menos eso era lo que quería creer. La fiebre había desaparecido al igual que los sudores fríos de su cuerpo que le provocaban espasmos involuntarios, pero la dificultad al respirar seguía allí, tan peligrosa como las punzadas constantes en el pecho y la pérdida de consciencia que experimentaba de vez en cuando dado a la falta de alimento y el cansancio que traía su cuerpo enfermo y devastado.

Aun así, por más enfermo que estuviera, podía ver y oír claramente al soldado de aspecto maravilloso delante de él. Tan limpio y perfecto como solo parecía que él podría serlo.

El contorno de su rostro perfectamente pulido en una simetría que parecía haber sido previamente calculada…

Naruto terminó perdiéndose, como cada día, en el rostro atractivo de Sasuke sin querer.

Le echaba la culpa al hecho de que aparte de una enorme pared de concreto y los barrotes de su celda, no tenía nada más con qué distraerse y por eso irremediablemente terminaba observando a su compañero de celda más de lo que debería, no porque efectivamente este le parecía atractivo.

Mentira.

Siempre empezaba a mirar por la barbilla, pequeña y afilada, para luego lenta y discretamente subir la vista hacia los labios delgados que mantenían una postura firme en línea recta ocultando esos dientes blancos y derechos que había visto en un par de ocasiones cuando Sasuke le había sonreído socarronamente en respuesta a una de las tantas peleas idiotas que provocaban el encierro y su estado de constante delirio.

Siguió observando, siempre con cuidado de ser descubierto, la nariz respingada era un perfecto puente que le gustaba cruzar con la mirada antes de llegar a la zona más atrayente de todas en ese perfecto rostro.

Oscuros, misteriosos, profundos… tenía muchos adjetivos para describirlos, pero todos ellos eran demasiado ambiguos e inexactos para él. Simplemente, Naruto jamás podría encontrar las palabras adecuadas para describir todo lo que le hacían sentir aquellos ojos que parecían albergar los misterios más profundos de la tierra.

—¿Qué es lo que tanto miras, idiota?

Tragó duro al ser descubierto. Sasuke, quien había estado observando los barrotes con atención momentos atrás, se volteó a verlo con una ceja alzada demostrando que era consciente de que lo había estado observando por largos minutos con detenimiento.

Iba a responder con cualquier cosa, una excusa o un insulto, pero nada pudo salir de su boca al no tener el ingenio suficiente para ocurrírsele algo acorde a la situación, así que solo desvió la mirada incómodo mientras comenzaba a sentir que sus mejillas se calentaban, lo cual esperaba que fuera por una fiebre recién incubada y no por la vergüenza.

—Hmp.

Frunció el ceño. Sentía a su compañero claramente burlarse de él por lo que se volteó nuevamente a verlo enojado.

—No te creas tanto, ‘ttebayo.

—¿Creerme qué? Eres tú el que me ha estado mirando todos estos días fijamente.

—¡Alucinas! —Gritó a la defensiva.

Sasuke torció una sonrisa— No diría que soy yo el que alucina.

—¿Cómo estás tan seguro? —Cuestionó entendiendo de inmediato a qué se refería el otro con ello— Todos en este maldito lugar nos estamos volviendo locos. Ya escuchaste lo que dijo Kiba… —Sin saber por qué bajó un poco la voz, como si temiera que sus palabras fueran a ir en su contra— Diciendo que la muerte está entre nosotros, una jodida mierda…

Apenas terminó de decir aquello sintió atorarse con su propia saliva haciéndole toser peligrosamente. Sus ojos se aguaron rápidamente y su pecho comenzó a sonar ante cada espasmo provocado por la tos por varios minutos.

Sasuke ni siquiera se inmutó.

—¿Entonces no crees en eso?

—¡Ku-h! ¡Ah! —Respiró agitado e intentó recuperar la respiración cuando por fin el aire empezó a entrar a sus pulmones correctamente, justo cuando Sasuke le había hecho esa pregunta. Casi pareció no haber sido una simple coincidencia— Ah… No —Respondió a duras penas dándose unos pequeños golpes en el pecho que le hicieron jadear adolorido— Yo… hace mucho tiempo dejé de creer en todo eso ttebayo.

Entonces Sasuke ladeó una sonrisa y al instante el malestar cesó por completo.

—Sí —Mencionó Sasuke, lo cual no pudo identificar si era una afirmación o una simple exclamación. La mirada de este nuevamente fue a dar hacia los barrotes, como si pudiera ver algo a través de ellos— De todas formas, sin importar en lo que creas, nada de eso importará.

Honestamente, aquellas palabras pesaron en su cabeza. Naruto tuvo que refregarse sus ojos al creer a ver visto un ligero resplandor carmesí en los del contrario.

