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ESCLAVO DE TUS OJOS por Sangre Samurai

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Notas del capitulo:

Asgard busca finalizar la guerra que Jötunheim ha desatado... y mientras la paz se restablece en los mundos... la guerra fría parece comenzar en la alcoba de los nuevos esposos... Thor y Loki

Cinco años de guerra… cinco años en que nada detuvo las invasiones de los Gigantes y que rompieran todos los tratados y todos los acuerdos logrados. Sus acciones los perdían… porque los mundos se levantaban en contra del pueblo de los hielos eternos y clamaban auxilio al Padre de Todo. Y Asgard respondía al llamado de sus súbditos y protectorados enviando a sus ejércitos para terminar de una vez por todas con aquel despojo forzado cometido por los Jötnar. En cuestión de meses, comenzaron a retomar los territorios invadidos, con firmeza, las tropas Einherjar hicieron retroceder a los ejércitos comandados por los Príncipes Blýeistr y Helblindi, esta vez sin pausa, sin tregua, hasta acorralarlos dentro de su propia morada: El helado castillo de Gastropnir.

 

El asedio a Gastropnir se prolongó por varias semanas, los suministros de la familia real de Jötunheim se terminaban y su pueblo comenzaba a sufrir los estragos de una derrota inminente. Famélicos, cansados y con sus fuerzas mermadas, los gigantes esperaban que en pocas horas, los Halcones Escarlatas de Odín derribaran las puertas y los asesinaran.

 

-Preparen sus almas- anunció el Rey Laufey- esta noche será la última… esta noche nos llama el sacrificio supremo, no puedo permitir que mi pueblo siga sufriendo y no soportaré ser dominado por los Aesir… moriremos luchando.

 

-¡Moriremos luchando!- repitió Helblindi, empuñando una lanza de hielo… las únicas armas capaces de enfrentar al enemigo que les restaban- ¡Mi alma está lista, Majestad! Mi sangre será derramada por mi pueblo, por su honor… llegará al río que no se congela, se unirá a la sagrada sangre de Ymir… pero lo juro… no moriré sin antes asesinar a todos los enemigos que yo pueda…

 

-¡Cantemos la oración de la muerte! ¡Cantemos! Que la noble descendencia de Laufey entregue la vida con pundonor, con la furia de la batalla en la sangre, con el grito feroz en la garganta y con las manos estrujando los corazones todavía palpitantes del enemigo…

 

Los tambores ceremoniales comenzaron a sonar, los cánticos de los gigantes, sus voces guturales, roncas, rimbombantes llegaron hasta el campamento Einherjar, quienes reunidos en torno a las fogatas, aguardaban el amanecer para que la ventisca helada cediera y tuvieran mejor visión y certeza en el ataque final.

 

-¿Qué hacen esos monstruos?- preguntó un oficial a su Comandante- ¿Tienen una fiesta antes de morir?

 

-Son canciones de muerte, ellos preparan sus cuerpos y sus almas para la batalla, los Aesir beben hidromiel, ellos hacen oraciones…- respondió el Comandante, dando una lección a sus subordinados- ¿Cuál de los dos mundos es más bárbaro?

 

Envuelto en una gruesa capa de pieles, caminando junto a los oficiales, un joven soldado de solares cabellos escuchaba las voces roncas de los Jötnar y su canto funerario, conocía el significado de la música y las frases entonadas… estaban anunciando que no se rendirían, que evitarían ser capturados con vida. Sintió respeto por ellos.

 

El oficial Asgardiano, por el contrario, ahora hablaba de capturar a la familia real con vida y sin heridas a como diera lugar, nombraba a cada uno según su valor, y escuchó sorprendido que después del Rey Laufey, era al Príncipe Loki a quien se debía capturar, después estaban los otros dos hijos y al final, la Reina… el valor se daba en cuanto a importancia política, en cuanto a lo útiles que podían ser en una negociación.

