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Buscando la belleza por OldBear

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Capítulo 27. …Termina mal

 

El hecho de que el genio creativo y diseñador de la colección de moda saliera del cuarto de camerinos, después de haberle escupido en la cara al presidente de la empresa, con furia brotando de cada uno de sus poros y justo a pocos minutos de que el desfile empezara, solo podía significar que se les avecinaba una gran desgracia. Y esta vendría con consecuencias insospechadas.

Steve se esperaba esa reacción por parte de Loki, pero había deseado que por lo menos aquello se descubriera después del desfile, y no antes.

Thor pareció querer ir tras su jefe e intentar tranquilizarlo para que no cometiera ninguna estupidez de las que era capaz de hacer, pero se debatía entre ir o cumplir con su trabajo y preparar a las modelos.

Pepper, quien había llegado en el momento exacto a mitad de la pelea, y que aunque no comprendía del todo supo que aquella era una situación bastante difícil, atinó a reaccionar.

— ¿Qué haremos ahora?

Había ido a ver qué pasaba debido a que era inusual que el presidente de la empresa se ausentara por tanto tiempo. Parte de la prensa que había traído quería hablar con Steve, y ella no se imaginaba que podría estar haciendo que le tomara tanto tiempo.

Steve se puso serio, aquel era su primer desfile en Shield bajo su mando y, si bien todo se había complicado de repente, aquello debía continuar. Se giró para ver a Thor y señalando en la dirección en la que se había ido Loki, dijo:

—Calma a la fiera esa. — Cuando Thor asintió y fue a buscar a su jefe, Steve se dirigió a Potts que lo esperaba impaciente —. Pepper ¿ayudas a las modelos a vestirse? Yo saldré a atender a los invitados.

Pepper asintió, los modelos estaban ya maquillados y los maquillistas podrían ayudarla a vestirlos adecuadamente.

Steve, sabiendo que los invitados querrían hacerle preguntas acerca de la colección —o la empresa— dio media vuelta listo para salir de ahí. Pero su novia le detuvo reteniéndole de un brazo.

—Alto Steve, espera un momento—replicó Sharon con furia en los ojos—explícame que rayos hiciste. ¿Por qué cambiaste las telas por unas tan ordinarias y corrientes?

Steve la miró, por el momento no deseaba —ni tenía la suficiente energía— para pelear con ella.

—Esa es una decisión de presidencia que no necesita ser discutida frente a tanta gente.

—Pero yo soy la gerente de puntos de venta y, principalmente, tu novia. Exijo saber.

Ella parecía no querer soltarlo hasta que no le aclarara aquella decisión, y aumentó la fuerza del agarre que tenía sobre el brazo de su novio.

—Lo sabrás después, primero debemos resolver lo del desfile.

Sharon bufó y, antes de salir con Wanda para atender a los invitados, se fijó en el asistente de su novio y se le acercó.

Tony sabía que ella seguramente lo culparía por algo, se notaba en su mirada. Pero no se dejó intimidar y esperó a que ella se le acercara sin bajar un centímetro la vista.

Estaba cansado de que lo pisotearan sin ningún motivo.

—Estoy segura de que tuviste que ver en esto, —le atacó de inmediato—y si todo sale mal por tu culpa, haré que pongan tu cabeza en una bandeja de plata.

Sharon le apuntó con un dedo acusatorio, pero antes de que pudiera hacerle algo más, Steve se interpuso entre ellos. Para evitar más conflicto Wanda sujetó a su amiga diciéndole que resolverían esos asuntos más tarde, ya que había demasiadas cosas que atender por el momento.

Steve soltó el aire que había retenido de forma inconsciente, y se frotó los ojos por debajo de los lentes antes de dirigirse a Tony:

—No le hagas caso, tú no tienes culpa de nada. Por el momento esto será un caos y no hay nada que puedas hacer aquí. ¿Ya quieres irte a casa?

