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La Copa del Diablo por Orseth

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            Cuando lo hizo se encontraron en las mismas.

            -Tal vez debas acostarte… ¡por Merlín Malfoy, eres tu quien debe decirme que hacer, no yo! –exclamó exasperado.

            -Sí, sí, es cierto –replicó nervioso- lo siento.

            Se acostó en su cama, pero después de varios ajustes quedó acostado a media cama dejando su trasero en la orilla de los pies para más comodidad de Harry, quien puso una silla quedando en medio de las piernas abiertas de Draco, quien se cubría con una toalla.

            -Por todos los cielos… -exclamó cerrando los ojos- me siento ginecólogo ¿Qué hice para merecer esto?

            -Toma –dijo Draco dándole la copa.

            Harry la agarró y la miró con atención para luego doblarla por un extremo tal y como le había enseñado Pansy, luego miró las piernas cerradas de Draco y haciendo de tripas corazón, dijo:

            -Estoy listo.

            Draco cerró los ojos sintiendo que su epitafio diría: “Murió de vergüenza”

            -De acuerdo –dijo quitando la toalla al tiempo que separaba las rodillas.

            Y Harry miró por primera vez los genitales de una mujer.

            -¿Y por esto se mueren los hombres? –Pensó viendo ante si unos rosados labios mayores manchados de sangre con vello púbico rubio- bueno, tal vez sientan lo mismo que yo al ver un buen pito.

            Suspiro de nuevo agarrando valor y acercando su mano, tocó con cuidado la suave piel y con el dedo índice y pulgar los separó quedando con cara de confusión al ver lo que había ahí dentro, aquello era muy distinto a las ilustraciones de su libro de biología, nada que ver en vivo y a todo color.

            -Bien, aquí vamos… -murmuró más que nada para sí mismo.

            -¡Ay! –se quejó cuando sintió aquella cosa empujando.

            -No te muevas.

            -Es que duele.

            -Pues te aguantas.

            -¡Ay me estas pellizcando!

            Sin tener realmente idea de que estaba haciendo, Harry empujo la pequeña copa de silicón resbalándosele de los dedos yendo esta a parar al suelo.

            -¡Oh rayos!

            -¿Qué pasa?

            -Se me cayó.

            -No vayas a metérmela así, lávala primero.

            -Ya lo sé genio –respondio malhumorado levantándola y lavándola en el baño –bien,  aquí vamos de nuevo –dijo de nueva cuenta sentado ante las piernas abiertas de Draco, quien se cubrió de nuevo la cara con lo poco de dignidad que le quedaba… ¡ah! Y también con una toalla.

            -Malfoy sangras mucho –exclamó haciendo gestos.

            -No hagas esos gestos por todos los cielos, no son residuos nucleares.

            -Pues discúlpame, nunca había tenido sangre menstrual en los dedos.

            Harry volvió a encajar aquello esperando que la misma anatomía femenina de Draco indicara el camino.

            -¡Ay más despacio!

            -Voy lo más despacio que puedo… pero la verdad me da cosita lastimarte, eres muy llorón.

            -No soy llorón, solo delicado.

            -Lo intentaré de nuevo.

            -Bien.

            Harry lo intento de nuevo, esta vez al parecer con éxito pues aquella cosa quedó introducida dejando ver solamente el pequeño apéndice que tenía en el extremo.

            -¡Ay joder! –Gimió Draco cerrando los ojos con fuerza- adiós virginidad.

            -¿Virgen tu? No me hagas reír –exclamó Harry mientras se levantaba aprisa para lavarse las manos- si estas mas pisado que la catedral de San Pedro.

            -Pues al menos en este cuerpo lo soy, tonto… -respondio sentándose lento para ir tanteando como se sentía aquello en su interior- además no soy un promiscuo como das a entender, solo disfruto un poco del sexo.

            -¿Un poco? –Respondio regresando mientras se secaba las manos con una toalla- si te dicen “la Mantis religiosa”

            -¿Qué? ¿¡Y porqué?!

            -¿Cómo que porqué?... porque engulles las cabezas de todos los hombres que se te atraviesan y es obvio que no hablo de las de arriba.