 

La noche helada y la oscuridad casi absoluta tornaban el castillo un lugar siniestro, Thor alzaba constantemente la mirada, esperando encontrar tras alguna de las oscuras ventanas, el reflejo conocido de unos ojos de rubí… “cinco años hace que te he perdido… y ahora que te puedo volver a encontrar, puede ser en las condiciones humillantes que no deseo para tí” pensaba, mientras se quedaba un poco atrás de los otros oficiales. Sin titubear, saltó hacia el muro y trepó con agilidad, sosteniéndose con fuerza a pesar de lo resbaladizo que el hielo volvía los muros. Llegó a la cornisa y abrió las puertas de cristal… dentro del castillo, para su sorpresa, la temperatura era casi tibia a pesar de su naturaleza fría, los gigantes también necesitaban resguardarse un poco de las inclementes condiciones ambientales de su propio mundo…

 

Caminó por el pasillo oscuro, era como si lo guiara un llamado interno… luces lejanas delineaban las columnas y las puertas, las sombras danzaban con el movimiento tembloroso del fuego pálido de las antorchas. El ruido y la música también resonaban lejanos… y Thor estaba seguro que era observado… avanzó con cautela, atisbando entre las sombras…

 

-Te traje un poco de pan…- dijo el joven guerrero, mostrando en su bolso un trozo del codiciado alimento- Me parece que podíamos hablar mientras comes un poco…- pero no hubo respuesta… Thor insistió un par de veces más y dejó el bolso sobre el suelo- Por favor cuídate… la batalla no será favorable para ustedes… y yo… desearía poder ayudarte, si tú quieres.

 

Un nuevo silencio reinó. Y en apariencia, tuvo que comprender que nadie le respondería o que nadie estaba cerca de él. Regresó sobre sus pasos y salió de nuevo… sintiendo el latigazo del viento helado en el rostro.

 

Varios instantes después, cuando creyó que era seguro y que el rubio Aesir ya se había marchado, Loki salió de su escondite entre las columnas de hielo… fue directo al pan y comenzó a comerlo con ansiedad. Tenía cerca de una semana sin probar alimentos y se notaba en su extrema delgadez y las angulosidades marcadas en su rostro de facciones armoniosas… pero Thor no se había marchado, oculto en la cornisa, observaba lo mucho que su antiguo prometido cambió. En un lustro de no verlo, de no saber de él, alejados por la guerra, el Jötunn estaba mucho más alto, seguía siendo esbelto, pero se notaban sus músculos marcados… de movimientos elegantes y seguros, la larga cabellera negra, sin ningún adorno porque según sabía, los gigantes invirtieron todas sus riquezas restantes intentando defender los territorios invadidos, y los cuernos que coronaban su testa… ¡Dioses antiguos! ¡Esos cuernos largos, anillados, curvados hacia arriba y atrás! Loki era todo lo que se imaginó y más… pero ahora eran enemigos… y estaban a pocas horas de enfrentarse en una lucha sin cuartel.

 

-Come despacio… puedo traerte más… o puedes ir conmigo y estarás a salvo, en mi tienda tengo incluso, un poco de hidromiel que te reanimará después de este largo ayuno...

 

Loki dio un paso atrás al verlo, sobresaltado y molesto… arrojó el pan y el bolso y escupió el bocado que estaba a punto de deglutir.

 

-Así que trajiste eso solo para humillarme…- respondió, con un tono irritado, alzando amenazador una daga de hielo- Espero que no me insultes pensando que yo pudiera venderme por un trozo de comida.

 

-No… ¡Por supuesto que esa nunca fue mi intención, por Todo de Eterno! Yo solo quería verte… saber de ti… ¿Por qué retrocedes? ¿Me tienes miedo? Recuerda nuestra promesa… cuando nos separaron… prometimos volver a encontrarnos y estar juntos, en lo bueno y en lo malo…

 

-Tonterías de adolescentes… eres un enemigo ahora, un bravo guerrero Einherjar que no ha dudado en asesinar a mi gente y no dudarías en matarme a mí… las noticias de tus hazañas en las batallas llegan hasta el interior de estas heladas paredes… el pasado quedó atrás, Thor… ahora, vuelve con los tuyos, mi deber es quedarme al lado de los míos y te espero en la batalla al amanecer…

 

-Puedo ayudarte… puedo sacarte de aquí y asegurar que sobrevivas… no puedo hacer nada por tu gente, como dices, la batalla será a muerte… pero quiero hacer algo por ti…

 

-No seas tan generoso… ¿Qué quieres de mí? ¿Que sea tu trofeo de guerra? Vete ahora, hijo de Odín… o te mato.

