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EL DESPERTAR DE LA LLAMA por Artemisa El Britannia

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Notas del capitulo:

Espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo. 

Capítulo 3

Iba de regreso a su casa caminando lentamente junto a Yamamoto, al parecer el chico le encantaba que él caminara así de lento, ya que se la pasó hablando de todos los temas de conversación que Tsuna jamás había contestado en su vida, en algunos de ellos era un novato y no sabía que contestar, pero Yamamoto siempre le decía lo mismo: “Si no lo has hecho, podríamos salir juntos e intentarlo”, esas palabras lo llenaban de emoción y alegría, pero aún tenía miedo de dar el siguiente paso y aceptar que eran amigos.

Al llegar a su casa, su nuevo amigo le prometió pasar por el muy temprano para que pudieran llegar a tiempo al colegio y Tsuna sólo movió la cabeza aceptando su propuesta, al parecer ese chico de verdad amaba hablar y caminar lento.

Al entrar a su casa su mamá estaba justo en la entrada con los ojos llenos de lágrimas, jamás pensó ver que su hijo tuviera amigos ni mucho menos que hablara con otro ser vivo sin que el pequeño castaño entrara en pánico y saliera corriendo a esconderse debajo de su cama, pero al parecer al fin su hijo había conseguido tener un amigo y eso le daba esperanza de que no acabaría suicidándose por lo trágica que era su vida.

 

-      ¿Es un amigo tuyo? – preguntó de manera emocionada.

-      Al parecer quiere serlo, pero ya sabes que eso nunca funciona – su mamá recordó las veces que había tenido que ir a recoger a su hijo porque sus compañeros acababan molestándolo tanto que se escondía para no salir y debía ir a intervenir.

-      Bueno, pero es un buen indicio si vinieron juntos – Tsuna sonrió ligeramente para que su mamá dejara de preocuparse y sólo asintió levemente para poder retirarse e ir a cambiarse a su cuarto, necesitaba tranquilidad, ya que aún no se recuperaba del ataque de ansiedad de la mañana, si bien ya no tenía las imágenes que lo habían hecho caer en la inconciencia aún sentía que tenía su cuerpo muy débil para tolerar otra tanda de emociones.

 

Cuando entro a su habitación se sintió rodeado de un aura desconocida, sentía que en cualquier momento iba a ser sorprendido por algo, así que busco por todos lados lo que lo llevaba a sentirse tan inquieto, pero no logro encontrar nada, se asomó por la ventana y vio a un hombre de cabello y traje negro, con un sombrero con una raya amarilla, se le hizo extraño que estuviera ahí parado viendo hacia su ventana, así que cerro la cortina para dejar de mirarlo, pero sin dejar de sentir su presencia debajo de su ventana.

No quiso tener otro ataque de ansiedad porque sabía que volverían las imágenes que quería evitar, así que se escondió debajo de su cama pensando que no debió de haber nacido, desde que tenía memoria su vida era demasiado difícil y conforme pasaban los años iba empeorando la situación, en la primaría había sido odiado por todo el mundo, le habían hecho la ley del hielo, sus maestros lo habían excluido del grupo y ni se esforzaban en verlo.

Sintió un vació en su interior al pensar todas esas cosas, pero antes de poder llorar por su vida tan desafortunada sintió la presencia de Hibari Kyouya dentro de su habitación, pensó que tal vez era una broma de su mente, actualmente estaba demasiado inquieta y era casi imposible detenerla se había vuelto una máquina que procesaba pensamientos a la velocidad de la luz y le estaba causando un conflicto actualmente, así que cerró los ojos y vio al pelinegro caminando por la habitación buscándolo cual lobo a su presa, pero justo cuando la imagen se hacía más nítida sintió que su mente viajaba a otra parte hacia el templo de Namimori y ahí vio a un hombre con una bolsa negra lleno de sangre cavando una zanja para esconder su delito.

