Pov Lylieth
Es increíble que casi dos años hayan pasado, estoy por terminar mi carrera, el trabajo y la presión que se puso en este tiempo rindieron frutos, aún sigo asombrada que se cumpliera lo que Meghan me dijo aquel día que la conocí en su oficina.
La verdad es que si no hubiese sido por Nana y mi suegra no estaría en estos trámites, aparte sin que me diera cuenta hicieron que armara mi tesis en este transcurso. Ahora entiendo porque tantas personas les tienen miedo, esas dos mujeres si quisieran podrían conquistar el mundo con la mano en la cintura.
Meghan ¬¬ terminó economía, hizo la maestría con una asesora acosadora y concluyó el doctorado en este tiempo junto con Luca y eso que no les gusta el área, gemelos superdotados presumidos.
- Amor, hay que ir viendo con tu abuelo para finiquitar el contrato de hace dos años- decía Meghan entrando a su oficina con documentos en mano- ver si quiere que sea aquí o sea en Australia- pasa y pasa hojas por sus manos.
- Linda- le digo para que me mire
- Si princesa- se acerca a mí para darme un beso- antes quiero hablar de nosotras- me mira seria y me jala para llevarme al sillón.
- ¿Te preocupa algo? ¿necesitas algo?- su voz empieza a sonar preocupada
- Aún faltan unos meses para la firma de esos documentos, pero quiero saber ¿Qué pasara ya firmados?- le pregunto seria
- Pues serás completamente dueña de una prestigiosa empresa que está creciendo mucho- sonríe orgullosa
- Sí, eso no es lo que tengo duda- esta mujer a veces es lenta- me refiero a nosotras
- Pues- se queda seria- oh, mmmm, ufff, - su mirada se entristece- cierto lo prometí- suspira como agarrando fuerzas –aún tenemos un año más según las reglas de mamá y el contrato para divorciarnos, bueno un poco más porque aún no cumplimos los dos años- da una pequeña risita- pero creo que a este tiempo sabemos lo que sentimos- me mira y toma mi mentón- ¿me amas?- en su voz se le escucha miedo
- Si ¿y tú me amas?- ahora soy yo la que pregunta con miedo ella me da una enorme sonrisa
- Lylieth sabes que te amo- me da un dulce beso de esos que me gustan.
- Ahora ¿vas a querer el divorcio?- me pregunta, que no quedo claro que la amo, ella ve mi mirada de no entiendo y agrega- que me ames no significa que quieras seguir casada- toma mi mejilla- aunque para esa decisión hay más cosas que tomar en cuenta
- ¿Cómo qué?- estoy molesta- ¿como si te iras a Australia conmigo? ¿viviremos aquí o allá? ¿renunciar a mi empresa por ti o tú a la tuya? ¿Cuántos hijos? ¿Cómo los vamos a tener?- yo saco sin pensar todos mis miedos y las lágrimas empiezan a asomarse, ella me ve tiernamente y no suelta mi cara.
- No llores hermosa, pero si, todas esas preguntas- suspira y trata de secar mis lágrimas- tu no vas a renunciar a esa empresa, a mí no me vuelve loca de emoción vivir en Australia- yo la miro con miedo- yo no puedo renunciar a mi empresa- suspira- estoy atada a ella, aun me faltan dos años para acabar arte y de los hijos contestaré hasta que tengamos respuestas a estas
- ¿Entonces?- la miro como si esto fuera el fin
- La verdad es que no me emociona vivir en ningún país jejeje- ríe nerviosa- pero a tu lado puedo vivir donde sea- su mirada es tierna
- ¿y la empresa?- creo que no le está cayendo el 20
- Así como tu manejaste todo este tiempo tu empresa yo la puedo manejar desde donde sea, el detalle es que me falta para que termine la carrera y en este tiempo hay dos opciones si seguimos el matrimonio- me mira a los ojos
- ¿Cuáles?- le pregunto, esta mujer siempre piensa en todo.
- La opción A es que terminando la carrera vayas a Australia y comiences toda tu vida normal allá, estemos dos años viéndonos una o dos veces por mes hasta que yo termine- se pone pensativa- tal vez podría hacer intercambio y así estar más tiempo juntas- sonríe.
Esa opción suena agotadora y bastante difícil.
- ¿Cuál es la opción B?- pregunto esperando sea mejor
- Esta me gusta más- se pone roja- es que tu sigas manejando la empresa desde aquí por dos años en lo que yo termino la carrera- su mirada es de culpabilidad- claro que en este tiempo también puedes aprovechar para hacer la maestría con mamá como tu asesora- sonríe culpable.
- Mmmm que conveniente- le digo acercándome a ella y ella se sonroja más- pero también me gusta más esta opción, aunque creo que tendré que estar viajando más, el abuelo ya no estará activo le digo mordisqueando su oído.
- Pero tendrás a Peter- me dice segura yendo por mi cuello. Mi mujer piensa en todo
- Cierto- digo deleitándome con sus besos
- Aunque ahorita no quiero una respuesta, piénsalo- me besa la boca y abren la puerta
- Ups lo siento- era Layla que inmediatamente cerró la puerta con ella afuera y las dos morimos de risa
Meghan se paró y fue por ella, teníamos muchos pendientes que atender, la atención quedará para más noche.
Su propuesta me gusto, pero tengo que ver los pros y los contras y aun tomando la opción B tengo que pasar unos dos meses allá, supongo sería bueno para probar la opción A.
Pov Meghan
Terminada la carrera de Lylieth fuimos a Australia a finiquitar todo. La empresa ahora es de Lylieth, ella está sumamente feliz por ello, tanto que no pude negarme a llevar a cabo la opción A, aunque la verdad no la quiero. ¬¬ Tendré que conseguirme el avión más rápido para poder ir y venir.
Ahora estamos en su departamento disfrutando de un delicioso vino dulce, de esos que si no vas con cuidado seguro te embriaga y la migraña de mañana estará buena.
- Mañana ya me tengo que ir- le digo triste- pero trataré de venir en 15 días- le digo dándole un beso en la mejilla
- ¿No puedes quedarte más?- me pregunta haciendo un puchero y enrollándose en mí.
- No amor, tengo que asistir a esas clases, ese maestro me trae en jaque desde que se enteró que tengo dinero- le digo fastidiada
- Uff que fastidio- me besa- pues tendremos que hacer un buen recuerdo- creo que ya se le subió
- No tan largo puesto que tú tienes oficina mañana- la beso.
La abrazo apretándola hacia mí, no quiero dejarla aquí, quiero llevarla conmigo, pero no puedo obligarla y ella mínimo tiene que pasar dos meses aquí arreglando detalles
- Ahh- sale un pequeño gemido de sus labios con el beso- bueno hablaremos diario- me da besitos- pero que sea video llamada- lo dice tristona.
- Si amor, lo que digas- la vuelvo a besar, solo quiero tenerla para mí.
Fue una noche cariñosa, dulce pero con ese pequeño sabor amargo de la despedida, hasta estoy pensando en dejar la carrera, pero sé que ella no me dejaría, tal vez hacerla acá, aunque sería mucho tramite.
Dio la mañana y fuimos a que yo tomara el avión me despidió con un dulce beso y la promesa de vernos pronto, en sus ojos hay lágrimas y los míos creo que están igual o peor, después de todo fueron dos años de estar juntas todos los días.