 

***

 

Fueron doce horas continuadas de batalla… rompieron ofensivas mucho antes del amanecer, los gigantes estaban inflamados de deseos de muerte y confianza en su fuerza, en la ayuda que el tiempo helado y desfavorable les daba. No se podía decir que estaban en desventaja, compensaban la debilidad con valor y pundonor, deseaban seriamente aplastar a los ejércitos Asgardianos y convertirse en héroes… o morir luchando y ser recordados como mártires.

 

El entrenamiento superior de los Aesir se vió reflejado en la forma en que poco a poco, contrarrestaron el embate final de los Jötnar. Con relativamente pocas bajas, comparada a la masacre que sufrieran los otros, traspasaron barricadas y asaltaron el palacio antes que la noche volviera a caer…

 

-Quiero aquí a mis Generales- ordenó el Rey Odín, llegando en majestuoso contingente montado en su caballo de ocho patas, Sleipnir, y blandiendo su poderosa lanza Gungnir- Quiero un recuento de esta victoria y que se proclame en los Nueve Mundos que los Jötnar han sido sometidos, que serán invitados por la fuerza a deponer las armas definitivamente y proclamar el fin de la guerra.

 

Thor se alineó junto a su padre, bañado en sudor y en la sangre azul de los enemigos caídos. Con el rostro fiero, la mirada brillante y las fosas nasales bien abiertas, aspirando el aroma de la muerte y de la victoria, Odinson festejó como el resto de los oficiales… con grandes gritos de victoria y bebiendo a la salud del Padre de Todo.

 

-Tenemos prisioneros valiosos- escuchó decir al Rey, llamando casi de inmediato a sus Consejeros y a los representantes de los mundos- Mañana mismo han de iniciar las negociaciones de la rendición de Laufey y su pueblo.

 

***

Dos semanas después de la batalla de Gastropnir, en Asgard, una importante ceremonia estaba por iniciar.

 

-Querido… no reniegues de tu suerte… ha sido casi un obsequio que el Padre de Todo aceptara retomar parte de los viejos compromisos… Ymir, en su gran sabiduría, dispuso que tu padre, mi noble esposo, nuestro Soberano, tuviese la lucidez de negociar por la libertad y el perdón de nuestro pueblo… por la amnistía de tus hermanos… te lo suplico, Loki… no te opongas a las nuevas condiciones por las que has de ser entregado a la familia real de Asgard...

 

-¡No es justo, madre! Yo fui divorciado… consumé el matrimonio por el bien de nuestro mundo, pero nada se logró… esperé y al no quedar preñado fui divorciado y liberado… ¡Soy libre de tomar mis propias elecciones! ¡No puedo estar nuevamente atado en un contrato matrimonial! ¡No quiero! No soporto la idea de perder la vida que me gané… la Ley lo dice, madre… si el matrimonio se consuma, pero si no se tienen hijos o existe engaño por parte de uno de los consortes, el divorcio puede ser otorgado y el contrato se finaliza…

 

-Y se finalizó… este es un nuevo contrato… Y debes tomar en cuenta que toda tu vida fuiste educado para esto.

