La habitación se desvaneció, Atem y Yami desaparecieron también, estaba en la nada, de repente apareció una luz la cual se expandió, tan brillante que casi lo ciega, la habitación cambio a un pasadizo, lo reconocía.
-Hermano espérame-un niño paso corriendo a su lado, sorprendido se percató del gran parecido que compartía con aquel pequeño.
-Heba, apúrate-otro niño apareció al otro extremo del pasillo, se trataba de Atem, el pasillo cambio al jardín donde ambos niños jugaban a las atrapadas, Atem perseguía a Heba, en ese momento Heba tropezó cayendo de cara al piso, al levantarse empezó a llorar.
-Ya tranquilo-Atem fue al abrazándolo, nuevamente el escenario cambio, era la habitación de Atem, Heba entro dirigiéndose a su hermano sacudiéndolo suavemente del hombro despertándolo.
-¿Una pesadilla?-el contrario asintió, Atem suspiro moviéndose para hacerle espacio. Todo cambia continuamente mostrándole diferentes escenas, entendiendo la personalidad de Heba, un pequeño tímido, asustadizo, siempre acompañando a Atem o a su padre, parecía solo confiar en ellos, pese al buen trato por parte de Mahad y Mana. Pronto se detuvo en una escena en concreto, Heba caminaba por el nocturno pasillo del palacio, llevaba las manos en el pecho, de repente, algo apago la antorcha a unos metros enfrente suyo dejándolo a oscuras, se detuvo, completamente alerta, caminaba cada vez más rápido, deseando llegar a un punto con luz, a este punto corría sin esperar que al cruzar una esquina Atem saltara asustándolo cayendo al piso, el contrario se reía sin parar mientras Heba temblaba levantándose molesto empujándolo.
-¡No es gracioso!-exclamo apretando los puños.
-Eres un cobarde, lloras por todo, mírate quieres llorar ahora-Atem molesto se dio la vuelta alejándose.
-Espera-Heba intento alcanzarlo, pero su hermano molesto lo tiro al piso.
-Deja de ser un miedoso- volvió a caminar dejándolo atrás.
-¡Eres malo, te odio!- grito tendido en el piso sin imaginar que aquellas palabras llegaron hasta lo más profundo del corazón de Atem, sembrando la primera pisca de odio.
-“¿me odias?, aun cuando he aguantado tus llantos, tu miedo a todo, he tolerado tenerte pegado a mi como una mosca y ahora dices odiarme, ya tuve suficiente”-a partir de ese día ambos se distanciaron, Heba en un principio continuo molesto con Atem para después disculparse y tratar de acercase es detenido por una mirada feroz y llena de rencor por parte del contrario quien no volvió a mostrarle alguna sonrisa ni muestra de afecto.
-Hermano, por favor tengo miedo-Heba sollozaba tratando de acercarse a la cama.
-Lárgate, no te quiero aquí llorón.
-Pero…..hermano.
-¡Lárgate!
Atem tomo una almohada arrojándola con todas sus fuerzas contra Heba, tembloroso se fue corriendo.
-Joven príncipe he notado su distanciamiento con el príncipe Heba- dijo Mahad mientras acomodaba unos pergaminos.
-No quiero hablar de el-Atem se cruzo de brazos con el ceño fruncido, Mahad ante esta actitud suspiro.
-Se que el joven Heba aun no encuentra el valor para encarar al mundo, aun así, usted siendo su hermano debe apoyarlo, no será fácil, pero estoy seguro de que Heba se volverá alguien fuerte y lo apoyara en el futuro contra cualquier adversidad- una vez dicho esto, el tricolor se dirigió a los jardines, mientras caminaba vio a Heba aferrado a las ropas de su padre.
-Heba, no puedes acompañarme, es una reunión de suma importancia y no puedes estar hay.
-No quiero quedarme solo.
-No estarás solo, Atem, tu hermano te acompañara.
-No, no quiero estar con él.
-¿Por qué?
-Ya no lo quiero.
Atem se fue, apretando los puños se dirigió a la armería.
-“Ahora no me quieres, cobarde”- miro las espadas acomodadas en una estantería tomando dos.
-“Te obligare a dejar de ser un miedoso”- con cuidado de no ser visto por nadie lo busco encontrándolo sentado bajo un palmera, se aproximó a él pateándole la pierna.
-Ven conmigo-Heba confundido lo siguió, caminaron llegado a la orilla de un rio.
-Hermano ¿Qué ha…..-una espada fue arrojada a sus manos.
-Pelearemos-Atem desenfundo poniéndose en guardia.
-No…no-aun sosteniendo la espada retrocedió.
-Escaparas, eres un cobarde, nadie quiere a los cobardes, te odio y todos lo harán un día, pelea y si me ganas ya no te odiare y nadie lo hará-Heba dudoso desenfundo, sin embargo, al momento de hacerlo Atem lo ataco con todas sus fuerzas, solo podía bloquear los ataques, Atem no se limitaba, cada ataque era mas potente y Heba comenzó a llorar sosteniendo la espada para protegerse mas no intentaba atacar.
-Eres un cobarde-chocaron las espadas forcejeando y retrocediendo, los ojos del menor mostraban miedo y esto enfureció más al contrario.
-Deja de llorar, te odio-volvió arremeter sin compasión.
-No, ¡ya basta! - exclamo cerrando los ojos dando un espadazo sin imaginar que consiguió herir a su hermano en el brazo, cegado por la ira ataco dándose cuenta de lo que acababa de hacer al escuchar el sonido de algo caer al piso.
-He…Heba-miro con horror al otro con la espada enterrada en el pecho tirado en el piso tosiendo sangre, quedo paralizado, segundos después, consiguió moverse corriendo directo a el sacando la espada y sacudiéndolo de los hombros.
-Heba, despierta…..despierta por favor-lo sacudía sin recibir respuesta alguna, desesperado estuvo apunto de pedir ayuda deteniéndose. Lo mato, el mismo lo mato, si se enteraban lo odiarían, lo despreciarían, inclusive lo ejecutarían, tomo las espadas limpiándolas de cualquier rastro de sangre, regreso al palacio siendo cuidadoso de no ser visto devolvió las espadas a su lugar, yendo ahora a buscar a Mahad.
-Príncipe, ¿Qué le sucedió? -Mahad al ver el estado de Atem inmediatamente fua auxiliarlo.
-Mahad….Heba…..Heba…… esta muerto- abrazo el cuerpo del sirviente llorando sin control, la voz corrió por todo el palacio. atem los guio en donde aun yacía el cuerpo de heba, desmoronándose nuevamente, isis lo saco inmediatamente de la escena mientras los sirvientes tomaban con cuidado el cuerpo envolviéndolo en una sábana blanca.