La imagen había sido tan nítida que Tsuna antes de abrir los ojos grito como si hubiera visto a un fantasma, se hizo bolita debajo de su cama y empezó a hiperventilar nuevamente causando que sus latidos se aceleraran y las imágenes que había experimentado por la tarde volvieran a él de manera descontrolada una y otra vez, antes de que su cerebro volviera a explotar una mano lo sacó de su escondite y lo obligó a sentarse sobre la alfombra naranja que tenía en su cuarto, no podía enfocar bien, pero sabía que la persona que en ese momento lo estaba tomando de los brazos de manera tan brusca no le iba a hacer daño es más de cierta manera tosca trataba de calmarlo.

 

-      Dime ¿Dónde está? – Tsuna sintió el suave susurro sobre su oreja y todo volvía a la normalidad, su mente regresaba a la habitación de un solo golpe y entonces su mirada pudo enfocarse en el chico parado frente a él.

-      Detrás del templo de Namimori, está enterrando el cuerpo de una persona – Hibari sonrió con mucha maldad al pensar que iba a ser divertido convivir con ese herbívoro, le había dado información de primer nivel, así lo soltó y le entregó un Smartphone – Cada que te pase lo mismo que en este momento me mandaras mensaje y me dirás a donde tengo que ir – lo tomo de la solapa de la camisa y lo vio directo a los ojos – más te vale que en ese teléfono sólo me tengas a mi agregado, si veo a más personas en tus contactos, me encargare de morderlos hasta la muerte.

 

Tomó el teléfono que la había entregado antes de irse y observó que era un modelo reciente, nada barato, empezó a revisar lo que contenía este y al encenderlo se encontró con el escudo de la escuela como fondo de pantalla, al revisar los contactos se dio cuenta que en efecto sólo estaba el número del pelinegro agregado, ya pensándolo mejor ¿cómo evitaría agregar el número telefónico de los demás?, entonces callo en cuenta de que él no tenía amigos y nadie le pediría su número telefónico aunque lo tuviera pegado en la frente.

Se sintió mal al pensar en eso, pero decidió no enfocarse en lo malo, ya que al parecer de ahora en adelante tendría a un compañero… no entendía por qué Hibari quería saber donde pasaba lo malo en la ciudad, si por él fuera evitaría todos esos lugares donde había gente mala y sobre todo donde su torpeza podría meterlo en problemas y acabar muerto.

 

 

A la mañana siguiente se volvió a levantar temprano para evitar tropezar con sus pies, ya que seguro con su “buena suerte” si llegaba a salir corriendo de su casa acabaría debajo de un coche muerto… pensándolo bien no era tan malo, mientras desayunaba vio a su mamá muy emocionada cocinando un gran obento que parecía para un ejército completo, ya que eran casi 4 pisos de comida.

 

-         Mamá ¿qué pretendes con tanta comida? – la mujer de amable sonrisa y cabello castaño del mismo tono que el menor sonrió al pensar que hoy sería el día donde por fin cocinaría para los nuevos amigos de su hijo, ella y su esposo habían decidido sólo tener un hijo por cuestiones del trabajo de su esposo, pero ella siempre creyó que su hijo invitaría a millones de amigos a su casa y viviría la emoción de tener muchos hijos con la diferencia de que tenían devolución, durante años espero poder cocinar para esos niños, pero sólo hasta ese momento se le había cumplido su deseo.

-         Bueno seguramente tú y tu amigo tendrán hambre en el descanso, así que les preparé lo suficiente para que puedan recargar energía – Tsuna pensó que era exagerado el obento que su mamá había hecho, pero al ver la alegría y entusiasmo con la que lo estaba arreglando para que se lo pudiera llevar, no tuvo el valor de decirle que no era necesario hacer tanta comida, además no estaba seguro de poder cargarlo sin caer en el intento.

-         ¿Qué te parece si mañana haces menos?, recuerda que no tenemos mucho tiempo de comida – Nana vio todas las cajas de comida que había hecho y pensó que su hijo tenía razón al parecer había exagerado, así que lo dividió y guardó la segunda parte para cuando viniera a comer por la tarde.

-         Lo siento, es que es tu primer amigo así que estoy muy emocionada y feliz por ti – Tsuna vio a su madre tan feliz que en su interior quería conservar a Yamamoto para evitar verla triste y se preocupara de nuevo, mientras aún observaba como su mamá guardaba todo de la mejor manera, sonó el timbre de la puerta y Nana prácticamente corrió para abrir, ahí estaba como amenazó el día anterior Yamamoto listo para acompañar a su amigo a la escuela.

