POV Meghan
Increíblemente mamá arregló el contrato para que si en dos años nos queríamos divorciar podíamos y ella no perdía nada de la empresa. Mi abuelo y su abuelo se sorprendieron cuando supieron que la que se casaba era yo, pero no pudieron objetarle nada, mamá se les puso tan ruda que solo aceptaron todo sin chistar.
Hoy estoy en la oficina arreglando de detalles, ya paso una semana desde que Lylieth llegó y en la noche se anuncia mi compromiso con ella ante la sociedad, uff, estoy nerviosa, nunca pensé estarlo, jajajaja, bueno tampoco pensé proponerme a una mujer y menos ante todos, jajajaja. A la abuela Kana seguro le da un paro cuando vea a mi prometida, pero bueno espero mi padre lleve doctor por cualquier cosa.
- ¿Lista corazón? Hay que pasar por el anillo que mandaste hacer- me dijo Nana dulcemente
- Si, ya solo apago esto- me pare y salí atrás de ella.
La Mansión de Kana
Bueno ya estamos acá, ahora estoy más nerviosa, el atuendo no me ayuda, aunque el vestido es hermoso, es uno negro de encaje pegado al cuerpo, cuello cuadrado abierto sin mangas y zapatos de tacón también negros, solo la joyería es plata; en mis manos traigo el anillo, bueno no exactamente, el anillo está dentro de la cajita, los invitados siguen llegando.
“¡Rayos! Esto parece un bendito baile” pienso “Yo hace semanas haciendo lo imposible para evitar una cosa de estas y eme aquí con la soga al cuello por algo que yo planee”.
Miro a un costado y la casa esta genial, las luces de todos los candelabros encendidas, esas arañas aunque antiguas se me hacen hermosas, no sé que antepasado las mando hacer, pero que buen gusto tenía el tip@, los músicos tocando algo tranquilo en lo que todos hacen platica disfrutando de la compañía y el ambiente.
Mamá tiro la casa por la ventana con la excusa de no saber si me volvería a casar o si la siguiente boda la iba a dejar que la anunciara en grande y a la abuela Kana que le encanta presumir apoyó por primera vez a mamá en eso, increíblemente, esas mujeres apenas se soportan.
Mis manos tiemblan al ver la hora, suspiro, odio hacer actos de esto con personas de la “alta alcurnia” ¬¬ hubiera preferido con gente cercana que de verdad te aprecie y no los que solo te ven por tu dinero, pero bueno, en eso mamá tiene razón, somos dos mujeres y si quiero que la respeten y ni la toquen tendré que hacerlo público para que sepan que es mía y está a mi cuidado.
Salgo de mis pensamientos cuando veo que mi madre me llama a lo lejos y camino hacia ella, odio caminar con tacones, aunque bueno, 5cm no son nada.
- Vaya, pensé que traerías un smoking- bromeo mi madre al verme
- ¬¬ por que traería smoking si soy chica- digo seria, los nervios están que me matan- mejor ese lo uso para la boda- le bromeo, ella solo voltea a verme con cara de lo haces y te mato.
- Tu momento llegó, ya está aquí tu prometida y su familia- dijo divertida mi madre
Al verla me quede sin habla, estaba hermosa, su cabello estaba en un peinado recogido en trenza con un maquillaje ligero que se le veía sensacional, dejaba ver su hermoso cuello pecoso destacando la joyería plateada y seguíamos con un hermoso vestido rojo ceñido liso hasta las rodillas que me robo el aliento y finalizar con unas zapatillas plateadas preciosas, toda ella destacaba, toda ella estaba encantadora, mi corazón se aceleró; tragué grueso, fui al escenario.
Ella al verme sonrió y yo como babosa le sonreí en lo que subía al escenario conmigo, sus padres y mis padres.
Tomé el micrófono, ya todos me veían y como no pensaba hacerla pasar el oso de su vida junte la seguridad que no sé de dónde demonios salió, ya que como he dicho odio hablar en público.
- Muy buenas noches tengan todos ustedes- dije- les agradezco mucho el que nos acompañen en este momento tan especial para Lylieth y para mí- sonreí al ver la cara de muchos por la sorpresa, voltee a verla, yo continúe con esa sonrisa aunque al verla y saber lo que venía estaba que me temblaba hasta la vida- esta noche, aquí en frente de todos- la mire dulcemente a los ojos (se supone que debía fingir estar locamente enamorada de ella, pero desde que la vi entrar estaba tan embobada que no tenía que fingir mucho que digamos)- quiero dirigirme a ti, con la pregunta y la promesa de…- suspiré ella apretó mi mano, se veía nerviosa y ¿enamorada? “Wooo que bien actuaba”, me asombré- ¿Qué aceptes ser mi esposa? Prometo cuidarte, protegerte, mimarte, apoyarte, impulsarte y sobre todo amarte- lo último lo dije aún más mirando sus ojos que casi sonó a un susurro para mi gusto, pero es que esos ojos miel me idiotizaban, digo me hipnotizaban, estoy perdida en su mirar que cuando me di cuenta yo ya estaba toda roja- así que ¿gustas ser mi esposa y aceptar este humilde anillo?- abrí la cajita y espere la respuesta para ponérselo, de idiota se lo ponía antes, capaz me rechazaba, aunque cuando me percate ya estaba incada de una manera femenina y que no deja ver nada ¬¬ .
- Yo- ella se puso súper roja que hacia juego perfectamente con su vestido y cabello, se veía hermosa así- claro que acepto- dijo con una emoción enorme
Rápidamente le puse el anillo, me pare y le di un tierno beso a lo cual ella se sorprendió, pero contesto, nos separamos, todo estaba en silencio pero yo seguía hipnotizada y la volví a besar siendo correspondía. Se escucharon los aplausos y nos separamos, bajamos del escenario para recibir las felicitaciones correspondientes.
Llegó a mí uno de los hijos de algún empresario que había rechazado para un compromiso diciendo:
- Eso explica, por qué no me aceptaste a mí- dijo petulantemente- con gustos tan deformes como los tuyos no sé cómo una preciosura como ella se casará contigo, seguro en corto te la bajo- se dio la vuelta con intenciones de ir tras ella pero lo detuve del brazo
- Si sabes que te conviene- me acerque a decirle mordaz- no te le vas a acercar ni a ella o a mí, porque te advierto, que nada más me entero que si quiera le diriges la palabra y te destruyo en lo absoluto, a ti y toda la compañía de tus padres- sentencie
- ¿Me amenazas?- pregunto con ironía
- A mí nadie llega y me amenaza con lo que es mío, a ella la voy a cuidar y defender por ser quien es, la mujer que es mi prometida y será mi esposa.
Sabes perfectamente que con mi familia nadie, NADIE se mete y ella ahora es parte de mi familia, ¿entendiste?- dije con tono de queda y a un volumen lo suficiente alto para que pudieran escuchar algunos y que supieran a qué atenerse si se metían con ella.
- Tran… tranquila, ni que estuviera tan buena- dijo con miedo y asco a la vez
- Ah y otra cosa- ahora mi tono era irónico- en tu vida la mencionas o te refieres a ella con un tono lujurioso o despectivo- le guiñe un ojo- recuerda que yo, me entero de todo- me di media vuelta y fui al lado de mi bella prometida a seguir con la fiesta, baile y presentaciones correspondientes.