 

-Resulta que me he dado cuenta que la vida es algo más que aspirar a ser el esposo de Thor Odinson… No quiero estar atado a él… ¡A nadie más! Madre, se lo pido humildemente… haga usted todo lo posible por cambiar este triste destino…

 

-Querido… no puedo… de ti depende la supervivencia de nuestro pueblo en libertad. Si te niegas, seremos humillados forzados a vivir en la esclavitud ¡Tu padre no soportaría! Ha jurado quitarse la vida antes de vivir en cadenas… Hazlo por él… hazlo por mí, que moriría de pena si mi amado esposo o alguno de mis hijos vive en una mazmorra o es ejecutado…

 

Esas fueron las terribles noticias que Loki tuvo que escuchar y aceptar sin rebelarse. Y sucedió todo con tanta rapidez… la segunda boda con Thor fue parte de los acuerdos del armisticio, fue fastuosa, aunque mucho más moderada que el primer compromiso. Las condiciones eran diferentes y el aire que reinaba entre las familias no era de celebración, sino de fríos negocios… los Nueve mundos miraron con escepticismo los nuevos esponsales, no confiaban en la raza de los eternos y oscuros hielos, pero era el camino de la paz… tenían una nueva oportunidad y debían tomarla.

 

Loki dejó con la boca abierta a propios y extraños cuando apareció en su nuevo ajuar: esta vez vestía todo de rojo, todo de provocación… porque atrás había quedado la inocencia y su misión ahora sería seducir a su esposo, mantener su cuerpo y su arte en atraerlo, en ser sensual, sexual y misterioso solo para sus ojos. Y Thor casi cae para atrás cuando lo vió… porque parecía una manifestación celestial, no era fácil para él tampoco, las exigencias también eran otras… debía ser un potente y activo semental, darle a su marido toda la atención y satisfacción que le demandara en la cama, porque la finalidad era la misma: Darle hijos a las dos coronas.

 

El requisito infaltable para que la paz fuera duradera… un hijo varón debía nacer lo más pronto posible.

 

Se tomaron de las manos, se miraron a los ojos, escucharon sin prestar mas atención a las oraciones y ceremonias del Shamán, porque los dos se perdieron en sus propios pensamientos, y se hundieron en el brillo de las gemas de zafiro, azules como el mar eterno… o en los destellos de rubí, igual al fuego de Surtur… y cada uno intentó encontrar en el otro las antiguas razones que los hacían reír en público y suspirar en privado, como antes, cuando la guerra no existía…

 

-Si quieres… podemos hacer que funcione…- murmuró Thor, apretando un poco los azules y delgados dedos del Jötunn.

 

-Si quieres… puedes darme la daga y dejarme que la use bien esta vez…- respondió Loki, con fiereza.

 

-No quiero que tu corazón… ni el mío… se desangren inútilmente- concluyó el rubio, cuando la ceremonia terminó, halando a su consorte hasta el centro del gran salón- Vamos a danzar… un vals nupcial, muy lento… y finjamos que es como lo soñamos la primera vez…

 

Loki sintió el brazo fuerte y firme enlazarlo por la cintura, atraerlo un poco hacia su centro y tomar su mano izquierda, en la posición de iniciar el baile… y se dejó llevar… su esposo era un excelente bailarín y nunca se lo había preguntado ni se había dado cuenta, con ligeros movimientos, tomaron la cadencia exacta para parecer que flotaban entre las nubes. Loki sonrió por primera vez, le gustaba la sensación de que todas las miradas fueran para ellos y que aquel momento, aunque no se aproximaba al que soñaron unos años atrás… de algún modo u otro… era simplemente inolvidable.

 

-¿Ves como es más sencillo si te dejas guiar por mi mano, Loki? Podemos complacer a nuestros padres y vivir bien, hacer un servicio a nuestros pueblos… y estar juntos, como soñamos.

 

-Tú no me estás guiando… yo decido seguir tus pasos, que es diferente. Pero estoy de acuerdo con el servicio a nuestros pueblos… ya no deseo más matanzas… quiero que Jötunheim prospere de la mejor forma. No quiero estar casado… pero tampoco quiero que la guerra continúe.

 

La danza terminó y ambos recibieron una ovación de los invitados, luego fueron a ocupar su lugar en la mesa de los banquetes. Todavía les quedaban varios protocolos y discursos que soportar antes de poder ir a sus habitaciones.

