POV Meghan
Llevamos semanas de regreso en Japón y Lylieth hace todo lo posible para sacarme la vuelta, digo no es que le sea muy difícil con todos los pendientes que tenemos, pero por ejemplo ahorita yo ya estoy en el departamento y ella sigue en la oficina, Nana me avisó que ella la traería a casa.
Ding dong, suena el timbre y voy a abrir, me encuentro con Carlos.
- Hola preciosa- me da un beso- huele rico ¿Qué preparas? – me dice curioso pasando directo a la cocina
- Boloñesa, ¿quieres? – le pregunto aunque sé que dirá que sí.
- Como la cocinas tu seguro, muero de hambre y alguien me tiene muy mal atendido- me hace un puchero y yo me rio- ¿y tu mujer?- me pregunta
- Aun en la empresa- suspiro
- ¿Todo bien?- se acerca a mi
- Si y no- me mira curioso- después de un- guardo silencio- un muy buen sexo me dijo que me amaba- le dije
- Aja y eso es malo ¿por?
- Porque desde ese día no me habla- :l
- Lo dijo ¿por el momento?- está en modo serio así que puedo hablar bien con El.
- En realidad ya tenía rato de haber terminado todo y solo eran caricias ligeras, ya me conoces- lo miro y el asiente- después ella me miró, me beso y terminando el beso dijo eso y salió rápido al baño- digo poniendo la mesa para dos.
- ¿La embarazaste?- dice atacado de la risa llevando el vino a la mesa
- Tarugo- volteo a verlo también yo entre risa y risa
- Ha de estar asustada- besa mi frente- ten en cuenta que se casó con una bisexual, perdió su virginidad con ella y que se supone es heterosexual- me dice ya comiendo, yo suspire.
- Lo sé, por eso no he querido presionarla, pero no se siente padre que me evite, aunque si me emocionó un poco eso ese día- le digo tristona
- Hay estas bisexuales de closet- dice con enfado- bueno en si cuando están en closet y no lo aceptan es nefasto- me mira- animo, solo porque la comida me puso de buenas te daré uno de mis masajes especiales- me dice coqueto
- ¿Si fuiste al curso que te pague?- le pregunto curiosa
- Si- contesta- hay que saber dar un buen masaje a la pareja sin lastimarlo- me dice insinuando
- Iuuuu- me quejo- demasiada información- hago muecas
- Ah pero si tu pareja no fuera ella también estarías interesada- se ataca de la risa y yo lo acompaño, le encanta molestarme.
Terminamos de cenar, pusimos un poco de Jazz en lo que platicábamos, pasando un rato me pide que me acomode para el masaje, para esto me quito la playera.
- ¿Cómo crees que también con bra?- me dice molesto
- No necesito quitarlo, hazlo así.- pasa su mano de forma tosca- ¡ay bruto! no seas brusco- me quejo
- Meghan no seas nenita, aguantas más- se burla de mi- te he hecho cosas peores y no llorabas tanto
- Con una mujer debes ser amable, los hombres ya te tienen muy mal acostumbrado- me quejo, me agradan este tipo de peleas con El
- Es que su piel no es tan frágil y aguantan vara- se ataca de la risa, toca uno de mis puntos cosquilludos y me retuerzo- ehy no muevas así las piernas que me lastimas- y es que sin querer le di fuerte en la espalda con los pies.
En eso escuchamos como se abre la puerta haciendo escándalo, los dos volteamos a ver qué pasaba y Carlos no quitaba las manos de mis hombros.
Quien entró fue Lylieth y tenía una cara que daba miedo, se le veía furiosa, estaba increíblemente roja.
- ¿Qué dem? – gritó Lylieth viéndonos y se desconcertó, con la escena, Carlos estaba sentado en mis pompis con varios cojines entre él y yo para que no se doblaran tanto sus rodillas. De todos modos Carlos al escuchar la frase se paró como resorte dejándome en el suelo y el alzando las manos.- mo ni os – completo la frase mi esposa bajando el tono.
- ¿Qué demonios de qué?- le pregunte viendo como Maia estaba detrás de Lyli apunto de soltar la carcajada.
