-Cariño, porque te amo es que lo hago. Por amor a ti y a nuestro hijo.
-¡Para! – y entonces ella no puede hablar más porque él le aprieta el cuello, tan fuerte que no emite sonido alguno, tan real que tengo ganas de levantarme y golpear a Jung Min para que suelte a Gyuri, el “corte” que anuncia el director hace que mi nerviosismo baje considerablemente, Jung Min se levanta de inmediato y ayuda a su novia a lo mismo, la revisa con cuidado y con eso me calmo de inmediato. Sé que él nunca le haría daño.
-Eso quedo genial chicos – estoy esperando que los despida, pero no. Sigue hablando un buen rato más sobre vestuarios, escenarios y actuaciones, demora mucho tiempo en callarse pero nadie se va – Un ensayo más por hoy – Gyuri es la única feliz debido a que es la única sin deberes pendientes, sabe que los demás están cargados de cosas así que no protesta en contra cuando los demás lo hacen al hecho de quedarse.
-Por favor – escucho por todos lados.
-La mayoría podrá irse, necesito a los protagonistas y los de las luces – Dice al final, ambos grupos saben que ya no les queda mucho por hacer e imagino que lo suyo no es tan urgente porque asienten tranquilos y van a sus posiciones. Jung Min y Gyuri piden unos minutos, de inmediato bajan del escenario y me saludan muy emocionados.
-No podré llevarte Young Saeng, lo siento – mira mi brazo con la misma preocupación de hace días, Gyuri es al revés, lo ve más como una travesura. A ellos les dije que me caí de las escaleras. Asiento, dándole a entender que comprendo su situación y añado una sonrisa para calmarlos. Me despido de ambos pero antes me ayudan a colocarme la mochila, salgo del auditorio dándoles miradas antes de estar fuera por completo. Hay un largo pasillo por recorrer antes de salir de la escuela, decido ir lento mientras el ruido de los chicos ensayando me llega hasta segundos después, luego estoy en completa soledad.
Esa completa soledad me dura solo un momento.
-¿Son bastante unidos tú y la parejita feliz? – Grito. No es solo el hecho de que ha aparecido de la nada como hace días, también está el asunto de que es él. Kyu Jong de nuevo - ¡Heo! ¡Gracias por la bienvenida! – Está riendo mientras me “imita”, quiero golpearlo pero también unirme a su diversión.
-Hola, tú… me asustaste – Hablo bajo pero sigue sonando muy fuerte, cuando el vuelve a hacerlo ya no tanto debido a que el ruido de la ciudad nos acompaña.
-¿Cómo va ese brazo? – Mi mirada viaja a su hombro cuando termina de preguntar, la venda ya no es visible y me pregunto si… - Yo tuve que ocultar lo mío, ya sabes… Armaría un alboroto. Pero estoy bien, o al menos mejor tú – continua hablando solo, es bastante extraño este Kyu Jong, o al menos desde mi punto de vista. Se supone que era reservado - … Y faltando 20 minutos para nuestra dosis diaria… Aunque te cuenta que es mi último día con el medicamente Heo… ¡Heo!
-No sé – se burló enseguida termine de hablar, me tomo unos momentos recordar todo lo que había dicho y al final solté una risa nerviosa al descubrir que no había hecho ninguna pregunta – Lo siento.
-¿Te duele? Dijiste que tu casa no estaba cerca, o tomaras la pastilla de camino…
-¿Tienes algún asunto con la puntualidad? – Su mirada se puso sombría por un momento, pero paso de inmediato.
-Ya te diste cuenta que sí – Río sin poder evitarlo.
-Jung Min… mi amigo iba a llevarme pero nos arruinaron los planes.
-¿Entonces aceptas que te lleve? – Me señala un auto estacionado en una esquina, me pregunto qué camino se supone que tomamos porque apenas ahora me doy cuenta que no mi camino.
-¿No causare ningún molestia?
-No te lo pediría si causaras molestias Heo – ruedo los ojos, Kyu Jong es muy amable al abrir la puerta de su auto ya que me siento demasiado cohibido para hacerlo aunque no lo note.
-Es Young Saeng.
-Ya sé que es Young Saeng… - desaparece de mis ojos por unos segundos, luego aparece sentado en el asiento del conductor, su ceño se frunce mientras le da unos golpes bastante calmados a su brazo.
-No deberías conducir ¿Verdad?
-Falso – Ríe. Vuelve a mostrarse tranquilo y sonriente – Solo estoy conduciendo hoy, ¿De acuerdo? – Asiento sin entender su tono infantil, él se ríe obviamente entendiendo - ¿Por dónde?
-¿Conoces “Madame Malkin”?
-¿La tienda de ropa? – Asiento y él lo hace después.
-Ve a esa calle.
-¿Vives ahí?
-Si. Bueno, en esa calle no en la tienda y … o sea no en la calle en sí – Continuo luego de ver su rostro.
-Entiendo Heo – dice riendo, me acomodo muy quieto y fijo mis ojos al frente. Espero a que avance de inmediato pero eso no pasa, me preocupa que sea su hombro así que lo miró, Kyu Jong se está dirigiendo a mí cuando hago lo mismo.
-El cinturón Heo – parece que ama mi apellido. Acomoda el cinturón con cuidado de no tocar mi brazo, cosa que agradezco mucho, y luego se acomoda él, lo hace con más rapidez luego de ver la hora. Faltan solo 9 minutos.
*
Heo es… bastante reservado.
-¿Seguro que no tienes hambre? – Niega con la cabeza y su mirada de pánico que apareció de pronto hace unos instantes – Heo. ¿Seguro? – Baja la cabeza y empieza a murmurar cosas muy bajo.
-No tengo dinero – dice luego de un rato,
-Te pregunte si tienes hambre, no hablo del dinero Heo – Suelta un largo suspiro y luego yo también lo sigo - ¿Ese era el problema?
-Sí… No. No quiero ser más una molestia Kyu Jong – pronuncia mi nombre con incomodidad.
-Te dije que ya estarías fuera de mi auto si ese fuera el caso – Me muestra una sonrisa bastante falsa pero al menos sus hombros ahora están relajados.
Y me pregunto si esa reserva me molesta o suma puntos a favor de Heo. Young Saeng.
-Me dijeron que debía comer antes de las pastillas – Él mira la hamburguesa en sus manos y luego a la mía – Bueno, en este caso nos pasamos la hora no – Ríe muy bajo. En mi auto un reloj pequeño marca las 9 pm - ¿Qué tal tu lunes Heo?
-Espantoso – responde como si fuera obvio - ¿El tuyo? ¿En… - detiene su pregunta por completo.
-Igual de espantoso… - respondo inseguro - ¿Hay algo que quieras preguntar? – Niega nervioso, definitivamente hay algo. Y también hay algo que quiero preguntar pero eso él no lo sabe.
-Yo creo que ya es tarde – dice luego de su último bocado.
-Solo… espera. Listo – Termino de comer, ambos bebemos de los refrescos y minutos después estoy conduciendo a la calle de “Madame Malkin”
-¿Es ese edificio? – Ya está saliendo sin responder la pregunta - ¡Heo! – Voltea sorprendido - ¡Adiós! – Me sonríe mientras se despide de manera tímida.