            Draco abrió la boca indignado, pero luego la cerró mientras rodaba los ojos y hacia un gesto despectivo con la mano.

            -Pura maldita envidia, como si tú no anduvieras también en la boca de todos… literalmente.

            -Pues no, no en la de todos como tú, aunque realmente no te culpo, es más fácil dar las nalgas ¿no?

            -Por lo que veo no es un secreto el rol que me gusta –respondio mientras hacía gestos de incomodidad- y si, la verdad me encanta recibir en vez de dar, al igual que no es un secreto tampoco que  ti te gusta irla metiendo en donde se pueda.

            -Oye, tampoco es como que vea un hoyo y me clave ahí.

            -Cómo sea… -dijo sacando un calzoncillo de un cajón y poniéndoselo ante la vista de Harry- yo creo que es más complicado lo que hago yo que lo que haces tú, cualquier gay puede dejar que te lo cojas.

            -¿Ah sí? –Exclamó sonriendo irónico- pues yo opino lo contrario, no cualquier deja que se la metan… a excepción de ti claro.

            Draco lo fulminó con la mirada mientras tomaba un peine y comenzaba a desenredar su cabello lleno de nudos y aun húmedo.

            -No Potter, es todo lo contrario… no negaré que… pues bueno, que no eres tan feo…

            -¡Oh muchas gracias!

            -Y que tu fama es un plus para tu atractivo, tú puedes convencer a cualquier gay de acostarse contigo, pero yo puedo convencer a un hetéro de hacerlo conmigo.

            -¿Qué? –exclamó sonriendo mientras se sentaba en la cama al igual que Draco, quien haciendo muecas intentaba acomodarse.

            -Sí… no es un gran merito llevarse a la cama a un gay igual a ti, pero sí a un hetéro… y mas a uno como Viktor Krum.

            -¿Qué? –volvió a repetir, pero ahora con la incredulidad reflejada en la cara- ¿Viktor Krum el búlgaro?

            -El mismo –respondio sonriendo pícaro.

            -No hablas en serio –dijo aun con la sonrisa e incredulidad en la cara.

            -¡Oh si! Y déjame decirte que… -añadió haciendo una medida con sus dos dedos índices.

            -¡Tienes que contarme!

            Riendo y por primera vez desde que habían llegado… o más bien desde que se conocían, comenzaron a platicar sin atacarse el uno al otro.

 

_____________________

 

 

            -¡Son las cinco de la mañana! –Exclamó Draco asombrado- ¡nos la hemos pasado platicando toda la noche!

            -¡El tiempo se me paso volando! –Respondió Harry levantándose- ¿nos dará tiempo dormir un poco antes de la siguiente actividad?

            -Durmamos, si no oímos la campana ya ni modo.

            -De acuerdo.

            Harry se fue a su cuarto y Draco se quedó en el suyo, pues realmente se les había pasado el tiempo hablando de muchas cosas, desde las aventuras amorosas de los dos, hasta la vida de Harry bajo una escalera, hecho que sorprendió mucho a Draco y le hizo cambiar la visión que tenía del “Niño que vivió”, así mismo Harry supo de la educación estricta respecto a clases sociales que tenía Draco y también llego a comprender hasta cierto punto su conducta snob; así que a partir de ese momento esa curiosa atmósfera de rivalidad desapareció en sumo grado.

            A pesar de que tuvieron que despertar temprano, lograron dormir un par de horas antes de levantarse y hacer el aseo de la cabaña como lo estipulaba el hechizo de convivencia, después llegó el desayuno y con el las nuevas instrucciones.

            -No puedo creer que ya sea jueves y yo siga igual –dijo Draco sentado a la mesa desayunando panqueques con miel- ¿y si llego a Hogwarts así?... voy a ser la comidilla de todos.

            -Siempre eres la comidilla de todos –exclamó antes de zamparse tremendo bocado de hot cakes.

            -Oye Potter ¿cada cuando se quita esta cosa?

            -¿La copa?

            -Sí.

