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Segunda Generación por KaguraShan

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Notas del capitulo:

Hola, les dejo el segundo capítulo, este es un closeup a la historioa de Ted y James que se insinua en la historia anterior, que es la principal.

Espero les guste, aviso desde ya que este es un capitulo 100% lemon, tiene bastante poca historia, es un gustito que me di jaja

Saludos cuarentenosos!

El filtro de No Amor

[Ted x James]

 James Potter es el primogénito de la familia Potter – Weasley, leal, inquieto y arriesgado, siempre ha sido igual, sobreprotector de sus hermanos pequeños desde siempre, su mejor amigo siempre fue el ahijado de su padre Teddy, él es mayor 2 años que James, pero crecieron juntos, siendo este al único, además de sus padres, que James dejaba que lo defendiera o protegiera, por alguna razón siempre se sintió más pequeño frente a él, de contextura más bien delgada pero mucho más alto, cuando Teddy se fue a Hogwarts antes que el lloró desconsoladamente en el andén, a lo que su amigo le regalo una rana de chocolate y la promesa de verlo en vacaciones y escribirse contantemente. Promesa que cumplió al pie de la letra.

Así se mantuvieron hasta que el propio James ingresó a Hogwarts, siendo inmediatamente muy popular entre todas las casas por su fresca personalidad, aunque siempre andaba rodeado de leones corría feliz hacia Ted cada vez que lo veía, a lo que el otro sonreía y disfrutaba de tener su atención. En el verano antes de iniciar su cuarto año noto a Ted extraño, ante acciones suyas, abrazos o juegos de fuerza que antes eran normales para los dos, con lo cual el mayor lo evitaba y huía de su vista rápidamente, empezaba a sentir un ligero vacío, que solo se disipaba cuando el Ted reaparecía pidiéndole disculpas para volver a conversar con normalidad.

Al volver a Hogwarts notaba más introvertido al mayor y eso lo incomodaba, su popularidad aumentaba de forma desmedida haciendo que se alejara aún más de Ted, molestando de sobremanera a James, no sabía que al finalizar ese año las cosas cambiarían de forma diametral.

Ad portas de finalizar el cuarto año de James todos estaban revolucionados con el baile de fin de año, al cual solo podían asistir los alumnos desde quinto año, varias chicas le habían pedido a James se su acompañante pero este no se sentía con ánimos de ver a Ted con su flamante novia, una chica de Hufflepuff, menuda y de cara alegre que andaba para todos lados con su amigo, si bien no los había visto en situaciones románticas era obvio por la sonrisa del mayor que habían sentimientos, además de ser a la única que Ted permitía estar con él, ya sabía que el de cabello miel era popular, su apariencia varonil pero relajado lo hacía muy agradable y muchas andaban suspirando tras él, incluso algunas de su casa le pedían a James que le entregará cartas, algo que él no hacía, rompiéndolas en su cuarto.

La noche del baile James iba de vuelta a su sala común después de haber ayudado a la profesora de vuelo a limpiar la indumentaria de muy buen ánimo, le gustaba volar y luego de pulir las escobas debía probarlas, así que se entretuvo volando hasta cerca de las 10 de la noche cuando esta lo obligo a retirarse, iba caminando de forma despreocupada por un pasillo desierto, pensando en la extraña actitud que Ted llevaba teniendo hace un tiempo, estaba más distante y ya no compartían tanto, eso le generaba algo de tristeza, una constante en su vida era el ojimiel, siempre podía contar con que el estuviera ahí, y ahora prácticamente este rehuía de él, era más que obvio que le guardaba secretos y evitaba su contacto directo, sobresaltándose ante cada toque, James no entendía que estaba pasando con Ted, aunque no podía negarse que tampoco entendía muy bien que pasada consigo mismo, ya se había auto descubierto fulminando con la mirada a esa niña amiga de Ted cuando confianzudamente se colgaba del brazo de su amigo que simplemente le sonreía y la dejaba, quizá debería aceptar que era su novia y así volver acercarse a su amigo, ya que reconocía que le había respondido mal a esa chica en varias ocasiones, no le agradaba, por es que, ¿cómo podría hacer? Siempre estaba encima de Ted, en cada momento libre llegaba y se le pegaba como lapa, entonces, ¿Cómo iban ellos a tener sus conversaciones y momentos privados?

