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Historias perv-didas. por SigmaIII

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Notas del capitulo:

Hola, este capítulo trata sobre Bill y su enamoramiento por el director del psiquiatrico donde esta internado. Y del porque ahora necesita el portal. También se muestra un poco sobre la vida de Bill durante ese tiempo.

Empezamos con un flash back. 

7. Escucho tu voz.

 

FLASH BACK

Adrede arrojó un vaso al más furibundo de los internos que en respuesta atacó a quien tenía enfrente. Stanley siguió arrojando cosas. Los demás lo imitaron y el motín comenzó. Subió a la mesa alentando el escándalo. La respuesta del personal no se hizo esperar así que lo sometieron. 

-¡Amo este lugar! ¡Aquí se vive al mil día y noche! -Su rostro exclamó éxtasis cuando se abalanzaron sobre él. Le gustaba cuando lo inyectaban por la fuerza aunque fuera simple agua, cada que lo hacían se calmaba. 

El director del hospital se frotó las sienes y apagó el televisor. Miraba el video de seguridad de esta mañana. Se frotó la cara con exasperación. Inspiró profundo y se tomó unos instantes para prepararse. 

-Adelante.-

Una mujer entró y se sentó frente al escritorio. 

-¿Cómo ha estado Señora Pines? 

-Bien- No dijo más, no quería tomar conclusiones apresuradas. Y él entendió. 

-Aún no. No es momento. 

-¡Pero ha estado tan bien todos estos meses!

-Señora Pines. Verá. Creemos que el no se quiere ir.- No le mostró el video, pero si fue muy claro.  

 

La acompañó a la sala de visitas. 

En el trayecto, el director siguió pensando. Stanley Pines no era el más grave de sus pacientes pero sí el más problemático. Hasta la enfermera más altruista y el más tolerante de sus médicos se cansaron. Este joven tenía la capacidad de incomodar a quien se le plantara en frente. Por eso más de uno prefirió una penalización a seguir trabajando con él... 

¿Trastorno de personalidad múltiple? Tal vez. 

Como si fuera dos personas, y la segunda se cansó de permanecer incógnita, se presentaba así mismo como Bill Clave, pasaba cada instante de cada día causando problemas. Y solo respondía al nombre de Stan cuando lo recordaba. 

 

¿Psicopatía? Más de uno lo pensó. 

Era listo y seductor, al grado de conseguir lo que quería. 

 

¿O sólo fingía? Como cuando mostró una clara cordura y se comportó decentemente durante meses, al grado de incluso cooperar en las actividades de la institución. 

 

O tal vez eran todas. No lo dudaba. La enfermedad de Stanley era tan fuerte, que incluso les servía para investigación. Por nada se encontraba en este prestigioso hospital. Pero ahora le preocupaba la madre, ella caminaba rápido y con paso decidido contendiendo sus emociones. Solía mostrarse preocupada, pero ahora estaba muy enojada.

 

Caryn entendía que su Stanley jamás volvería a ser el chico que conoció. Que se había vuelto un extraño, pero seguía siendo su hijo, y cuando se enteró de que llevaba semanas de progreso, creyó que podría llevarlo a casa, sí con tratamiento y la terapia pero podría tenerlo en casa con ella al fin. 

-Mamá guapa- El interno esperaba sentado ante una mesita. Ella enseguida lo abofeteó, lo abofeteó tan duro que casi se rompe la mano. Bill estaba intrigado. Aguardo sin perder la sonrisa. 

-¡¿Por qué hiciste eso?!-Gritó Caryn.

Bill sonrió porque no podía creerlo. Seguía sin entender cómo es que esta mujer quería seguir sufriendo. Se acercó a ella y le quitó uno de sus aretes. Caryn se quedó congelada. Tenía mucho que su bebé no se acercaba a ella. Acto seguido, Stanley se lo mostró y se lo tragó, el arete. 

¿Lo siguiente?: Una radiografía para comprobar que se encontraba en el estómago y sacarlo para no dar tiempo a que las piedras dañen órganos internos. 

Ella estaba llorando. 

-¡Lo hizo a propósito! ¿Cómo puede un loco se tan cruel y calculador? -El director no contestó. -¿Qué puedo hacer? 

-La distancia es una herramienta. Hay que saber usarla. Creame, es lo mejor- Ya habían hablado al respecto.

.

.

.

.

-¿Sin reprimenda Luz Roja? 

-¿Por hacer llorar a tu mamá? Lo disfrutaste ¿No? Clásico rasgo sadomasoquista.

-¡Ah! ¡Le quitas la diversión a todo!

-¿Tenía que ser divertido?- Bill sintió mucha vergüenza, era lo que sucedía con este sujeto, cuando estaba con él se sentía desnudo (metafóricamente hablando), como si para él fuera transparente. A veces se preguntaba si podía verlo como realmente es, a través del disfraz, aunque claro eso es imposible para un simple humano-Solo estas tratando de compensar otra vez. Con esos aires de grandeza, como si herir a tu mamá no te importara, pero disfrutaste lastimarla y disfrutaste el dolor de su rechazo. Luego te pondrás triste cuando la gratificación termine, tomarás el rol de víctima, sentirás que lo que te pasa lo mereces y te comportarás unas semanas. Así siempre. Algo verdaderamente impredecible y que me tomaría por sorpresa es verte romper el ciclo. 

-¿Me darás mi alta entonces? 