“¿Porque suena…como si supieras exactamente lo que se siente morir…?”

Había sido una pregunta involuntaria, algo que solo debía quedarse en su cabeza, pero Sasuke pareció escucharla de alguna forma que no entendía, pues volvió su atención a él para luego, en una acción que le resultó de lo más atrayente mover sus labios articulando unas palabras silenciosas de las cuales no necesitó sonido para entender el mensaje.

“Aún falta para que tú lo sepas también”.

.

.

.

Él no era un creyente, como se lo había dicho a Sasuke.

—¡Ah! ¡AH!

Había dejado de serlo la primera vez que le quitó la vida a alguien.

A pesar de los años, seguía recordando ese momento como si solo hubiese ocurrido algunos días atrás.

Es que era imposible olvidarlo.

Sus manos temblando al igual que sus pupilas completamente dilatadas; Sus lágrimas mezclándose con la sangre de sus manos; el cuerpo sin vida de un soldado enemigo.

Él no había querido disparar en esa ocasión.

—Sin dudas, un buen sujeto de experimento.

Pero la situación lo había obligado a hacerlo.

Tendido, temblando, con una paranoia furiosa, tratando de mantener su cordura mientras el enemigo lo acorrala sin escapatoria.

Le había dicho que se rendía.

Le había dicho que no era la forma.

Le había dicho que no quería morir.

“Dios…” Había exclamado mirando al techo de la casa en ruinas que había sido testigo de su desesperación.

—Tiene un excelente aguante, sin dudas ¿Deberíamos premiarlo?

—No, ya sabes lo que dicen, mientras más arriba, peor es la caída y no quiero perderme ese espectáculo.

“Dios… sé que estas arriba” Recordó haber dicho, con los puños apretados y la voz entrecortada por las lágrimas.

“… Sé que estas arriba”

—¡AHHH!

“Pero te necesitaba aquí abajo”

Cuando su cuerpo comenzó a convulsionar por la falta de oxígeno, el soldado que presionaba su cuerpo con insistencia hundiéndolo en el tanque de agua salada lo jaló hacia arriba dejándole respirar por fin. Instintivamente intentó recuperar la mayor cantidad de aire pensando en que volverían a sumergirlo como lo habían estado haciendo durante aproximadamente una hora, pero al parecer, los médicos estaban más que conformes con lo que habían estado observando como si fuera un maldito espectáculo de circo.

—Te dije que te daríamos un buen baño si salías vivo de la sustancia A, ¿No?

En respuesta vomitó agua salada al suelo, pues era todo lo que tenía en su estómago.

—So-son… unos malditos… —Se limpió la comisura de los labios e intentó levantarse a duras penas. Su cerebro parecía estar luchando por no apagarse, pues cada vez que parpadeaba parecía que se iba a algún lugar oscuro del cual no quería saber su procedencia.

El doctor que había estado apuntando todo en su libreta soltó una carcajada antes de acercarse desafiante a él para escupirle en la cara — Conoce tu lugar, pequeña mierda.

Al instante, el puño cerrado y certero de Naruto se estampó contra su rostro con todas las fuerzas que le quedaban haciendo gritar de dolor al sujeto haciendo que los guardias del lugar se movilizaran para darle una paliza en reprimenda.

No le importaba.

Su cuerpo ya estaba lo suficientemente adolorido como para siquiera sentir más dolor aún.

Lo arrastraron lejos después de eso. Su pierna derecha era imposible de reaccionar luego del golpe que le propinó uno de los fierros que portaban los soldados.

—Agh…

—Muérete de una vez, nueve —Le aconsejó uno de los soldados, precisamente el que lo empujó dentro de la celda haciéndolo caer al suelo— No importa lo resistente que seas, de todas formas, vas a morir tarde o temprano como un sucio y solitario soldado al que el mundo le importa una mierda.

Afirmó la cabeza en el cemento duro y frio del suelo mientras escuchaba a lo lejos los gritos de Kiba que parecía ser el siguiente.

—¡NARUTO! —Escuchó a su amigo gritar, pero no pudo responder a su llamado.

Su cabeza simplemente daba vueltas de un lado a otro. Sus ojos hinchados por los golpes no lograban enfocar nada a su alrededor.

Si, quizás era un idiota por resistirse después de todo.

¿Valía la pena tanto dolor?

No, estaba seguro que no.

—¿Duele?

La voz de Sasuke le hizo abrir los ojos que había cerrado y por alguna razón, pudo verlo caminar claramente hacia él. Sonrió tristemente en respuesta al tiempo que escuchaba como este se acomodaba a su lado.

—Como los mil demonios….

—Hmp.

—No te burles ‘ttebayo —Alegó.

—¿Cómo sabes que lo hago?

—Solo lo sé, bastardo.

