Kakashi daba vueltas en la habitación intentando encontrar una solución a aquello que lo atormentaba. Había sido solicitado para una misión, pero no quería ir, no estaba dispuesto a dejar a Tenzō solo después de lo que había pasado.
El Hokage había sido muy insistente con que el cliente lo había pedido específicamente a él y eso le pareció un poco extraño, aunque bueno, era un ninja mundialmente conocido, seguro el cliente tendría sus motivos para solicitarlo, pero, aun así, los pensamientos en su mente lo estaban abrumando. ¿Y si era una mentira y el Hokage lo quería alejar de Konoha?
Después de lo que pasó hace unos ya no se sentía capaz de confiar en nadie, sospechaba de las intenciones de todos, estaba paranoico.
Quizá lo mejor era rechazar la misión, volvería a trabajar cuando se sintiera seguro de que Tenzō estaría bien sin él.
La puerta de su habitación se abrió a sus espaldas atrayendo su atención.
—Oh, senpai, ¿pasa algo? Pensé que ya te estabas alistando—comentó acercándose hacia el mayor.
—Voy a rechazar la misión, no tengo muchas ganas de ir —respondió Kakashi sentándose en la cama.
— ¿Te sientes enfermo? o ¿por qué no quieres ir? —preguntó Tenzō con preocupación.
—No es eso —Kakashi bajo la mirada.
— ¿Entonces? ¿Qué pasa senpai?
—No quiero dejarte solo… —contestó Kakashi levantando la cabeza y encontrarse con los ojos de Tenzō.
—Vamos senpai, voy a estar bien, no tiene que preocuparte tanto por mí, recuerda que también soy un ninja, así que puedo cuidarme bien solo, ¿o acaso no confías en mí?
—Yo…—Kakashi vacilo por un momento, pero al final si confiaba en Tenzō, el problema era el resto. —Tienes razón, quizá solo estoy exagerando —dijo para finalmente levantarse. —Voy a preparar mis cosas.
—Bien, entonces…te dejo alistarte —dijo Tenzō con una leve sonrisa para salir de la habitación e ir hacia la cocina. Una vez que estuvo solo, la mueca de su rostro se borró por completo.
En todo el tiempo desde que estaban juntos, era la primera vez que Kakashi dudaba de él, incluso si fue por solo un instante lo había hecho. Apretó sus puños aguantando las ganas de soltar un golpe, había perdido la confianza de Kakashi y estaba seguro de que fue por todo lo que pasó la otra noche.
Sintió una lagrima descender por su mejilla, ¿estaba llorando? Estaba seguro de que nunca antes había llorado, pero aquello era una muestra de que la situación lo estaba superando. ¿Qué debería hacer? Siendo un ninja, lo mejor sería reprimir lo que sentía, pero no estaba seguro de poder hacerlo con el fuerte dolor que sentía en su pecho.
Kakashi partió a su misión, sin parar de repetir que volvería tan rápido como pudiera, y Tenzō no dejaba de reafirmarle que todo estaría bien con una sonrisa fingida.
Cuando vio a Kakashi irse sintió una repentina necesidad de detenerlo, ya no quería que se fuera, no quería estar solo, le había estado mintiendo todo este tiempo, tenía miedo, incluso si era alguien fuerte quería que Kakashi lo protegiera, quería tener esa seguridad que el Hatake le brindaba, pero ya era tarde, se había ido, así que solo le quedaba tragarse sus sentimientos.
Fue hacia la academia mientras hacia su mejor esfuerzo para sentirse mejor, no quería darles una mala cara a los niños, ellos deberían mantenerse ajenos a sus problemas. Respiro hondo intentando tragar su dolor, aunque apenas escucho la voz de Naruto acercarse sintió como se iba por sí solo.
— ¡Papá! ¡Mira, mira! ¡Me dieron esta flor! —Naruto iba corriendo hacia él, con Sasuke siguiéndolo como de costumbre. Levantó una flor rosa que llevaba entre manos. —Hinata-chan me la regalo, dijo que me daría buena suerte en los exámenes de transformación que tendremos pronto.
Tenzō observo con atención, era una pequeña azalea y en efecto, se decía que ese tipo de flores atraían la buena suerte, y sí que la necesitaban en esos momentos.
— ¿La podemos plantar en casa? Así crecerán muchas y todos tendremos mucha, mucha buena suerte —sugirió Naruto.
—Ya fue cortada y no le dejaron la raíz, eso no será posible, pero la pondremos en un florero para que no se marchite tan rápido, así que vamos a casa —dijo Tenzō.
—Espera, ¿podemos pasar al parque a jugar un ratito? Todos mis amigos irán ahí —dijo Naruto señalando a los niños en grupo que se dirigían al lugar.
—Oh…pues vamos, solo un ratito.
—Cuídame mi flor —dijo Naruto entregándosela antes de correr para alcanzar al resto de niños. — ¡Vamos Sasuke, que nos dejan!
Tenzō se dirigió a las bancas que se encontraban en el parque a esperarlos, no se había negado porques esos últimos días siente que los niños habían estado encerrados en casa -si iban a la academia, pero cuando salían Kakashi los llevaba directo a su hogar-, necesitaba un respiro, y hablaba por todos.
Veía la pequeña flor entre sus manos cuando escucho un ruido no tan lejano, como si alguien se hubiera posado en uno de los árboles a su alrededor, tras eso sintió la sensación de ser observado, tiro la flor al suelo de forma torpe y al agacharse observo a su alrededor de forma sigilosa, pero no logro visualizar a nadie en lo árboles que lo rodeaban, quizá fue solo un delirio suyo.