-Tu puedes pedirla cuando quieras. No necesitas mi permiso para vivir- El director se marchó. Y cuando estuvo sólo a Bill se le salieron unas lágrimas. 

 

¿En qué momento la opinión de este humano comenzó a importar? 

.

.

.

Se explica a continuación. 

Respecto al director “Luz Roja”, si, desde Bill ya la mayoría lo conocía por ese alias.

Resulta que en este trabajo siempre sucedían cosas de esta naturaleza. Eventos de aspecto sobrenatural que tenían una clara explicación. 

- Sólo porque se trata de ti Luz Roja- 

El primer día que lo llamó así, el director supo perfectamente a qué se refería, un apodo que le trajo un recuerdo muy poderoso. Siendo un niño marcó a emergencias porque su madre se había suicidado y al llegar la ambulancia, por la sirena, la habitación en la que se encontraba se iluminó de rojo. Ese color, entrando por las ventanas nunca la olvidaría. Para él fue lo que un separador de tela a un libro, marcaba la página del nuevo capítulo en su vida. Este trauma de la infancia y su labor personal por sanarlo fue lo que eventualmente lo llevó a convertirse en psiquiatra, y esto ya lo sabía. No había nada sobrenatural al respecto. Evocar el recuerdo lo hizo él, no este loco que solo dijo unas palabras la azar. 

 

Por su parte, Bill nunca creyó encontrar a un ser tan obstinado. El director tenía un aire muy elegante. Y también era muy inteligente, ser el director de aquella prestigiosa institución sólo era consecuencia de ser quien era y no al revés. En fin, lo etiquetó inmediatamente en la lista de los insoportables pretenciosos. Y quiso fastidiarlo a la primera oportunidad, ser la figura de autoridad en aquel sitio inmediatamente lo convertía en blanco de sus travesuras. 

 

Y habría sido divertido, pero para sorpresa de Bill, el director contaba con esta cortesía innata que bastaba para desarmarlo. El evento desencadenante sucedió cuando el demonio se escabulló para colgar calzones en las ventanas, con la intención de escandalizar al pabellón de mujeres, así que trepó por una columna para intentar colgar el tercero, pero el cuerpo terrenal que ocupaba tenía sus límites físicos, su propio peso lo venció y cayó de espaldas en el suelo. El director que caminaba acompañado de su séquito habitual caminó en su dirección para comprobar si estaba bien. Dejó al grupo de pasantes esperando y se acercó para simplemente tenderle la mano y ayudarlo a incorporarse. 

 

Bill, de mala gano aceptó el gesto. 

 

-¿Sin castigos Luz Roja? 

-¿Por qué habría? Este es un hospital, no una prisión-

 

¿Por qué lo movía así este idiota? Para joder comenzó a manifestarse en sus sueños, pero el cabezota era un escéptico insufrible.

 

 -¿Te ves cansado? ¿Soñaste conmigo? 

-No- 

¡Pero claro que soñaba con él! ¡Claro que sus pacientes le quitaban el sueño! No era novedad. En el pasado atendió casos más graves, más conmovedores con los que aún tenía pesadillas. Evidentemente Stanley era una preocupación latente, que en sueños se mostrará como un monstruo piramidal era obra de su subconsciente. 

 

Así que sí, no importaba la asombrosa precisión de información o acertadas predicciones sobre el futuro que Bill dictaba. Para el director todo tenía una explicación lógica, de modo que Bill nunca lograba impresionarlo u obtener la respuesta que quería de él.  Por su parte el triángulo se sentía extraño, pero pronto comprendió que la aversión que creyó tener contra Luz Roja era todo lo contrarío. Le agradaba, ¡Momento!….

 

“¿Sí y qué?” Se dijo así mismo. Ser impredecible hasta para sí mismo es su naturaleza así que rápido lo aceptó y decidió darse gusto…… ¿Cuándo no había obtenido lo que quería?, intentaba ser seductor, no era difícil. Pero el infame tenía los pies bien plantados sobre la tierra. ¿Tirar todo al traste por este sujeto? ¿Vida, familia, empleo, reputación? ¿Si se dejaba engañar, qué no estaría haciéndole más daño?  Stanley no era más que otro paciente a ojos del director. Que en su estricto código de ética jamás se involucraría con uno de sus pacientes, mucho menos con uno enfermo y por tanto vulnerable como él. Por esto Bill, sin darse cuenta probó portarse bien. Para mostrarle que no estaba enfermo, pero a los ojos del director era transparente. Fue como un “Se que no estás enfermo, sólo eres mala persona” y eso dolió. 

 

Ser un demonio de otra dimensión, aunque pudiera probárselo para este hombre no significaba nada. 

Y ese desasosiego sólo se aliviaría al poder ser correspondido. 

 

FIN DEL FLASH BACK



-¿Qué es exactamente….

-Sólo necesito una invocación y este portal. Tu puedes construirlo. Lo sé. Lo hiciste, lo ví en el futuro. La información que necesitas está aquí-  Bill le tendió un lote de cuadernos. Stanford los recibió preocupado sin saber en que se estaba metiendo.

 Continuará....

Notas finales:

Gracias por leer. Aun no sé la identidad del director, es decir se me ocurrió como un personaje propio, pero quisé que perteneciera al universo de Gravity Falls o alguna otra serie para que así fuera un Crossover, pero la verdad no pude asignarle una identidad de este tipo. 

Saludos y gracias por leer. 


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