Era increíble cómo podía pasar del cansancio extremo a una tranquilidad saludable cuando Sasuke estaba a su alrededor.

Su compañero de celda estaba junto a él.

Volvió a pestañear con cansancio, sus párpados tardaban mucho en abrirse cada vez que los cerraba. Cualquier persona en su lugar, simplemente habría sucumbido ante el cansancio, pero él no quería hacerlo.

No quería dejar de admirar a aquella persona que lo observaba con calma provocándole una extraña tranquilidad a su vida.

Aquella persona de la cual no conocía su calor corporal pero que de todas formas podía sentir a su lado provocándole un extraño escalofrio en el cuerpo.

Incluso el aura de Sasuke era fría.

Pero no por eso menos reconfortante para él.

—¿Cómo… estas tú?

Sasuke entrecerró los ojos hacia él suavemente— Mejor que tú.

Se rió sin poder evitarlo y se arrepintió de haberlo hecho de inmediato. Sus costillas dolían por los golpes.

—Tu sí que eres resistente, ‘ttebayo.

El Uchiha tenía una respuesta adecuada para ese comentario, pero prefirió callársela.

—¿Quieres morir? —Preguntó entonces Sasuke acercando su mano a los cabellos de Naruto queriendo quitárselos del rostro con una inseguridad que el Uzumaki nunca había visto en él.

—No —Respondió con sinceridad haciendo que Sasuke detuviera el camino de su mano a escasos centímetros de él— Aún no…

—¿Por qué? Estas sufriendo.

—Porque… —Ladeó una sonrisa al no saber qué responder. Sin dudas, era un idiota obstinado que se negaba a renunciar a sus propias palabras pese la situación que fuera— No sé… —La mano que Sasuke mantuvo en el aire se hizo hacia atrás sin haberlo tocado siquiera como parecía que el otro quería hacerlo— Quizás… aún hay cosas… que quiero hablar contigo…

—¿Qué cosas?

—Cosas —Repitió Naruto— Lo que sea…

Sasuke no supo cómo tomar esas palabras y sus ojos más abiertos de lo normal lo delataron, enmudeciendo en un instante.

—Je, parece que si estoy delirando después de todo —Siguió hablando Naruto ante el silencio del otro— Pienso que tú siempre estarás conmigo en esta celda ‘ttebayo.

El Uchiha se tensó, algo que extrañamente Naruto sintió porque intentó tocarlo débilmente con la mano, pero como era de esperarse Sasuke se apartó, solo unos centímetros sabiendo que no era capaz de hacer más esfuerzo que ese.

—¿Sonó muy extraño?

—Totalmente.

—Diablos…

—Pero —Interrumpió Sasuke. Naruto pudo apreciar como los ojos de este se volvían más brillantes de alguna forma— ¿Quieres que me quede contigo?

—Eso sí que sonó mal ‘ttebayo —Se quejó el Uzumaki haciendo un mohín para luego desviar la mirada hacia otro lado que no fuera el Uchiha— Si… creo que seríamos buenos amigos… o al menos, cercanos… aunque sea por un poco tiempo más, yo….

—Cállate —Ordenó Sasuke, pero Naruto no era precisamente los que hacían caso, de lo contrario no estaría en esa situación.

—Yo quiero estar más tiempo contigo, Sasuke.

—Solo dices eso porque no quieres morir aún.

—Quizás… puedes tomarlo como quieras ‘ttebayo.

La noche había caído desde hace rato y lo que fuera que a Sasuke le llamaba la atención detrás de los barrotes volvía a ser interesante para este.

Volvió a hacer un intento por tocarlo, pero Sasuke se levantó impidiéndoselo y comenzó a caminar lentamente hacia los barrotes.

—¿Dónde vas? —Preguntó sintiendo que a medida que el soldado más se alejaba, su salud comenzaba a empeorar nuevamente y los malestares anteriores volvían.

Sus párpados pesaban y sus pestañeos volvían a ser largos.

La oscuridad parecía más densa que antes y su cerebro comenzó a mandar señales de desmayo rápidamente.

Aun así, lo veía claramente. La espalda esbelta de aquel ser que lo acompañaba en su agonía.

Los barrotes abriéndose sin ruido.

Ningún sonido de pisadas.

Todo era silencio otra vez.

Una atmosfera pesada pero tranquila, en donde lo único que era capaz de romperlo era el que Naruto sentía ser el causante de esta.

—Por tiempo —Escuchó decir a Sasuke desde algún lugar.

 

Y se desmayó de golpe. 

     

 

Notas finales:

Hello, hello, solo queda un capitulo de esta historia ( ?’???’??’??)

 

Muchisimas gracias a las personas que han estado esperando por la continuación.

¡Nos vemos en el siguiente capitulo!


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