Estaba perdido en sus divagaciones cuando una pluma cayó a sus pies, James miró a todos lados y al cogerla sintió una oleada de magia que lo hizo trastabillar hacía atrás y comenzar a sentir un fuerte calor por todo su cuerpo, sin poderlo evitar se encogió sobre sí mismo temblando, algo estaba pasando con su cuerpo, se sentía muy desorientado y no podía pararse.

-       ¿Estás bien? – escuchó una voz a su espalda mientras una mano tocaba su hombro, ante lo cual soltó un gemido, avergonzado se tapó la boca sin levantar la vista del suelo – déjame ayudarte – volvió a escuchar la voz a su espalda que esta vez lo levantaba de sus hombros, su visión estaba nublada, no veía con claridad al sujeto, solo alcanzaba a divisar que era un chico, más alto y con una sonrisa torcida en su rostro, no lograba enfocar nada más, sentía oleadas de calor por su cuerpo y se dio cuenta que estaba excitado escucho una risa del que estaba en frente suyo y sintió como posaba sus manos en su cintura, comenzó a sentir miedo ya que no podía moverse y tembló, algo que el otro interpreto como una invitación – vaya Potter, nunca pensé que fueras tan lascivo – dijo el otro para comenzar a recorrer su cuerpo con sus manos de forma descarada, James estaba aterrado y lágrimas comenzaban a salir de sus ojos

-       N-no… ba-basta… no quiero – gimoteo con la fuerza que tenía sin llegar a ser más que un susurro desgarrado.

-       Jaja eso dices, pero estas duro – dijo el sujeto frente a él apretando su erección por sobre su ropa haciéndolo temblar y las lágrimas corrieron libremente por su rostro, no podía defenderse y estaba muy desesperado, ni siquiera podía clamar por ayuda.

-       Ted… - lloro James, el único nombre que surgió en su asustada cabeza, entonces escuchó la voz que necesitaba.

-       ¡¡ALÉJATE DE EL CABRÓN!! – gritó Ted corriendo a su encuentro, el que sostenía a James lo soltó de golpe y corrió alejándose, las piernas del castaño fallaron y se deslizó por la pared hasta el suelo - ¡James por favor! Dime que estas bien, ¿te hizo algo? ¡Oh, James respóndeme! – hablaba su amigo agachándose junto a él revisándolo con su mirada cargada de preocupación, James comenzó a hiperventilar mientras sus lágrimas se calmaban, cuando las manos de Ted lo sujetaron de los hombres sintió con fuerza las oleadas de calor nuevamente.

-       Nnn n-no… no te acerques T-Ted – gimió James avergonzado posando débilmente sus manos sobre las del más alto y mirándolo con dolor por la excitación contenida.

-       Te llevaré a la enfermería – dijo el alto levantándolo por los brazos para pasar una mano por la cintura del castaño y un brazo de este sobre sus hombros, ante el roce James se retorció sobre sí mismo quedando entre los brazos del mayor que pareció asustado.

-       N-no puedo ca-caminar… - gimió James entre los brazos de Ted, lo cual disminuyó levemente el dolor, pero incremento los sentidos del más bajo, aspirando el olor varonil de su amigo, generando un espasmo de deseo instantáneo en el castaño, que sin ser realmente consiente de lo que hacía se apegó aún más a Ted.

-       Ha-hay que… rayos James, no sé qué te hicieron, pero hueles a… rayos – gruño Ted con voz ronca apretando el abrazo sobre el cuerpo más menudo, escuchó a lo lejos murmullos que se acercaban, si él podía sentir el aroma embriagante del menor los demás también podían, no permitiría que nadie lo tocara, entonces tras su espalda apareció una puerta, aquel lugar que solo aparece para los que lo necesitan verdaderamente. Sin esperar Ted se adentró en esa estancia cerrando la puerta a sus espaldas suspiró aliviado hasta que sintió los brazos de James en su cuello, al bajar la vista se encontró con los aojos celestes del menor con las pupilas dilatadas y brillantes, mirándolo con anhelo.

-       T-Ted… - gimió James pegando completamente su cuerpo al del mayor mientras el agarre sobre su cintura se ceñía, levantándolo levemente, Ted estaba estupefacto, mentiría si dijera que no deseaba a su amigo, de hecho, estaba en esa condición desde hace 2 años al menos, el olor actual que desprendía James y las acciones que realizaba estaban desarmando sus barreras.