-         ¡Hola! – Nana lo abrazó con mucho entusiasmo y el chico se sorprendió por la acción de la mujer que le había abierto la puerta – soy la mamá de Tsu-kun, mucho gusto – Yamamoto sonrió ante la calidez de la mujer delante de él, nunca lo habían tratado con tanto cariño.

-         Yo Tsuna – el castaño lo volteó a ver con sorpresa, ya que no se imaginó que lo llamaría por su nombre de pila desde el segundo día de conocerse, si bien ayer apenas pudo pronunciar monosílabos al “hablar” con él, no sé imagino que eso lograra que se volvieran cercanos para hablarse de tú.

-         Hola Yamamoto-kun – se le salió el honorifico, ya que aún no se sentía con la confianza de hablarle de manera impersonal, pero el chico sonrió al ver que su nuevo amigo era de pocas palabras. Aún recordaba el primer día de clases como lo había visto esperando fuera del salón y sin ánimos de entrar, pero al ver a una de su compañera en problemas no había dudado en ayudarla para que no la siguieran molestando, desde ese momento sintió admiración por el chico y durante todo ese día se había dispuesto a la tarea de ser su amigo, pero como era muy escurridizo no había podido acercarse a él y tuvo que esperar hasta el día siguiente.

-         Yamamoto-kun – Nana lo guio hacia la barra y le entregó el enorme obento que había preparado para ambos – esto es para ustedes, espero que lo disfruten – la mujer castaña se lo entregó al pelinegro, ya que sabía que su hijo no podría cargarlo sin que terminara en el piso, no terminó de admirar al amigo de su hijo cuando volvieron a tocar el timbre y Tsuna fue a abrir encontrándose de lleno con el presidente del comité disciplinario, al verlo a los ojos como si fuera una película de terror su mente viajó al pasado y se vio a si mismo bajando de un árbol golpeando al hombre malo del día anterior y entregándolo directamente al jefe de policía. Al terminar su visión su mente lo llevó a unas cuadras cerca de la escuela donde vio a Mukuro caminando y junto a él iba un chico con una cara de terror que parecía que el diablo lo estaba sosteniendo de los hombros, volvió a la realidad y acabó en el piso respirando de manera agitada.

-         ¿Qué viste? – Hibari no era muy paciente con las personas, pero ese herbívoro era la excepción a la regla, tenía ventaja sobre sus presas teniéndolo junto a él.

-         Mukuro, va intimidando a un chico de primer año – Hibari sonrió con emoción, al parecer ese día iba a divertirse con la piña parlante – No se te olvide mandarme mensaje cada que veas cosas similares, si no lo haces te morderé hasta la muerte – y así se fue a buscar a su objetivo, era temprano así que podría pelear más tiempo con esa piña antes de que los interrumpieran.

Tsuna se recuperó justo cuando Yamamoto lo alcanzó en la puerta mientras caminaban a la escuela nuevamente el pelinegro acaparo la conversación, ya que Tsuna estaba completamente rojo de la vergüenza, no sabía cómo interactuar con los demás seres humanos, no duro mucho su incomodidad, ya que sintió la presencia de la castaña y su hermano justo delante de él, así que se frenó en seco y se escondió de inmediato entre unos arbustos causando extrañeza en el pelinegro que al voltear hacia donde Tsuna fijo su mirada vio salir a la chica castaña y a su hermano, iban platicando de manera tranquila, ambos parecían buscar al castaño junto a él, pero decidió no delatarlo así que siguió caminando hacia delante esperando que no notara su presencia detrás de los arbustos.

 

-         ¿Por qué te escondes de ellos? – le preguntó una vez que los habían perdido de vista y seguían caminando al paso de una tortuga.

-         Ella quiere hablar conmigo… y si de por si no soy bueno hablando con hombres ahora te imaginaras como soy hablando con mujeres – Tsuna se sonrojó al aceptar su debilidad ante las charlas de cualquier tipo.