            -Me dijo Pansy que incluso pueden pasar doce horas con ella y no pasa nada, ciertamente no es como que si se llena se te vaya a salir la sangre por los ojos o la nariz, pero que si puede escapar liquido si pasa mucho tiempo sin que la quites, lo cierto es que dice que depende de cada persona, pero contigo creo que ya es hora ¿no?

            -Sí, eso me temo.

            -Ahí si tu lo harás solo, no habrá poder humano que haga que meta mi mano ahí de nuevo.

            -No seas exagerado, solo es un coño.

            -Lo que sea, esta vez te las arreglarás tu solo, ya viste o más bien ya sentiste como se mete ¿no? además creo que es hora de que lo hagas porque si no se nos hará tarde.

            -¿De dónde se les ocurrió la estúpida idea de que tenemos que hacer una cerca para el maldito jardín?... ¡Y sobre todo el que tengamos que ir nosotros mismo por las cosas! ¿Qué no podían aparecerlas aquí simplemente y ya?

            -Yo me pregunto lo mismo pero no sirve de nada quejarnos, mejor apurémonos y así acabamos temprano.

            -De acuerdo –rezongó con desaliento  mientras se levantaba.

            -Yo lavare la loza pero tú lo harás en la cena ¿ok?

            -Ok.

            Harry hizo lo suyo mientras Draco se dirigía al baño.

            -Veamos… -Pensó bajándose el pantalón y la ropa interior para sacarse la copa, tanteó el pequeño pivote y luego comenzó a tirar de él sintiendo que con eso también se le iban las tripas.

            -¡Ay hijo de puta!... creo que ya aborté… -masculló viendo el regadero de sangre que hizo al sacar la copita sin el debido cuidado- oh mierda, parece que aquí hubo un homicidio… ¡ah pero que bien se siente no tener esa cosa dentro!

            Sin más remedio comenzó a secar el suelo con papel higiénico y cuando todo quedo limpio de nuevo, lavó la copa en el lavabo y se dispuso a meterla de nuevo.

            Harry en tanto esperaba en el sillón mirando el reloj.

            -¿Por qué tarda tanto?

            -¡Me cago en el hijo de puta que inventó esto y en la madre que lo parió, me cago en su puto árbol genealógico que dio fruto a generaciones que se mezclaron entre ellos procreando hijos con estupidez cerebral que dieron por resultado personas que inventaron esto! –gritó Draco desde el baño.

            Harry solo exhaló un suspiro sintiendo que sus esperanzas de terminar temprano la tarea de aquel día se iban por el desagüe.

            Media hora después por fin salieron de la cabaña rumbo a un punto marcado en el mapa para recoger los materiales con los que iban a hacer la cerca.

            -¡Oh mierda!... creo que la puse mal –mascullo abriendo las piernas como si hiciera una sentadilla- me pica cuando camino, acabaré rozado.

            -No creo que sea la primera vez que acabes así –respondio caminando frente a él mapa en mano.

            -Pues no, pero esas rozaduras valieron la pena, no ésta.

            -No creo que sea para tanto, ha de ser como caminar con bolas chinas.

            -¿Te has metido bolas chinas en el culo Potter? –Pregunto caminando más aprisa para darle alcance recibiendo por única respuesta una sonrisa- eres una perra loca –añadió riendo mientras separaba su cabello para hacerse dos trenzas.

            -¿Sabes hacer trenzas? –pregunto sorprendido.

            -Claro, a veces le hago unas a Pansy y me quedan di-vinas, por cierto Potter no deberías ser tan promiscuo, solo tienes dieciséis años.

            -El burro hablando de orejas.

            Caminaron un buen rato por un sendero hasta llegar a un punto en donde estaba todo el material que iban a necesitar, desde los tramos de madera hasta una carretilla para llevar todo, herramientas y demás.

            Draco miró a Harry subir cosas a la carretilla y no pudo evitar notar que la cargaba con lo más que podía, pues Harry  sabía que aunque Draco era un quejumbroso, realmente no podía cargar más de lo debido.

            -Haremos dos viajes –dijo Harry habiendo subido casi todos los tramos de madera.

            -De acuerdo, yo llevare las herramientas –respondio echándose al hombro una bolsa de lona- ¡Uff!