-       N-no eres consciente de lo que haces… - dijo Ted cerrando sus ojos, intentando repetírselo a el mismo con fuerza, no podía aprovecharse de la situación del menor, era obvio que lo habían hechizado con algún afrodisiaco poderoso y estaba reaccionando por ello – S-si esperas un poco el efecto bajará – decía Ted cuando su amigo se acercó a su barbilla, mordiéndola con suavidad, haciéndolo suspirar, mantenía sus ojos cerrados, si los abría y veía al menor no iba a poder resistir mucho, debía alejarlo, pero no se sentía capaz, esos años enamorado del menor no ayudaban a su autocontrol.

-       T-Ted… s-si no eres tú… no podría… - gimió James con ansiedad, no podía pensar en nada más que en el aroma de Ted, su piel suave y su calor abrasador, entonces una punzada en su entrepierna lo hizo estremecer - ¡¡Aaa!! Du-duele – exclamo soltándose del mayor y comprimiéndose sobre sí mismo, el mareo que siguió al dolor lo dejaron laxo entre los firmes brazos del mayor.

-       ¡¡James!! – exclamó Ted preocupado, lo levanto sin mayor dificultad llevándolo hasta la cama que estaba en el acogedor cuarto, el castaño lo abrazo sin fuerza por el cuello y cuando fue depositado sobre la cama, lejos del cuerpo de Ted se enrollo sobre sí mismo, abrazando sus rodillas y quejándose de dolor – i-iré por ayuda – trastabillo alejándose un poco más de la cama, el olor de James lo estaba aturdiendo.

-       ¡¡N-No!! Por favor, Ted – gimió James desesperado sujetando la manga de la túnica del mayor y mirándolo son intensidad – Cu-cuando te alejas… du-duele más… - sollozo con la cara enrojecida y temblores espasmódicos por todo el cuerpo, Ted se asustó y aún contra todo lo que su autocontrol gritaba se acercó, abrazando a James de forma posesiva, no podía irse dejando al menor sufriendo, sintió como los espasmos del otro menguaban y las manos más pequeñas se aferraban a su túnica.

Ted se obligó a pensar, el único filtro afrodisiaco que haría eso estaba prohibido, ya que era cruel, sólo permitía al afectado liberar la tensión sexual por medio de aquel que cruzará el primer pensamiento posterior a la contaminación, generando oleadas de atracción para cualquier otro que estuviera interesado en la persona afectada, por eso Ted había sentido esa inmediata necesidad de abandonar la fiesta, guiado por el poderoso sentimiento que tenía por James había llegado hasta él, eso significaba que James había pensado en el antes que en nadie, lo cual no necesariamente significaba que gustase de él, sin embargo, el afrodisiaco haría a su cuerpo reaccionar y buscar el contacto físico que necesitaba, por ello ahora estaba entre sus brazos el menor, retorciéndose, jadeando y muy caliente, estaba bordeando los límites de lo peligroso, si su temperatura corporal aumentaba más podrían fallar sus órganos, no podía permitirse que algo pasara con James, no podría vivir con ello. Decidido lo recostó sobre la cama con delicadeza, ante la mirada suplicante del menor se quitó la túnica que le estorbaba arrojándola al suelo, con lo cual el menor jadeo humedeciendo sus labios con su lengua, Ted cerro los ojos invocando todo su autocontrol, maldito filtro, sintió sus poderes de metamorfomago descontrolarse, sus ojos y cabello se volvieron morados, intensos y brillantes, haciendo que James se estremeciera jadeando sobre la cama, Ted enfoco todas sus fuerzas en resistir la magia que intentaba que se abalanzara sobre el menor y dejo libre sus emociones, no podía enfocarse en ambas cosas, con manos temblorosas desabrocho el jeans del menor, bajándolo hasta las rodillas junto con su ropa interior, frente a lo cual James cubrió su cara con sus manos ahogando los jadeos que salían de su boca, Ted tomó el miembro del menor que estaba hinchado y rojo, viéndose doloroso, al cabo de unos bombeos la semilla del menos se liberó, bajando un poco la hinchazón del menor, el cual afirmo el brazo de Ted gimiendo. Cuando Ted lo observó, con sus ojos morados oscuros como la noche no pudo resistir el impulso y lo beso, profundamente, James jadeo ansioso devolviendo el beso con ganas, la mano del mayor volvió a masajear la erección del castaño, quien gemía dentro del beso.