— ¿Está ocupado? —preguntó alguien acercándose, el castaño negó con la cabeza mientras se hacía a un lado dejando un espacio para la otra persona.
—No sé qué paso, pero te ves horrible, y Kakashi está igual —comentó Iruka tomando asiento. —Él no me quiso contar que le paso, ¿tú si lo harás?
Tenzō lo medito por un momento, no es que quisiera hablar mucho del tema, pero quizá platicarlo con alguien le ayudaría a sentirme mejor, así que asintió.
—Ese día…creo que cometí un error enorme —dijo con desanimo.
— ¿El día de tu cumpleaños? No supe bien que paso después de que fui a devolverte tu protector y Kakashi salió como un desesperado a buscarte.
—Engañe a Kakashi-senpai con Asuma… —lo soltó finalmente, y por más que Kakashi le dijera que no fue así, eso había ocurrido.
—Ah…vaya, ahora entiendo porque están así. Lo lamento.
—No sé qué hacer Iruka, ni siquiera recuerdo que ocurrió exactamente, pero me siento horrible, herí a Kakashi-senpai y ahora él no confía en mí.
— ¿Kakashi te dijo eso? —preguntó Iruka con una expresión de sorpresa.
—No me lo dijo directamente, pero es obvio, traicione su confianza.
—No, ese día yo lo vi muy preocupado, como si él ya sospechara que algo así pasaría, o esa fue la impresión que me dio. Pero en todo caso creo que lo mejor sería que si te molesta le preguntes directamente que siente, para que salgas de dudas —sugirió Iruka.
—No me siento listo para confrontarlo sobre el tema, además, siento que sería darle más problemas a Kakashi-senpai y no quiero hacer eso.
—Vamos Tenzō, hablar con Kakashi no sería darle problemas sino buscar soluciones. Ustedes siempre se han visto muy unidos, así que estoy seguro de que podrán arreglar esto y seguir adelante —dijo Iruka dándole un par de palmadas en la espalda en forma de apoyo.
—Sasuke, mira —Naruto atrajo la atención de su amigo. —Papá de nuevo tiene esa expresión triste.
—De seguro otra vez están hablando de “ese” tema —respondió Sasuke.
—No me gusta nada esto… y seguimos sin poder hacer nada para ayudar.
—Mmm Kakashi salió de misión, de seguro estar fuera lo hará reflexionar y podrán solucionar las cosas cuando vuelva.
—¿Eso crees?
—Pues si no lo solucionaron estando pegados estos días, tal vez un poco de tiempo entere ellos si les ayude.
Naruto vio a Sasuke con una expresión de confusión. —No lo entiendo, pero tú eres listo así seguro tienes razón.
Sasuke soltó un suspiro frustrado mientras negaba con la cabeza, no importaba cuanto tiempo pasará, Naruto seguía siendo torpe para comprender ese tipo de cosas.
—Sabes Sasuke, yo creo que mientras estemos juntos todo estará bien, así funcionan las familias, ¿no?
Sasuke lo medito un momento, su familia no era tan unida, pero Kakashi, Tenzō y Naruto si lo eran, ¿entonces era correcto decir que sí o no? Su corazón dudaba, por primera vez no sabía qué respuesta darle a Naruto.
Aun le faltaba vivir un poco más junto a ellos para poder contestar.
— ¡Niños, es hora de volver a casa! —los llamó Tenzō al ver que el resto de los papás se acercaban a recoger a sus hijos.
Sasuke fue pensativo todo el camino a casa, ¿a qué debía llamar familia ahora? ¿A su familia original o a la que había formado? La original ya no existía, y la nueva lo hacía sentir incluido, le recordó el cálido sentimiento de un hogar. Era un sentimiento extraño el que sentía, ¿a quién le podría preguntar? Levanto la mirada para ver a Tenzō; No, él no era una opción, Tenzō era igual a Naruto, aquella era su primera familia así que no comprendería su sentir. Mejor esperaría a que Kakashi volviera, él si lo debía entender.
De repente se sintió observado, vio de reojo a su costado y por un instante le pareció ver una sombra moverse entre los árboles. ¿Los estaban siguiendo? Se giró hacia Tenzō quien seguía avanzando con normalidad, ¿él no lo había notado?
Intento ver de nuevo, pero nada, ya no fue capaz de ver más. Sintió en su pecho, como si algo malo estuviera por ocurrir.
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Al día siguiente, Tenzō caminaba de regreso a casa después de dejar a los niños en la academia. No durmió toda la noche meditando lo que habló con Iruka, y debía admitir que tenía razón, debía hablar las cosas con Kakashi. Algo que parecía obvio pero que desde ya sabía que le costaría hacerlo.
Aun así, el tener una solución lo hacía sentir mejor. Dejaría de sobre pensar la situación, por ahora solo esperaría a que Kakashi volviera para hablar y que las cosas se dieran solas.
En un instante, un grupo de ANBU lo rodeo deteniéndolo. No sintió su presencia, lo habían tomado por sorpresa y con la guardia baja.
— ¿Ocurre algo? —preguntó directamente.
—Tiempo sin vernos, Kinoe —lo llamó una voz a sus espaldas.
El escuchar ese nombre le provoco un escalofrío, no necesito voltear para saber de quien se trataba y que su encuentro solo significaba problemas.