            -¿Sí puedes?

            En otras circunstancias hubiese dicho de inmediato que no, sin embargo curiosamente no estaba dispuesto a dejarse ver como una inútil doncella.

            -Claro, no pesa tanto.

            -Bien, vámonos.

            Echaron a andar con Harry por delante, pero Draco pronto comenzó a rezagarse, parte por lo pesado de la herramienta y parte por su incomodidad al caminar.

            -¡Carajo, creo que me la puse mal! –pensó haciendo muecas al sentir que el palito de la copa se le encajaba.

            Intentó seguir así, pero la molestia era tanta que al pasar junto al riachuelo decidió desviarse y revisarla; así que dejó la mochila de lona a un lado y se bajó la ropa.

            -¡Ay mierda, me he manchado! –Mascullo al ver su ropa interior manchada de sangre- Potter dijo que si se ponía mal todo se saldría… carajo.

            Sin más remedio se quitó los pantalones y luego la copa, se acercó al riachuelo y comenzó a enjuagarla en el agua cristalina, pero no se daba cuenta de que no estaba solo, estaba siendo observado por alguien que al ver a una hermosa adolescente semidesnuda no pudo pasar de largo.

 

____________________

 

 

 

            -Hacía tiempo que no cargaba algo tan pesado –pensó Harry deteniéndose y limpiándose la frente con el torso de su mano.

            -¡Ayuda!

            Pego un salto cuando escuchó los gritos de Draco y se giró de prisa para echar a correr, pero se detuvo en seguida al recordar lo dramático que era el rubio, así que exhalando un suspiro de exasperación se dio la vuelta para levantar de nuevo la carretilla.

            -¡Ayúdame Harry, ayudameeeeeeeeee!

            Negando con la cabeza levantó la carretilla y siguió su camino, hasta que cayó en cuenta de algo… Malfoy nunca lo llamaba por su nombre; así que soltó la carretilla y echó a correr.

 

_____________________

 

 

            -Tranquila preciosa, lo pasaremos bien –masculló un hombre gordo encima de Draco, entre sus piernas abiertas y lamiéndole el cuello.

            -¡No, deténgase, suélteme!

            -No te hagas la difícil ¿sino para que andas enseñando las nalgas?

            -¡No, por favor!

            -Anda, dame un besi… ¡ah!...

            El hombre cayó sobre Draco, quien alcanzó a ver a Harry detrás del tipo  con una roca en la mano y respirando entrecortadamente; de inmediato el moreno alzó al fulano inconsciente por el golpe en la cabeza y se lo quitó de encima, agarro a Draco de la mano y lo jaló para echarse a correr y así, vestido solo con camiseta y zapatos, Draco corría prácticamente arrastrado por Harry.

            Cuando llegaron a la cabaña Harry metió a Draco y tomándolo de los hombros dijo:

            -Voy a ver si el tipo sigue ahí, cierra bien y no le abras a nadie.

            -¡No te vayas! –exclamó tomándolo de la mano.

            Harry vio el pánico en su rostro y sonriéndole tranquilizador se soltó diciendo:

            -Tranquilo, ya vuelvo.

           

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            Cuando el tipo despertó, se tocó la nuca adolorido, se asustó al recordar lo que había hecho y pensando que los adolescentes seguramente habían ido por sus padres, se levantó de prisa y se fue de ahí, por lo que cuando llegó Harry ya no encontró a nadie.

 

______________________

 

 

            Cuando llegó a la casa Draco ya se había vestido y lo esperaba caminando de un lado a otro.

            -Se fue –anuncio cerrando tras él- ¿Estás bien?

            Sin decir nada Draco asintió pero Harry pudo notar lo pálido que estaba, por lo que no supo que decir más que regresarle algo.

            -Mira, encontré la copa junto al arroyo, es un milagro que no se la haya llevado la corriente.

            Draco la tomó y la miró mientras Harry iba a sentarse al sillón.

            -¡Todo es culpa de esta maldita copa del demonio! –Gritó aventándola haciendo saltar a Harry del susto- ¡si no fuera tan difícil de colocarse yo no me hubiera detenido ahí y ni me hubiera encuerado a medio bosque como una prostituta urgida!