-       Teeed… mmmm… Teehhd – gemía James con descontrol mientras revolvía el cabello de Ted y contorsionada su cuerpo bajo el agarre del mayor, sin ser completamente dueño de sus movimiento Ted se había posicionado sobre James, sin detener su mano sobre la erección de este y sosteniendo su peso con la otra, cuando un nuevo orgasmo alcanzo al menor su propia semilla manchó su ropa y la barbilla del menor, impulsado por el deseo Ted se acercó a la barbilla del menor lamiéndola, sintiendo el sabor amargo de la semilla de James, lo que lejos de disgustarle le pareció excitante, James volvió a gemir ante la lengua del mayor, con velocidad su camiseta fue retirada, comenzando Ted el descenso de besos y lamidas sobre el torso del menor, el cual gemía retorciéndose bajo el toque - ¡¡Naa!! T-Teeeed… mmm… - gemía mientras el mayor centraba su atención en la semilla esparcida por el abdomen del menor.

-       J-James… voy a meterla en mi boca… lo siento… - hablo con voz grave el mayor avisando de sus movimientos con culpa, no quería abusar de la situación del menor, pero no podía resistirse más a sus propios deseos, el olor embriagante del menor y años de contenerse no le estaban permitiendo pensar con claridad, cuando estuvo frente a la erección del menor se humedeció los labios antes de engullirla con voracidad, ante este acto James arqueo su espalda gimiendo con fuerza, llevando sus manos a la cabeza del mayor apretando con fuerza el cabello de este, lo que genero más deseo en Ted, que lamía ávidamente la erección, deteniéndose en la punta, jugando con su lengua.

-       T-Ted, Teeed, Oh merlín – gemía James moviendo su cabeza de un lado a otro en la almohada, mientras pequeños hilos de baba descendían por su mentón, tirando del cabello del mayor, cuando el orgasmo lo alcanzo nuevamente su cuerpo fue recorrido por fuertes corrientes eléctricas, llenando la boca del mayor que bebió todo sin dejar de lamer la erección del menor que seguía despierta pero mucho menos hinchada – Ted… ven… b-bésame – gimió el menor tirando con un poco de fuerza los cabellos miel con mechones morados del otro, este subió y avasallando la boca del menor comenzó un demandante beso, donde el menor pudo sentir su propio sabor en la boca del otro, generando un deseo profundo, las manos de James desabotonaron torpemente la camisa del mayor, con un poco de sus fuerzas de vuelta envolvió la espalda del otro apegando sus cuerpos sin dejar de besarlo, su erección estaba presente a media asta, lo que significaba que el filtro estaba perdiendo la intensidad y dejaba pequeños momentos de lucidez al menor, el cual se vio enredado con su amigo, de una forma lasciva, que lejos de incomodarlo solo lograron hacer aparecer necesidad y su corazón se unió a las miles sensaciones de su cuerpo, martilleando con fuerza en su pecho.

-       Jammes… Oh mmm – gemía Ted con desespero y una ronca voz, lo que desencadenó la segunda fase del poderoso y prohibido filtro afrodisiaco, James sintió una oleada de contracciones en su ano, además de una humedad y calor abrasador, con un par de patadas se quitó la ropa de sus pantorrillas, sin dejar de besar los labios del otro, enrosco sus piernas a las cadera del mayor, apresándolo dejando la erección de este bajo la ropa sobre su entrada, gimiendo con necesidad y mordiendo en un espasmo el labio del otro que se alejó con brusquedad con un gemido ronco - ¡Jaamees! – gimió al sentir el cambio de aroma, ahora notaba la necesidad de ser llenado en el otro.

-       Ted… y-ya… t-te necesito – gemía James mientras friccionaba la entrepierna del otro contra su entrada. Ted ya estaba perdido en el mar de sensaciones y no controlaba ni un poco la situación, nada quedaba de su autocontrol perdido antes de la felación realizada, se alejó del menor ante el reclamo de este quitando con destreza su propio pantalón y ropa interior de un tirón, James se retorcía expectante cuando el otro se abalanzo nuevamente sobre el envolvió sus piernas y brazos alrededor del otro que sin miramientos lo penetro, sintiendo dilatada la entrada del menor y un calor abrazante.

