Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El pasado regresa por lizergchan

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marvel Estudios, Disney y a Stan Lee, los personajes de Harry Potter pertenecen a su autora J.K. Rowling. Este fanfic lo hice solo y únicamente como diversión.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark. Dr. Strange/James Potter (pasado)

Aclaraciones y advertencia: Romance, Crossover, Universo semi alterno, mención de Mpreg y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

Beta Reader:

 

Resumen: Stephen conoció a James Potter durante su época de colegio en Hogwarts. Dejó el mundo mágico poco antes de que estallara la guerra contra Voldemort, para perseguir su sueño de convertirse en medico (tanto medimago como no mágico). Por casualidad conoce a Tony Stark, se hacen amigos y con el tiempo, se casan, pero ¿qué pasaría si el joven Harry Potter fuese el hijo de Strange?, ¿Cómo lo tomaría la nueva familia del Hechicero Supremo?

 

—f

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

El pasado regresa

 

 

Capítulo 8.- De regreso a Hogwarts

 

 

 

 

Stephen y Harry salieron del portal, se encontraron frente a una casa de campo de tamaño considerable; lucía abandonada, el gran jardín estaba repleto de plantas secas y mala hierba.

El niño miró el lugar sin comprender, sobre todo por la expresión de tristeza que el adulto tenía.

 

—¡Vaya!, que basurero —comentó Sabrina, ganándose una amonestación por parte del niño.

 

Stephen sonrió.

 

—Lo es ahora, si —respondió el hechicero con nostalgia. —Era de James y mía; mi madre nos la dieron como regalo… cuando nos comprometimos.

 

Ok, Harry no había esperado eso, ¿sus padres estuvieron a punto de casarse?

 

—Vamos Doc, no nos deje con la intriga —dijo Sabrina —, cuéntenos el chisme completo.

 

Harry la amonestó, aunque sin muchas ganas, pues él también deseaba saber más. Stephen sonrió; se detuvo frente al pórtico y miró a su hijo.

 

—Tenía quince años cuando se lo propuse —la voz de Strange sonaba melancólica, pero al mismo tiempo, dulce.

 

Era la víspera de Navidad, sus familias se habían reunido en la casa de los Potter. El alegre ambiente que reinaba en la cena, se vio interrumpido por el joven Stephen, quién, después de un emotivo discurso y juramentos de amor eterno, se arrodilló frente a James y le propuso matrimonio, cuando el mayor se lanzó a los brazos de su pareja, exclamando una efusiva afirmación; los aplausos y vítores de los presentes sellaron el perfecto momento.

 

—Por supuesto, tendríamos que esperar un par de años, ya que yo aún era menor de edad —explicó Stephen al tiempo que abría la puerta, que se quejó con un chillido metálico casi sobre natural —. A los dos días de comprometernos, mi madre nos dio esta casa.

 

Strange caminó por la sala; una expresión de tristeza adorna su rostro. Aún recordaba la primera vez que él y James se quedaron en esa casa; su primera vez fue ahí.

 

Harry observó la decoración; había fotos de sus padres, una llamó la atención del joven mago.

 

James y Stephen abrazados, el primero enseñando su mano con un hermoso anillo. Se veían tan felices juntos. Podía sentirse el amor entre ellos.

Harry había visto fotos de su papá con Lily antes, pero parecían más un par de amigos que pasaban un buen rato, más que una familia.

 

¿Cómo no se había dado cuenta antes?

 

—A James le gustaba que nos tomáramos fotos —dijo Strange mientras tomaba uno de los retratos; los dos se encontraban en un paisaje navideño. El hechicero sonrió con tristeza —Yo lo odiaba.

 

Harry se mordió el labio, había tantas cosas que quería preguntar, pero no sabía por dónde iniciar, por suerte no hizo falta, Stephen comenzó a contarle cada detalle de su vida con James, desde el primer recuerdo que tenía de él, hasta el momento que se dio cuenta que lo amaba.

 

—...Una vez le dije a James que deseaba que nuestro primer hijo se llamara Harry —dijo Stephen sonriendo al menor.

 

Strange aún recordaba esa ocasión; fue mientras descansaban en la cama, después de hacer el amor por primera vez. Le dijo a James que algún día, cuándo estuvieran casados y vivieran su hermosa casa, tendrían a su primer hijo, si era niño lo llamarían Harry, y si fuese una, le pondrían Agatha.

 

 —Tú elegiste mi nombre —susurró el niño. No sabía cómo sentirse respecto a eso.

¿Qué debería decir?, ¿Cómo debería reaccionar?

 

Su nombre siempre fue para él una conexión con sus padres… con Lily, pero resulta que era su unión con Stephen.

 

—Ni siquiera eras una posibilidad en ese momento, pero ya te amaba… —el Hechicero jadeó; había comenzado a llorar sin darse cuenta.

 

Harry se acercó a su padre. Sentía el pecho apretado. Abrazó a su Stephen y lloró en su pecho, poco tiempo después, la capa se unió a ellos.

