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Papás primerizos por Sora Hatake

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—Eso es todo por la clase de hoy, pueden retirarse —decía Iruka mientras borraba algunas cosas escritas en el pizarrón.


Los niños comenzaron a salir del aula tan rápido como pudieron, a excepción de dos.


—Iruka-sensei, tenemos algo que darte —Naruto se acercó al mayor junto a Sasuke.


—¿Qué es? —preguntó Iruka girándose a verlos.


—Toma, nosotros la hicimos, pero papá Kakashi la envía —Naruto extendió una hoja de papel que el castaño tomo.


—Si es una carta de disculpa es muy cobarde de su parte dejar que la envíen ustedes —decía Iruka para leer la nota.


—No es eso, es una invitación para el cumpleaños de papá Tenzō —aclaró Naruto con emoción.


"Te invitamos al cumpleaños de Tenzō.


Fecha: Hoy.


Ubicación: nuestra casa".


Iruka no pudo evitar soltar una leve risa al ver lo escrito, en especial lo último. La letra era de Sasuke, pero el contenido debió ser idea de Naruto.


—¿Entonces? ¿Si irás? —cuestionó Naruto.


—Creo que no tengo planes para hoy, entonces cuenten conmigo. Solo que debo preguntarle a Kakashi la hora.


—Vamos, nos debe estar esperando afuera —habló Sasuke.


Los tres salieron del edificio, y tal como dijo Sasuke, Kakashi esperaba a los niños bajo la sombra de un árbol, quien al verlo no pudo evitar sobresaltarse un poco.


—¿Paso algo, profesor? —preguntó Kakashi, y se preparó para recibir los reclamos de Iruka por seguir reprobando alumnos.


—Acepto la invitación —contestó Iruka mostrándole la nota.


Kakashi bajo la mirada para ver a Naruto y Sasuke, quienes al parecer cumplieron con el encargo que les dio esa mañana.


—Me alegra escuchar eso, entonces te estaremos esperando más tarde.


—Espera, ¿a qué te refieres con más tarde? —cuestionó Iruka.


—Ah pues... —Kakashi levantó la mirada para hacer cuentas mentales. —A las 6 estaría bien.


—Perfecto, entonces nos vemos a las 6 en tu apartamento.


—No, ahí no —el Hatake negó con la cabeza.


—Nosotros tenemos una nueva casa Iruka-sensei —mencionó Naruto animado.


—¿En serio? ¿Y dónde está?


—Pensándolo mejor, veámonos a las 5:30 en el centro de la aldea, así te muestro el camino.


—Está bien, te veo ahí, asegúrate de no llegar tarde —aquello ultimo lo dijo con un leve tono de amenaza.


—Haré mi mejor intento, nos vemos en la tarde. Vámonos niños, todavía tiene que ayudarme a adornar —dijo Kakashi para comenzar a caminar.


—Nos vemos Iruka-sensei —se despidió Sasuke haciendo una leve reverencia.


—¡No olvides el regaló viejo! —exclamó Naruto antes de irse junto a su amigo.


Iruka los vio irse mientras sonreía, no iba a negar que al inicio sintió desconfianza porque Kakashi cuidará de los niños, pero la verdad es que el Hatake había demostrado que se equivocaba en pensar así de él, estaba haciendo un gran trabajo cuidado de ambos infantes, aunque claro, estaba consciente de que Tenzō también estaba poniendo mucho de su parte; A pesar de no conocerlo tanto, por las cosas que Naruto le contaba, Tenzō parecía ser un buen tipo.


Una duda llegó a su mente, está era la primera vez que Kakashi lo invitaba, ¿por qué? Estaba seguro de que había un buen motivo, el cual le preguntaría más tarde.


El tiempo paso más rápido que de costumbre.


Kakashi se movía por la casa de un lado a otro asegurándose de que todo estuviera perfecto. Primero fue a la cocina, el pastel estaba listo, la comida lucia bien; Recorrió las habitaciones, en perfecto orden y limpias, después camino hacia la sala principal, Naruto y Sasuke seguían pegando globos por todas partes. A pesar de que se quebró la cabeza acomodando los muebles, aun no le terminaba de convencer, ¿a Tenzō le gustaría? ¿La decoración que eligió fue la correcta? ¿La sala que compro era acogedora? ¿Las macetas en las que acomodo las plantitas de Tenzō eran de buen tamaño? Hace mucho que no se sentía tan inseguro de sus elecciones.


Naruto se acercó a jalarlo de su ropa sacándolo de sus pensamientos.


—Ya terminamos —dijo Naruto.


Kakashi se giró a ver su decoración.


—Se ve bien —comentó Sasuke.


—Si, decoraron lindo —dijo Kakashi.


—Yo hablo de todo, la casa se ve bien —aclaró Sasuke.


