-¿Un jarrón te cayó encima? – No estoy seguro si bromea o no, cuando miro lo seria que se mantiene sé que no lo hace y eso me alivia, en parte.
-Si. A mi hermana se le resbalo – Trato de mantenerme neutral mientras hablo y es fácil, ella parece detectarlo. No porque de pronto mi cara seria me delate si no porque mi brazo se lo dice, está obviamente jodido.
-De acuerdo – Pero no parece estarlo, termina de vendar mi brazo y de manera rápida trata de quitarme la camisa, mi reacción es tirarla al piso y luego estar arrepentido – No estaría mal si denuncias un maltrato hijo – es amigable y amorosa pero no hay nada que denunciar.
-Señora déjeme en paz – Suspira con fuerza.
-¿Pasa algo Seung Hee? – Es un enfermero que me mira amenazante, levanta a la mujer del piso sin quitarme la mirada.
-No, no… Solo caí – El hombre se va sin estar seguro.
-Ya puedo irme ¿Cierto? – Pero tampoco quiero hacerlo, sigue mirándome de manera fija.
-Si a tu hermana se le vuelven a resbalar las cosas podría ayudarte – Asiento y me alejo de ella, aun sintiendo su mirada en mi nuca.
-Su identificación por favor. Gracias joven… Heo Young Saeng – la mujer tras la taquilla me sonríe de manera muy amigable, pronuncia mi nombre lentamente e incluso se levanta un poco para verme por completo. Me alejo de inmediato luego de coger los papeles que me entrega, bastante incómodo y sin responder.
Debo detenerme en un banco para guardar todas mis cosas dentro de la mochila usando una sola extremidad, y así no hacer que el brazo me duela más, doy miradas a la entrada del hospital esperando que la doctora no me haya seguido o que lo haya hecho, estoy en un debate conmigo sobre qué es lo que quiero o que es lo que necesito. Al final me acomodo la mochila en la espalda con mucha lentitud, solo un poco de dinero y la receta que me dio están sobre mi mano izquierda.
Solo tengo que cruzar una calle para llegar a la farmacia, la mujer me sonríe de manera amigable y me recuerda a la doctora Seung Hee. “Podría ayudarte”, estoy seguro que pensare en sus palabras un largo tiempo, por mientras le extiendo la receta a la mujer luego de hacer una leve reverencia con la cabeza. Mira mi brazo con lastima pero no me molesta realmente, es paciente pero se vuelve demasiado, el dolor está a punto de ahogarme.
-Son 36, 000 wons – Dice cuando está a punto de entregarme una bolsa con lo que necesito. Miro mis 25 000 en la mano.
-¿36? – Quiero creer que he escuchado mal, no es que no tenga dinero, es que lo tengo en la mochila. Asiente aún amable.
-¿Podría esperar por favor? – Mira detrás de mí, hay algunas personas esperando pero aun así vuelve a asentir.
-Solo hazte a un lado – Es amistosa nuevamente, obediente a su pedido salgo de la fila y empiezo la tortura de quitarme la mochila. De saber que iba a complicarme con tantas cosas habría ignorado el estúpido jarrón. Apenas abro la mochila cuando la mujer pone mi pedido frente a mí, estoy a nada de pedirle que me ayude cuando me doy cuenta que no es ella, tengo que levantar la mirada para ver de quien se trata y cuando lo hago quiero apartarme por completo – Gracias – la mujer sigue en su sitio y me hace un gesto con la mano, mira a Kyu Jong de manera parecida a la que me miro la mujer a la que tuve que pagar en el hospital.
-¿Heo? – Vuelvo a mirar a Kyu Jong, mueve mi pedido entre sus manos, lo acepto con rapidez y lo meto en la mochila, es él quien la cierra y me ayuda a colgármela en la espalda - ¿Estás bien? – Asiento aunque no es verdad - ¿A qué hora tomas tu primera pastilla? – Es una mezcla de amabilidad y seriedad, me confunde.
-Las 8 – mira un reloj colgado en la pared.
-Yo igual – es más amigable al decir esto, coge dos botellas con agua y me da una, no entiendo que quiere exactamente que haga hasta que veo el mismo reloj y a su mano extendida ofreciéndome algo. Son las 8 ya y por alguna loca razón ambos debemos tomar la misma pastilla a esta hora – Me canso Heo – primero cojo la pastilla y la meto en mi boca, me la paso sin tocar el agua que me ofrece, rueda los ojos y su seriedad vuelve. Kyu Jong toma su pastilla sin hacerse problemas. Solo entonces noto una venda asomarse en su cuello, mueve el brazo con cuidado pero no parece estar tan mal como yo, creo que solo está herido su hombro.
-¿Pagaste por mí? – Es lo único que se me ocurre preguntar aunque no espero que la respuesta sea afirmativa - ¿Por qué?
-Porque tenía dinero y tú no – Sonríe - ¿Cómo irás a tu casa?
-En bus – al instante puedo imaginarme cayendo de cara y llorando de dolor entre tanta gente.
-¿Seguro?
-Caminando.
-¿Vives cerca? – Pregunta de inmediato, ambos salimos de la farmacia, él con dos botellas en la mano y yo con el paso apresurado. Niego – Podría llevarte – Niego – Heo… - su tono es amigable de nuevo pero yo vuelvo a negar. Sigo caminando sin prestarle atención, estoy a punto de cruzar cuando soy detenido por alguien - ¿Quieres morir? – El semáforo cambia a rojo y un auto pasa frente a mí. Kyu Jong cambia tan rápido de estar serio a sonreírme, me confunde – Podría llevarte – repite, abre mi mochila sin mi permiso y deja una de las botellas dentro. Niego, él suspira – Como quieras – Grita un adiós cuando volteo a verlo mientras cruzo aprovechando la luz verde. Solo sigo caminando y sonriendo, no pienso contárselo a Gyuri. Ahora sé otra cosa valiosa de Kyu Jong, estoy seguro que el resto se enterara pronto pero por mientras soy solo yo.
*
-¿Estás bien?
-Me vendaste el brazo hace una hora Hyun Joong, ¿Qué más quieres de mí? – Reímos y seguimos fumando, solo él. Se mantiene cerca de la ventana abierta mientras yo estoy conduciendo.
-Me refiero a todo Kyu Jong, ¿Estás bien?
-Estoy acostumbrado, siguiente pregunta – me mira serio, por un momento creo que va a enfadarse – Espera, ¿Conoces a un tal Heo Young Saeng? Estuvo en el hospital un momento antes que yo y creo que la lesión era similar.
-¿Heo? ¿Un tipo castaño o rubio?
-Definitivamente castaño.
-Creo que sí – no parece feliz al recordar al que parece ser mi compañero de escuela.
-¿Pasó algo?
-Si se trata de quien creo que es dile que trate bien a las personas que lo ayudan.
-¿Qué? – Está pensando con fuerza, llegamos a su casa y estaciono a un lado.
-Llegó media hora antes que tú con el brazo hecho un desastre, él dijo que a su hermana se le resbalo un jarrón – me mira al decirlo - pero la doctora Park sospecha de violencia doméstica y, bueno, yo igual - Ahora ya no parece enojado, mi amigo está preocupado y me pregunto qué tan jodido estuvo para que Hyun Joong tenga esa expresión en el rostro.
-¿Hermana? – Asiente.
-Gracias por traerme, no conduzcas hasta que estés bien o vas a sufrir a horrores, voy en serio Kyu Jong – me advierte cuando respondo sus consejos con una sonrisa. Asiento y él sale del auto, entra al edificio y decido que es hora de ir a casa.