 

—Awww, que tierno —por supuesto que Sabrina debía interrumpir el momento.

 

Harry amonestó a su IA, pero eso no pareció afectarle.

 

Pasaron la tarde entre historias agridulces; Stephen no usó el Pensadero para mostrarle sus recuerdos a Harry, pues consideraba que no era confiable (a pesar de su memoria fotográfica), o tal vez era porqué había vivido demasiado entre muggles.

 

Regresaron a casa con el corazón ligero y un lazo forjado. Una silenciosa promesa de unió.

 

 

 

Tony observó a Stephen interactuar con sus hijos. Desde que su esposo y Harry habían regresado del mundo mágico, pudo darse cuenta que su relación había mejorado hasta el punto que el niño ya le llamaba al hechicero: “papá”, aunque aún no lograba que lo considerara de la misma forma.

 

—Bueno niños, es hora de que vayan a asearse —Peter y Harry gimieron en desacuerdo —. Pueden seguir en la casa de los abuelos.

 

La familia había decidido quedarse en la mansión Strange, los últimos días antes de que Harry tuviera que regresar a Hogwarts.

 

—¡Sí, veremos a los abuelos! —exclamó Peter. Tomó la mano de su hermano y lo arrastró fuera de la habitación.

 

Stephen se acercó a su esposo, lo abrazó por la cintura y le besó el cuello.

 

—¿Sabes lo sexy que te ves en este momento? —Tony sonrió; encaró al hechicero para unir sus labios en un hambriento beso que pudo subir de tono, de no ser por Sirius, quién hizo notar su presencia.

—Lamento interrumpir, pero no quiero que me traumen —dijo con tono dramático. —¿Está bien que yo vaya?, No quiero poner su familia en riesgo.

 

Sirius aún era buscado por el ministerio, si aun no lo habían encontrado, era gracias a su nulo uso de la magia y a los hechizos de Stephen, pero regresar a Inglaterra podría significar un riesgo que Black no estaba seguro de querer correr.

 

—Todo saldrá bien —le aseguró Tony, al tiempo que apoyaba su cabeza en el brazo de Stephen —. Además, Harry se sentiría feliz de tenerte ahí cuando regrese a su escuela. En especial, querrá que estes presente en su cumpleaños.

—Además, para este punto, ya todos deben saber que Harry es mi hijo —agregó Stephen.

 

Sirius se mordió el labio. Se sentía dudoso, pero terminó aceptando.

 

 

Cómo siempre, la mansión Strange era cálida y llena de amor. Víctor había llevado una cantidad considerable de regalos para sus sobrinos. Donna se encontraba con su esposo, un hombre de brillante sonrisa y alegría contagiosa. En cuanto vio a Peter y a Harry, corrió a abrazarlos.

 

—¡Donna, nuestros sobrinos son tan adorables! —Exclamó él hombre. Era, en definitiva, todo un Strange.

—Albert, deja de acosar a mis hijos —bufó Stephen, recibiendo un codazo por parte de Tony.

 

Harry se sentía reconfortado; ahí, rodeado de su familia, su verdadera familia, era feliz.

 

Su primer cumpleaños con los Strange, también fue el mejor de su vida.

 

El tiempo pasó demasiado rápido para el gusto de Harry; parecía que fuera ayer cuando se encontró por última vez en la estación, aunque en ese momento temía dejar Hogwarts y encontrarse con su desconocido padre, ahora, no quería dejar a su familia.

 

—Si necesitas algo, no dudes en llamarnos —dijo Stephen, a su lado, Sirius en su forma de perro ladró en acuerdo.

—Tienes a Sabrina, ella puede comunicarse con nosotros y estaremos ahí antes de que puedas de ir abracadabra —Harry asintió, agradecido con Tony.

—Y no te metas en problemas —dijo Víctor. A lo que su madre contestó que no le pidiera imposibles, considerando los padres que tenía; ante esto, toda la familia comenzó a reír.

 

El grupo se encontraba en una amena conversación. Poco después, los Weasley se acercaron para saludar; a Tony le agradaron desde el principio, en especial los gemelos, que, a todas luces, parecían ser chicos brillantes.

 

—Es hora de que suban al tren, no querrán perderlo, ¿o sí? —dijo el patriarca Strange. Los niños se despidieron de sus padres, era hora de regresar al colegio.

 

Antes de subir al tren, Harry regresó sobre sus pasos, abrazó a sus padre y hermano, prometiendo comunicarse con ellos todos los días. Iba a extrañarlos, después abordó, despidiéndose por la ventana tan pronto como la locomotora se puso en marca. Se acomodó en su asiento, cerró los ojos y rogó a los Vishanti que el año se terminara pronto y así poder regresar a casa, con su familia.

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Hola gente, lamento la demora y espero les guste el capítulo. El siguiente que subiré, será Hasta el Oscuro puede amar.

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).