-       Mmmm Jammmes… - gimió mordiendo el cuello del otro con fuerza, ante lo cual el menor se vino entre sus cuerpos sacudiéndose violentamente y contrayendo sus paredes sobre el falo palpitante del mayor que se alejó del tórax del castaño gimiendo con fuerza, cuando dirigió su vista hacia el otro pudo ver la imagen más lujuriosa hasta sus 17 años de vida, James estaba sudado, sonrojado, cubierto de sus fluidos corporales, con su cabello revuelto, los labios hinchados, húmedos, con pequeños hilos de baba en sus comisuras, temblando ante el orgasmo reciente y mirándolo con las pupilas dilatadas siendo apenas una fina línea azul lo que quedaba de sus brillantes ojos celestes – Eres perfecto – gruño Ted comenzando a moverse con fuerza en el muchacho, a lo que el otro respondió gimiendo mientras su erección se levantaba entre sus piernas, Ted estaba alucinando, no podía ser real, esto era incluso mejor que todos los sueños húmedos que alguna vez tuvo con el menor.

-       T-Ted mmm ahhh – gemía James mientras con sus propias manos acariciaba lánguidamente su torso, necesitaba la fricción, estaba al borde un colapso muscular. Ted lo observo con la vista nublada por el deseo, sin dejar de embestirlo lo abrazo, rotando y recostando el menor sobre él, aprisionándolo con sus brazos y levantando sus caderas con fuerza para embestirlo mientras devoraba su cuello.

-       James… James… - repetía Ted como un mantra mientras besaba y succionaba el cuello del menor, entonces en un brusco movimiento sintió al menor temblar.

-       ¡¡OH SIIII!! ¡¡Sii Teed ahí!! – gimió gritando el menor y contrayéndose en torno al mayor que volvió a golpear el punto de placer de James ante lo cual gemía descontrolado y mecía sus caderas para chocar con los movimientos del más alto retorciéndose con espasmos a cada encuentro - ¡Y-ya no aguanto más! ¡¡T-Ted!! – gimió james atrayendo al mayor desde la nuca besándolo con brusquedad para luego eyacular con fuerza entre sus cuerpos, siendo seguido por el mayor, que estaba extasiado por las contracciones del menor.

Sus respiraciones estaban agitadas, el cuerpo laxo de James completamente recargado sobre Ted mientras este aun lo aferraba con fuerzas y acariciaba la espalda del otro, entonces el menor se movió suavemente dentro del abrazo, subiendo hacia la boca del mayor, besándolo suavemente sobre los labios, Ted abrió los ojos y vio como el castaño mordía su labio inferior subiendo sus manos temblorosas hasta su cara tomando sus mejillas para incorporarse un poco, dejando sus caras a la misma altura, delineando sus mejillas, Ted sentía como su propio cuerpo volvía a reaccionar ante este agitado James que lo miraba con deseo, un escalofrío recorrió su cuerpo cuando James junto sus labios, su propia boca se abrió gustosa y sus lenguas se encontraron inmediatamente, Ted jadeo, al notar que James lo miraba fijamente, sin parpadear mientras sus lenguas danzaban incluso fuera de sus bocas, sus propios brazos aferraron aún mas fuerte la cintura del menor, haciéndolo gemir con la fricción de su nueva erección entre sus cuerpos.

Mientras se besaban Ted se sentó con james a horcajadas sobre él, sin dejar de besarse dirigió sus manos hacia los glúteos del menos, apretándolos entre sus manos, sintiendo al otro jadear ante su acción, dirigió su dedo anular a la entrada del menor colándolo con facilidad y sintiendo la humedad y dilatación del menor, que tembló ante el contacto, sin cortar la conexión de sus miradas, agrego un segundo y tercer dedo mientras el otro gemía y se apegaba aún más contra el torso de Ted, quedando arrodillado en la cama, mirando desde arriba al mayor, succionó los labios del mayor, notando como el ultimo mechón de cabello de este se tornaba morado oscuro, al igual que sus ojos, entonces en un Brus movimiento el mayor se levanto de la cama, pasando sus manos bajos los muslos del menor apretando sus glúteos, generando que el otro se deslizara contra su torso, haciéndolo gemir fuertemente cuando su espalda se estampo contra la pared y fue penetrado por el mayor, el cual gruñó de forma ronca mordiendo el cuello del castaño, besando y succionando, las manos de James se posaron en los hombros del otro mientras gemía con descontrol, su propia erección estaba nuevamente botando liquido pre seminal y cada roca con el cuerpo del mayor le arrancaba un gemido, su piel estaba ultra sensible por los múltiples orgasmos que había vivido, en otro movimiento algo brusco del mayor las piernas de James llegaron al piso y su espalda quedó contra el pecho del peli morado, las manos del menor fueron recargadas contra la pared en un intento de sostenerse, pero sus piernas no respondían, por lo que el cuerpo tras el suyo, aprisionándolo contra la pared y las manos en su pecho y cintura era lo único que evitaba que tocara el piso, el otro lo seguía embistiendo desenfrenadamente.