 

***

 

Pero Loki nuevamente calculó un poco diferente en su mente que en la realidad… cuando la hora llegó, se dio cuenta que ya no había habitaciones diferentes. La alcoba nupcial los esperaba… a la media noche exacta, los nuevos esposos iniciaron un lento desfile desde el gran salón hasta el aposento donde pasarían la noche. Su unión era motivo de alegría… así que tras ellos, la comitiva entera los seguía, entre música, danzarines y exclamaciones de felicidad… era una fiesta, una real y estremecedora fiesta caminar y dejarlos tras su puerta, llenos de continuas bendiciones y deseos de que la Diosa Freyja les diera fertilidad.

 

-Te retiraré la corona de flores- anunció Thor cuando notó una especie de pánico en el menor- Es parte de las costumbres. Nuestros padres la colocarán en la puerta, será la señal de que estaremos juntos esta noche. Ellos beberán y celebrarán, se dirán muchas oraciones para que muy pronto, un hijo venga en camino… pero no te sientas presionado… simplemente construiremos una familia a nuestro paso y no al de ellos.

 

Entraron en la alcoba… un perfume a sándalo los golpeó en la nariz, y también el aroma de centenares de rosas rojas, el piso estaba igualmente tapizado de pétalos sedosos, las velas brillaban iluminando el precioso tálamo de cabecera tallada, que simulaba una escena bucólica de una pastora y una especie de gamo enamorado.

 

Hasta ese instante Loki pareció recobrar la conciencia de que tenía voluntad y podía seguir adelante o negarse de lo que sucedía esa noche, pero el conflicto en su interior solo llenaba de caos su mente… no quería estar ahí, pero había aceptado, jurado a su padre ser obediente y ser buen esposo… pensó que su sacrificio bien podía llevarlo de regreso a la libertad su jugaba bien sus cartas. Se soltó de la mano del otro y se dirigió al cuarto de aseo… ahí se encontraba su segundo ajuar, que era ligeramente translúcido, ideal para comenzar a calentar la noche… si se lo ponía, su destino era ir a yacer en la misma cama que el hijo del enemigo. Pero también estaba disponible un tercer atuendo… de color verde, recamado en adornos dorados, cadenas, broches, bordados… esmeraldas añadidas como botonaduras, como collares o puños… pulseras para las muñecas y para los tobillos, pañuelos y velos… era un traje para entretener a su consorte, para alargar el juego previo y para demostrarle sus habilidades.

 

-Al final… he sido educado solo para complacerle…- se dijo a sí mismo, lavando su rostro con agua fría y mirando su reflejo en el espejo- ¿No debo luchar contra mi destino? ¿Lo escrito por las Nornas no se puede cambiar?

 

Thor estaba listo… se quitó el traje marrón y rojo de bodas, vistió una túnica blanca y soltó la trenza de sus rubios cabellos. Eso era todo su ritual para ir a la cama y para hacer el amor… no sabía exactamente que más esperar, pero se dispuso con paciencia… que Loki se tomara su tiempo… que se perfumara, que vistiera algo verdaderamente sensual… era una obligación gloriosa hacerlo suyo…

 

La primera vez que sucedió, eran casi unos niños… ambos inexpertos, ambos ansiosos… creían que con cada beso salvaban dos mundos, que con cada caricia se acercaban a la paz… que al volverse una sola carne desvanecían las ambiciones de sus padres y que Yggdrasil era perfecto tan solo porque ellos dos se amaban… ahora, Thor tuvo la oportunidad, durante el baile, de constatar que los huesudos hombros del adolescente ya se habían ido, que Loki tenía un torso largo y elegante, que su piel seguía oliendo a vainilla y que se miraba tan suave y apetitosa como antes. Poseerlo tenía que ser, por fuerza… una maravillosa recompensa al cumplimiento de sus deberes de Príncipe.