—Sasuke tiene razón, cuando llegamos se veía viejo y feo, ahora todo luce increíble —habló Naruto.


—¿Creen que a Tenzō le guste? —preguntó Kakashi.


—Si —contestaron los niños sin dudarlo mucho.


Kakashi suspiro aliviado, si ellos lo aprobaban entonces no estaba tan mal. Se giró hacia el reloj en la pared, era hora de irse.


—Ya saben que hacer —dijo el mayor una vez que los tres se encontraban en el centro de la aldea.


Naruto y Sasuke asintieron y corrieron hacia su destino, tenían una misión muy importante para esa tarde.


—Vaya, llegaste temprano, ¿acaso es esto un milagro? —habló de forma sarcástica Iruka acercándose al Hatake.


—Es una ocasión especial —contestó Kakashi.


—Eso veo, pero bueno, te sigo —dijo Iruka que llevaba una bolsa entre manos.


—Pensé que Naruto ya te había mencionado que nos mudamos —comentó Kakashi mientras caminaba.


—Tal vez lo hizo, pero ya sabes cómo es Naruto, habla de muchas cosas al mismo tiempo que a veces uno no sabe a qué ponerle atención.


—En eso tienes razón.


—¿Y a qué se debe la invitación? —Iruka fue directo al grano, la curiosidad lo estaba matando. —Llevas ya varios años con Tenzō y es la primera vez que me invitas a su cumpleaños.


—Que bueno que lo preguntas porque justo quería hablar. Verás Iruka, me gustaría que Tenzō haga más amigos, y bueno, pensé que podría iniciar contigo ya que son de la misma generación, más o menos —explicó el Hatake.


Iruka lo medito por un momento, era una petición algo extraña, pero Tenzō parecía ser un buen tipo, a pesar de que en algún momento tuvieron diferencias por la forma en que Iruka le gritaba a Naruto cuando hacia travesuras, no es mala persona.


—Haré lo que pueda —contestó el menor.


—¿Eh? —Kakashi lo vio un poco confundido, la verdad esperaba una respuesta totalmente positiva.


—Que haré lo que pueda; primero necesito saber si soy compartible con Tenzō, no se pueden forzar las amistades Kakashi.


Iruka tenía un punto, aun así Kakashi tenía fe en que todo saldría bien, Tenzō era bueno, le agradaría a cualquier, estaba completamente seguro.


—Gracias por considerarlo —dijo Kakashi haciendo una leve reverencia sorprendiendo a Iruka, por lo poco que conocía del Hatake no pensó que fuera tan formal, eso o realmente quería que fuera amigo de Tenzō.


.


.


.


Tenzō ya había regresado de su misión. Se sorprendió un poco cuando no fue recibido en la entrada de la aldea por su senpai y los niños, ¿habían olvidado que día era? Suspiro un poco desanimado y fue junto a su equipo a la torre Hokage a dar el informe de la misión.


Genma, quién lo había acompañado en esa ocasión noto su cambio de ánimos. Cuando salieron de la oficina se acercó a Tenzō.


—¿Todo bien? —preguntó mientras caminaban por los pasillos del lugar.


—Sí, solo que estoy un poco cansado.


—¿Seguro? Cuando regresábamos parecías ansioso por llegar y cuando lo hicimos te cambio la cara.


Tenzō asintió con la cabeza —No es nada —contestó mientras en su cabeza justificaba a Kakashi. Quizá se le hizo tarde o estaba ocupado con los niños, alguna razón tenía para no haberlo recibido como siempre justo ese día.


—Hey chicos, que sorpresa verlos —saludo Asuma que parecía dirigirse a la oficina de su padre.


—Que hay —respondió el saludo Genma.


Asuma noto el semblante cabizbajo de Tenzō y frunció levemente el ceño, ¿Kakashi le había hecho algo? Aclaro un poco su garganta para atraer su atención. —Tenzō, feliz cumpleaños.


Los ojos del castaño se abrieron con sorpresa y de inmediato levanto su mirada para ver a Asuma. Pensaba que nadie más que Kakashi lo recordaría.


—Yo tengo algo para ti —Asuma sacó de entre su ropa un pequeño regalo.


—Oh, Asuma, no debiste...—dijo Tenzō con un poco de vergüenza.


—Vamos, no digas eso, es tu cumpleaños, tómalo.


Genma arqueo una ceja mientras observaba la escena, Asuma iba preparado como si ya supiera que se encontraría con Tenzō, eso era un poco extraño.


—En serio no debiste —Tenzō vio un reloj de bolsillo, era muy bonito y a simple vista lucia costoso.


—¿Te gusta? No sabía que podría regalarte, pero en cuanto lo vi pensé en ti.