Estaba cansado, pero como parecían ir las cosas no quería irse por si le necesitaban.

—Puedo quedarme, quizás necesiten mi ayuda.

—Espérame en la oficina. Estarás más tranquilo ahí que en este caos.

Tony asintió y con una debil sonrisa, se encaminó hasta la oficina de presidencia, rezando por que todo resultara bien.

 

 


 

 

Loki había bajado al almacén general de la empresa donde tenía un cuarto aparte para él. Estaba recogiendo sus cosas en una caja —por lo menos las principales— y mandaría a buscar el resto de ellas. Las que tenía en el taller las buscaría luego, no quería estar ahí mientras Steve anduviera cerca. Estaba furioso y no iba a aguantar un minuto más en aquel sitio. Habría golpeado a Steve en la cara de haber tenido que soportar un segundo más aquello que decía.

Sintió unos pasos acercarse a él, pero evitó girarse mientras continuaba guardando sus pertenencias. Pensó que serían Sharon o Pepper quienes iban a convencerlo de que se calmara y volviera al desfile, y sabía que no iba a caer ante la labia de ninguna de las dos mujeres.

No se esperó que fuera Odinson.

—Loki…

El escuchar su voz le sorprendió momentáneamente, pero su furia no disminuyó para nada. Se giró para encararlo, y Thor vio que le sería bastante difícil convencerlo.

—Si Rogers te mandó a hablar conmigo, olvídalo.

No mentiría diciendo que no lo había mandado Steve, seria perder el tiempo. Así que decidió ir directo a punto.

—Loki, piénsalo. No te puedes ir simplemente, es tu colección.

La risa de Loki sonó extraña a oídos del rubio, tenía mucho que no escuchaba una risa tan sarcástica por parte del otro.

— ¿Mi colección? ¿En serio crees que esa es mi colección? — Negó con la cabeza sin perder la extraña mueca sarcástica en su rostro—. Esos son unos trapos viejos que el ignorante de Rogers quiere hacer pasar como moda. Me largo de aquí antes de ver eso. Mañana le mandaré mi carta de renuncia con un mensajero.

Se giró para seguir acomodando sus cosas sin ver que Thor se sorprendió por aquello. En todo el tiempo trabajando junto a Loki lo había visto discutir y enojarse bastante. Incluso llegó a discutir con Thanos durante dos semanas seguidas.

Jamás había amenazado con irse.

— ¿Vas a renunciar?

— ¿Qué más me queda? ¿Lamerle el trasero a Rogers? No.

Thor se le acercó y colocó una mano en su hombro. Loki se tensó sintiéndolo tan cerca ya que no le había visto acercarse. Ladeó su cabeza hacia aquella mano, y se fijó que llevaba la pulsera que le había dado el día de intercambio de regalos.

—No te la habías puesto hasta ahora. —dijo, girándose completamente—. La pulsera, digo.

Así, frente a frente, Loki vio el momento exacto en que Thor pareció avergonzarse por aquella simple observación.

—No quería que se dañara o se ensuciara —admitió retirando su mano del hombro del otro—. Pero hoy era un día muy especial para ti, siempre lo es cuando lanzas una nueva colección. Creo que… es una forma de apoyarte.

Loki aclaró su garganta, sintiendo que su enojo se esfumaba con ese corto discurso y sin poder permitir aquello. Por mucho que sintiera algo por Thor, él era Loki Laufeyson, no podía retractarse de su decisión y menos por aquellas simples palabras.

—Por favor, escúchame —continuó Odinson, sin darle tiempo a replicar—. Lo que hizo Steve no tiene perdón, lo sé. Pero eso no significa que esos no sean tus diseños, tus creaciones. Y siguen siendo muy buenos. Además, ellos te necesitan. Sabes que sin ti no podrían lograrlo. La empresa necesita que el diseñador le de apoyo a la colección.

—No me importa, realmente espero que ninguno de esos trapos se venda.