-         Tal vez sólo quieren agradecerte y ser tus amigos – el castaño vio con espanto a su amigo y se derrumbó literalmente al piso pensando que era peor de lo que se había imaginado.

-         “Ahora como desaparezco del mundo” – fue lo único que pensó antes de que su intuición prendiera todas las alarmas, se levantó como un resorte, empezó a buscar por todos lados al dueño del aura tan oscura que lo envolvía y entonces le llegó un olor a sangre tan repulsivo que le estaban dando arcadas, Yamamoto se dio cuenta del mal estado de su amigo, pero antes de poder ver que le pasaba, Tsuna lo tomó del brazo y lo obligó a correr hacia la escuela.

 

Al llegar al portón Tsuna tomó el teléfono que le había dado Hibari, pero el aura asesina se fue de inmediato y no supo de dónde venía ni por donde se había ido, así que no valía la pena molestar al poco tolerante presidente y mejor continuar con su día.

 

-         ¿Tsuna estas bien? – Yamamoto se dio cuenta de inmediato que su amigo no era como los demás, al parecer tenía esa habilidad extrasensorial para sentir la energía de las personas cercanas a él, eso explicaba porque no quería acercarse a nadie seguramente ya lo habían tachado de fenómeno y su corazón herido no le había permitido volver a confiar en las personas, esa nueva revelación le había abierto un nuevo panorama y ahora quería ser su amigo para siempre, no permitiría que lo volvieran a lastimar sólo por ser diferente.

-         Hiiii, perdón yo… es que… - ¿cómo le iba a explicar que si no hubieran corrido seguramente algo muy malo les hubiera pasado?

-         No te preocupes, al menos la comida llegó a salvo – Tsuna se sorprendió de haber corrido 4 cuadras sin matarse, sin ser atropellado, sin tirar a Yamamoto y sin asesinar el obento que su mamá les había preparado para ambos, era muy sorprendente como todo su organismo se había coordinado para poder salir con vida de esa situación, eso sólo significaba que era un cobarde de primer nivel.

 

Al llegar al salón Tsuna se quedó parado esperando a que fuera la hora de ingresar no quería toparse con la castaña ni con su hermano, Yamamoto pensó en animar a su amigo a ser más abierto y conseguir amigos verdaderos, pero tampoco quería que por su culpa lo empezaran a tachar de fenómeno y acabara siendo dañado de igual manera por su culpa. Así que decidió simplemente ingresar al salón para despistar a los chicos que lo buscaban y así respetar la decisión de no hablar con nadie, pero al ver a la castaña prácticamente lista para interceptar a Tsuna supo que ellos no eran malas personas y que seguramente podrían ayudarlo a superar su fobia de hablar con la demás gente y entonces su cerebro se ilumino, él ayudaría a integrarlo al grupo.

 

Al sonar la campana no se presentó el profesor correspondiente lo cual les pareció demasiado raro, 5 minutos más esperando a que llegara cualquier profesor sustituto, pero siguieron sin tener clase y los alumnos empezaban a inquietarse, Tsuna por su parte se empezaba a poner nervioso, ya que no faltaba mucho para que la chica se levantara para tratar de hablar con él y en esos momentos no tenía ninguna excusa para escapar.

Cuando la chica se levantó por fin con toda la intención de hablarle la puerta se abrió mostrando al director de la escuela y todos los que estaban hablando se sentaron de inmediato para escuchar lo que les iba a decir.

 

-         Buenos días jóvenes, el día de hoy nos llegó la increíble noticia de que somos una de las 3 escuelas ganadoras de un programa especial de educación internacional, de Italia nos mandaron a un profesor que les impartirá todas sus clases – a Tsuna se le hizo muy extraño que el director en lugar de estar brindando de alegría estuviera sudando frio como si tuviera miedo, pero no le presto mucha atención y entonces vio cómo se abría la puerta mostrando a un hombre alto, de traje negro que incluía una fedora con una franja amarilla, el cabello era negro y terminaba en unas patillas rizadas bastante cómicas a la vista, pero al ver al profesor a los ojos te quitaba toda la intensión de querer ser gracioso con él – Les presento a su nuevo maestro y tutor Reborn.

 

Continuara…

Notas finales:

Dicen nadie muere por dejar un RW


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