            -Malfoy tranquilo –dijo sin haberse alcanzado a sentar.

            -¿¡Qué mente enferma ideó algo así!?... ¡cuesta mucho ponerse!

            -Ya paso, todo está bien –continuó acercándose.

            -¡No, no está bien, estoy menstruando y es horrible! ¡Todo es culpa de la maldita regla!

            Harry llegó hasta él y sin decir nada lo tomó de los hombros, Draco se quedó callado de repente mirando a Harry sonreírle tranquilizador, entonces sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y termino siendo rodeado en un abrazo.

            -Shhh tranquilo.

            Pero Draco no podía parar de llorar, el susto que se había llevado le había llegado hasta el tuétano y si no hubiera sido por Harry, lo peor hubiera pasado.

            -No… -balbuceó sin separarse de Harry- no es culpa de la menstruación… ni de la copa satánica… es culpa mía, todo es culpa mía… si no hubiese querido hacerte esta broma estúpida nada de esto hubiera pasado.

            Harry no decía nada, solo le acariciaba la cabeza y la espalda mientras dejaba a Draco desahogarse.

            -Tú me has ayudado mucho… cargas lo más pesado por mí, fuiste a buscar a las chicas, me pusiste una bolsa caliente en la panza… incluso me colocaste la copa… ni Blaise lo hubiera hecho.

            -Sí, así soy yo, no puedo ignorar a una chica en problemas, soy San Potter.

            -Pero no soy un chica… -respondio moqueando mientras se separaba un poco y miraba a Harry.

            -En este momento si.

            Draco nunca había mirado a Harry tan cerca y pudo ver con gran detalle los enormes ojos verdes.

            -¿Sabes? –Dijo sorbiendo la nariz- es la primera vez que alzo la cara para verte, siempre tengo que mirar hacia abajo.

            -No soy tan bajo –respondio refunfuñando.

            Draco rio al ver a Harry muy ofendido por su estatura, cosa que le quitó un poco de hierro a la atmosfera.

            -Ya estoy bien –dijo separándose- gracias.

            -¿Seguro?... puedo trabajar yo solo en la cerca.

            -No, vamos ¡ah no, espera! –Exclamó deteniéndose en seco- no tengo nada puesto, debo desinfectar la copa y ponérmela ¿te alcanzo en un ratito?

            -Vale.

 

_______________________

 

 

            Rato después ambos trabajaban fuera de la casa haciendo la cerca, Draco clavando las tablas y Harry haciendo hoyos.

            -¿Cómo es que ese tipo pudo pasar el cerco mágico? –Pregunto Harry secándose la frente con su antebrazo- además se supone que tampoco ningún mago tiene permiso para entrar a esta área habiendo estudiantes aquí.

            -Seguramente era un squib.

            -Sí, puede ser… ¿pero porqué el hechizo protector no se activó tampoco?

            -Porque el profesor nos dijo que solo en caso de muerte se activaría… o sea que solo me iba a violar y probablemente a secuestrarme.

            -Oye, no digas eso.

            Draco dejo de clavar su clavo y se levantó para mirarlo.

            -Es la verdad.

            -Mejor cambiemos de tema.

            -Sí, mejor.

            Pasaron la tarde trabajando, comieron y siguieron con su cerca y ya casi siendo las seis de la tarde por fin terminaron.

            -¡Uff! Creí que no acabaríamos hoy –exclamó Draco brocha en mano.

            -Yo igual, pero nos quedó bien ¿no?

            -Sí –respondio satisfecho de su trabajo- Oh pero la cintura me mata.

            -Entremos, nos bañamos y descansamos un rato en lo que llega la cena.

            -Bien.

            Y así lo hicieron y para cuando la canasta con la cena apareció, ambos estaban ya en pijama.

            -¡No lo puedo creer, nos enviaron chocolate caliente! –exclamó Draco emocionado.

            -¿¡En serio?! –pregunto asomándose a la canasta.

            -Sí y también pan recién horneado… ¡Ah que rico huele!