—Sé que estás enojado con él, pero ¿y el señor Thanos o Nébula? Has trabajado tantos años con ellos que sé que les tienes cariño.

—Cuando Thanos era presidente jamás hizo algo así. —Loki se cruzó de brazos, no importaba que tantas diferencias había tenido con el antiguo presidente de Shield, desde que había empezado a trabajar con ellos jamás habían hecho un cambio tan importante sin siquiera consultarle —. Si se iba a cambiar el material hasta de un simple botón, me lo comunicaban antes. Que yo soy el diseñador, no un empleado cualquiera.

Thor asintió, entendía completamente el enojo de Loki y era algo más que lógico. Pero el daño ya estaba hecho, y no solo Steve seria afectado por aquello. Incluso Loki podía verse envuelto en un escándalo innecesario si se bajaba del barco en aquel momento.

Y era lo que menos deseaba.

—Lo sé, quizás debas pensar en ellos también. Está también es su empresa. Y Pepper, ella hizo un gran esfuerzo para la promoción. Y la misma Sharon, tú y ella tienen una buena amistad. Hasta te llevas bien con T´Challa.

— ¿Cuál es tu punto?

Toda aquella conversación lo estaba exasperando, y más el hecho de sentir que su resolución de irse flaqueaba con cada palabra dicha por Odinson.

Y no sabía si eran las palabras, o quien las decía.

—Si te vas ahora, al único que lastimarás no sería a Steve. —Hubo un silencio ligeramente incómodo entre ellos. Pero, cuando Laufeyson pensó que el otro ya no tenía más nada que decir, le sorprendió agregando —: Además, tampoco me gustaría que renuncies.

— ¿Tienes miedo de que tu próximo jefe sea peor que yo? —preguntó elevando la ceja. Y aunque no lo demostrara, el saber que de alguna forma el otro se incluía en las razones para que se quedara, le agradó.

—Sé que no sería lo mismo con nadie más. Quizás no me veas de la misma forma, pero te consideró un amigo además de mi jefe.

Amigo…

Loki se forzó a no parecer decepcionado ante aquello. No podía.

—Sé que estás enojado, y tienes todo el derecho a estarlo. Pero por favor, reconsidéralo.

El genio creativo suspiró, no podía estar cayendo tan bajo y permitir que las palabras de Thor le hicieran cambiar de parecer ¿O sí?

—De acuerdo—soltó con gesto agrio.

Había perdido ante un gigante musculoso.

 

 


 

 

El desfile se llevó a cabo con minutos de retraso, pero por lo menos la primera parte estuvo bastante decente. Los diseños de Loki eran hermosos y todos los presentes quedaban maravillados cuando veían a los modelos desfilar con las prendas.

Cuando el desfile terminó, había una pequeña fiesta para agradecer la asistencia a los invitados, y en ese momento las prendas estarían a exposición en un cuarto aparte para que todos las pudieran ver más de cerca. Como la encargada de las relaciones públicas, Pepper estuvo atendiendo a todos los invitados que querían verlas para explicarles nuevamente el concepto de la colección y hacerles compañía. Supo que Shield estaría en grandes problemas cuando todos concordaron en lo mismo: no era lo que esperaban.

—Lo siento Potts, esta calidad es demasiado baja.

Pepper estaba en ese momento tras bastidores con Thaddeus Ross, un inversionista extranjero quien había escuchado bastante acerca de Shield y decidió darle una oportunidad.

—Pero los diseños son muy buenos, —defendió Pepper con bajas esperanzas—y el diseñador es bastante reconocido.

—Eso lo sé. Pero yo accedí a venir aquí por las referencias de que además de hermosos diseños, encontraría calidad. —Ross volvió a tocar las prendas y se fijó en los detalles como los botones, —esto no parece alta costura.

Pepper sonrió, su trabajo se basaba en dar buenas referencias de aquello, pero sabía que lo que había hecho Steve era indefendible.