-       James… - gruñó nuevamente Ted mientras lamía con desespero el cuello del otro, este inclino su cabeza hacia el lado contrario dándole libre acceso a su cuello, mientras con una de sus temblorosas manos aferraba la nuca del mayor.

-       ¡¡TED!! – medio gritó y gimió James al sentir al otro embestir su punto de placer a la vez que succionaba el lóbulo de su oreja. El mayor ante el gemido del otro se sentó en la cama llevándose al menor y sentándolo en sus piernas de frente a él, el castaño se quejó ante el abandono se su miembro, por lo que, con su temblorosa mano tomó la erección del otro y la posicionó en su entrada, sentándose con fuerza sobre ella.

-       ¡Rayos Jamie! – gimió Ted frente a esa escena, intentando controlar los escalofríos que recorrían su cuerpo y su respiración.

-       Nnn T-Ted…no puedo moverme, hazlo tú – dijo el otro con voz raspada mientras posaba ambas manos en la nuca del otro, el cual sin esperar comenzó el vaivén de sus caderas, ambas miradas conectadas, sus respiraciones mezclándose por la cercanía de sus bocas, entonces James pudo ver destellos dorados en los ojos del mayor, en medio de la profundidad de ese morado destellos dorados comenzaron a dominar, mientras las manos del mayor se aferraban con más fuerza a sus caderas, sus gemidos se volvían tan roncos que parecían gruñidos y sus movimientos se volvían más enérgicos, haciéndolo saltar sobre el cuerpo del otro.

James gemía sin tregua, sentía su garganta seca, ante las sensaciones nuevas que el cuerpo de Ted estaba generando en él, sintió su espalda contra la mullida cama, no había notado el momento en que Ted cambió las posiciones, pero lo agradeció, sentía su cuerpo temblar, ante las embestidas del otro, pero no podía apartar sus ojos de los ojos dorados, estaba hipnotizado, sentía que flotaba entre los brazos del mayor que dejaban su piel hirviendo por donde tocaba. Ted estaba en un trance donde lo único que importaba era el cuerpo bajo el, las mejillas sonrojadas, el cuerpo sudado, el cabello pegado a la frente del otro, no podía pensar en nada más que abarcar toda la piel del otro, que temblaba y gemía con cada movimiento de sus manos y se arqueaba ante sus embestidas, era simplemente perfecto, quería que fuera eterno, podía notar el límite del otro, que pronunciaba su nombre en cada jadeo o gemido que exhalaba, su propio cuerpo estaba al borde del abismo, entonces lo beso, sintiendo al menor arquearse pegando sus torsos, viniéndose entre sus cuerpos y llevándolo a él a su orgasmo, separando sus bocas y soltando un gemido con el nombre del menor. Se dejó caer a un lado de James subiéndolo sobre su pecho, acariciando su espalda distraídamente mientras ambas respiraciones intentaban regularse, entonces el aroma del afrodisiaco menguó al fin liberando la mente de Ted que abrazó posesivamente al menor el cual se encontraba lánguido sobre su cuerpo, el cual sentía un hormigueo generalizado en todo su cuerpo, manteniendo a penas los ojos abiertos y babeando aun sobre el pecho del mayor, envueltos en sudor y semen, mientras la mano de Ted acariciaba de forma inconsciente la espalda del menor, el cual gimió bajo mientras un escalofrío recorría su espalda a la vez que entre sus muslos escurría la semilla del otro. Entonces la realidad azotó con fuerza a James, al borde de perder la consciencia por el esfuerzo se tensó, quedando rígido sobre el mayor que noto el cambio en el menor, al mirarlo se encontró con la cara desencajada que luchaba contra la inconciencia y supo que James estaba recién saliendo de los efectos del filtro, sintió la culpa azotar su propio cuerpo, había perdido el control, sin poner real resistencia había abusado de su mejor amigo y amor secreto, la culpa estaba dibujada en su rostro, el ver la cara de terror, sonrojo y como el menor mordía con fuerza su labio lo estaba destrozando, él era el único culpable James no tenía que cargar con eso, ni siquiera había sido realmente consensuado por parte del castaño.

