No es la cabala del misterio.
¿La gente era analfabeta o es que había escrito los letreros con tinta invisible?
¡AQUÍ NO ES LA CABAÑA DEL MISTERIO!
Hoy ya iban cinco grupos de turistas diferentes que tocaban a su puerta preguntando si la cabaña seguía en funcionamiento.
-Vinimos el año pasado y decidimos volver a visitarla-
¿Quién querría volver a una atracción así?
Ford decidió bajar a la entrada para tomar unas medidas, había llegado al punto de contemplar cercar para evitar el paso. Llegando al pie de la carretera notó que al otro lado, en el terreno de enfrente, había mucha actividad. Trabajadores y máquinas iban de aquí para allá. Estaban construyendo algo. Se unió al pequeño grupo de personas que miraban preguntándose de qué se trataba.
LA CABAÑA DEL MISTERIO: PRÓXIMAMENTE??
Y allí estaba Stanley dando instrucciones, contento y animando a la gente a seguir, vestía el traje negro de siempre. Llevaba su fez y sobre este un diminuto Bill que contemplaba todo con desinterés. Era difícil adivinar desde cuándo estaba allí y si Stan lo sabía. De hecho, seguir de cerca la vida de Stanley, para Bill era el equivalente a mirar televisión. Lo seguía mientras flotaba a su lado. El hombre ya se había cansado de expresar fastidio y terminó acostumbrándose.
-¡Hey cuidado con esa mercancía!- Gritó a un ayudante que llevaba varias cajas.
Ford se acercó sin dar crédito a lo que sus ojos veían.
-Pensé que te mudarias. ¿Por qué aún conservas esta basura? -Cuando miró la sirena disecada sobre un atril.
-Con esta basura me gano la vida- Reclamó Stan. Ford se sintió un poco avergonzado por su comentario pero seguía molesto. Sinceramente no quería que Stan permaneciera en Gravity Falls. Seguía muy enfadado con él. Stanley se frotó el rostro para explicar- Rento un cuarto en el pueblo, estoy aquí para construir una nueva cabaña del misterio.- Ford iba a refutar pero Stan lo calló con un gesto para que lo dejara continuar- Ford, ya estoy viejo y no tengo la misma energía que tu. Yo no puedo volver a empezar. Pensé en volver a California, pero estoy exhausto. Ahorre algo…-No pudo terminar la frase: Para gastarlo en nosotros cuando te encontrará… para pagar quien te busque cuando yo no pueda...
-¿Exhausto? ¿Exhausto de qué Stanley? ¿De vivir timando personas?- Ford estaba muy ofendido, ¿Cómo podía decirle esto? Cuando el tuvo que sobrevivir, a su suerte, viajando y huyendo de un mundo a otro, perseguido por la policía interdimensional. Luchando contra Bill.
-¡Las emociones consumen energía robot insensible! ¡Por eso estoy exhausto!
-¡Ya Fordsie! ¡Deja de ser aguafiestas!- Llamó Bill levantándose del sombrero.
-¡Cállate! ¿Por qué estás aquí?-Gritó a Bill, luego se dirigió a su hermano- ¡Casi mata a los niños! ¡ES UN MONSTRUO!, ¿POR QUÉ LO AYUDAS?
-¿Y qué me dices de ti?-Señaló acusadoramente Stan- ¡Le construiste un templo en la cabaña!
-¡Chicos adoro que peleen por mí pero….¿Qué diablos?, ¡Sigan!
-¿Y NO APRENDISTE NADA DE MI ERROR STAN? ¿POR QUÉ TIENES QUE SER TAN IMBÉCIL?
-¡POR QUÉ YO SÉ QUE SE SIENTE QUEDARSE SIN NADA Y SIN NADIE!-
Se callaron y miraron funestamente. Las respiraciones rápidas y superficiales.
Habían montado tal escena. Un par se acercaba por sí debían separarlos en caso de golpes. Las demás personas presentes se retiraron y los trabajadores siguieron en lo suyo muy apenados.
-¿No te das cuenta Ford?-Siguió Stan más tranquilo- La cabaña siempre fue de tu propiedad ¡Pero también fue mi hogar por treinta años! ¿Quieres que me vaya del pueblo que me acogió?-Ford no pudo contenerse.
-Sí-
Se miraron fijamente hasta que Bill, con talla mediana, tiró a Stan del hombro para alejarlo.
Ford temblando miró impotente y se marchó.
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Le compró a Buddy Alegría el terreno donde se encontraba montada la tienda de telepatía. Desde que Gideon se retiró del espectáculo ya no lo necesitaba y pensó que podría…
-Tu problema es que siempre viviste a su sombra. Piensas que siempre lo quisiste a tu lado. Pero yo creo que habrías estado mejor solo desde un principio.
-Por favor vete- Stan se recostó en el sofá. Cruzó los brazos sobre el pecho.
-¿Entonces me ayudas porque piensas que no tengo nada ni a nadie?- Stan no contestó. Estaba muy cansado. -No me uses de excusa para proyectarte-
Bill flotó por la habitación. Fastidiado porque el entretenimiento terminó, entonces escuchó un sonido chirriante que le provocó escalofríos. El de un corazón que se termina de romper.
-¡Wow! ¡Eso sí que debe de doler!
-Ni te imaginas-
Stan no tuvo que escucharlo. Lo sentía.
El ruido es espantoso, pero para un demonio, el sabor….
-¿Te importa si como eso?
-¿Qué?
-¿Qué?-
……………………….
Cuando despertó, Stan se sentía muy descansado, con buen ánimo para comenzar el día. El verano con los niños se sintió así. Pero hoy en particular tenía un buen presentimiento.
Encontró a Bill en medio de la sala y meditando.
-Me siento muy bien.
-Bien por ti. Tienes mucha resiliencia mi amigo.
-¿Me hiciste algo?
-Acabo de darte veintisiete años más, deberías agradecerme. Consideralo el pago por tu hospitalidad. Estamos a mano.
-Creo que debo enseñarte a hacer cuentas-
Continuará….