Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Copa del Diablo por Orseth

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

            -¡De ahí Potter, de ahí!

            -¿De ahí donde? –pregunto suspirando mientras se dejaba caer de costado en la cama.

            -¡Potter te estoy hablando!

            Sin más remedio se enderezó de nuevo.

            -Te estoy oyendo, pero yo no veo nada raro.

            Ya solo con una leve cojera se metió al cuarto y llego hasta su cama.

            -Potter, fui al baño y hay sangre en el retrete y en mis calzoncillos… estoy sangrando, algo malo pasa conmigo ¿Por qué diablos no aparece Madam Pomfrey? ¡Esto es una emergencia!

            Al oír eso Harry entrecerró los ojos mirando a Draco fijamente.

            -Qué –dijo molesto al ver esa mirada.

            -¿Acaso eres tan zopenco que no te has dado cuenta?

            -¿Cuenta de qué?

            -¡Estás menstruando Malfoy!

            Draco abrió la boca sin decir nada que Harry casi la pudo oír golpeando el suelo.

            -¿Qué? –dijo finalmente.

            -Eso, que estas menstruando o al menos eso creo yo.

            -¡¿Pero de donde sacas semejante estupidez?! ¡Yo no puedo estar… eso!

            -Menstruando Malfoy, menstruando –dijo levantándose ya sin pizca de sueño.

            -¡Pero no soy una chica!

            -Tienes tetas y tienes vagina, en definitiva eres una chica.

            Salió a la cocina a tomar un vaso de leche caliente siendo seguido por Draco.

            -¿Pero tú como sabes eso?

            -¿No sabías que las mujeres menstrúan?

            -¡Ay es obvio que si Potter, cualquiera sabe eso! ¿Pero qué tal si lo mío es otra cosa?

            -No lo creo, es demasiado obvio y el que Madam Pomfrey ni el profesor estén aquí significa que el hechizo protector no detecta nada malo.

            -¡Pero soy un hombre! –gimio dramáticamente mientras se dejaba caer en el sillón.

            -Al menos eso es de madera, así no lo mancharás.

            -No me estas ayudando.

            -Bueno, pues yo creo que resuelto el misterio ya todo se arregló –dijo encendiendo la estufa con una cacerolita con la leche.

            -¿Resuelto el misterio?... pero eso no me sirve de nada ¡estoy desangrándome!

            -¿Y qué quieres que haga yo, que me convierta en tampón?

            -¿Qué?

            -Solo debes contener el sangrado Malfoy, eso es todo, dime ¿sigue doliéndote el vientre?

            -Sí, no tanto como hace rato pero aun me duele y me duele la cintura, además me duelen los pechos.

            Harry se rascó la frente pensando en cómo terminó escuchando los problemas femeninos de Draco Malfoy.

            -¿Por qué todo me pasa a mi?

            -Porque tú te lo buscaste, por eso –respondio vaciando su leche caliente en un vaso- esto lo estaría sufriendo yo en este momento.

            Al oír eso Draco supo que el Griffindor tenía razón y se sintió tan mal por haberse metido el pie el mismo que solo atinó a inclinar la cabeza.

            -Ah que rico… -musito bebiendo su leche, pero al cabo de unos instantes un suave hipido lo hizo voltear- ¿estás llorando?

            -No.

            -Sí, si estas llorando… ven, siéntate aquí, te calentaré un vaso de leche, no cenaste y debes tener hambre.

            Draco obedeció y se sentó a la mesa mientras Harry hacia movedero de trastes en la estufa y al cabo de un rato tuvo frente a si un plato de estofado, leche caliente y un pan.

            -Anda come, te sentirás mejor.

            Asintiendo y sin dejar de moquear comenzó a comer.

            -Gracias –dijo cuando terminó.

            -Vete a dormir, mañana nos espera un día pesado en el jardín.