—No soy de usar relojes, pero es precioso —contestó Tenzō sin dejar de verlo. —En serio muchas gracias


—No es nada, y no es lo único que tengo para ti, yo hice una reservación en un bar mañana para que celebremos tu cumpleaños, entre amigos, ¿Qué dices? Tú también estás invitado Genma —mencionó viendo al hombre a su lado.


Genma seguía confundido por la actitud de Asuma, él no era así, algo tramaba.


—Gracias, no tengo ningún plan mañana así que cuenta conmigo.


—Eso es demasiado Asuma —habló Tenzō.


—No lo es, y ya tengo todo listo, no puedes negarte —insistió el Sarutobi.


Tenzō estaba nervioso, era la primera vez que alguien tenía un detalle así de grande con él, no sabía cómo responder. —Yo, claro que iré, solo debo decirle a senpai y...


—Ah, vamos, no tienes por qué pedirle permiso a Kakashi, solo será un pequeño festejo entre amigos, exclusivo para ti —dijo Asuma.


—Uh, pero Kakashi-senpai...


—Si vienes solo sería mejor.


Tenzō frunció un poco el ceño, no entendía las intenciones de Asuma, él debía saber que siempre estaba acompañado de Kakashi, ¿por qué iría solo?


—¡Papá!


El gritó de Naruto lo distrajo de la situación, estaba a punto de irse pero Asuma lo detuvo.


—Mañana, en el bar de siempre, a las 10, ven, no me hagas quedar como tonto haciendo una celebración para ti y que no vayas —dijo Asuma.


—Está bien, ahí estaré, pero ahora debo irme —contestó Tenzō para seguir su camino hacia Naruto.


Asuma lo vio irse mientras sonreía victorioso.


—¿Qué tramas? —preguntó Genma cruzándose de brazos.


—Nada malo, solo... acercarme un poquito más a Tenzō —contestó Asuma.


Aquella respuesta no convenció a Genma, la actitud de Asuma era extraña.


—Ya se tardó mucho, ¿por qué no viene? —preguntaba Naruto desesperado.


—No debe tardar —lo intentó calmar Sasuke.


—Le gritaré de nuevo.


—Si lo haces el Hokage quizá se enoje.


—No me importa, ya quiero que venga —Naruto puso sus manos alrededor de su boca para gritar. —¡Papá!


Tenzō iba casi saltando hacia donde estaban los niños, sonrió ampliamente al verlos. —¿Qué hacen aquí solos? —preguntó acercándose a ellos para cargar a Naruto quien comenzó a reír.


—Tenemos una misión —contestó Sasuke.


—¿Una misión? —repitió Tenzō confundido, debía ser algún juego.


—¡Si! Una misión muy importante, ahora ponme sobre tus hombros, por favor —pidió Naruto.


Tenzō les siguió el juego sin cuestionar mucho y cumplió la petición de Naruto quien le cubrió los ojos. —¿Qué haces enano? Así no podré ver.


—Es que es una sorpresa —dijo Naruto riendo.


—Yo seré tus ojos ahora —Sasuke tomo la mano de Tenzō para guiarlo. —Debes de confiar en nosotros.


Tenzō se sorprendió un poco al sentir el tacto del Uchiha, sea lo que sea que planearan debía ser muy importante como para que lo tomará de la mano. —Está bien, confió plenamente en ustedes, llévenme.


Naruto y Sasuke intercambiaron miradas cómplices, todo iba de acuerdo con el plan.


El castaño fue bastante cooperativo con los niños, aunque incluso si Naruto le tapaba los ojos su lado ninja iba bastante alerta por el camino extraño en que lo llevaban; no sabía a donde lo llevaban, pero su casa no parecía ser el destino.


—Un poco más —decía Sasuke guiándolo. —Ahora subiremos un par de escalones así que ten cuidado.


—Eres un buen guía Sasuke —mencionó Tenzō.


—Gracias, he aprendido llevando a Naruto al baño en las noches cuando está sonámbulo —respondió el Uchiha haciendo reír a Tenzō.


—¡Llegamos! —exclamó Naruto quitando sus manos permitiéndole ver al castaño.


—¿Qué es este lugar? —preguntó Tenzō confundido viendo a su al rededor hasta que finalmente pareció recordarlo. Solo había estado ahí una vez en el pasado cuando acompaño a Kakashi a revisar que nadie invadiera la casa. —No puede ser cierto...


—La sorpresa está dentro, abre la puerta —indicó Naruto.


Tenzō sujeto la perilla con nervios, empujo la puerta con suavidad y asomo su cabeza al interior.


—Bienvenido a casa, Tenzō —lo saludo Kakashi que parecía ya estar esperándolo.