—Shield es de muy buena calidad, es solo que se están reinventando. Es una nueva estrategia.

—Pues espero que les funcione, pero te confesaré algo, los que han venido a revisar las telas tienen la misma opinión que yo.

Potts no perdió su sonrisa encantadora mientras acompañaba a Ross a la parte principal cuando este terminó su inspección e iba en busca de Steve. Era su obligación contarle lo que sucedía cuanto antes para que tuviese una idea de lo que podía esperar. Lo encontró hablando con unos inversionistas y pidió amablemente que le dieran un segundo con el presidente.

Steve supo lo que iba a decirle con solo ver su expresión.

—Como temía, las telas con la que produjiste la ropa está siendo un fracaso. —Ella lo miró con desaprobación, tampoco había visto con buenos ojos el hecho de que cambiara las telas sin avisarle a nadie—. Todos con los que he hablado dicen lo mismo: muy baja calidad.

—Tranquila Pepper, lo tengo todo bajo control.

— ¿Estás seguro? —no pudo ocultar su expresión de incredulidad, tendría que suceder un milagro para que a alguien le gustara aquello—. Pues ve a la parte trasera, por que vi a tus padres que iban a inspeccionar la ropa, y no quiero ser yo quien les explique por qué le bajaste la calidad de la que Shield siempre había estado orgullosa.

Steve le dio un trago a su bebida, sintiendo que todo aquello se estaba desbordando enormemente. Si tan solo él y Bucky no hubiesen creado aquella propuesta con metas tan irrisorias no estarían metidos en ese lio.

El tono en la voz de Pepper le había advertido que debía esperar lo peor cuando viera a sus padres. Y en efecto, como le había indicado, ellos estaban inspeccionando las prendas y ninguno de los dos se veía para nada complacido con lo que estaban viendo.

En cuanto Thanos vio a Steve acercarse hacia ellos su semblante reflejó todo el desacuerdo que tenía con aquella decisión del cambio de la calidad en las telas. Y por suerte no se había enterado de la pelea que tuvo con Laufeyson, eso habría empeorado enormemente la situación.

—Estos no son los materiales con los que vimos a Loki trabajar la última vez que estuvimos aquí. —dijo Thanos de inmediato, su tono cargado en reproche y confusión. En ningún momento Steve les había comunicado que haría un cambio tan drástico.

Steve trató de mantener un semblante relajado, ya había hecho un libreto con Bucky acerca de lo que dirían, así que solo necesitaba sonar convincente.

—No, claro que no son las mismas, lo que sucede es que decidimos cambiarlos. Hicimos unos estudios de mercado, una profunda investigación y quisimos expandirnos un poco más en el mercado.

¿Como decirle a sus padres la verdad? Que el problema era que él había contruido unas metas muy altas y estaban intentando reducir costos tanto como fuera posible para poder alcanzarlas. No, eso no podía decírselo jamás.

— ¿Con materiales tan baratos? —Preguntó Nébula dudosa, tocando las telas. Nunca en su tiempo en Shield habían utilizado telas de ese tipo — ¿Estás seguro que esto se venderá bien?

—Baratos no son — se apresuró a mentir Rogers. — Pueden parecer poco costosos, pero son bastante buenos.

Ni Thanos ni Nébula quedaron convencidos por aquello. Habían erigido a Shield en base a alta calidad y excelencia en los diseños, y estaban preocupados considerando que dudaban que los compradores aceptarían aquellas prendas.

—Bueno—cortó Thanos, sabiendo que por el momento aquello ya estaba hecho. Además Steve parecía tener todo bajo control según los números que había presentado en las reuniones pasadas—.Tú eres el presidente y tú harás lo que mejor consideres. Solo espero que no te estés arriesgando demasiado. Pero está bien, veremos el resultado en la próxima junta directiva en unos meses cuando volvamos del extranjero.