 

_______________________

 

 

            Al día siguiente, después de desayunar y de estar un rato trabajando, Draco se enderezó exclamando:

            -No puedo más, me muevo y siento que se me salen las entrañas, además aun tengo cólicos y me siguen doliendo las tetas.

            -Pues no puedo terminar yo solo Malfoy, si no cooperas nos quedaremos sin comer.

            -Pero ya llevo mi segunda camiseta, siento que traigo un pañal ¿de verdad las mujeres sangran tanto o soy solo yo?

            -¿Y yo que voy  a saber? –respondio alisando la tierra con un azadón.

            Realmente era incomodo trabajar con una camiseta entre las piernas sintiendo que se le salían las tripas apenas se movía y ese maldito cólico que no lo dejaba ni a sol ni a sombra lo tenían al punto del colapso, por eso cuando llego la hora de la comida suspiro aliviado.

            -¿Qué más nos falta para terminar? –pregunto ya sentado a la mesa.

            -Solo sembrar las semillas y listo, habremos terminado.

            Comieron en silencio para después seguir con su trabajo, pero al levantarse Harry miró el trasero de Draco diciendo:

            -Te manchaste.

            -¿Cómo?

            -El pantalón… te manchaste.

            Draco intentó mirarse atrás pero luego vio la silla y vio que había una mancha ahí.

            -Oh mierda… Potter esto no puede seguir así.

            -Pues no te daré mis camisetas.

            -Ya sé que no torpe, pero ¿Cuántos días estaré así, cuánto dura un ciclo menstrual?

            -No sé, no es como que vaya preguntándole estas cosas a las chicas.

            Draco dejo los platos de nuevo en la mesa y se sentó sin importarle mancharse más.

            -Estos son los días más horribles de mi vida… ya hasta manche mi cama.

            Harry no quería parecer desconsiderado pero lo que estaba viviendo Draco se lo había ganado a pulso él solito, sin embargo verlo así también le hizo sentir algo de pena.

            -¿Qué área somos nosotros? –dijo entonces.

            -¿Área? ¿Hablas de la zona?

            -Sí.

            -Somos la “F”

            -Hermione era la “E”

            -¿Quieres decir…?

            -Según lo que nos dijeron estamos separados por cinco kilómetros, podría ir con ellas y pedirles toallas sanitarias.

            -¿Harías eso? –pregunto esperanzado.

            -Pues sí, creo que no habría mucho problema en recorrer esa distancia, pero necesitamos terminar el jardín o no cenaremos.

            -Yo lo acabo, solo falta eso ¿no?

            -Sí.

            -Potter por favor, haz eso y te deberé una.

            Draco en verdad estaba desesperado para decir eso, así que Harry se levantó diciendo:

            -Entonces me voy de una vez antes de que oscurezca, lava la loza.

            -Bien.

            Sin más Harry agarro el mapa y salió de la cabaña.

 

__________________________

 

 

            Harry comenzó el recorrido esperando no equivocarse pues andar en medio de un bosque no era algo a lo que estuviera acostumbrado y después de deshacer el camino varias veces por fin vio a lo lejos una cabaña, así que apuro el paso deseando no haberse equivocado.

            Cuando Hermione le abrió la puerta pensó que había ocurrido algo grave, así que lo dejo pasar.

            -Harry ¿Qué haces aquí? Sabes que rompes las reglas al venir aquí.

            -Lo sé Hermione pero… ¿estás tomando chocolate?

            -Sí.

            -Y uno muy rico –completo Pansy sentada en la estancia.

            -¿Parkinson?

            -¿Y quién mas Potter?

            -¿No se han matado?

            -Lo mismo te digo a ti.

            -Realmente fue toda una sorpresa conocer a Pansy a fondo –dijo Hermione con una sonrisa.

            -Sí, compartimos muchos gustos –dijo Pansy- como que a ambas nos gusta el capitán América.

            -¿El capitán América?

            -Sí, ese actor muggle que yo admiraba en secreto.

            -Y que es guapísimo –dijo Hermione.