-       James tranquilo… lo siento, no pude contenerme, el filtro que te hechizó era tan fuerte… fue mi culpa, yo, lo siento- decía el mayor, logrando que James lo observara momentáneamente, pudo notar una expresión fugaz de dolor en el menor que desapareció cuando sus ojos se cerraron para caer rendido al sueño.

James quedo lánguido sobre Ted, que se sintió fatal, lo estrechó una última vez entre sus brazos, aspirando su aroma y deposito un beso en su cabeza, para recostarlo con cuidado sobre la cama, lo observó un momento con melancolía, viendo como de las piernas del menor escurría su propio semen, además de moretones que se estaban formando en sus caderas, la oleada de culpa lo golpeo fuerte, por lo que, con su varita los limpio a ambos y sus ropas, además de conjurar unas nuevas sabanas para la cama y un pijama del menor, lo vistió con devoción, el otro dormía pesadamente y suspiraba agotado entre sueños, Ted reviso el pequeño estante junto a la cama que había aparecido en la sala de los menesteres, encontrando dos posiciones en ella, una para los dolores musculares y la otra para las marcas y heridas de la piel, Ted las tomó y las dejo sobre el velador junto a la cama para que James las bebiera al despertar, seguro que después de los múltiples orgasmos que había vivido y gracias a su propio descontrol estaría agarrotado. Se permitió un último momento de falsa felicidad y se recostó junto a la espalda del menor, el cual al sentir su calor se acurruco contra él, encajando su cuerpo a la perfección.

-       Te amo tanto Jamie… - susurro con lágrimas contenidas – tanto que duele – volvió a decir mientras acariciaba su cabello castaño y masajeaba suavemente los brazos del menor, intentando aliviar un poco el dolor muscular, vio al otro sonreír ante su toque y suspirar relajado. Su Jamie, eso repetía su corazón, aun cuando sabía que estaba mal sentir eso por el castaño, era su mejor amigo, siempre habían sido ellos dos, había compartido su vida y él había faltado a su amistad cuando comenzó a tener sentir atracción por su amigo, cuando en medio de peleas sintió un calor diferente, cuando al dormir juntos no pudo dejar de mirar sus labios y, en secreto, los había rozado con los suyos, sintiendo su corazón acelerado ante su osadía, no estaba bien y ahí se dio cuenta que no podía seguir haciendo eso, decidió dejar de visitar tanto a su padrino, comenzó a rechazar invitaciones a la madriguera y finalmente ese año estaba luchando con sus ganas de orbitar en torno a James, debía alejarse y su amiga Anne lo había ayudado, ella se había dado cuenta de sus sentimientos incluso antes que él, por eso, cuando le pidió ayuda ella aunque no estaba de acuerdo lo ayudo, y procuro nunca dejarlo solo con James, aun cuando eso instaló un sentimiento de vacío en su pecho, pero era lo correcto - porque, aunque te amo, no es justo para ti - susurro mientras el menor se acurrucaba aún más en su pecho y el masajeaba sus brazos y espalda, intentando aliviar un poco la fatiga del otro.

Se quedó así hasta que las primeras luces de la mañana se asomaron en la habitación, se sentía terriblemente cansado, pero no podía permitirse dormir junto al menor, no quería que al despertar lo viera ahí, para que recordara todo lo que se había visto obligado a hacer, entendía la angustia del menor, él lo veía como un amigo y el peso de los hechos, aunque hayan estado coaccionados por ese poderoso filtro, no quitaban la realidad de lo que había pasado, habían tenido sexo, y no cualquiera, uno salvaje y totalmente desmedido, abrumador, más aún para el menor que Ted sabía era virgen hasta esa noche. Cuando se levantó de la cama vio al menor rodar con el ceño fruncido y abrazar las mantas entre las que él se había recostado, una sonrisa dulce se formó en sus labios y lo beso castamente sobre los labios para salir de la habitación arrastrándose junto con todos los sentimientos que había dejado libres esa noche.