Aquello significaba para Steve que por el momento sus padres no opinarían más. Eso tenía una ambigüedad en ser bueno o malo. Por el momento sabía que lo dejarían en paz con aquello y no se meterían en sus decisiones, tampoco los tendría vigilando sus pasos, ni averiguando acerca de cómo estaba yendo todo. Pero también significaba que el día de la junta directiva, cuando tuviera que volver a rendir cuentas acerca de su gestión, estarían atentos a cada número o resultado que arroje cada una de sus decisiones.

Tragó saliva con fuerza, sintiendo la mirada de sus padres sobre él, y decidió cambiar de tema.

—Viajan siempre mañana ¿cierto? ¿Sharon los va a llevar?

—Sí, ya hablamos con ella—respondió Nébula y, tornándose extrañamente seria, se acercó a su hijo —. Steve, hay algo que queríamos preguntarte desde hace unos días. Sharon…

— Mamá, ahora no es momento para los comentarios de Sharon acerca de nuestra relación. —la interrumpió sin querer ser maleducado, pero en verdad no tenía ganas de escuchar que Sharon se quejaba porque él no le prestaba atención.

— No es acerca de eso— aseguró ella—. Sharon nos ha comentado que tú le estas dando mucho poder a tu asistente, al jovencito ese.

— ¿A Tony?

—Si—afirmó Nébula —. Está preocupada de que te estés dejando envolver por él en las decisiones de la empresa. Según me ha dicho, ella cree que le has dado a ese joven más poder que el que tenía Killmonger, incluso. Y pensándolo bien, hasta a mí me parece que es cierto. Recuerda que tú eres el presidente, no él.

—Eso no es más que una exageración.

—No necesitamos discutir eso ahora, —interrumpió Thanos interponiéndose entre Steve y Nébula. Sabía que su mujer y su hijo podían llegar a discutir aunque no fuera ni el lugar ni el momento apropiado. Se giró hacia Steve, teniendo algo más que decirle antes de irse—. De todas formas solo quiero darte un consejo. Hazte un análisis a ti mismo, y cuida muy bien el manejo de esta empresa, serás el presidente, pero no el único dueño. ¿Si?

—Sí, lo tendré en mente.

—Excelente, — dijo, volviendo a su habitual buen humor — nosotros nos vamos. Nuestro vuelo sale mañana a las 8 y necesitamos irnos a descansar ya. Entonces nos vemos para tu matrimonio y para la junta directiva.

Su madre le dio un último abrazo antes de irse, y Steve quedó solo en aquella habitación. Pero no obtuvo un minuto de paz después de que sus padres se fueron cuando T´Challa apareció frente a él. El moreno le sonrió como quien había ganado la batalla de su vida, y Steve tuvo que contenerse para no golpear aquella sonrisa.

T’Challa habló con felicidad en su rostro, y sin dejar de sonreír en ningún momento.

—Menos de un año, Rogers, tienes menos de un año en la presidencia y convertiste la empresa en una venta de ropas usadas.

—No estoy para tus juegos, así que puedes irte.

—Yo no estoy jugando Steve, tú eres quien juega con la empresa y con tu futuro como presidente. — T´Challa se acercó a las ropas y las tocó, haciendo una mueca de desprecio al sentir la baja calidad de las telas—. No tengo que ser adivino para saber que esta colección, por más hermosa que sea en cuanto a diseño, no se venderá con esas telas que compraste. Fracasaras Steve, como siempre lo he sabido. Y en ese momento, cuando en la próxima junta muestres que has fracasado enormemente, el mando será mío, como siempre debió ser. ¿Debería ir comprando los muebles que quiero para redecorar la oficina de presidencia?

—Lo que debes ir comprando es un cojín para que te sientes en él a esperar, porque para cuando yo salga de la presidencia de esta empresa habrán pasado muchos años ya.

—Así me gusta Rogers, positivo ante todo. — T´Challa se colocó frente a él, regocijándose de la mirada furiosa de Steve—. Solo espero que no te duela cuando te golpees con la dura realidad durante la junta.