 

La música sonó fuerte, percusiones armónicas y cadenciosas, que retumbaban en su pecho, que le alocaban el corazón… volvió la mirada y lo encontró. Usando el traje verde esmeralda, moviéndose como un gato al acecho… danzando solo para él. Loki saltó y se colocó muy cerca, arqueó su espalda, elevó los brazos largos, enjoyados… y se retiró dos pasos atrás... era una seducción lenta, sensual… marcaba cada movimiento definiendo sus músculos, la estética de su espalda elegante y el brillo de su cabello de azabache… por varios minutos, bailó y saltó por todo el cuarto. El ritmo cambió y también la danza… más ritmo, más velocidad, los hombros del muchacho se movían frenéticos, se tocaba alternadamente los talones y los hombros con la palma de sus manos finas… era una acrobacia estética y estimulante… porque de pronto, Thor se dio cuenta que las ropas de su marido dejaban muy poco a la imaginación y su intimidad se adivinaba en su centro… y se tambaleaba cada vez que Loki vibraba los músculos de sus largas piernas… de naturaleza generosa, a Thor se le hizo agua la boca tan solo de imaginar que esa noche podría colocar ese hermoso lugar de su anatomía dentro de su boca.

 

Thor perdió la cabeza un instante, saltó hasta él e intentó aprisionarlo… besarlo… arrastrarlo a la cama y hacerlo suyo de una vez. Pero con una cristalina carcajada y un ademán veloz, Loki se escurrió de entre sus brazos y su fuerte pecho… saltó sobre la cama y realizó un par de pasos más antes que la música cambiara por tercera vez. Dulces notas de cuerda se agregaron a las percusiones…

 

Así los pasos dinámicos y llenos de fuerza, se sustituyeron por ligeros movimientos ondulantes… sensuales… Loki extendía sus manos hacia su consorte en una invitación directa… jugueteando hasta el final, la punta de sus dedos, sus esmaltadas uñas negras, acariciaban rozando apenas el mentón todavía imberbe del joven Dios del Trueno, y lo provocaba paseando su lengua roja por sus labios, o repasando la hilera blanca de sus perfectos dientes…

 

-Ven…- exclamó Thor, atrapando una de sus manos para halarlo hacia él. Con firmeza lo hizo caer sobre la cama, lo rodó de espaldas y se subió para aplastarlo con su propio cuerpo. La danza y todo lo que veía a través de la tela lo tenía verdaderamente excitado- Tú todavía no lo entiendes, Loki… pero yo sí te amo, te sigo amando… y agradezco a lo eterno que nuestra unión no se perdiera, que tenemos una nueva oportunidad…

 

Loki estaba a punto de reír, pero sus labios fueron sellados por los labios del otro, en un beso exigente, Thor sujetó la negra cabellera para sacudirla y enredarla, las cadenillas de esmeraldas que lo adornaban se convirtieron en un estorbo y las arrancó para arrojarlas al suelo… el mismo destino comenzó a sufrir la delicada ropa… abrió la camisola para dejar descubierto el pecho, admirar como subía y bajaba al compás de una respiración algo agitada y después, prenderse con ansiedad al pezón tibio y suave… el Jötunn se estremeció con el contacto… no sabía si esperar algo de ternura previa, pero suponía que un hombre de veinte años, en toda su potencia y juventud, no era capaz de controlar el deseo una vez que había sido despertado…

 

-Nací para agradarte- susurró en voz muy baja, arqueando la espalda para facilitarle las caricias, para permitir que las manos ahora bajaran hasta sus caderas y se cerraran sobre la curva de sus nalgas, Thor gruñó con voz ronca al sentir sus curvas, la suavidad de su piel… las calzas sufrieron lo mismo que la camisa… fueron prácticamente desgarradas y al final, Loki quedó desnudo… a merced de su entusiasta amador.