            Se sentaron a cenar conversando cosas del colegio en donde aclararon varios puntos y situaciones hablando sin discutir como si nunca hubiesen sido enemigos.

            -Mmm que rico cené –dijo Harry levantándose a dejar su plato al fregadero.

            -Entonces quedamos en que regresando a Hogwarts, no nos molestaríamos más ¿cierto? –exclamó Draco aun sentado, terminando de beber el resto de su chocolate.

            -Yo no te molesto, eres tú quien siempre anda de niño rata.

            -No es cierto.

            -Claro que sí, pero ahora no me importa a mi ser el niño rata –dijo Harry pasando junto a él y jalándole una trenza.

            -¡Ay!

            Harry echó a correr a su cuarto siendo perseguido por Draco, quien al darle alcance comenzó a hacerle cosquillas, solo que Harry siendo más alto y mas fuerte lo cargó y lo tiró a la cama montándosele encima regresándole las cosquillas; Draco se retorcía mientras reía a carcajadas.

            -¡No, basta, basta! –gritaba lagrimeando de risa.

            Harry se detuvo dejándolo recuperarse.

            -Nunca había tocado así a una chica… -dijo Harry sin quitársele de encima- será porque sé que tú no lo eres.

            -¿Ni siquiera a la comadrejilla menor? Y ni te enojes de que le diga así, ese Weasley seguirá llamándome hurón.

            -Ni siquiera a ella –respondio quitándose y acostándose junto a él- nunca me llamaron la atención, oh bueno, al principio si pero yo creo que solo era para confirmar que no me gustaban las chicas.

            -¿Entonces nunca has agarrado una teta?

            -No.

            Draco sonrió y después de unos instantes dijo:

            -¿Y no te gustaría probar ahora?

            Harry volteó a mirarlo sonriendo para constatar si hablaba en serio.

            -¿Quieres que te toque?

            -Me gusta que me chupen los pezones, pero no se que se sienta teniendo senos, la verdad me da mucha curiosidad.

            -Lo que pasa es que eres un caliente, ni aquí puedes estar en paz –respondio mirando al techo.

            -¡Anda Potter! ¿No te da curiosidad a ti también?

            -Ya te dije que los coños no son lo mío.

            -Sino quiero que me cojas, no podría con esa copa metida ahí.

            -Pero sino la tuvieras seguro que hasta eso querrías.

            -¿Y qué hay de malo en eso?

            -¿Y todavía te preguntas porqué te dicen Mantis religiosa?

            -Oh vamos, no seas aguafiestas.

            Harry rió de nuevo para quedarse callado viendo el techo, luego giró el rostro para encontrarse con el de Draco que lo miraba divertido.

            -Eres un pervertido –exclamó negando con la cabeza.

            -¿Entonces si?

            Harry se hizo de costado y se recargó en un codo para mirarlo, luego puso su mano en el vientre plano de Draco y comenzó a subir despacio hasta llegar a la camiseta, en donde metiéndola debajo  siguió su camino ascendente hasta llegar al firme y pequeño seno juvenil.

            Sin dejar de mirar a Draco lo cubrió con su mano y luego con la punta de sus dedos comenzó a pellizcar suavemente el pezón viendo al rubio cerrar los ojos y fruncir el ceño y luego de ponerlo erecto levantó la camiseta hasta arriba dejando al descubierto ambos senos.

            -Oh… -gimió suave el rubio sin abrir los ojos.

            Sonriendo, Harry se inclinó y atrapó con sus labios el suave pezón para luego abrir más la boca y prenderse del seno comenzando  a mamar haciendo a Draco apretar los puños mientras un gemido escapaba de sus labios y al cabo de unos minutos así dejó en paz el sensible pecho y puso su rostro encima de Draco, quien lo miro con ojos brillantes y corazón acelerado mientras abría los labios, entonces…

            -Lo siento Malfoy, no beso chicas.

            -Nunca dije que me besaras –exclamó ofendido saliendo del trance mientras se bajaba la camiseta y se levantaba.

            Harry reía viéndolo acomodarse las largas trenzas mientras se dirigía a la puerta.

            -Buenas noches Potter.

            -Buenas noches Malfoy.

 

 

 


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