            -¡Oh si!

            -Chicas… odio interrumpir su momento de adoración pero tenemos un problema en casa.

            Harry procedió a contarles la situación haciendo que Pansy estallara en carcajadas.

            -Pero Pansy, eso no es para reírse –dijo Hermione.

            -Oh claro que si, Draco tiene cada ocurrencia… y esta no es la primera que le estalla en la cara.

            -Y si de por si es insoportable, ahora lo está más, llora por todo y está muy sensible.

            -Harry no siempre es por el ciclo menstrual, a veces hay cosas que hacen que quieras asesinar –dijo Hermione para aclarar el asunto- no creas en el mito de que si estamos de malas es por la menstruación.

            -Bueno, bueno ok no, pero en este caso sí.

            -Quisiera verlo transformado en chica –dijo Pansy- ¿es lindo?

            -Pues sí, el que las chicas no sean lo mío no impide que aprecie la belleza femenina, pero aunque sea lindo no le quita lo insoportable.

            -Si le encuentras el lado bueno Draco será un genial amigo, no hagas caso de sus sensibilidades ahora.

            -¿Acaso tú no te pones así?

            -A veces si, a veces no.

            -¿Y cómo lo manejas?

            -Verás, tengo un poco más de experiencia siendo mujer, digamos… ¿desde que nací?

            Harry alzó una ceja ante el evidente sarcasmo.

            -Bueno chicas ¿pueden ayudarme? Necesita compresas femeninas, va a terminar manchando todo y ya van tres o no sé cuántas camisetas que usa como pañal, además tiene cólicos y le duele todo.

            -Oh Harry… -respondio apenada Hermione- no traje nada, acabo de pasar por eso y no era necesario.

            -Yo tampoco traje compresas ni tampones ni nada de eso –añadió Pansy- eso contamina el planeta.

            -¿Y entonces?

            -Bueno, no uso esas cosas, por eso dije que no las traigo, yo uso otra cosa y por fortuna siempre la traigo conmigo.

            Harry sonrió aliviado al escuchar aquello.

            -Pero esto no es de uso compartido –continuo Pansy yendo por su bolso- pero no habiendo de otra pues ni modo, deberás hervirla primero en agua unos cinco minutos, no más y no es porque yo tenga algo contagioso ni nada de eso, es por seguridad.

            -Bueno ¿y qué cosa es? –pregunto extrañado.

            -Se llama copa menstrual y se usa así…

 

_______________________

 

 

            Harry salió de la cabaña de las chicas medio horrorizado aun por la muy clara y explícita explicación de Pansy, llegó casi al anochecer a su cabaña en donde Draco esperaba en el baño.

            -¿Malfoy?

            -Ahora salgo.

            Tardo aun unos diez minutos en salir, ya estaba bañado y vestía su bata de dormir y una toalla enredada en la cabeza.

            -¿Las conseguiste?

            -No.

            -¿No? –repitió descorazonado.

            -No exactamente, Pansy me dio otra cosa.

            -Qué cosa.

            -Se llama copa menstrual.

            -¿Qué?

            -Dijo que no es de uso compartido, que por eso había que hervirla para que tú pudieras usarla.

            -No entiendo ¿hervir qué?

            Harry sacó una bolsita de seda de su bolsillo y se la entrego, Draco la abrió sacando un extraño objeto de suave silicón color rosa que miro con cara de confusión.

            -¿Qué es esto?

            -Dice que no usa toallas ni tampones porque eso contamina el planeta.

            -¿Y como se supone que se usa esto?

            -Se mete en la vagina.

            Draco lo miró con la misma expresión que Harry tuvo cuando oyó eso de Pansy.

            -¿Qué? –exclamó al fin.

            -Qué se mete en…

            -Ya te oí pero no entiendo… o sea… ¿se mete esto ahí dentro?

            -Sí.

            -¡Pero es una locura, yo no puedo hacer eso!