 

Contemplarlo… venerarlo… Thor quería subirlo a un altar y adorarlo por la eternidad… se detuvo un instante, porque simplemente era el cuadro más hermoso que sus ojos de zafiro habían visto jamás… ya no era un adolescente flaco y temeroso, su esposo era un hombre surgiendo esplendoroso en su juventud

 

-Déjame hacerte sentir bien, Loki… hagamos el amor… vamos a intentar ser felices…

 

-¿No eres feliz ahora? Disculpa… pensé que estaba actuando correctamente- respondió apresurado, moviéndose en cuatro y colocando sus manos en los muslos blancos del rubio- Te haré muy feliz… aprendí bajo la supervisión de mi madre, sé que es extraño si te digo que jamás lo he hecho con otra persona, sino con maniquíes… pero creo que quedarás muy satisfecho y ya lo verás… siempre se puede mejorar…

 

Por un par de minutos, el mayor lo dejó hacer… permitió que su túnica se subiera, que sus caderas fueran acariciadas y su miembro endurecido fuese tomado con infinita ternura y cuidado, como si se tratara de un animal dormido, el Jötunn le obsequió una lamida que le hizo sentir un placer exquisito… luego se volvió a mirarlo, sonriente y con un mohín travieso, para de inmediato concentrarse en masajear un poco al mástil orgulloso de su erección… Loki estaba sorprendido de lo bien que se sentía hacer eso, del sabor de aquella carne sonrosada y palpitante, de la humedad que casi de inmediato despertó con sus primeros acercamientos… lo siguiente sería depositar algunos besos en la cabeza, y lubricar bien con su saliva, se saboreó sin porponérselo y Thor creyó que explotaría ahí mismo de placer y felicidad.

 

-No…- murmuró, cuando un haz de lucidez le taladró la mente, movió su diestra, levantando la barbilla e impidiendo que su amado amante siguiera adelante- Te he pedido que hagamos el amor… no que me hagas sexo…

 

-Es todo lo que puedo darte- respondió Loki, moviendo la cabeza con desánimo- Aprendí bien… estoy seguro que te gustará. ¿No es acaso mi obligación ofrecerte todo mi arte para hacerte feliz? No dejes que incumpla los acuerdos… por favor… sabes lo importante que es para nuestros mundos…

 

-Loki, hace años… cuando nos unimos… teníamos un sueño, compartíamos esta misma ilusión: Lograr la paz… y amarnos. ¿No sientes igual que yo, que es un sueño truncado que ahora, de alguna misteriosa forma, las Nornas del destino nos dan la oportunidad de retomar?

 

-Eso fue hace mucho… todo ha cambiado, Thor… ya no siento ese fuego de antes, ya no me interesa sacrificarme por un pueblo terco y rijoso. Te voy a confesar algo: Mi raza no soportará mucho tiempo esta falsa tregua, tarde o temprano, ellos volverán a atacar algún pueblo, alguna caravana… y provocarán disgusto a algún aliado del Rey Odín… y la guerra reiniciará… y ya no tendrán un Loki para intercambiarlo por tratados… y ya no encontrarán un Thor dispuesto a desposarse por el bien de los Nueve Mundos… no, las ilusiones ya no caben en mi mente, no soy el mismo de antes…

 

-¿Quieres decir, que actúas por cumplir los compromisos?

 

-¿Acaso no estás tú haciendo lo mismo?

 

***

 

El amanecer llegó mas pronto de lo que los dos hubiesen querido. Después de suspender el acto amoroso, hablaron largamente, sin llegar a ningún acuerdo provechoso… luego Loki se quedó dormido… igual que un niño, como si nada sucediera… se acomodó en la alfombra, negándose a subir a la cama, y reclinó su linda cabeza cornamentada sobre un pequeño almohadón de seda… Thor veló su sueño, planeando lo que debían decir y hacer cuando la comitiva regresara…

 

¡Malditas ceremonias de bodas! Tan complejas…

 

-¿Y esa música?- preguntó Loki, despertando de golpe.

 

-Nuestros padres vienen a informarse sobre nuestra primera noche juntos…- le aclaró el otro, saliendo del cuarto de aseo completamente acicalado y usando un traje elegante y de estar en casa. Entre las manos traía un paquete similar para su consorte- Date un baño rápido, arréglate bonito, usa tu oro, usa las esmeraldas, lo que quieras… lo importante, escúchame bien… lo importante es que no se den cuenta que no hicimos otra cosa que discutir. Tal vez a ti ya no te importe… pero servir a Asgard y a mi Padre lo es todo para mí. Y eso incluye hacerle creer que esta noche… fui feliz.