Sus enormes ojos admiraron a detalle el interior; era un lugar más amplio que el departamento, estaba lleno de cosas que parecían nuevas. Sus plantas habían sido colocadas de forma minuciosa dependiendo de lo que necesitaran si luz o sombra. Pero lo más importante estaba parado a unos metros de él.


Kakashi, quien no tenía la máscara puesta, le estaba sonriendo.


Naruto saltó de su espalda y tomo su mano —Vamos papá, termina de entrar a nuestra casa.


Tenzō dio uno, dos pasos, y luego simplemente corrió hacia Kakashi para abrazarlo.


El Hatake correspondió el abrazo. —Feliz cumpleaños Tenzō, bienvenido a nuestro hogar. ¿Te gusta?


—Es perfecto senpai —contestó Tenzō sin apartarse. —Gracias, gracias, gracias. —No importaba cuantas veces lo dijera, no bastarían para expresar todo lo que sentía en su interior. Levantó su mirada para encontrarse con el rostro de Kakashi quien lo veía fijamente; poco a poco sus rostros comenzaron a acercarse hasta que sus labios se juntaron en un beso suave.


—Nosotros también tenemos un regalo viejo —los interrumpió Naruto. —Iruka-sensei también.


—¿Iruka-sensei? —Tenzō se giró para encontrarlo con su mirada, el profesor levanto la mano como saludo. —Oh, perdón, no sabía que teníamos invitados —Tenzō se apartó apenado.


—Está aquí por ti, todo esto es por ti, no lo olvides —dijo Kakashi para acariciar la mejilla de Tenzō, quería hacerlo sentir especial en ese día.


—¡Empecemos con la fiesta! —gritó Naruto ansioso.


El pequeño grupo dio inicio al festejo, realmente no era gran cosa como lo hacía ver Naruto.


—Feliz cumpleaños —Iruka se acercó a Tenzō para extenderlo el presente que llevaba. —Espero que te guste porque la verdad no tenía idea de que podría darte.


—No era necesario, pero muchas gracias —Tenzō lo abrió para sacar un libro de arquitectura. —Ah, ¡es perfecto! —exclamó con una sonrisa.


—¿En serio? Como usuario del mokuton pensé que te gustarían ese tipo de cosas —Iruka rasco su nuca nervioso.


—Me encantan —dijo Tenzō para verlo fijamente. —En serio gracias.


Iruka aprecio la sonrisa de Tenzō, era muy pura, le recordaba incluso un poco a la de Naruto, quizá si podría hacerse más cercano a él.


—Ahora nos toca a nosotros —dijo Naruto atrayendo la atención de Tenzō.


Sasuke era quien llevaba el regalo entre manos.


—¿Qué tienen mis enanos para mí? —preguntó el castaño yendo hacia los niños.


—Es algo que elegimos con mucho cuidado para ti —respondió Naruto.


—Ojalá te guste —dijo Sasuke para darle el regalo.


Tenzō lo comenzó a abrir con cuidado, Kakashi se acercó a ver que era; Naruto no aguanto más las ganas y comenzó a hablar.


—Nos dimos cuenta de que solo papá Kakashi tenía fotos para adornar la casa, así que creímos que necesitabas una también —explicó Naruto.


Tenzō vio la fotografía que estaba en un portarretratos de madera con algunos detalles de flores; en la imagen estaban los cuatro en un día de campo que tuvieron hace tiempo. Una captura de un momento donde ambos fueron plenamente felices era el regalo perfecto. Sintió como una lagrima se deslizo por su mejilla.


—¿Estas bien? —preguntó Sasuke que solo podía asociar las lágrimas a tristeza.


—Estoy bien, es solo que...esto, me conmovió mucho —respondió Tenzō limpiando su mejilla.


—Oh, Tenzō —Kakashi se acercó a abrazarlo.


—Te gusto mucho, ¿verdad? —preguntó Naruto uniéndose al abrazo también.


—Sí, es el mejor regalo de todos —Tenzō cargo a Naruto para ponerlo en medio.


Sasuke observaba la escena un poco apartado, los tres se veían como una familia de verdad. Giró su mirada a su alrededor, el ambiente era el de un hogar. ¿Él podría permitirse eso de nuevo? Algo en su interior le decía que no, era alguien ajeno, su familia y su hogar le fueron arrebatados, eso no le pertenecía a él. Sabía que no era el momento, pero aun así no pudo evitar que su mente se nublara de pensamientos negativos, ¿por qué en un momento así?


Sintió un pequeño jalón, levantó la mirada para ver a Kakashi.


—Está bien —le dijo antes de incorporarlo al abrazo.


"Está bien" repitió Sasuke en su mente y cerró los ojos, permitiéndose sentir una vez más ese calor fraternal que despejo la oscuridad que abrumaba su mente.


Era cierto. Todo estaba bien...por ahora.


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