            -Pues yo no puedo hacer más, estoy cansado y hambriento, me siento un marido que fue a buscarle toallas a su mujer.

            Draco solo se le quedó viendo mientras dejaba su chaqueta en el sillón y se lavaba las manos para sentarse a cenar.

            -¿Ya cenaste?

            -No, te estaba esperando.

            -Ah pues ve a ponerte eso para que podamos cenar ¡Ah no, hiérvelo primero!... toma, también me dio estos analgésicos, servirán para tus cólicos.

            Obedeciendo más que nada porque no sabía que otra cosa hacer, puso agua en una cacerolita y puso a hervir la pequeña copa por cinco minutos y luego se la llevo a su habitación.

            -¿Qué nos dieron hoy? –Murmuró Harry destapando una cacerola viendo dentro croquetas de atún que despedían un vaporcillo que le hizo agua la boca- ¡que rico!

            Comenzó a sacar platos y vasos, lo mismo que las cosas de la canasta de la comida y se sentó a esperar a Draco al fuego de la chimenea, pero pasados diez minutos se levantó impaciente a tocar la puerta.

            -¿Te falta mucho? Me muero de hambre.

            Por toda respuesta la puerta se abrió dejando ver a Draco vestido con camiseta y una toalla enredada en la cintura y con expresión de estar a punto del colapso nervioso.

            -¡No puedo, no puedo!

            -¿No puedes qué?

            -¡Ponerme esa maldita cosa!

            -¿Aun no te la has puesto? ¡Yo pensaba que ya!... quiero comer, tengo hambre, apúrate o comienzo yo.

            -Pero no puedo ponérmela –exclamó regresando a su cama con aire derrotado- ¿seguro que se coloca ahí?

            -Ni modo que en la oreja.

            -¡Pero es que es imposible!

            -A ver ¿Por qué no puedes? –pregunto cruzándose de brazos preparándose a oír alguna dramática letanía.

            -Creo que es obvio ¿no? nunca he tenido vagina, no conozco este cuerpo –respondio agitando las manos manchadas de sangre haciendo que Harry arrugara el ceño- Ay no inventes Potter, solo es sangre.

            -Sí pero no es lo mismo saber de dónde viene.

            Draco rodó los ojos y se dejo caer de espaldas en la cama.

            -¿Qué voy a hacer?

            -¿Seguir usando camisetas? –respondio con sarcasmo.

            -¡No!... no sé cuantos días estaré así y aun nos faltan muchos aquí.

            -Pues entonces resuelve esto, porque aun no sabemos qué clase de actividades nos pongan y yo no voy a trabajar por los dos.

            -Ya lo sé, no seas castroso –dijo sentándose de nuevo- pero es que… la verdad es muy difícil.

            -¿Por qué?

            -No entra.

            -¿Cómo que no? Parkinson la usa, sino se pudiera no la usaría, además Hermione no se sorprendió cuando ella la mencionó, deduzco que ya la conocía… ¿seguro estas haciéndolo bien?

            -Sí, dijiste que se dobla así de un extremo ¿no? –respondio enseñándole la copita de silicón.

            -Pues si… ¿no será que te la estas metiendo en otro orificio?

            -Claro que no Potter, seguro que ahí si entra –dijo mirando la copa.

            -Sí, lo imagino -Draco volteó a verlo con una ceja alzada- tú lo dijiste.

            Draco exhalo un profundo suspiro mientras miraba y miraba la dichosa copa menstrual.

            -Inténtalo de nuevo, esperaré unos diez minutos más, sino yo cenare solo.

            -Bien.

            Harry salió cerrando la puerta y armándose de paciencia se sentó de nuevo en el sofá, pero al cabo de diez minutos y ver que Draco no salía se levantó directo a la mesa, pero cuando tomó la silla para jalarla y sentarse, la puerta se abrió dejando salir a un Draco con el rostro bañado en lágrimas.