 

Loki atrapó el paquete de ropa que Thor le lanzara, en silencio obedeció… la voz grave y firme del mayor le hizo ver que no bromeaba. Supo que de alguna forma, liberar un poco sus sentimientos personales habían herido al rubio… y eso lo incomodó… cada fibra de su ser creció esperando el momento de complacerlo, por lo que hacerlo enfadar no era algo que esperara. Pero no había forma de echarse atrás.

 

Thor lo esperaba ya en la puerta de la alcoba, solicitó su mano con un ademán caballeroso y puso su mejor semblante ya sin mirar a su consorte, sin decirle el menor cumplido a pesar de su excelente apariencia. Abrió la puerta, topándose de inmediato con los semblantes severos de los Reyes, las caras esperanzadas de las Reinas y el séquito de ambos soberanos esperando con ansiedad ver a los novios convertidos en nuevos esposos.

 

-Fue una noche maravillosa…- mintió el rubio, haciendo sonrojar al otro y detonando la algarabía general.

 

-Los Dioses antiguos siempre se alegran de ver una unión bendecida, sangres de familias nobles, destinadas a gobernar mundos guerreros, ahora formando una familia propia…- anunció Laufey, indicando a la pareja que avanzara un poco y se colocara frente a ellos- Hoy pregunto a mi hijo, al que eduqué con esmero para llegar a esta noche… ¿Fuiste el esposo amante que el Príncipe esperaba?

 

Los jóvenes se miraron de reojo, el Jötunn estaba quizá a punto de traicionarse y decir algo que no le convenía a ninguno de los dos. Así que, en tono amoroso, Thor le animó a que respondiera con sinceridad.

 

-Sé que eres discreto y quizá no sepas si yo autorizo que cuentes algo de nuestra intimidad, pero tu noble padre desea saber… anda, amor mío… responde…

 

-Danzé para él…- musitó el menor, con voz algo quebrada por la emoción- Y su cuerpo respondió complacido…

 

Laufey se puso más que feliz con la respuesta, colocó sus anchas manos sobre los hombros de su hijo y le dio su bendición… luego repitió el gesto con su nuevo yerno y cedió el paso a Odín.

 

-Y tú, mi orgullo, mi primer nacido… ¿Qué me puedes contar acerca de tu desempeño? ¿Fuiste capaz de amar con ternura y pasión? ¿Fuiste guía y maestro de tu consorte? ¿Le diste satisfacción?

 

Loki tembló al escuchar al Padre de Todo… no tenía la menor idea de lo que podía responder el rubio sin mentir.

 

-Me lleno de vanidad tan solo de recordar que esta noche hice sentir a mi esposo el alto aprecio que le tengo destinado, el trono de oro que le destino en mi corazón y lo que soy capaz de hacer para complacerle…

 

La fiesta reinició, Loki se aferró al brazo de su marido, apretó su fuerte musculatura, necesitaba saberle lo agradecido que se sentía por apoyarlo y no dar cuenta del fracaso que como amante tuvo, cuando era su obligación hacerlo feliz… Thor disimuló, pero el desdén de su mirada se lo dijo todo… de ninguna manera estaba contento.

 

-Solo quiero ser libre…- murmuró, esperando comprensión.

 

-Lo que en nuestra noche de bodas sucedió, Loki, jamás será repetido, jamás nadie lo sabrá y procurarás ahora agradecer que te he salvado a ti y a tu padre de la deshonra. Serás un buen esposo, porque no tenemos más opción… y cuando pasen seis meses y los votos deban ser ratificados… tal vez me arrepienta de mantenerte a mi lado y me decida a arrojarte al viento, a que ruedes como hoja seca, como es tu deseo…

Notas finales:

Me agrada como va quedando esta historia, espero que sea también del agrado de ustedes.

Gracias por sus comentarios, y por sus lecturas... ojalá siga yo contando con su compañía.

Feliz lectura!


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