Cuando James abrió los ojos la habitación estaba inundada por luces anaranjadas, del atardecer, pestañeo pesadamente hasta que se acostumbró a la luz, sentía su cuerpo pesado y adolorido, enfocó la habitación extraña y la realidad llego por marejadas a su cerebro, se sentó rápidamente mirando hacia todos lados, no había rastros de Ted y un vació se posó en su estómago, cuando miro la mesa junto a la cama había 2 pociones, un vaso de jugo y un emparedado con una nota, la tomó con temblores en sus manos.

“James,

Por favor bebe las pociones sobre la mesa, estas te ayudaran con los dolores de tu cuerpo, come el emparedado y bebe el jugo fortalecedor seguro tendrás hambre…

Lo que pasó no es culpa tuya, alguien te hechizó con un fuerte filtro afrodisiaco, lamento haber abusado de tu condición el afrodisiaco me afecto fuertemente, aunque no es excusa para no haberme controlado, realmente lo siento, espero puedas perdonarme y permitirme seguir siendo tu amigo.

Te quiero mucho para perderte Jamie.

Ted”

El corazón de James se estrujo con fuerza, él sabía que había sido un filtro, pero en medio del final la consciencia había vuelto a él y ver tan entregado a Ted había despertado un nuevo sentimiento en él, eso había desatado la segunda ola del filtro, sus sentimientos extraños y fuertes para con su mejor amigo de toda la vida habían activado los efectos y arrastrado al mayor para satisfacer los fines del filtro, pero no había sido más que eso para el otro, un filtro poderoso y efectos incontrolables, se encontró a sí mismo llorando como un idiota, estaba enamorado de Ted, de su mejor amigo y ahora no podría mirarlo ni tratarlo nunca más igual, porque había arrastrado al otro a una situación imposible de superar, como podría mirar su cara sin imaginar el sabor de sus labios, o tocar sus manos sin recordar como estas lo habían acariciado incansablemente o escuchar su voz sin recordar como lo había llamado entre gemidos. Cubrió su cara con sus manos y lloro hasta secar sus emociones, entonces bebió las pociones, comió, se vistió y salió del lugar, dando una última mirada, para dejar allí el mejor momento de sus 16 años recién cumplidos con dolor.

 

Casi un año después…

 

Corría con todas sus energías hacia Ted que se encontraba sentado leyendo distraídamente un libro, todo ese año había sido un suplicio, extrañaba horrores al mayor, sus risas, sus conversaciones a deshoras, sus bromas, pero por sobre todo sus miradas y momentos cómplices, no podía más, y si debía ser rechazado, lo prefería a seguir evitándolo, no podía seguir viviendo con su distancia, ¿Qué si el mayor lo rechazaba?, ahí sería su turno de conquistarlo, pero no más miedo ni ocultar sus sentimientos, lo amaba y el otro lo sabría. Agitado se plantó delante del mayor, que lo miro confundido, después de un año de evitarlo y hundirse en sus emociones estaba decidido, no dejaría a Ted Lupin por la paz, y este debía saberlo.

-       ¿James?, ¿te paso algo? – pregunto con preocupación el mayor al verlo tan serio y agitado.

-       Me gustas… no, te amo, tanto que me siento tonto, tonto que me duela tanto cuando no estas cerca de mí – dijo el menor con las mejillas sonrojadas, pero con una sonrisa brillante, Ted lo miró alucinado, su pequeño león valiente nunca dejaría de sorprenderlo, sonrió con una suave carcajada.

-       No sabes cuánto soñé con este momento, te amo más que a mi vida Jamie – dijo con la voz cargada de intención, ante lo cual James se abalanzó sobre el más alto haciendo que cayesen ambos de espaldas al pasto y se sonrieran para abandonarse en un beso que al cabo de unos minutos se volvió un poco más intenso haciendo que el cabello de Ted se volviera morado levemente, al igual que los destellos morados en sus ojos color miel.

-       Me encanta ese color – murmuro James mirándolo con intensidad mordiendo su labio inferior.

Ante lo cual Ted estallo en carcajadas, su león era descarado y extrovertido como antes, con lo que se sentía afortunado y completo.

Fin~

 

Notas finales:

Espero les haya gustado tanto como a mi escribirlo.

Para el siguiente y final viene una parejita que a mi parecer quedó perfecta.

Saludos!


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