            -No puedo… no puedo…

            Harry lo miró en silencio para luego exhalar un suave suspiro, bien podía ignorarlo y sentarse a cenar él solo, pero su tierno y compasivo corazón de pollo le hicieron dejar la silla y caminar hasta la pobre rubia que gimoteaba en el marco de la puerta.

            -¿Por qué no mejor cenamos y luego lo intentas de nuevo? Así te calmas y te relajas ¿vale? -Pero Draco solo lo miraba en silencio sin dejar de hipar- Anda, ve a lavarte las manos… -añadió dándole vuelta y tomándolo por los hombros dirigiéndolo al baño- lava tu cara y respira profundo, yo te espero.

            Draco obedeció y al cabo de unos minutos ambos cenaban en silencio.

            -Las croquetas están buenas ¿no? –dijo Harry para aligerar el ambiente.

            -Sí… ya tenía mucha hambre.

            -Por cierto, las chicas estaban tomando chocolate ¿Por qué a nosotros solo nos han dado leche y jugo de calabaza?

            -¿En serio?

            -Ajá… tal vez sea una especie de bono ¿no?

            -Puede ser.

            Cuando terminaron y limpiaron todo, Draco se fue de nuevo a su cuarto y Harry al suyo, pero después de diez minutos escuchó que tocaron a su puerta.

            -Es definitivo… no puedo –exclamó de nuevo con los ojos ya rojos por el llanto.

            -¿Y entonces?

            -Potter… ayúdame.

            -¿Y cómo, quieres que te la meta yo?

            Lo había dicho de broma, pero al ver el rostro de Draco comprendió que el rubio hablaba en serio.

            -Olvídalo –dijo regresando a su cama seguido por el rubio.

            -¡Por favor!

            -¡Claro que no! ¿¡Cómo se te ocurre?!

            -Pues no creas que me muero de ganas, pero yo solo no puedo… anda Potter, no seas así.

            -¿Así como? –Exclamó frunciendo el ceño- ¡Te he ayudado bastante, tú no hubieras hecho por mí ni  la décima parte de lo que he hecho!

            -¡Por favor! –dijo tomándolo de un brazo, a lo que Harry lo miró diciendo:

            -Al menos te lavaste las manos ¿cierto?

            -Ayúdame y te deberé una.

            -Ya me debes una, Malfoy.

            -Por favor Potter, por favor, por favor, por favor…

            -¡Pero eso sería… verte ahí! –exclamó horrorizado.

            -Potter, por favor, sino estuviera verdaderamente desesperado no te pediría este gran favor.

            -Malfoy ¿te das cuenta de lo que me pides? –exclamo dramático mientras se ponía las manos en las mejillas.

            -Sí, lo sé.

            -¿Estás dispuesto a que yo te vea ahí?

            -Créeme que no lo hago por gusto.

            -No, no, no, no… -masculló tumbándose en la cama bocabajo.

            Draco solo quedó de pie ahí, en silencio, mirando al pobre Griffindor debatirse entre ayudar o no.

            -Potter, no seas malo.

            -¿Malo yo? –dijo dándose vuelta para mirarlo.

            -De acuerdo –respondio cabizbajo mientras se daba la vuelta y salía de ahí- lo siento, buenas noches.

            Harry lo vio salir y cerrar la puerta tras de sí y supo de inmediato lo que pasaría en el próximo minuto y eso era…

            -Me lleva la puta suerte…. ¡Malfoy!... ¡Malfoy con un carajo, te estoy hablando!

            -Qué… -respondio el interpelado abriendo la puerta.

            -De acuerdo, lo haré, pero que esto quede entre nosotros dos o juro por mi madre que te destripare si me entero que alguien más lo sabe.

            -Juro que no diré nada.

            -Bien… pero que sea en tu cuarto.

 

_____________________

 

 

            Ya en la habitación de Draco ambos no supieron que hacer.

            -¿Y ahora? –pregunto Harry.

            -Pues no sé, yo creo que lo mejor será que te laves las manos.

            -Cierto.

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).