Steve apretó los puños con fuerza, sintiendo desaparecer toda la fuerza de voluntad que tenía para controlarse en aquel momento. Decidió salir de ahí rápidamente sintiendo que su cabeza estaba a punto de estallar. No le importó que la fiesta continuara sabiendo que Bucky, Sharon y Pepper podían encargase de todo. Necesitaba estar un momento a solas.

Subió al sexto piso sin siquiera esperar el ascensor y entró rápidamente en su oficina. Encontró a Tony recostado en el mueble de la oficina, se había quedado dormido con la cabeza reclinada hacia atrás.

Steve se frotó la cara y se sentó a su lado. Aunque lo hizo despacio, Tony terminó por despertar. Su asistente parpadeó varias veces para ahuyentar el sueño que tenía cuando vio que era su jefe quien estaba sentado a su lado.

—Debiste haberte ido a casa. —le dijo, notando el cansancio que tenía el más joven.

—Me dijiste que te esperara. —respondió Tony entre un bostezo—. Supuse que podías necesitar mi ayuda.

Steve lo miró con detenimiento, haciendo que Tony se sintiera ligeramente incómodo bajo aquella atención.

—No deberías escucharme tanto, es bastante tarde y debes estar cansado.

— Está bien, supongo que también tuve mucho que ver en todo esto y tenía deseos de saber cómo terminaría ¿Cómo fue todo allá abajo?

Una simple pregunta bastante difícil de contestar.

—Terrible. Solo nos queda esperar como evolucionaran las ventas. Pero tengo un mal presentimiento.

Tony mordió su labio inferior sintiéndose culpable de aquello. Aunque fue necesario, él fue el que propuso en todo momento la reducción de calidad en las telas, y ahora probablemente pagarían un precio muy alto por aquello.

—Yo… lo siento.

— ¿Por qué te disculpas? —preguntó confuso. No recordaba que su asistente se hubiese equivocado en algo.

—Fui yo quien dio la idea de la reducción de costos y…

—No tienes nada de que disculparte —le interrumpió Steve, colocando una mano en su hombro—. No fue tu culpa. Tú solo nos ayudaste a mí y a Bucky a mantener a flote el lío en que nosotros mismos nos metimos.

Aunque sabía que aquello era cierto, no dejaba de molestarle el hecho de sentirse culpable, —o con parte de la responsabilidad— de la situación en la que estaba metido su jefe.

—Vamos—dijo Steve de repente mientras se levantaba del sofá —. Te llevaré a tu casa.

— ¿Y los invitados que siguen aquí? Puedo irme en taxi si ya no me necesita. Además, supongo que querrá irse con su novia.

No era tonto y no se haría ilusiones —no muchas por lo menos—. Steve tenía novia, estaba comprometido y por los pasillos se escuchaba que incluso estaban ya planeando la boda. Era Loki quien le haría el vestido de novia a Sharon, lo había escuchado de boca de Wanda mientras hablaban acerca del diseño.

Y por más enamorado que estuviese, no podía ser tan tonto como para ignorar aquello.

—Sharon se ira aparte, está furiosa conmigo por lo de las telas. Y Bucky puede encargarse de las personas que quedan.

Asintió aceptando su oferta. El que lo llevara a su casa no era tan malo sino tenía más compromisos. Mientras iban saliendo de la oficina, recordó algo bastante importante que debía mencionarle a Steve.

—Referente a Loki, tiene que disculparse con él, lo sabe ¿cierto?

—Sí, lo sé. No me conviene tenerlo de enemigo. —Por mucho que le costara disculparse con Laufeyson, sabía que era lo mejor que podía hacer. Thor había logrado convencerlo para quedarse al evento, pero a él le tocaría dar su brazo a torcer también—. Pero eso lo haré mañana, hoy no necesito ver su cara.

 


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