- ¿Carlos te llevo?- le preguntó rápido Maia para salir de ahí y seguramente atacarse a risa. Carlos ni si dijo, cuando me di cuenta ya estaba en la puerta con Maia atrás de Él.
Yo me pare viendo como salían y volteando a ver a Lylieth frente a mi, nada más sentí la cachetada que me soltó que hasta me volteo la cara.
- Eres una tonta- me decía llorando y yo voltee a verla sorprendida
- No llores preciosa – le digo abrazándola. Irónico ¿no?, ella me golpea y yo la consuelo- ¿Qué paso?- le pregunto sin entender, ella me da pequeños golpecitos en el pecho tratando se zafarse de mi abrazo
- Creí que me estabas engañando- suelta al fin, yo sobo su cabello. Esperen y ¿Por qué pensó eso?
- ¿Por qué pensaste eso? ¿yo nunca haría eso? Y creo que nunca te he dado motivos- le digo un poco molesta pero bajando la guardia
- Por lo que se escuchaba- voltea la cara para no verme
- ¿hummm?- no sé de qué habla. Ella suspira incomoda, me mira a los ojos y me dice
- Iba llegando cuando escuche lo del bra y luego lo demás- está haciendo pucheros y a mí me encanta, pero también me trato de concentrar en recordar la conversación y ahora yo me ataco de la risa.
- Jajajajaja, no pues creo que así cualquiera se podía poner en tu plan- me sigo riendo y ella se fija en mi mejilla roja por su mano, tiene la mano pesada
- Lo siento- dice apenada sobándome mi cachete, yo le doy un beso.
- No te preocupes, nada que algo frio no lo baje- le digo sonriendo- bueno,- me pongo pensativa- solo espero no se vaya a hacer cotidiano- me río bajo y veo que en su cara puede haber diferentes matices de rojo según su estado de ánimo.
- No, ¿cómo crees?, de verdad lo siento- esta avergonzada, yo la vuelvo a besar
- Ya, ya paso, ¿ya cenaste?- le digo cambiando el tema
- Si con Maia que me trajo- mmmm
- Bueno, debes estar cansada, ve a descansar en lo que yo limpio esto- digo yendo a la cocina para poner en refractarios lo poco que sobro y lavar las ollas, Carlos se fue sin ayudar ¬¬.
- ¿Te ayudo?- la siento detrás de mí abrazando mi espalda y yo doy un saltito, no me lo esperaba, ella quita rápidamente las manos, pero volteo a tiempo antes de que se separe más y la atraigo a mí.
- Solo es lavar- le digo acercando mi boca a la suya- incluso pueden esperar a mañana- la flojera me está ganando y su olor me está atrayendo, yo trago saliva tratando de controlarme
- Lo siento- me dice con sus ojos llorosos.
- Ya te dije que no importa- le doy un beso en la frente pero ella se hace para atrás para verme a los ojos.
- No- doce seco- siento haberte estado evitando estos días- me dice tratando de controlar sus lágrimas- yo estaba confundida -rayos creo que esto me va a doler, me dirá que se confundió en el momento y que no quiso decir eso, aunque ya lo veía venir se sentía bonito soñar con que no fuera así.
- Ya paso, no te preocupes yo entiendo- ahora soy yo la que quiere llorar.
- No, no me entiendes- me dice callándome, creo que la moleste, bueno si necesita decirlo para marcar tiempo y no sé, distancia que lo haga, yo suspiro- yo yo yo dije que te amaba y me dio miedo, quería hablar contigo, pero me daba miedo- me mira, debí de dejar que Peter viniera a Japón después de todo, tal vez aun pueda - ¡Ponme atención!- me grita exigiéndome, yo me le quedo viendo- deja de pensar y escúchame- vaya es como si me leyera esta mujer, pero asiento, me toma la cara con las manos- Tenía miedo de aceptar que realmente me enamore de ti, que te amo, que ahora no sé qué haría si te perdiera o me dejaras por alguien más, que escucharte hace rato solo agrando mi temor de perderte y me hizo ver que si no aclaraba esto tú te irás y no te lo pienso permitir- y me besa, fue un delicioso beso donde nuestras lenguas danzaron, mi felicidad era enorme, ella me ama, ¡¡¡¡ELLA ME AMA!!!! Y ahora yo no paraba de besarla.